Huye del usar y tirar, también en la oficina

Huye del usar y tirar, también en la oficina

Cuando decides apostar por un estilo de vida sostenible es habitual comenzar modificando los hábitos dentro del hogar. Pero lo cierto es que la mayoría de nosotros pasamos gran cantidad de tiempo en el trabajo o en lugares donde estudiamos.
6 December 2019

Cuestiones tan cotidianas como tomar un café, agua o un refresco en nuestra oficina pueden llevar aparejado prácticas poco sostenibles, como es el uso de vasos desechables de un solo uso.

Desgraciadamente, el uso de vasos o tazas desechables está cada día más extendido y provoca que acaben en la basura cada día millones de recipientes de un solo uso que en su inmensa mayoría no son reciclables.

Vamos a poner algunas cifras en este contexto. España es el quinto estado de la Unión Europea (UE) con más consumo anual de envases desechables. Concretamente, consumimos unos 3.800 millones de botellas de plástico, 1.500 millones de vasos o 5.090 millones pajitas de plástico al año, según datos de 2017 de la plataforma Seas at Risk.

Este consumo inasumible de envases y utensilios de un solo uso es una de las causas de la generación de tantos residuos plásticos que son difíciles de gestionar. La cultura del usar y tirar es totalmente incompatible con ese estilo de vida sostenible al que aspiramos.

Y son muchos los efectos de este consumo poco responsablegeneración de residuos evitables, vertidos directos en el medio natural, incrementos de costes en la gestión de limpieza y tratamiento, aumento de los costes del reciclaje e incineración o el aumento de la huella de carbono, por citar los más importantes.

De alguna forma, parece que nos hemos olvidado que los recursos a nuestro alcance son finitos y que el Planeta necesita urgentemente que cambiemos nuestra manera de consumir para no aspirar a un futuro incierto.

Nos hemos acostumbrado a que primen en nuestro consumo la rapidez y la flexibilidad, lo que nos ha llevado a que nos inunden los lineales con productos de consumo inmediato y que nos aportan facilidades (muchas de ellas artificiales) sin pararnos a reflexionar realmente en nuestras necesidades.

El modelo de consumo imperante, basado en la economía lineal del fabricar-usar-tirar, nos induce a recurrir a productos desechables con una vida útil efímera y fabricados con materiales valiosos, como es el caso de los plásticos.

En este sentido, y al igual que hacemos en el ámbito doméstico, también podemos promover en nuestro lugar de trabajo la reutilización de productos alargando la vida útil de los mismos, optando por circuitos colaborativos o solidarios y de intercambio, o reduciendo el consumo de productos con envases innecesarios.

Una manera de iniciar el cambio que os proponemos en vuestra oficina es sustituir los vasos de plástico o de papel plastificado por alternativas reutilizables. Por suerte, cada día tenemos más posibilidades en forma de botellas, termos, tazas y vasos.

Fabricados con diversos materiales (vidrio, plástico, cerámica o metal) nos gustaría fijarnos en una posibilidad que, además de ser respetuosa con el Planeta, puede redundar en nuestra imagen de marca. Nos referimos a los vasos personalizados reutilizables que permiten que las personas de nuestra oficina usen recipientes sostenibles con su identidad corporativa o con los valores que queremos transmitir, por ejemplo.

También es un buen soporte para ser regalado a nuestros clientes, que lejos de ser un obsequio más, se puede convertir en un vínculo mediante este tipo de objeto con sentido.

El entregar a un empleado, colaborador o cliente un objeto pensado para durar convierte lo que sería un gasto en una inversión.

Además de los vasos de cristal, metal, cerámica o bambú, encontramos los fabricados en plásticos de calidad, como puede ser el caso del polipropileno (PP o código de materia prima nº 5).

El plástico es una de las invenciones modernas de mayor éxito debido a una combinación de características que difícilmente se encuentran en otros materiales: alta resistencia a la corrosión, alta resistencia en relación con el peso, alta durabilidad, baja conductividad eléctrica y térmica, baja toxicidad, bajo coste y atractivo visual.

Evitando el uso del plástico en la fabricación de productos de un solo uso, este material está llamado a contribuir de manera importante en el cambio de paradigma que supone la economía circular.

Impulsada por la Fundación Ellen MacArthur y el Foro Económico Mundial ha surgido lo que se conoce como la Nueva Economía de los Plásticos, que propone una acción catalizadora en base, primero, a realizar un rediseño e innovación fundamental en el 30% de los plásticos de un solo uso que en la práctica son imposibles de reciclar, y en segundo lugar, reusar y reciclar el 70% del plástico restante.

Si volvemos a nuestro vaso reutilizable, que utilicemos este tipo de soluciones en la oficina es un paso que debe dar lugar a otros, como pueden ser la implantación de un sistema de recogida de papel y cartón, la sustitución de máquinas monodosis de cafés e infusiones, sustituir las botellas de agua de plástico por fuentes o formatos de gran capacidad, incluir en nuestras compras productos de comercio justo, ajustar de manera racional la climatización y evitar que se quede funcionando la iluminación cuando no estamos presentes en el lugar de trabajo.

Pero además, si el tema de la sostenibilidad no te ha parecido suficiente, las leyes y normativas van a poner muy difícil el dispendio que supone el usar y tirar.

Francia se convirtió en 2016 en el primer país en prohibir el uso de vajillas de plástico de un solo uso.

En marzo de 2019 el Parlamento Europeo aprobó una directiva que prohíbe, a partir de 2021, la venta de plásticos de un solo uso dentro de la Unión Europea (UE) para los productos que cuenten con alternativas viables como, por ejemplo, bastoncillos de algodón, cubiertos, platos, vasos, pajitas …

En AsiaIndia eliminará los productos desechables en la mayoría de los aeropuertos del país y desde junio de 2018 la ciudad de Mumbai castiga con hasta 3 meses de cárcel el uso de bolsas, vasos o botellas de plástico. Bangladesh se convirtió en 2002 en el primer país del mundo en prohibir las bolsas en todo su territorio, y China, Israel y Sri Lankacuentan con medidas similares.

En África 25 países que han prohibido las bolsas de plástico. Kenia castigan el uso de cualquier bolsa de plástico con penas de hasta cuatro años de cárcel.

En AméricaCosta Rica anunció en 2017 una estrategia nacional para prohibir todos los plásticos de un solo uso en 2021.

Entonces, ¿reutilizar es una opción? Pues si, ya que es una alternativa sencilla y asequible que podemos poner en marcha en nuestra casa y en la oficina, avanzando en nuestro compromiso con la sostenibilidad.

Por lo tanto, más allá de las normativas y de la implantación de sistemas, el cambio real viene de mano de una verdadera conciencia sostenible que de prioridad a la reducción y a la reutilización, más allá de la inmediatez, flexibilidad y facilidad que predica la cultura del usar y tirar.

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