Las dos habilidades para la vida y el futuro
Las dos habilidades para la vida y el futuro
No son habilidades tecnológicas o digitales, pero sí son fundamentales para desenvolvernos en ese mundo tecnológico. Analizamos por qué son importantes y cuáles son algunos de los escenarios en los que se hace evidente. La estabilidad mental y la inteligencia emocional son la base sobre la cual deberemos responder a los cambios constantes.
Harari es autor de tres de los libros más vendidos en los últimos años en todo el mundo por su capacidad de comunicar ideas muy profundas de manera muy sencilla. Sapiens: De animales a dioses, Homo Deus: Breve historia del mañana y 21 lecciones para el siglo XXI es la trilogía que lo hizo famoso en todo el planeta. En una entrevista con Tom Bilyeu, CEO de Impact Theory University, explora escenarios posibles de lo que está por venir y cómo las habilidades clave son psicológicas.
Dos habilidades clave para la vida de mañana
Harari cree que hay una única cosa en la que todos los expertos están de acuerdo en relación al futuro: la revolución tecnológica cambiará el mundo en el que vivimos como nunca antes. Hay pesimistas, optimistas y todo lo que hay entre los dos que tienen su propia versión. Sin embargo, lo innegable es que será cambiante y absolutamente impredecible. Esto quiere decir que es imposible saber si tal o cual habilidad técnica o digital será más o menos vital en 10 o 15 años. Entonces, las cualidades que sí o sí debemos desarrollar para el mundo que nos toque son la estabilidad mental y la inteligencia emocional. ¿Para qué? Para poder afrontar el mundo volátil y cambiante que no va a volver a un estado de calma, sino que seguirá cambiando vertiginosamente.
La revolución que nos trae la inteligencia artificial y automatización no es un evento que cambie todo y al que todo se vuelva a acomodar en un escenario nuevo. En cambio, será una serie de eventos constantes y cada vez más exponenciales, una sucesión de revoluciones si se quiere. Algo que nunca hemos enfrentado como especie y para lo cual debemos equiparnos mentalmente. Podemos revisar algunos escenarios posibles. Te puede interesar leer más sobre cómo ser ciudadanos digitales, la primera de esta cadena de revoluciones.
El trabajo en 2040
El autor señala que nadie puede saber cómo se va a ver el mercado laboral en 2040, sería imposible prever exactamente en qué es mejor especializarse desde ya. Puede que sepamos qué será relevante en los próximos cinco años y nos formemos en eso, pero debemos saber que los cinco siguientes pueden hacer obsoleto eso que aprendimos antes. Por eso la flexibilidad en inteligencia emocional es clave, para que sepamos afrontar muchas veces cómo empezar una nueva carrera aprovechando lo que ya hicimos. La revolución de los datos es imprevisible y nuestra estabilidad emocional dependerá de cómo llevemos esa incertidumbre y actuemos en ella.
En este sentido Harari explica gráficamente cómo debe ser nuestra idea de educación. En lugar de ser una casa de ladrillo que vamos construyendo en un sitio y con unos planos, muy al estilo del siglo XX, deberá ser una carpa flexible que se puede armar y desarmar en diferentes sitios con rapidez. El aprendizaje de por vida hace parte de entender la educación bajo este nuevo parámetro, al igual que el concepto de microcredenciales accesibles en tiempo y dinero.
Conócete a ti mismo
Este experto considera inevitable que los avances de inteligencia artificial aplicados a la bioingeniería traigan máquinas que nos conozcan mejor de lo que nunca podremos hacerlo nosotros mismos. Podrán anticipar nuestras decisiones o influenciarlas cada vez más. Si queremos sacar provecho o que no se use de manera que juegue en nuestra contra debemos hacer un ejercicio consciente y potente de conocernos a nosotros mismos. Con este consejo menciona que es una tarea fundamental para desarrollar las habilidades para la vida de las que hemos hablado. Life Design se basa en un proceso de autoconocimiento para que tomes decisiones más conscientes sobre tu futuro.
Las observaciones de Harari no buscan generar miedo, todo lo contrario, buscan que sepamos qué herramientas debemos adquirir para un futuro incierto. Debemos desarrollar las habilidades para la vida y el futuro, en su opinión, que son la estabilidad mental y la inteligencia emocional. Ambas empiezan con un proceso de autoconocimiento, son habilidades del siglo XXI, antes llamadas blandas pero que hoy son más fuertes que ninguna.