Entrevista Ray Dalio: “La pandemia se irá desvaneciendo en 2021 hasta ser un problema menor”

Entrevista Ray Dalio: “La pandemia se irá desvaneciendo en 2021 hasta ser un problema menor”

Para hablar de economía, nada mejor que charlar con Ray Dalio, que dirige el fondo de cobertura más grande del mundo: Bridgewater Associates. Gestiona más de 138.000 millones de dólares. Y rara vez pierde dinero. De hecho, es uno de los cien hombres más ricos del mundo. Sus lúcidos comentarios son de tomar nota.
17 December 2020

El financiero y filántropo Ray Dalio (Nueva York, 71 años) estudió en Harvard y se curtió en Wall Street antes de fundar, en 1975, el fondo de cobertura Bridgewater Associates, que hoy es el más grande del mundo. Dalio es el responsable de la gestión de 138.000 millones de dólares de clientes institucionales, como fondos de pensiones, gobiernos y bancos centrales. Es autor del libro Principios, publicado en España por Deusto, que fue número uno en la lista de superventas del The New York Times en 2017. Hijo de un músico de jazz, su mujer, Bárbara, nació en Madrid y el matrimonio está entre los mecenas más importantes de Estados Unidos. Llevan 44 años casados y tienen cuatro hijos. Ray Dalio está en el puesto 67 en la lista Forbes de multimillonarios.

XLSemanal. Decía Savielly Tartakower que la táctica es saber lo que hay que hacer cuando hay algo que hacer; y que la estrategia es saber lo que hay que hacer cuando no hay nada que hacer. ¿Cuál es su estrategia para tiempos de incertidumbre?

Ray Dalio. Cuando no sabes qué hacer, hay una estrategia que funciona: la diversificación, la flexibilidad y la apertura mental. Pongamos que eres un inversor. Si no tienes claro dónde poner el dinero, diversifica. Así reducirás tus riesgos sin reducir tus beneficios. En los tiempos de la COVID-19, si tienes la capacidad de ser flexible, te puedes mover, podrás cambiar tus circunstancias. Y una mente abierta te permite ponerte en la piel de los demás. Siempre hay un buen camino. A veces no sabemos cuál, pero lo encontraremos.

XL. Mientras lo encontramos, nos puede la ansiedad…

R.D. Sí, en estos tiempos hay que ser ecuánime para que la ansiedad no se interponga en tu camino.

XL. ¿Y eso cómo se consigue?

R.D. Yo recomiendo la meditación. Aceptas las cosas como vienen. ¿Conoce la plegaria de la serenidad? «Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo controlar, el coraje para cambiar las cosas que sí puedo y la sabiduría para saber la diferencia». Si tienes serenidad, ves las cosas con otra perspectiva. La vida es así. Lo importante es vivir.

XL. Probaré.

R.D. Ya verá… ¡Es un placer! Practicas 20 minutos al día y es como si te fueras de vacaciones
y volvieras fresco y descansado.

XL. La pandemia sorprendió a todos, incluido su fondo de inversión. ¿Cómo se han adaptado?

R.D. Hemos ganado dinero en los mercados todos los años en los últimos 20, incluyendo la crisis de 2008, que gestioné estudiando la historia. En concreto, la Gran Depresión. ¡Pero no había estudiado las pandemias! Es la primera en mi vida y me cogió por sorpresa.

XL. ¿Y qué hizo?

R.D. Estudiar otras pandemias. Hay muchas cosas que ocurrieron a lo largo de la historia que se repiten, aunque nosotros no las hayamos vivido. Y es importante entenderlas. Ahora estamos viendo muchas cosas que existieron entre 1930 y 1945.

XL. ¿Qué ha aprendido?

R.D. Que hay que pensar en los grandes acontecimientos, y eso incluye las catástrofes naturales. Las inundaciones, las sequías y las pandemias han matado a más gente que las guerras. Cuando empezó la pandemia, yo no era un experto. No me gusta hacer predicciones en asuntos que no domino. Una de las ventajas de los mercados es que pones el dinero donde quieres. Así que me puse a estudiar la naturaleza, y eso me ha llevado a prestar más atención al cambio climático.

XL. Usted ha escrito sobre el auge y el declive de los imperios. ¿A qué conclusiones ha llegado?

R.D. En la actualidad, lo que tenemos es un poder emergente comparable al poder de la potencia dominante. El último orden mundial se formó en 1945. Cuando termina una guerra, los ganadores determinan cuáles son las reglas. Y la gente vive de acuerdo con ese orden mundial. Hemos vivido en gran medida en un orden mundial americano. Por eso, la ONU está en Nueva York; y el Banco Mundial y el FMI, en Washington. Luego, Estados Unidos comenzó a debilitarse. China emergió y se ha convertido casi en un contrapoder. Por lo tanto, tenemos una rivalidad entre China y Estados Unidos. Hay cinco tipos de guerras: comerciales, tecnológicas, geopolíticas, financieras y militares. Cuando examinas la historia de los últimos 500 años, ves que se ha producido un cambio de poder mundial en 16 ocasiones, de las cuales en 12 hubo una guerra. Esto no significa que vaya a haber una guerra, pero internacionalmente no hay un sistema legal, no hay policía ni tribunales con suficiente jurisdicción para resolver los desacuerdos. Así que se resuelven con conflictos. Taiwán es una zona de riesgo. China es y será mucho más poderosa de lo que fue la Unión Soviética y luego Rusia. Ese es el entorno en el que estamos.

XL. Ha dicho que están pasando cosas que nunca habían sucedido a lo largo de nuestra vida, ¿cuáles?

R.D. Tres, sobre todo. No las hemos vivido en persona, pero sucedieron en los años treinta y cuarenta del pasado siglo. La primera es que estamos al final de un ciclo de deuda y dinero. El dólar es la moneda de reserva mundial. Pero hemos alcanzado tasas de interés cero y, además, con mucha deuda. No puede haber una flexibilización de la política monetaria de una manera normal. Los gobiernos crean mucha deuda. Los bancos centrales la compran. Eso se llama ‘monetizar la deuda’. Y todos los bancos centrales lo están haciendo. La gente que ahorra en bonos y en otros instrumentos habituales, en una palabra, la que pone su dinero en depósitos, ve como el valor de su dinero se deprecia. Y en los Estados Unidos eso es un gran problema.

“Necesitamos el bipartidismo. Y habilidad para reorganizar las cosas. Tenemos que rediseñar los impuestos y hacerlo de una manera pacífica”

XL. No solo en Estados Unidos…

R.D. Sí. La segunda es que estamos viendo un aumento de la brecha de la riqueza. Cuando la desigualdad se hace muy grande y hay, además, una fuerte división política, surge mucho conflicto. Casi todo en este mundo gira en torno a la riqueza y el poder. La gente lucha por la riqueza y el poder. Y, si tienes una gran brecha de riqueza y una pobre actividad económica, lo normal es que la gente se pelee. Las cosas se pueden descontrolar. Un mundo tan polarizado, donde la voz de la razón deja de escucharse, puede volverse violento. En Estados Unidos tenemos una división política muy mala. Es un conflicto clásico que se repite una y otra vez… Causó la Revolución francesa, la Revolución rusa, la Guerra Civil española…

XL. ¿Y la tercera?

R.D. China, un poder emergente, que desafía a Estados Unidos, la potencia mundial. Todas estas cosas ya sucedieron entre 1930 y 1945. Y son trascendentales. Cuando añades el virus a todo esto, lo que tienes es un test de estrés.

XL. ¿Como los que pasan los bancos para ver si pueden resistir un panorama difícil?

R.D. Algo así. Pero es un test de estrés que va a pasar todo el mundo: los países, las empresas, las personas… Aquellos que tienen mejor situación económica, un balance saneado, ahorros… lo van a soportar mejor. Hay una pequeña ventaja en las situaciones de caída de la actividad, y es que con la ralentización económica los gastos son menores. Y, si no caen demasiado tus ingresos, puedes compensar.

“Los capitalistas se dedican a aumentar el tamaño del pastel, pero no a dividirlo bien. Y la izquierda, a dividirlo bien, pero no a hacerlo más grande. Y eso me preocupa”

XL. Pandemia y economía van de la mano. ¿En qué punto estamos?

R.D. Es como si estuviéramos en 1938. No quiere decir que tengamos que ir a una guerra, pero hay muchos peligros que pueden hacer que acabemos luchando unos con otros en algunos países, e incluso unos países con otros.

XL. ¿Cómo sortear esos riesgos?

R.D. Solo hay una manera. Primero hay que comprender que, si no tienes empatía y trabajas con los demás de forma pacífica para resolver estos problemas, el panorama es terrible. Así que necesitas el bipartidismo. Y habilidad para reorganizar las cosas. Tienes que rediseñar los impuestos y hacerlo de manera pacífica. Por desgracia, en tiempos de tensión hay mucha ira, así que la inclinación natural es a pelear. Pero la lucha es lo que trae el horror. Así que hay que ser lo suficientemente sabio para pensar en la colectividad y mejorarla. Y para darse cuenta de que hay suficiente dinero y suficiente productividad para que todos podamos vivir. El mundo de hoy produce más de lo que nunca ha producido. Pero para ello hace falta un acuerdo amplio de los partidos de izquierda y derecha para aumentar el tamaño del pastel y dividirlo bien.

“Es como si estuviéramos en 1938. No quiere decir que vaya a haber una guerra, pero hay muchos peligros y podemos acabar luchando unos contra otros”

XL. ¿La bronca política acaba contagiando la calle?

R.D. La gente se enfada en los malos tiempos. Así que hace falta un esfuerzo de entendimiento. Lo que me preocupa es que los capitalistas se dedican a aumentar el tamaño del pastel, pero no tanto a dividirlo bien. Y la izquierda se preocupa mucho por dividirlo bien, pero no piensa en que hay que hacerlo más grande. Tiene que haber productividad. Y empatía entre la gente. Veo a mi alrededor brechas de riqueza y de oportunidades intolerables.

XL. ¿Cómo pagarán los gobiernos la factura de los paquetes masivos de ayuda y estímulo a la economía?

R.D. Desde el punto de vista de los políticos, la fórmula menos dolorosa es imprimir dinero. En otras palabras, hay muchas deudas y habrá más. Y se va a seguir imprimiendo dinero porque, a lo largo de la historia, se ha comprobado que si le coges el dinero a alguien vas a tener un conflicto. Los impuestos han sido tradicionalmente la mayor fuente de revoluciones.

XL. Bueno, es lo que se viene haciendo desde 2010, en Europa para sostener el euro y en otros lugares para reactivar la economía. El Financial Times calculaba, antes de la pandemia, que se habían inyectado 15 billones de dólares para comprar deuda de los gobiernos y prestar a los bancos…

R.D. Mire, el dinero ha ido evolucionando. Hemos pasado de monedas fuertes, respaldadas por el oro, a un sistema monetario en el que cualquier gobierno puede imprimir dinero. Lo hacen el suyo y el mío. Si no le das dinero a la gente para que pueda seguir viviendo, tendrás conflictos. Y, si se lo quitas a unas personas para dárselo a otras, tendrás conflictos. Pero, si imprimes más dinero, nadie se pelea. Es lo que vamos a ver.

XL. ¿Pero se puede imprimir dinero indefinidamente?

R.D. No, no es sostenible. Alivia un poco el problema, pero tiene un coste. En el fondo es un impuesto a la producción. Y, cuando se aumenta la oferta de dinero y de crédito, disminuye el valor del dinero y del crédito. Así que es un impuesto encubierto que se va acumulando.

“En las situaciones de ralentización de la economía hay una pequeña ventaja: los gastos son menores. Si no caen demasiado tus ingresos, puedes compensarlo”

XL. ¿Pero ganamos algo de tiempo para arreglar las cosas?

R.D. No las arreglaremos. Arreglar cosas significa que hay producción y hay consumo. Solo puedes consumir lo que produces. No se trata de ganar dinero, sino de producir, distribuir riqueza y permitirle el acceso al consumo a suficientes personas como para que la gente crea que el sistema es justo. Puedes aumentar la producción, pero, si solo se benefician los ricos, el resto pensará que el sistema no es justo. La mejor sociedad es la que tiene a la mayor parte de la ciudadanía productiva.

XL. ¿Cuánto tiempo nos llevará controlar la pandemia?

R.D. Creo que seguirá siendo un problema durante un año. Las vacunas llegarán en un futuro no muy lejano. Pero tienen que ser distribuidas y funcionar. Y no eliminarán el problema, pero lo mitigarán. Así que la pandemia se irá desvaneciendo durante 2021 hasta convertirse en un problema menor. Porque, además, estaremos mejor adaptados a ella. Los otros problemas se intensificarán. Los políticos, relacionados con la desigualdad y con el reparto de la riqueza, tomarán el relevo durante el próximo año y el siguiente. Y el desafío de China también se intensificará. Mucho depende de cómo evolucione el periodo poselectoral en Estados Unidos. Es probable que haya un periodo de riesgo y desorden, entre noviembre y enero. Estos periodos son vistos como momentos de vulnerabilidad por los rivales de Norteamérica.

“Los capitalistas se dedican a aumentar el tamaño del pastel, pero no a dividirlo bien. Y la izquierda, a dividirlo bien, pero no a hacerlo más grande. Y eso me preocupa”

XL. ¿Se considera un gurú?

R.D. Hay cosas que es importante compartir. Ya lo hago con el dinero. He donado a causas filantrópicas la mayor parte de mi fortuna. Pero también quiero compartir principios. Sin imponerlos.

XL. ¿Aún podemos sacar algo bueno de esta pandemia?

R.D. Se aprende en los malos tiempos y en los buenos. Puedes ser lo bastante listo como para no tener una guerra civil, o tenerla y aprender cosas de ella. La gente necesita ganar perspectiva. Si pudiéramos hablar con nuestros abuelos sobre la Guerra Civil, quizá nos dirían que hubieran hecho las cosas de otra manera. La gente tiene que ver lo terrible que es pelearse. Lo tiene que ver la población… y tu enemigo también. Porque, si no, luchará. Y ese es el peor camino ¿ La lección? Que para ser feliz no tienes que tener mucho de todo. Que ser generoso es lo que te hace feliz.

Carlos Manuel Sánchez/ Fotografía: Brad Trent/Redux/Contacto

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