Los adolescentes españoles realizan trabajos peligrosos pese a que está prohibido
Los adolescentes españoles realizan trabajos peligrosos pese a que está prohibido
En España, los jóvenes de 16 y 17 años tienen derecho a trabajar. Pero tanto los convenios internacionales como el Estatuto de los Trabajadores prohíben que desempeñen tareas de riesgo. Cargar pesos, tratar con sustancias tóxicas, realizar labores en altura o mediante el manejo de instrumental y maquinaria peligrosa, entre otras. Y, pese a todo, la tasa de accidentes leves de este colectivo es al menos la misma que la de la población general, y probablemente mayor. Según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo por el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, en 2013 –el último año con datos– se registraron 350 accidentes leves entre adolescentes españoles, al menos la mitad por sobreesfuerzos.
“En España la situación no es grave”, ha señalado Joaquín Nieto, director de la oficina española de la OIT. “La tasa de accidentes laborales entre menores es superior a la de la población general, pero tanto en siniestros graves como mortales es claramente inferior”. De estos últimos no se han registrado casos entre menores en los últimos años, pero sí entre adultos. “Lo que tenemos pendiente es una tarea de identificación de qué jóvenes están realizando trabajos peligrosos”, ha asegurado Nieto.
Según los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) y del Instituto Nacional de Estadística (INE), en España 848.000 jóvenes de 16 y 17 años. De estos, apenas uno de cada veinte (42.900) se encuentra dentro de la población activa. En total, son menos de 9.000 los que trabajan de forma regular y la mayoría lo hace de forma esporádica. Como los datos disponibles no son suficientemente precisos, ha explicado Nieto, no es posible determinar exactamente la tasa de siniestralidad laboral, aunque la ha situado alrededor del 3,5%. La proporción se mantiene, ha asegurado, con las estimaciones que se hacen de la Unión Europea, donde la tasa de incidentes no mortales entre menores de 18 años es de 1.518 por cada 100.000 empleados, frente a 1.251 de la población general.
Pero es en los países en vías de desarrollo donde el problema del trabajo infantil y el trabajo peligroso de menores adquiere una dimensión mayor. Según el último informe de la OIT, en el mundo hay 47,5 millones de adolescentes menores de edad que desempeñan trabajos de riesgo. Representan casi una cuarta parte del total de 168 millones de jóvenes que aún no han cumplido 18 pero trabajan. De lo que internacionalmente se considera “peores formas de trabajo infantil”, una categoría que incluye el trabajo de riesgo pero también la explotación sexual, los niños soldados y otras formas de esclavitud –y en la que se estima que están 85 millones de personas– suponen la mitad del total.
Las normas internacionales –vinculantes para todos los países¬–, ha explicado el director de la oficina española de la OIT, convierten en ilegal que los menores de 15 años trabajen. Aun así, algunos adaptan la norma para rebajar esta edad hasta los 14 años y otros, como España, lo elevan a los 16. “En general, la edad mínima para empezar a trabajar debe coincidir con el fin de la educación obligatoria”, ha aclarado Nieto.
Fuente: Diario Sur