Tres formas de motivar a las personas en su actividad laboral

Tres formas de motivar a las personas en su actividad laboral

Y a ti, ¿qué es lo que te mueve?
31 Agosto 2017

La motivación laboral es la capacidad que tienen las empresas y organizaciones para mantener el estímulo positivo de sus empleados en relación a todas las actividades que realizan para llevar a cabo los objetivos de la empresa, al tiempo que satisfacen sus necesidades y expectativas. Esta tarea no es fácil, si tenemos en cuenta que la motivación depende de la persona, del momento y de las circunstancias; es más, una buena política que favorezca la motivación no tiene por qué venir siempre acompañada de un mayor rendimiento, ya que el desempeño de una persona es el resultado, no sólo del entusiasmo que ponga en el trabajo, sino también de sus capacidades o habilidades.

Existen tres formas de motivar a las personas en su actividad laboral:

Componentes de la motivación

Motivación extrínseca. Se produce cuando los motivos que impulsan la acción son ajenos a la misma. Vienen determinados por incentivos externos como la retribución en respuesta a determinados objetivos alcanzados, la buena consideración o alabanzas por parte de superiores y compañeros.

Motivación intrínseca. Se produce cuando la realización de la propia conducta es lo que mueve a la persona. El incentivo es intrínseco a la actividad y los motivos que conducen a la activación son inherentes a la persona sin necesidad de estímulos externos. Proviene de cualquier resultado positivo que genera en uno mismo la realización de algo y que depende del hecho mismo de hacerlo. Algunos ejemplos serían la búsqueda de conocimiento, la asunción de responsabilidades, el sentimiento de logro, el propio gusto en hacerlo o de compartir lo que se hace.

Motivación trascendente. Se produce cuando la acción provoca resultados positivos en otras personas distintas de quien la ejecuta y que repercuten satisfactoriamente en uno mismo por el mero hecho de hacerla, de favorecer y poder colaborar con los demás. Por ejemplo, el buen servicio a un cliente, la ayuda a un compañero de trabajo, la satisfacción generada al constatar que con nuestro esfuerzo se han mejorado las condiciones de trabajo de los demás, etc. Se trata de una motivación profunda asociada a valores propios de la dimensión humana: la empatía, la solidaridad y la generosidad.

Estos tres tipos de motivaciones pueden encontrarse presentes en una misma acción, aunque el peso de cada una de ellas sea diferente para cada persona. Así, nos encontramos con individuos que se mueven esencialmente por fines lucrativos y otros que cuidan los detalles guiados sobre todo por la calidad y el espíritu de servicio. La calidad motivacional de una persona viene determinada por tanto por la sensibilidad que esa persona tiene para ser movilizada por cada uno de los tres tipos de motivaciones citadas.

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