Componentes del liderazgo

Componentes del liderazgo

La inteligencia emocional puede ser definida como un conjunto de capacidades y habilidades psicológicas que aseguran la gestión satisfactoria de las emociones para lograr resultados positivos en sus relaciones con los demás.
7 April 2021

Redacción

Esto implica la empatía, control y modificación de las emociones propias y ajenas.

Quien tiene altos niveles de inteligencia emocional, posee la habilidad de reconocer emociones propias y de los demás, discriminarlas y etiquetarlas adecuadamente, y administrarlas o ajustarlas para adaptarse al ambiente.

Según teorías sobre el liderazgo, este abarca múltiples componentes. Dentro de tales teorías sobresale la de Danniel Goleman, quien discrimina 5 componentes básicos, a saber:

Autoconciencia: Capacidad para identificar las propias fortalezas y debilidades, y de comportarse de manera de capitalizar las fortalezas y minimizar las debilidades.

Autocontrol: Capacidad de controlar las emociones, ya sean negativas o positivas, con el fin de mantener un comportamiento más adecuado a la situación.

Motivación al logro: Como ya se ha mencionado anteriormente, se define como un conjunto de factores internos o externos que determinan en parte las acciones de una persona.

Empatía: No significa adoptar las emociones de otras personas como propias y tratar de complacer a todo el mundo. Describe la comprensión intuitiva del líder de las necesidades no técnicas del personal y la capacidad de comunicar esa comprensión efectiva.

Habilidades sociales: Capacidad de un líder de aprovechar las relaciones para promover sus ideas, a través de la simpatía, confianza y respeto.

Competencias para el liderazgo

El líder requiere contar con una serie de competencias que asegurarán su manejo efectivo de escenarios organizacionales, las cuales, se agrupan en tres familias:

  • Competencias intrapersonales
  • Competencias interpersonales
  • Competencias para la innovación y a gestión del cambio

A continuación, se ahonda en cada una de las anteriores:

Competencias intrapersonales:

Autoconfianza

La autoconfianza es la seguridad en la valoración que hacemos de nosotros mismos y de nuestras capacidades, basado en el conocimiento de las capacidades propias, lo que permite apoyarse en las fortalezas y controlar mejor las debilidades. La autoconfianza implica tener una imagen positiva y de aceptación de uno mismo, confiar en los propios juicios, decisiones, ideas y capacidades, considerando estar en la dirección acertada, para a su vez fomentar la confianza entre los seguidores.

Autocontrol

El autocontrol es la creencia en la capacidad de controlar su propio destino y que su comportamiento afecta en forma directa a su desempeño. Los líderes que poseen la capacidad de autocontrol emocional saben gestionar y encauzar adecuadamente sus emociones e impulsos perturbadores. Los líderes efectivos se orientan hacia la mejora personal más que a justificarse, y cuidan de evitar reacciones emocionales o comportamientos incontrolados.

Competencias interpersonales:

Empatía

Capacidad de ponerse en el lugar de los demás sintiendo sus emociones, comprender su punto de vista e interesarse activamente por las cosas que les preocupan. Los líderes empáticos son capaces de conectar con un amplio abanico de señales emocionales, lo cual les permite experimentar, aunque sea de un modo tácito, las emociones que siente una persona o un grupo.

Conciencia organizativa

Capacidad de darse cuenta de las corrientes, redes de toma de decisiones y política del grupo. Los líderes que poseen una acusada conciencia social, son capaces de detectar las relaciones de poder y de comprender las redes sociales que subyacen y configuran una determinada organización. Este tipo de líderes sabe comprender las fuerzas subyacentes que operan en el interior de una organización, así como las reglas manifiestas que determinan las relaciones entre sus integrantes y los valores que les guían.

Espíritu de servicio

Capacidad para reconocer y satisfacer las necesidades de los colaboradores, los clientes y demás grupos de interés. Los líderes con una elevada capacidad de servicio saben generar el clima emocional adecuado para establecer una buena relación. La actitud de servicio no representa un esfuerzo, sino algo gratificante por el mero hecho de practicarlo, de lo que no se espera retribución alguna salvo la palabra, la sonrisa o la mirada grata del receptor.

Estímulo inspirador

Los líderes que saben inspirar a los demás alientan la resonancia y saben movilizar a sus colaboradores en torno a una visión también convincente o un objetivo compartido. Son personas cuyo ejemplo resulta notablemente inspirador, y que saben articular una sensación de objetivo común más allá de las tareas cotidianas, convirtiendo el trabajo en algo sumamente estimulante.

Desarrollo de los colaboradores

Es el saber aprovechar y desarrollar las habilidades de los demás mediante adecuada retroalimentación y la guía adecuada. Con esta competencia los líderes muestran un interés genuino por sus colaboradores y saben comprender sus objetivos, sus fortalezas y sus debilidades.

Catálisis del cambio

Saber promover, reactivar y encauzar el cambio en una nueva dirección, actuando de manera proactiva. Los líderes que pueden catalizar el cambio son capaces de reconocer la necesidad de cambiar, poner en cuestión el statu quo, y situarse a la vanguardia del proceso del cambio.

Gestión del conflicto y la incertidumbre

Capacidad de negociar y resolver los desacuerdos aportando información veraz de la realidad. Los líderes que mejor gestionan los conflictos son capaces de sacar partido de todas las situaciones, comprenden los diferentes puntos de vista y saben el modo de articular un ideal común que todos puedan suscribir. Son personas que saben sortear los conflictos, reconocer los sentimientos e ideales de todos los implicados, y encauzar la energía en la dirección del ideal compartido.

Trabajo en equipo y cooperación

Los líderes capaces de trabajar en equipo generan una atmósfera de colaboración amistosa y son un modelo de respeto, utilidad y cooperación. Son personas que saben conjugar el compromiso activo y entusiasta con el esfuerzo común y, en ese sentido, construir una identidad colectiva y alentar el espíritu corporativo. Son personas capaces de invertir tiempo en el establecimiento y consolidación de relaciones que van más allá de las meras obligaciones laborales. Trabajar en equipo requiere de habilidades apoyadas en estrategias y métodos que lo faciliten.

Competencias para la innovación y la gestión del cambio:

Para conseguir la excelencia en la gestión del cambio, y ser capaz de tomar decisiones estratégicas en entornos complejos y turbulentos, el líder debe desarrollar esta naturaleza emocional y convertirse en experto en la gestión de las emociones propias y de los demás. Se hace enfasia en la importancia de las competencias emocionales en el comportamiento directivo, y permitieron identificar cuatro actitudes críticas para el líder innovador: humildad, resiliencia y acción, empatía y escucha abierta, y finalmente, conectar para gestionar el cambio.

Humildad para saber dónde reinventarse

El líder debe conocerse a sí mismo para saber dónde focalizar sus esfuerzos con el objetivo de adaptarse a un entorno cambiante, adaptando su forma de pensar, sus paradigmas y sus comportamientos a las nuevas realidades. La humildad constituye un aspecto clave en esta reinvención, que obliga al profesional innovador a encontrarse abierto al cambio, cuestionándose sus acciones y pensamientos y apoyándose en el feedback que recibe para evaluar de la forma más objetiva posible hacia dónde evolucionar. Sin líder innovador no hay innovación.

Resiliencia y acción para materializar el cambio

El contexto socio-económico actual representa una revolución organizativa que afecta a todos los sectores y posiciones. Ante este proceso de transformación global, resulta imprescindible iniciar un proceso de transformación personal. La resiliencia, o capacidad de adaptación a situaciones adversas, se ha convertido en un aspecto clave de nuestro tiempo.

Resiliencia y acción para materializar el cambio

La autogestión emocional exige fomentar el equilibrio emocional, la confianza y el optimismo cómo facilitadores del cambio. Las emociones positivas aumentan el repertorio de pensamiento, aportan más creatividad, neutralizan las emociones negativas que provoca el cambio (miedo, incertidumbre...) y, por tanto, potencian nuestra capacidad de acción para generar nuestra capacidad de adaptación frente la innovación.

Empatía y escucha para comprender y anticiparse

Innovar implica estar abierto a lo que sucede en nuestro entorno organizativo o de negocio para poder percibir cuándo y cómo es necesario cambiar y entender cómo los demás se comportarán. Para ello es necesario mirar el entorno con curiosidad, hacerse preguntas constantemente, apasionarse con las respuestas, escuchar y dialogar, especialmente con los que opinan diferente, y entender que sienten para poder predecir y adelantarse a sus reacciones.

Conectar emocionalmente para impulsar el cambio

Liderar implica ser expertos en configurar nuestras relaciones y las de nuestro equipo para generar compromiso, esfuerzo, inteligencia o creatividad al servicio del cambio. Entender cómo se sienten los demás (empatía) es el primer paso, pero para crear emociones positivas, inspirar, canalizar la energía y el talento es necesario comunicar e influir. Los líderes consiguen convertir el miedo, la pasividad, la incertidumbre o la angustia frente al cambio en ilusión y acción.

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