El ritmo de la vida

El ritmo de la vida

Saber identificar y cambiarlos estados internos es clave para disfrutar del ritmo de la vida a la vez que preservamos nuestra seguridad y salud.
16 Diciembre 2013

Un estudiante de artes marciales fue junto su  maestro y le preguntó:
- "Estoy deseoso de estudiar sus técnicas. ¿Cuánto tiempo me llevará aprenderlas?"
El maestro contestó:
- "Diez años"
Impaciente, el alumno insistió:
- "Pero yo quiero aprender más rápido. Trabajaré muy duro. Practicaré todos los días, diez o más horas al día si tengo que hacerlo. ¿Cuánto tiempo me llevará entonces?"
El maestro pensó un momento y le respondió:
- "Veinte años"

La prisa y la impaciencia, es el afán de querer estar ya en el futuro, y para ello pasar a toda velocidad por el presente. Esta actitud es un gran peligro, ya que no estamos en el presente, sino que nuestra mente corre hacia el futuro. El no estar en el momento presente y percibir como nos movemos fluidamente hacia el futuro, siguiendo el ritmo de la vida en cada momento, siendo conscientes de cada paso y del propio movimiento de avance que se va produciendo, puede poner nuestra seguridad y salud en un grave peligro. ¿Hacia dónde vamos con tanta prisa?

Según los expertos de la salud, esta manera de afrontar las circunstancias ,tiene muchos efectos negativos relacionados con el estrés, ya que produce la segregación de hormonas como la  adrenalina, noradrenalina y cortisol que pasan en la sangre y afectan negativamente hasta la última célula del organismo. Tensión, ansiedad, dificultad de atención y concentración, y una gran cantidad de posibles enfermedades. Las hormonas mencionadas anteriormente también se segregan cuando se tienen emociones como miedo y preocupación, por ejemplo.

Y cada día nos montamos en un tobogán de emociones y sensaciones diversas, que a veces suben muy alto y otras veces todo lo contrario. Son los estados emocionales. ¿Qué relación tienen con la Seguridad y Salud? En mi opinión, y también de acuerdo a numerosos estudios, la relación es enorme y directa, aunque no somos demasiado conscientes.
Hay ya estudios que están midiendo la relación entre los errores de comportamiento que llevan a accidentes y enfermedades, con estados emocionales. Verdaderamente interesante. Estos estudios confirman lo que desde hace mucho tiempo intuíamos.

En mi opinión se podría llamar estado interno en lugar de estado emocional, ya que se trata de la suma total de la experiencia humana en una situación determinada. Comprende los procesos intelectuales, pensamientos,  emocionales y físicos que se producen en nosotros en una determinado situación. Contiene imágenes mentales, sonidos, palabras, emociones y sensaciones como presión en el pecho, nudo en la garganta; procesos físicos como sudoración, tono de voz, gestos, posturas, forma de respirar. Es que lo llamamos estado emocional.

Un estudio que conozco sobre casos reales, indica que el estado de prisa es el que lleva a más errores que provocan accidentes. ¿Qué tipo de errores? Algunos de ellos son por ejemplo situarse completamente o parcialmente, en la línea o zona en la que está el riesgo, o por la que puede moverse. Realizar movimientos sin la estabilidad adecuada, no afirmándome convenientemente. No estar concentrado en el momento presente y claro está, en la tarea. Y por tanto no tener los sentidos, y sobre todo la vista y los oídos puestos en la tarea.
Es decir, como suponíamos hay una relación directa entre los estados emocionales y los errores de comportamientos que ante situaciones de riesgo pueden llevar a accidentes y enfermedades.

Entonces la pregunta sería: ¿se pueden reconocer los estados internos y cambiarlos cuando no sean adecuados para nuestra seguridad y salud? La respuesta clara y contundente es “¡Sí!, claro que se puede”. Para ello es preciso  mirar dentro de nosotros. Esto a menudo, suele costar, porque tendemos a pensar que el problema y la solución está fuera de nosotros.

¡Ojo con las prisas! ¡No son buenas consejeras! El único viaje en el que aprovechar el tiempo es altamente rentable en todos los sentidos, es el viaje hacia nosotros mismos.

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