Nanotecnología y seguridad y salud laboral: 20 años de desfase

Nanotecnología y seguridad y salud laboral: 20 años de desfase

Tuesday, 10 September 2013

En la actualidad la nanotecnología ha traspasado el umbral de laboratorio y está instalada para quedarse, tanto en la industria como en los productos y servicios de consumo diario por parte de la sociedad. Pero, ¿son peligrosos los nanomateriales?, ¿qué trabajadores, cuántos son y en qué tareas han estado expuestos, de qué sectores?, ¿a qué riesgos exactamente han estado expuestos?, ¿de qué modo se puede garantizar la seguridad y salud laboral de quienes están expuestos a los riesgos nano?. Para comprender el alcance y envergadura de estas cuestiones es necesario antes ubicarse en el contexto del desarrollo nanotecnológico.

La nanotecnología se nos ha presentado como la  revolución tecnológica del siglo XXI con un impacto económico y social  sin precedentes. La Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos en su informe sobre las implicaciones sociales de la nanociencia y la nanotecnología señala que “ [su] impacto en el siglo XXI será al menos tan significante, para la salud, el bienestar y la seguridad, como la suma de la influencia de los antibióticos, los circuitos integrados y los polímeros”.

Desde 2000, las principales naciones han puesto en marcha planes estratégicos de nanotecnología. Como resultado, en la última década, su desarrollo ha sido tal que se ha producido una auténtica carrera internacional de I+D+I, cuyo meta no es otra que la de generar patentes en todos los sectores, desde la minería, agricultura, ganadería e industria alimentaria o maderera, a los cosméticos de última generación, los textiles, la biomedicina, pasando por las tecnologías de la información, la automoción, el tratamiento de residuos, la potabilización del agua o la generación de energía.

La base de esta vasta transversalidad radica, por un lado, en que los nanomateriales poseen propiedades físicas y químicas únicas y, asociado a ello un potencial de innovación sin precedentes  y, por otro, en que el conocimiento científico y técnico ya permite  diseñar  y producir nanosustancias y nanomateriales con propósitos específicos. Las siguientes cifras de 2013 dan testimonio de ello: entre 2.000 y 5.000 sustancias nano, entre 80.000 y 160.000 preparados nano y hasta 1.300.000 productos finales con nanomateriales incorporados.

Hay sin embargo un aspecto no resuelto que en teoría debería ser un factor fundamental de este crecimiento y desarrollo tecnológico: los efectos ambientales y sobre la salud humana asociados a la nanotecnología, acerca de los cuales queda mucho por saber. Ya en 2004 la Comisión Europea adoptó la Comunicación titulada “Hacia una estrategia europea para las nanotecnologías”, en la que se proponía una estrategia segura, integrada y responsable que  abordara  lo antes posible los riesgos que, para la salud pública, la seguridad y la salud en el trabajo, el medio ambiente y los consumidores, puedan tener los productos desarrollados mediante la nanotecnología. Sin embargo la seguridad integrada en el diseño todavía no es una realidad.

Sin duda en el desarrollo nanotecnológico la I+D, la seguridad y la puesta de productos en el mercado,  han llevado trayectorias independientes, de modo que, lejos de lo que sería sensato y deseable, la seguridad no es una variable integrada en la I+D nanotecnológica, sino que es algo que, a día de hoy, se realiza en una etapa post-mercado.  No es de extrañar que expertos de organismos tan fuera de toda sospecha “antisistema” como el Centro de Investigación y Desarrollo del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EUA, apunten que “es de esperar que el desarrollo y uso a gran escala de los nanomateriales generará reglamentaciones costosas y responsabilidad civil a los fabricantes debido a las persistentes incertidumbres, a los efectos imprevistos y a la posible toxicidad” (de los nanomateriales).

En el terreno laboral impera la incertidumbre, en sentido literal, acerca de los efectos en la seguridad y salud de los trabajadores expuestos nanosustancias y nanomateriales en las empresas donde se fabrican o utilizan. La organización mundial del trabajo (OIT) ha llamado la atención sobre el enorme desfase entre el conocimiento en las aplicaciones de la nanotecnología y el de su impacto en la salud, brecha que la agencia europea para la seguridad y salud en el trabajo (EU-OSHA) cuantifica en 20 años, en su informe de 2013 titulado “Prioridades para la investigación sobre seguridad y salud laboral en Europa: 2013-2020”, pag. 11.

Siendo así las cosas, ¿de qué modo se puede garantizar la seguridad y salud laboral de quienes están expuestos a los riesgos nano? ¿quiénes, dónde, cuántos y cuando han estado expuestos?, ¿a qué riesgos han estado expuestos?

Estas cuestiones y otras serán tratadas en Barcelona el próximo 26 de septiembre en la jornada titulada Últimos avances en nanotecnología y seguridad y salud laboral. El objetivo de esta jornada, dirigida a profesionales de la Prevención de riesgos laborales, es proporcionar una visión sobre el estado de la cuestión de la seguridad y salud laboral en relación a las nanopartículas y nanomateriales. Así se dará una visión sobre:

  • SECTORES Y EMPRESAS QUE UTILIZAN NANO
  • PELIGROS Y RIESGOS NANO
  • NANO Y REGULACIÓN
  • IMPACTO SOBRE LA SALUD DE NANOPARTÍCULAS Y NANOMATERIALES Y VIGILANCIA DE LA SALUD DE TRABAJADORES EXPUESTOS
  • NANO Y BUENAS PRÁCTICAS DE PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES: DETECCIÓN, EVALUACIÓN, MEDIDAS PREVENTIVAS, GESTIÓN

Dado el ritmo de investigación sobre nanotecnología y seguridad y salud en el trabajo, la vigilancia tecnológica, esto es la actualización profesional mediante la  incorporación de los resultados de la investigación, es una actividad inherente a la buena práctica profesional para  los higienistas y los responsables de la SST en todos los niveles: investigación, industria, sindicatos, administración de salud pública y grupos de interés en general.

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