ORPconference
Madrid 2019

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PRESENTACIÓN ORP Conference 2019

La persona es la medida de todas las …Empresas

La historia nos pone en contadas ocasiones ante “minutos de oro” que cambian el devenir de la evolución y el progreso de la humanidad.

Esos momentos mágicos en los que convergen necesidades sociales con mentes y organizaciones despiertas, han permitido saltos evolutivos en el conocimiento, tales como: el fuego, la rueda, el renacimiento, la teoría de la relatividad o el descubrimiento de la secuencia de ADN… por citar algunos hechos.

La Prevención de Riesgos Laborales (PRL), como no podía ser de otra manera, se encuentra ante el desafío de poner en valor, los avances gigantescos que en el mundo de la ciencia están apareciendo de manera abrupta en estos últimos años.

La PRL tiene su sentido de ser en el trabajo, y este momento áureo nos marca un antes y un después motivado por los descubrimientos científico-técnicos que nos brindan las personas que investigan.

Una nueva generación de profesiones, que podemos calificar como industria 4.0, sensórica, robótica, big data, realidad aumentada, blockchain… nos muestra nuevas realidades que afectan el trabajo, en al menos dos vertientes.

Por un lado, la aplicación sistemática de todas estas tecnologías que nos llevan hacia la inteligencia artificial (IA), nos muestran el camino para abordar, de una vez por todas, drásticamente, la reducción de la accidentalidad. La otra cara de la moneda es, sin duda, la aparición de unos nuevos nichos en el mercado laboral que vienen a configurar las actividades actuales y de futuro, que generan o potencian nuevas formas de producción, lo que trae consigo nuevos desafíos, oportunidades y puede generar nuevos riesgos emergentes que empezamos a vislumbrar aún de forma borrosa.

Repensar qué es trabajar hoy y el por qué y para qué, es el primer eslabón en esta cadena, que configura nuevos valores o, al menos, el reequilibrio de los anteriores.

Nunca la humanidad había acumulado tal cantidad de talento tanto en calidad, como, obviamente, en cantidad. Si a esto le añadimos los aportes de la ciencia y la tecnología y la nada baladí variable temporal de la velocidad de crecimiento e implementación, nos encontramos con un momento único de oro, que debe orientarse y valorar exhaustivamente para conseguir que impacten en la mejora del bien común.

Ahora bien, este frenesí de conocimiento deja poco espacio para la reflexión y la valoración ética del impacto que acarrean los nuevos avances. El cambio social ya no es algo provocado o buscado conscientemente por ideólogos, antes bien, estos pensadores han sido sustituidos por la ideología implícita e inherente a la ciencia, a la tecnología y a los productos y a sus avances, que se convierten en cotidianidad inconsciente y dan sentido y orden a los valores.

Por otro lado, la sociedad actual, que ha encontrado en la empresa su manera natural de satisfacer las necesidades de las personas, ante este momento delicado e histórico debe prestar una atención muy especial al personal que generan estos bienes y servicios.

Ergo para que estos protagonistas nos provean de productos y servicios de calidad, debemos atender a sus necesidades como personas, y es ahí donde tiene sus raíces el movimiento de Empresa Saludable, que va más allá de una visión simplista de salud laboral y busca consignar y compatibilizar de manera holística todas las variables presentes en las organizaciones y que configuran la salud de la sociedad.

La Empresa Saludable deja de ser cobijo protector personas sanas, para convertirse o para tratar de alcanzar con su impacto al global de todos los stakholders que dan sentido a la misma, ya que la Empresa Saludable ejerce su fuerza y atracción sobre el entorno, de tal forma que, éste queda fijado gravitatoriamente a la misma.

En la búsqueda de la sostenibilidad empresarial está el germen de la salud global, al compaginar la empresa su responsabilidad sobre su personal con la extensión con el entorno.

De esta forma, las personas pasan a recuperar el epicentro de la empresa, que nunca deberían haber perdido, y se convierten en los protagonistas únicos y privilegiados de esta nueva Empresa Saludable que se compromete con las personas, su entorno y de forma consciente con el planeta.

Necesitamos plantearnos urgentemente el alcance de esta Empresa Saludable si queremos dar crédito y mantener la reputación de la misma y ser considerada esta como el elemento estratégico que trabaja en la búsqueda de soluciones para una sociedad más justa y sostenible, podemos decir sin temor a equivocarnos que la complicidad de la Empresa Saludable y la Sociedad es el proceso evolutivo coherente en la generación del bien común.

Poner en valor los brotes de justicia que la sociedad reclama, con los lícitos objetivos de la empresa ha demostrado, en los países más avanzados, que no sólo es la razón de ser del comportamiento ético de la empresa, sino que a la vez se convierte en fuente de riqueza mutua, por lo que, una empresa sana es sostenible por definición y ayuda a planificar de forma coherente y consecuente el futuro con menos incertidumbres, tanto para la organización como para el entorno en que esta habita.

La Empresa Saludable es la evidencia de que las personas son el bien a proteger, pero esta visión va mucho más allá del cuidado de los colaboradores directos y se convierte, por la bondad del método, en protector de todas las personas y del entorno.

La Empresa Saludable es, sin lugar a dudas, el elemento estratégico para el desarrollo sostenible de la humanidad.

Pedro R. Mondelo

Director ORP