Liderazgo tóxico
Liderazgo tóxico
En algunas organizaciones, sumidas en crisis, incapaces de hacer frente a los cambios exigidos por el entorno, por los clientes, los competidores, etc., se percibe un desánimo general, una falta de energía e impulso para afrontar los retos necesarios. El concepto de organización tóxica surge para referirse a aquellas organizaciones en las que no hay buenos vínculos entre compañeros de trabajo, el ambiente es destructivo y la empresa poco productiva. A continuación se enumeran algunos de los rasgos característicos de las organizaciones tóxicas:
- No hay un proyecto empresarial ni una visión compartida.
- Predomina la acción urgente, sin objetivos ni dirección.
- No hay valores ni principios éticos de actuación.
- Cada área funciona como un reino independiente.
- No se admite el error, se buscan los culpables y se castigan. Se gestiona a las personas con el miedo.
- Se desperdicia el conocimiento y talento de los trabajadores.
- Son un semillero de clanes y camarillas de poder.
- Generan un entorno de desconfianza donde las personas no se atreven a expresar sus ideas y criterios para no verse ridiculizadas ni represaliados.
- Fomentan la división entre los trabajadores y los departamentos o secciones.
- Son incapaces de comprender los sentimientos y puntos de vista de los empleados y los clientes.
- Existe un ambiente de asfixia y desmotivación generalizado.
- La calidad y el servicio al cliente suelen ser bajos.
- Facilitan la comunicación distorsionadora.
- Frustran la creatividad, la capacitación y la brillantez profesional.
Rasgos característicos de los ambientes laborales y los líderes tóxicos
Este tipo de organizaciones facilitan la existencia de “jefes tóxicos”, que también pueden existir en empresas “sanas”. El jefe tóxico es aquel que utiliza el poder para fines personales, que no aporta valor a la organización y que causa destrucción a su alrededor. Las principales características de este tipo de jefes son:
- Seleccionan a sus asesores y trabajadores entre sus amigos, familiares y conexiones.
- Reaccionan defensivamente y no dejan hablar.
- Sus reuniones de trabajo son solo para transmitir información, exclusivamente comunicación unidireccional.
- Fijan objetivos imposibles de cumplir.
- Se convierte en aislados y paranoicos con el tiempo.
- Se muestran muy escépticos con la planificación, las políticas establecidas y los asesores independientes.
- Esconden los números.
- Acaparan toda la toma de decisiones.
- Se guardan los elogios.
- No dejan clara la estrategia común.
- Tratan a los trabajadores como inferiores.
Este tipo de organizaciones y jefes son un factor de riesgo psicosocial. A su alrededor se crean situaciones relacionadas con el estrés laboral, el mobbing, la violencia psíquica y el burnout:
- Incremento en la rotación de trabajadores, sobre todo los de más talento y potencial que no están dispuestos a calarse las manipulaciones de sus jefes.
- Trabajadores sumisos, con miedo a tomar decisiones que impliquen riesgos o que contradigan a sus jefes.
- Ausencia total de creatividad e innovación como consecuencia del miedo y del temor a ser castigado por los posibles errores cometidos al intentar algo nuevo.
- Deterioro de la salud física y psíquica de los empleados.
- Agrupamiento en asociaciones sindicales de manera de protegerse contra las tiranías de los jefes.
- Saboteos, paralizaciones y huelgas en el peor de los casos por parte de trabajadores.
- Demandas laborales.
- Deterioro paulatino del clima laboral, ya que el mecanismo de la manipulación conlleva a una falta de comunicación efectiva y feedback constructivo.
Estos contenidos forman parte del curso El liderazgo en las organizaciones: guía para el autodiagnóstico y desarrollo de estilos directivos que se imparte online desde el campus UPCplus.com del CERpIE-UPC (Universitat Politècnica de Catalunya).