Las máquinas realizarán más tareas laborales que los humanos en el 2025
Las máquinas realizarán más tareas laborales que los humanos en el 2025
El sorpasso robótico tiene fecha: el 2025. Ese año, la revolución que está transformando el mundo del trabajo con la creciente incorporación de máquinas inteligentes hará que estas realicen más de la mitad de las tareas, el 52%, según pronostica un estudio del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), cuyo texto completo adjuntamos.
Hoy, el peso de la automatización en el ámbito laboral ya es considerable puesto que cubre el 29% de la actividad. Pero este proceso se está acelerando –en el 2022 se prevé que llegue al 42%–, lo que ya está produciendo un importante impacto en las empresas y los trabajadores que va a más. Esta carrera comportará nuevos problemas pero también oportunidades. El efecto más destacado por el documento será la generación de 58 millones de empleos netos en todo el planeta en los próximos cinco años. Una consecuencia positiva ya que con los robots se destruirán 75 millones pero surgirán nuevas funciones que permitirán crear 133 millones.
El trabajo del WEF, titulado The future of jobs 2018, se ha basado en una encuesta a directores de recursos humanos y a los principales ejecutivos de empresas de doce sectores y veinte economías desarrolladas y emergentes que en conjunto representan el 70% del PIB mundial. Su visión es más positiva que las de otros estudios anteriores sobre la robotización laboral, incluido el del propio foro publicado en el 2016 sobre el impacto de la también conocida como cuarta revolución industrial en el empleo. El conocimiento de este proceso es hoy mucho mejor, lo permite identificar mejor sus oportunidades. Aunque también hay motivos para la preocupación, sobre todo en lo que se refiere a la preparación de los trabajadores para este cambio.
El 54% de los empleados de las grandes empresas necesitará reciclar y mejorar sus capacidades considerablemente para aprovechar al máximo las oportunidades de crecimiento. Es un porcentaje elevado si se tiene en cuenta que la revolución robótica supondrá un recorte de plantilla fija en el 50% de las empresas, según las respuestas a la encuesta. El 38% espera aumentar su plantilla, el 28% cree que la automatización generará puestos de trabajo nuevos en su organización y el 48% prevé contratar empleos especializados. Aunque se estima un crecimiento neto del empleo, este cambiará significativamente en calidad, ubicación, formato y permanencia. Así, las empresas recurrirán más a contratistas que hacen tareas especializadas, incorporarán trabajadores en disposición más flexible (a distancia, a tiempo parcial, en ubicaciones móviles...).
“Para que las empresas sigan siendo dinámicas, diferenciadas y competitivas en la era de las máquinas, deben invertir en su capital humano, existe tanto un imperativo moral como económico para hacerlo”, afirma en un comunicado Saadia Zahidi, jefa del Centre for the New Economy and Society del WEF. El documento alerta de que “hasta la fecha, muchas compañías tienen la intención de limitar su provisión de capacitación en habilidades entre el 2018 y el 2022 a los empleados que desempeñan trabajo bajo demanda, en lugar de pensar a más largo plazo y de manera más creativa”. En este sentido, aboga por un “enfoque más inclusivo y proactivo para aumentar la disponibilidad de habilidades futuras”.
La transformación no afectará por igual a todos los sectores, aunque su huella será general, tanto en la implantación de los diferentes tipos de robotización (véase gráfico) como en la capacitación profesional para seguir trabajando. Las tareas físicas y administrativas serán reemplazadas significativamente por mano de obra mecanizada dejando espacio para que las personas se concentren en tareas de más productividad. Por ejemplo, la pérdida de empleos prevista en la minería o el consumo es mayor que en los servicios profesionales. Entre los empleos que se estima tendrán más demanda figuran los basados en la tecnología o potenciados por ella (analistas de datos, científicos, desarrolladores de software y aplicaciones, especialistas en comercio electrónico y redes sociales...). Los fundamentados en habilidades humanas (profesionales de ventas, del marketing, gerentes de innovación o empleados de atención al cliente, entre otros) también irán a más. En cambio, los que se basan en rutinas, como los trabajadores que introducen datos, tendrán menos salida.
El proceso es una “oportunidad para que las empresas se reubiquen verdaderamente como organizaciones de aprendizaje” y para que “los trabajadores asuman la responsabilidad personal por la formación permanente y el desarrollo profesional”, destaca el documento. Igualmente recuerda que “muchas personas necesitarán apoyo a través de períodos de transición de trabajo y fases de reentrenamiento y capacitación por parte de los gobiernos y los empleadores”. Y añade que “si bien un ingreso básico universal completo puede ser inviable desde el punto de vista político y económico, algunas variantes ,como proporcionar un ‘fondo universal de aprendizaje permanente’ para que las personas recurran cuando sea necesario, podrían recibir una atención creciente”.
Fuente: LA VANGUARDIA