¿Escuchamos solo lo que nos interesa?

¿Escuchamos solo lo que nos interesa?

Las personas tienden a escuchar a la gente que les dice cosas que les gustaría creer y a ignorar a la gente que dice cosas que preferirían que no fueran ciertas
8 November 2022

La atención es muy valiosa y no siempre la ponemos en práctica. No siempre ponemos el mismo empeño en escuchar a los demás. Varia, según varios factores, como el interés o la conveniencia de la persona.

Y no es una impresión, según un nuevo estudio publicado en el Journal of the European Economic Association. De acuerdo con esta investigación, las personas tienden a escuchar a la gente que les dice cosas que les gustaría creer y a ignorar a la gente que dice cosas que preferirían que no fueran ciertas.

La consecuencia directa, y una de las conclusiones de los investigadores: que las personas con ideas afines tienden a hacerse más parciales cuando intercambian creencias entre sí.

La influencia de las creencias

Se ha especulado, señala los investigadores, que las creencias motivadas explican la proliferación de la desinformación en los foros de Internet. Estas creencias también pueden explicar el comportamiento de los mercados de valores. Hay una gran cantidad de información objetiva disponible sobre los mercados financieros, pero la toma de decisiones en grupo y el estímulo pueden dar lugar a burbujas e inestabilidad financiera.

Para comprobarlo, se utilizaron experimentos de laboratorio para estudiar si estos sesgos en las creencias se agravaban cuando las personas intercambiaban estas creencias entre sí.

Los investigadores emparejaron a los sujetos en función de su puntuación en un test de inteligencia, de forma que ambos miembros tuvieran puntuaciones por encima de la mediana o ambos tuvieran puntuaciones por debajo de la mediana. Luego, los participantes intercambiaron creencias sobre una proposición que ambos querían creer que era cierta: que estaban en el grupo de alto coeficiente intelectual.

Los resultados revelaron que las personas son pesimistas en cuanto a su pertenencia al grupo de alto coeficiente intelectual tienden a ser significativamente más optimistas cuando se emparejan con una persona más optimista, según recoge Europa Press.

Sin embargo, no es probable que una persona optimista cambie sus creencias si se empareja con un homólogo más pesimista. Este efecto es particularmente fuerte para las personas que se encuentran en el grupo de bajo coeficiente intelectual, donde produce sesgos particularmente severos. 

En general, los resultados sugieren que la amplificación del sesgo se produce porque las personas atribuyen (selectivamente) un mayor valor informativo a las señales sociales que refuerzan su motivación preexistente para creer.

Intercambio de ideas

Todo cambió cuando los investigadores dieron a los sujetos una información imparcial sobre el grupo de coeficiente intelectual al que pertenecían. Esto fue muy eficaz para eliminar los sesgos causados por el intercambio inicial de creencias.

De ahí, los resultados: proporcionar fuentes de información imparciales y fiables puede reducir las creencias motivadas en entornos como las cámaras de eco y los mercados financieros.

"En consecuencia, a menudo nos vemos obligados a decidir por nosotros mismos la exactitud de las distintas opiniones y fuentes de información y el grado de confianza que les damos. Nuestros resultados sugieren que la gente resuelve este dilema asignando credibilidad a las fuentes que nos dicen lo que nos gustaría oír y esto puede hacer que los sesgos debidos al razonamiento motivado sean mucho peores con el tiempo", destaca el profesor del Departamento de Economía de la Universidad de California y uno de los autores del trabajo, Ryan Oprea. 

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