Hay que actuar en las empresas con protocolos de intervención y prevención contra las adicciones

Hay que actuar en las empresas con protocolos de intervención y prevención contra las adicciones

En opinión de UGT
5 August 2021

El pasado 31 de mayo se celebró el Día Mundial sin Tabaco. Este año la Organización Mundial de la Salud (OMS) centró todos sus esfuerzos en promover el abandono del tabaco, para ello estableció como reto “Comprometerse a dejar el tabaco” y como lema “Quienes lo dejan, ganan”. El tabaco es el responsable del 33% de los tumores y del 22% de las muertes por cáncer

Dejar el tabaco, una cuestión de salud

Según la OMS los beneficios de dejar el tabaco son prácticamente inmediatos, ya que a los 20 minutos después de dejar de fumar, disminuye el ritmo cardíaco. El nivel de monóxido de carbono en sangre disminuye hasta valores normales dentro de las siguientes 12 horas de dejarlo. Entre las 2 y 12 semanas, mejora la circulación y aumenta la función pulmonar. De 1 a 9 meses, disminuye la tos y la dificultad para respirar. Al año, el riesgo de cardiopatía coronaria se reduce en un 50% respecto al de un fumador. Entre los 5 y 15 años, el riesgo de accidente cerebrovascular corresponde al de un no fumador. A los 10 años, el riesgo de cáncer de pulmón disminuye hasta ser la mitad del de un fumador. En 15 años, el riesgo de cardiopatía coronaria es el de un no fumador. Pero si aún no resultan suficientes estos datos, la OMS da 100 razones para dejar de fumar que se pueden encontrar en el siguiente enlace https://www.paho.org/es/mas-100-razones-para-dejar-fumar.

La situación que estamos viviendo de pandemia por la COVID-19 ha puesto de manifiesto que los fumadores tienen mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad de forma severa en comparación con los no fumadores.  

A nivel mundial se calcula que el tabaquismo produce más de 8 millones de muerte al año, no solo afecta a quienes fuman, ya que el humo del tabaco es el responsable del desarrollo de enfermedades en personas no fumadoras, cifrado en 1,2 millones de muertes anuales. A esto podemos sumar que 165.000 niños mueren antes de cumplir 5 años por infecciones de las vías respiratorias causadas por el humo de tabaco ajeno. 

En España, según el Ministerio de Sanidad, mueren cada año más de 60.000 personas a causa de enfermedades provocadas por el tabaco, lo que equivale a más de 160 defunciones diarias. Y se estima que un mínimo de 1.228 muertes atribuibles a la exposición al humo ambiental de tabaco en no fumadores, aumentando el riesgo de padecer enfermedades crónicas como cáncer de pulmón, respiratorias y cardiovasculares. 

Según los datos de la encuesta Edades 2019-2020, por detrás del alcohol es la segunda sustancia psicoactiva más consumida en España, con una prevalencia de consumo alguna vez en la vida del 70,0%. La edad media de inicio de consumo se sitúa en los 16,6 años.  El tabaco es una droga que durante su combustión originan más de 4.000 productos tóxicos diferentes, de los que 69 son cancerígenos.

El tabaco mata a la mitad de sus usuarios y es el principal factor de riesgo evitable, siendo el responsable del 33% de los tumores y del 22% de las muertes por cáncer, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Los riesgos psicosociales en el ámbito laboral pueden potenciar las adicciones  

Los datos de la encuesta EDADES 2013-2014 en su módulo laboral (en breve tendremos los datos de la 2019-2020 porque se realiza cada 6 años), son un reflejo de lo que sucede en la población general española, dónde el tabaco sigue siendo la segunda sustancia más consumida por detrás del alcohol. En ambas sustancias existen valores de mayor prevalencia (últimos 12 meses) en la población laboral que, en la población general, con valores en el tabaco de 44,0% y 40,7% respectivamente.

Se puede decir, que los valores todavía son altos, ya que un 76,6% de la población laboral manifiesta que ha probado el tabaco alguna vez en la vida, un 44,0% en los últimos 12 meses, y un 41,6% en los últimos 30 días.

Con respecto al fumador diario en los últimos 30 días en la población laboral se ha producido un ligero incremento con respecto a los datos de edades 2007-2008 pasando del 33,1% al 33,8%. Además, la probabilidad de fumar a diario es más elevada en los parados que entre los empleados, siendo un valor del 39,0%.
La situación de pandemia ha ocasionado cambios en el mercado de trabajo, la inestabilidad en el empleo, la utilización de las nuevas tecnologías, las nuevas formas de organizar el trabajo, la precariedad, en definitiva la mayor insatisfacción laboral, el retroceso en los derechos laborales unido a una pérdida de derechos sociales y a un incremento de las desigualdades, está generando en algunas ocasiones e incrementando en otras muchas los riesgos, que pueden desembocar en problemas muy relacionados con el uso y los efectos de las drogas en el ámbito laboral.

Como viene señalando UGT, desde hace tiempo, los riesgos psicosociales influyen significativamente en la seguridad y salud de los trabajadores y trabajadoras. De hecho, la primera causa de muerte por accidente laboral en nuestro país son los derrames e infartos cerebrales.

Actuar en los centros de trabajo

UGT considera que las drogodependencias y adicciones en el ámbito laboral son un problema que requiere de la actuación de todos los agentes implicados, partiendo de una idea clara, y es que estamos ante una enfermedad y como tal debe ser tratada. Este problema se debe atajar actuando siempre desde la prevención y no a través de medidas coercitivas y disciplinarias.

El punto de partida pasa por la prevención mediante la implantación de protocolos de actuación, en los que se considere al trabajador/a que consume como un enfermo/a, y se le trate como tal. Hay que promover y fomentar protocolos que orienten cómo afrontar estas situaciones, abordando la problemática desde la prevención hasta la rehabilitación y reinserción del trabajador/a.

UGT comparte la idea de la OMS y la OIT de que “es necesario actuar frente al problema, implantando en las empresas programas de prevención que deben respetar la dignidad del trabajador, garantizar la total confidencialidad y, además, proteger la seguridad en el empleo y los ingresos del trabajador durante el período de tratamiento, igual que ocurre con el resto de los problemas de salud”.

El sindicato entiende que la empresa es el lugar adecuado para desarrollar políticas y planes de prevención en materia de drogodependencias y adicciones que permitan prevenir este tipo de situaciones. Por eso, considera necesario establecer estrategias y actuaciones conjuntas y coordinadas tanto por parte de las empresas como de los trabajadores y sus representantes sindicales, en colaboración con los servicios de prevención de riesgos laborales y la propia Administración para intentar prevenir esta problemática.

Un buen instrumento es implantar, a través de la negociación colectiva, Protocolos de intervención y prevención que permitan establecer cómo prevenir, a través de la información y la formación de las personas trabajadoras y mecanismos para poder intervenir siempre desde un enfoque preventivo y no disciplinario ayudando a las personas afectadas para su rehabilitación y conseguir la reinserción en su puesto de trabajo.

Fuente: UGT

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