La brecha salarial de género, aún una asignatura pendiente
La brecha salarial de género, aún una asignatura pendiente
Las diferencias salariales por razón de género constituyen una de las mayores manifestaciones de injusticia social de la actualidad.
La brecha salarial de género es una realidad a nivel mundial
El informe observa que los países con los niveles más bajos de desigualdad salarial se encuentran en el grupo de países de ingreso alto, mientras que los nivelas más elevados se registran en el grupo de países de ingreso bajo y mediano.
El estudio examina las categorías ocupacionales y muestra que, en muchos países, las mujeres tienen un nivel de educación superior que los hombres que ostentan las mismas categorías ocupacionales, aunque cobran salarios inferiores. Además, se observa un patrón común en los mercados de trabajo de todo el mundo: a medida que pasamos de los salarios por hora más bajos a los más altos, la proporción de mujeres disminuye en algunos casos de manera acusada.
La OIT establece que las mujeres con hijos generalmente perciben salarios inferiores a los de las mujeres que no tienen hijos. Pero la evidencia muestra que aún antes de la maternidad las mujeres enfrentan una desigualdad de remuneración. Esto indica que es necesario combatir los estereotipos y la discriminación desde su ingreso al mercado de trabajo.
¿Hay brecha salarial de género en España?
Lamentablemente la brecha salarial de género es una realidad, en nuestro país sobretodo. Según datos de la Agencia Tributaria, las mujeres cobran un 30% menos que sus compañeros masculinos y casi 3.2 millones de trabajadoras no llegan al salario mínimo interprofesional. Además, ocupan menos cargos de responsabilidad (a los que se les asocia una remuneración más alta).
Ana López Ramos psicóloga especializada en el Trabajo, las Organizaciones y los Recursos Humanos en OTP (Oficina Técnica de Prevención) e investigadora del equipo GeST (Género, Salud y Trabajo) de la UJI comenta que posiblemente “el principal factor que influye en la situación laboral de las mujeres sea la escasa participación de los hombres en las tareas domésticas y de crianza” y es por eso que “las empresas tienen más reticencias en contratar a una mujer. Muchos consideran que tendrán una menor implicación o compromiso con la empresa de la que tendría un hombre porque deberán afrontar sus tareas como responsables del hogar”.
Es más, en España las mujeres tienen más dificultades para acceder al empleo, es por eso también que “cuando pueden ingresar finalmente al mundo laboral, sus congéneres de la misma edad cobran más que ellas, por una mera cuestión de antigüedad” comenta la investigadora.
Cómo combatir la brecha salarial de género
El informe de la OIT considera que en muchos países, la mayor parte de la brecha salarial de género no se explica por las diferencias en los atributos y las características entre mujeres y hombres.
Por ello, un número cada vez mayor de países está centrando su atención en la legislación nacional que prohíba la discriminación salarial, así como en medidas que promuevan la igualdad en la remuneración de ambos sexos, leyes y normas que ayuden a disminuir la brecha salarial de género.
López Ramos defiende la elaboración e implantación de planes de igualdad “incluso cuando las mismas empresas no tengan la necesidad legal. Estos suponen muchas ventajas tanto para la plantilla como para la empresa, a nivel de imagen empresarial, clima laboral y gestión del talento”.
La psicóloga hace hincapié en “incentivar estrategias de conciliación de la vida personal y laboral y fomentar que sean los hombres quienes se acojan a las medidas propuestas”.
Una de las medidas más importantes en este ámbito sería la equiparación de las bajas de paternidad, “hay aspectos biológicos que conciernen de forma exclusiva a la mujer, como puede ser el riesgo en el embarazo o el periodo de periparto. No obstante, hay todavía un gran trecho que se puede cubrir. La participación del hombre durante los primeros meses es muy importante para el bienestar del conjunto familiar”.
Y no puede quedarse en el tintero abordar la infravaloración del trabajo de las mujeres en las ocupaciones e industrias muy femenizadas, esto sería un gran avance y ayudaría a reducir la segregación ocupacional.
Hay que tomar consciencia de que los cambios conllevan tiempo y adaptación, especialmente para aquellos que implican un cambio de creencias y valores de la población.
“Hemos recorrido una gran distancia y conseguido muchos hitos en nuestra historia, no obstante, queda mucho camino para alcanzar la igualdad y con ello la ruptura de la brecha salarial de género, especialmente en el ámbito laboral” afirma Ana López Ramos, “hay que “pensar en global y actuar en local”. Tenemos que ser capaces de observar de forma crítica nuestra realidad, saber detectar qué aspectos de nuestra propia conducta debemos cambiar y actuar en consecuencia”.
De esta forma, poco a poco, estaremos transformando nuestro entorno y “contagiando” buenas prácticas.