Los riesgos que implica la tecnología y la conectividad del futuro
Los riesgos que implica la tecnología y la conectividad del futuro
Para comprender correctamente los riesgos asociados a la tecnología, debemos tener en cuenta una serie de elementos que condicionan nuestra actitud y nuestra relación con el progreso digital. Las investigaciones y encuestas de Impressions of Connected Futures nos ofrecen en esta ocasión las desventajas de la tecnología en un futuro cercano.
Para dar un buen uso de la tecnología y no caer en distopías más próximas a las descritas por Phillip K. Dick o George Orwell en sus obras, debemos analizar y racionalizar las ventajas y riesgos de la conectividad.
EXPOSICIÓN
Para satisfacer el deseo de la libertad se requiere una gran cantidad de datos personales para potenciar servicios como los asistentes virtuales o la publicidad a la carta. Esto, inevitablemente, conduce a vulnerabilidades, la mayoría de las cuales no siempre se reconocen o se contemplan.
Mikko Hyponnon, cazadora de hackers y encargada de la seguridad en F-Secure, comentaba en Wired Security que, “si existe algo que he aprendido sobre las personas es que nunca aprenderán. La educación es una pérdida de tiempo”. Las medidas de seguridad siguen siendo una necesidad dominante en relación con la protección de nuestros datos personales, el usuario debe ser consciente en todo momento de lo que comparte. Estas medidas son cruciales para garantizar que los datos fluyan y se compartan con comodidad. La idea de identidades únicas por propósitos podría ser una manera fructífera de ayudar a las personas a sentirse a salvo.
Sin embargo, probablemente la estrategia más efectiva sea desvincular por completo a los clientes de su propia ciberseguridad y que empresas especializadas la administren por ellos.
DEPENDENCIA
La capacidad de la tecnología para amplificar los límites de nuestros cuerpos y cerebros continuará fomentando una excesiva dependencia de ella, olvidando habilidades físicas y mentales básicas como la memoria, la navegación o, como sucede actualmente, el calculo mental. En contraposición, el apetito por aprender está creciendo, el 50% de los encuestados expresa su deseo de hacerlo.
No es coincidencia que la cultura popular mantenga una relación de amor con el género de supervivencia en televisión. La fascinación por la supervivencia en circunstancias extremas sugiere que hay un anhelo por recordar qué significa ser humano y ser capaz de vivir sin la comodidad de Google maps, las aplicaciones móviles o los robots.
Naturalmente, esto plantea la siguiente pregunta: ¿de quién es la responsabilidad de ayudar a los clientes a conservar o recuperar estas habilidades?, ¿Cuál es el plan B para garantizar que el mundo todavía pueda funcionar?
AISLAMIENTO
El narcisismo es alabado y promovido por la cultura popular y la tecnología lo apoya, esto provoca que el usuario consuma gran parte de su tiempo creando y gestionando su imagen personal. El deseo de encajar o compensar inseguridades creadas son los principales problemas. Ante la ausencia de respuestas en redes sociales, cerca del 38% de los encuestados afirmaron haberse sentido ansiosos cuando se les ignora.
Los expertos comparan el rápido aumento del narcisismo con el de la obesidad en los últimos diez años. La psicoterapeuta Lucy Clyde explica que la vida moderna es difícil. Si negamos nuestro propio desorden, realmente no podemos conectarnos con otras personas y su propio desorden. Una experiencia solitaria y aislante”.
ABSORCIÓN
El informe de Ofcom de 2016 sobre el mercado de las comunicaciones citaba que la población de Reino Unido pasaba más tiempo conectada que durmiendo. Se ha agregado una hora a nuestro consumo total de contenido diario en el espacio de un año, lo que no es sorprendente si una sola sesión en Snapchat puede durar hasta 20 minutos. Y más si la media de tiempo frecuentada en smartphones es de 65,3 horas, más del doble utilizado por los usuarios de Internet en ordenadores portátiles.
El 45% de los encuestados afirma carecer de la voluntad necesaria para mantenerse lejos de las pantallas, en consecuencia, el 42% dice que su capacidad de atención ha disminuido.
Según el informe de Ofcom, el 4% de las personas encuestadas ha comenzado a reducir datos de sus dispositivos. Esto involucra a herramientas como Freedom, un bloqueador de aplicaciones y medios sociales, o a Go F ****** Work, una extensión de Chrome que bloquea Internet por periodos de tiempo predefinidos.
SOBRECARGA
A la hora de lidiar con grandes cantidades de opciones, información y sentirse obligado a responder instantáneamente a todo lo que se recibe, la gente ya se siente sobrecargada y agotada por las experiencias que la conectividad facilita. Además, la sensación de sobrecarga nos conduce a concentrarnos en múltiples cosas en detrimento del enfoque y la profundidad del aprendizaje.
Mientras que el 40% de los encuestados está de acuerdo en que siente los efectos físicos del uso excesivo de sus dispositivos (visión borrosa, dedos tensos o dolor en las muñecas), el 33% teme que esto empeore en un futuro. Como era de esperar, el 41% estaría dispuesto a reducir el tiempo que pasa en dispositivos si alguien o algo les ayuda a hacerlo.
Los productos y servicios que funcionan como resúmenes de contenido como Watchup o filtros para comunicaciones, como Google Allo ganan adeptos, ya que ayudan a las personas a liberarse para centrar su atención en otras cosas, como el presente o las tareas más rutinarias. La búsqueda de nuevas formas de organizar, distribuir e ingerir información, como filtros, resúmenes y asistencia, será clave para mitigar futuras consecuencias de la sobrecarga.
En el marco de un evento organizado por Fundación Telefónica y Aspen Institute se comentó que seguimos creyendo en Internet como elemento democratizador, pero para que se desarrolle como tal, hay que poner freno a sesgos e injusticias, además de descentralizar el poder.
De momento, solo podemos analizar y cuidar nuestro vínculo social con lo digital, nuestra relación biológica con la tecnológica. Para el año 2030 (supuestamente) los robots ocuparán entre un 30% y un 35% de los puestos de trabajo que hoy el hombre realiza manualmente; los combustibles fósiles habrán aumentado su valor; la IA y el IoT se abaratarán y nos encontraremos en un momento histórico en el que la ética y los avances tendrán una importancia crucial.