E-nomad, una nueva especie de trabajador

E-nomad, una nueva especie de trabajador

“Trabajadores que no tienen un territorio fijo para trabajar, que utilizan todos los recursos tecnológicos de que disponen y siempre están 'disponibles'".
18 March 2016

Así describe Inés Dalmau, profesora colaboradora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, a los e-nomads, un nueva especie de profesional surgido de un entorno laboral plagado de nuevos dispositivos, aplicaciones y nuevas tecnologías: “los nómadas electrónicos o tecnológicos del siglo XXI”.

Cinco son claves para saber si eres un e-nomad:

  • Estar presente, física o virtualmente, donde está el trabajo.
  • Utilizar necesariamente TIC.
  • Estar hiperconectado, no delimitar el tiempo de trabajo y el personal; tener horarios de trabajo no estables y sin hora de finalización.
  • No tener referentes claros del entorno físico, social o cultural de trabajo, es decir, cambiar con frecuencia de entorno físico, de costumbres sociales, de horarios, etc.
  • Utilizar y transformar gran cantidad de información, “estar hiperinformado”.

 “Las TIC nos han dado la posibilidad de volver a ser 'nómadas', podemos teletrabajar deslocalizados desde cualquier punto del planeta” y existen miles de apps para facilitarnos la vida; pero es “esta misma tecnología la que hace que estemos prácticamente siempre conectados, siempre 'disponibles', 'en línea', que en cualquier momento podamos recibir un mensaje, buscar una información, ver si otra persona está conectada”, explica Dalmau.

Llevado al extremo, el e-nomad “puede llegar a inquietarse por estar unas horas sin recibir ningún mensaje nuevo o estar sin conexión, lo que se conoce como nomofobia”, apunta Dalmau.

Para la experta de la UOC, la tecnología ha conquistado completamente la vida del e-nomad, “la carga de trabajo y la complejidad de tareas se multiplica en proporción al número de tecnologías utilizadas, se pierde el sentido de selección de información por la ilimitada cantidad de datos disponible, las relaciones personales se sustituyen por relaciones virtuales”. En este contexto, “el balance de vida laboral y profesional es imposible de establecer porque los dos aspectos están mezclados”.

Los problemas más comunes relacionados con estos trabajadores son “no poder o no saber desconectar del trabajo, hecho que puede comportar un aumento de la angustia, de fatiga mental o de agotamiento emocional, entre otros; sufrir tecnofatiga”, afirma Inés Dalmau, que añade que “en algunas personas se pueden agravar tendencias adictivas y, en concreto, al uso de las nuevas tecnologías”.

Además, suele haber “desórdenes musculoesqueléticos y de fatiga visual derivados de las inadecuadas posturas y condiciones lumínicas adoptadas para el uso de los dispositivos en cualquier momento y lugar”, asegura Inés Dalmau.

Los expertos de la UOC Xavier Baraza e Inés Dalmau apuntan una serie de orientaciones para prevenir problemas cuando se teletrabaja:

  • Gestionar bien el tiempo, cuantificar el tiempo que se está disponible para trabajar, tener conocimiento y diferenciar las horas laborales de las no laborales.
  • Priorizar tareas adecuadamente, diferenciando entre urgente e importante y definiendo el grado real de urgencia. Que haya llegado ahora un mensaje de correo no quiere decir que se tenga que contestar ahora.
  • Preservar las relaciones interpersonales en el entorno laboral, mantener vivencias positivas en el trabajo, facilitar el mantenimiento del sentimiento de pertenencia.
  • Que el puesto de trabajo cumpla con la normativa vigente en materia de prevención de riesgos, medio ambiente, confidencialidad de datos, derechos laborales; prevenir los riesgos ergonómicos, disponer de toda la tecnología necesaria, valorar la adecuación de los programas que se utiliza, definir funciones y responsabilidades, identificar costes, etc.

Inés Dalmau afirma que, aunque no hay suficientes datos, “todo parece indicar que, quizá a corto plazo, sí”. Según la experta, “la gran duda es si este perfil interesa a medio o largo plazo, donde prevé que no”.

Añade que “las personas tienen límites y no es positivo ni para la empresa ni para el trabajador tener un perfil laboral tan tensionado personal y laboralmente”.

 
Fuente: RRHH press

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