Las formaciones que estresan no ayudan al aprendizaje del empleado
Las formaciones que estresan no ayudan al aprendizaje del empleado
Cada vez más formadores corporativos recurren a la gamificación para mejorar los conocimientos de los empleados como forma motivadora y divertida de practicarlos en un entorno seguro. Los juegos tipo quiz o trivia son los más extendidos, ya que son muy adictivos y despiertan emociones positivas por superarse, muy sinérgicas con el aprendizaje.
Bajo su aspecto de juego, los quizs nos hacen pensar y refuerzan la formación con el llamado “efecto test” que potencia el recordatorio de forma mucho más efectiva que estudiarlos releyendo o resumiendo textos. Sin ser percibidos como acciones evaluadoras intrusivas para calificar a la persona como haría un examen, permiten autoevaluarse y aportan a su vez al formador un completo diagnóstico de qué aspectos impartidos se han comprendido mejor o peor. “Se han publicado más de 200 investigaciones demostrando que cada esfuerzo de intentar recordar correctamente un concepto desafiándonos a responder una pregunta, fortalece su memorización de forma muy potente”, explica Maribel Bainad, CPO en la consultoría neurodidáctica Siltom Institute.
Los factores más determinantes para que una información sea retenida con el paso del tiempo o no, son el grado de concentración, la profundidad de la reflexión, comprensión y análisis, los conocimientos previos, la motivación emocional o la atención prestada. “La calidad de lo recordado dependerá de cómo se haya procesado la información en el momento de la codificación, y sólo resiste al paso del tiempo la huella memorística del nivel profundo, que conlleva esfuerzo mental”, añade Bainad.
Dedicar poco tiempo a reflexionar dificulta aprender
Un cierto nivel de estrés propio al reto motivador que supone participar en un juego, resulta beneficioso porque activa la atención y evita el aburrimiento. Pero para que el aprendizaje sea efectivo, el grado de estrés no puede ser excesivo, ya que si ocurre interferirá en el correcto proceso de codificación y almacenamiento de la memoria.
Al elegir un juego formativo, si más allá del entretenimiento se persigue el objetivo de consolidar los conocimientos para ayudar a retenerlos en la memoria, conviene asegurarse de que sus dinámicas están alineadas con el funcionamiento del cerebro humano para que el almacenamiento de información consiga ser perdurable en el tiempo. Existen por ejemplo juegos para eventos corporativos cuyo objetivo para ganar es vencer en el máximo número posible de duelos rápidos entre usuarios. Durante cada duelo se pueden llegar a responderse más de 6 preguntas en un minuto, sumergiendo al usuario en una situación de gran estrés y ansiedad, por la imposibilidad de disponer del tiempo necesario para reflexionar detenidamente sus respuestas con seguridad. La presión temporal dificulta o impide profundizar las decisiones de las respuestas, cuando sería una reflexión profunda la que podría generar una memorización duradera. Este tipo de juegos estresantes pueden registrar incrementos de aciertos, pero estarán únicamente sustentados en un guardado transitorio de la memoria a corto plazo, siendo frágiles al olvido con el paso los días, y por tanto sin mejorar la productividad profesional.
La oferta de gamificación formativa es cada vez más amplia, y actualmente existen juegos en formato de aplicación móvil como Trainapp, que dinamiza las técnicas neurodidácticas más efectivas potenciando la retención y la transferencia práctica del aprendizaje. Bajo el hilo conductor del trayecto de un tren, de forma motivadora y poco agresiva ofrece quiz breves y frecuentes, que progresivamente llevan a alcanzar la excelencia de conocimientos reflexionando las respuestas sin presión. El recordatorio se consolida practicando con repasos a intervalos crecientes, personalizados mediante un algoritmo adaptado a las necesidades de refuerzo de cada usuario.