Acerca del proyecto de introducir Indicadores de siniestralidad en las normas ISO relativas a Recursos Humanos

Acerca del proyecto de introducir Indicadores de siniestralidad en las normas ISO relativas a Recursos Humanos

No todo el mundo lo ve claro
6 November 2020

El Comité Técnico 260 de ISO "Gestión de recursos humanos" ha desarrollado una especificación técnica destinada a estandarizar, a nivel internacional, los indicadores de pérdida en el trabajo. En su reunión del 12 de noviembre de 2019, el Consejo de Administración de la organización francesa de prevención EUROGIP expresó serias reservas sobre este proyecto y publicó una resolución cuyos principales aspectos se recogen a continuación.

La especificación ISO / TS 24179 "Gestión de recursos humanos - Métricas de seguridad y salud ocupacional", realizada en apoyo de la norma internacional ISO 30414 publicada en 2018: "Directrices sobre la evaluación del capital humano interno y externo", propone definir indicadores que permitan a los directores de recursos humanos de las empresas demostrar su creación de valor, en particular midiendo los accidentes laborales (con o sin paro) o las muertes laborales.

Ciertamente, existen motivos para fomentar la identificación y seguimiento riguroso de los riesgos laborales y las reclamaciones para prevenirlos mejor. Sin embargo, los indicadores globales de siniestros no permitirían en ningún caso comparar empresas entre sí a escala global para juzgar la calidad de la prevención de riesgos laborales que implementan. Podrían, por el contrario, ser contraproducentes, por las razones que se mencionan a continuación:

El concepto de accidente laboral

En la mayoría de países, el concepto de accidente de trabajo está fundamentalmente ligado a su sistema de seguro de accidentes, especificando que pueden coexistir diferentes sistemas dentro de un mismo país (público, privado, seguro sectorial de accidentes, etc.). Hay muchos ejemplos de la heterogeneidad del concepto. Así, algunos sistemas excluyen de la definición de accidentes de trabajo todos aquellos que no dan lugar a tiempo perdido, o solo a un número mínimo de días de tiempo perdido. Otros, por el contrario, incluyen en esta definición todas las afirmaciones. Además, algunos sistemas excluyen de la calificación de accidente de trabajo cualquier pérdida resultante de una conducta ilícita o un acto voluntario de la víctima, mientras que otros sistemas consideran que la responsabilidad de la empresa se extiende a estos casos. Por tanto, el momento de activación de la obligación de notificar reclamaciones difiere mucho de un país a otro.

En caso de muerte súbita en el momento y en el lugar de trabajo (como una enfermedad cardíaca), muchos sistemas excluyen a priori la calificación de un accidente de trabajo hasta que se demuestre el vínculo con el trabajo. Otros, en cambio, los califican a priori de accidente de trabajo, salvo que puedan acreditar su carácter extraprofesional (patología preexistente en particular).

Estas diferencias en la carga de la prueba ya están teniendo un impacto muy fuerte en las estadísticas comparativas entre unos pocos países, lo que sugiere los sesgos que generarían en las comparaciones a escala global. Dichos indicadores acabarían penalizando a las empresas que operan bajo un sistema que reconoce y repara en gran medida los accidentes, cuando se comparan sus resultados con los de empresas de países cuyas políticas de reparación son mucho más restrictivas, o incluso casi inexistentes.

Sesgo estadístico

Además de los sesgos estructurales anteriores, existe el hecho de que las comparaciones de reclamos solo tendrían sentido estadístico para empresas con un número significativo de empleados. La ocurrencia de un accidente laboral en una PYME sigue siendo un evento estadísticamente raro. Por tanto, comparar índices de frecuencia en pymes no tendría sentido, ya que requeriría disponer de series estadísticas fiables para la misma empresa durante decenas de años. Según la forma en que se tengan en cuenta en las declaraciones las empresas externas, los trabajadores temporales y los subcontratistas, las empresas podrían verse tentadas a subcontratar actividades especialmente peligrosas.

Estos tipos de indicadores ISO, que los compradores utilizarían para comparar proveedores, no pueden permitir comparaciones justas. Contrario al objetivo deseado, estos indicadores penalizarían inevitablemente a los emplazamientos ubicados en países con los sistemas más avanzados en materia de seguros y prevención de riesgos laborales. En el peor de los casos, podrían constituir un incentivo, respaldado por un estándar internacional, para no reportar siniestros, al competir con los sistemas de seguridad social en su nivel de requisitos.

Por tanto, es imperativo que los promotores de este borrador de especificación técnica midan los múltiples sesgos y riesgos que generará esta propuesta.

Fuente: KAN

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