FREGINALS: Enésimo aviso de una fatiga mal controlada

FREGINALS: Enésimo aviso de una fatiga mal controlada

Los accidentes de autocar en autopistas con elevado número de víctimas nos recuerdan los fallos que tiene el sistema del transporte de viajeros basado en la confianza total en las capacidades físicas y psiquicas de los conductores. No. El CAP es insuficiente. La implantación del BBS (Behaviour Based Safety) con un gestor responsable de la seguridad de las flotas es ya imprescindible.
6 Abril 2016

No son muchos los accidentes de autocar con elevado número de víctimas en autopista, pero cuando se producen tienen un gran impacto emotivo, técnico y social en el entorno de los hechos. Hace pocos días un autocar con jóvenes estudiantes europeas se desplazaba entre Valencia (donde fueron a visitas las fallas de San José) y Barcelona (donde eran alumnas Erasmus) por autopista. En un momento dado, en el municipio de Freginals provincia de Tarragona, el autocar sin ningún tipo de incidencia de tráfico empieza a hacer eses y tras golpear en la bionda de su derecha, invade la mediana central y la calzada contraria siendo colisionado por turismos que circulaban por ella. Resultado 15 muertos iniciales y el conductor en coma sin poder saber las causas. ¿Sueño? Cansancio? Móvil? 

Pocos son los estudios objetivos y rigurosos sobre la incidencia del cansancio, el sueño y la apnea en la producción de los accidentes de tráfico. A L.Van Ouwerkerk hay que agradecerle sus trabajos en esta materia aunque solo haya sido entre los profesionales de la conducción de vehículos pesados en carretera.

Los trastornos del sueño se consideran muy frecuentes, en nuestro medio cotidiano, y si se asocia sueño y conducción, las consecuencias serán siempre muy negativas. Casi una tercera parte de los accidentes de tráfico presentan circunstancias relacionadas con el sueño y con la somnolencia del conductor, a consecuencia de un descanso inadecuado, una menor resistencia a la monotonía, un transtorno del sueño o la unión de estos factores. El sueño produce una serie de alteraciones negativas de las habilidades psicofísicas que requiere la actividad de conducir. En general entre las más importantes se pueden destacar una disminución en la capacidad de reacción, alteraciones musculares, microsueño, distracciones, alteraciones de la visión y de todos los sentidos, y también a veces a alteraciones de la conducta. Un 30% de la población tiene patologías del sueño que pueden producir un aumento del sueño diurno, con la repercusión que esto puede tener si se conduce de día.

Van Ouwerkerk llevó a cabo encuestas a 650 conductores, se les preguntó si habían estado a punto de dormirse alguna vez al volante y si realmente se habían dormido. Sólo el 40% de conductores de la muestra declararon no haber estado nunca a punto de dormirse, el 60% restante admitieron que les había pasado.

De los que contestaron que habían estado a punto de dormirse "a menudo" o "algunas veces", un 28% declararon haberse dormido del todo (16% de la muestra).

A estos, se les pidió si, del hecho de dormirse habían resultado accidentados -casi la mitad contestaron afirmativamente, lo que representa un 7% de la muestra total.

Se hicieron algunas otras preguntas complementarias a los conductores accidentados. Se vio, por ejemplo, que, por término medio, los accidentes se producían después de 14 horas de trabajo, de las cuales nueve las pasaron al volante. Alrededor del 35% de los conductores habían trabajado más de 20 horas, un 25% habían conducido 15 horas o mas, y un 55% habían dormido seis horas o menos la última noche.

La mayoría de los conductores (70%) indicaron que el accidente había sido grave" o “muy grave". Como consecuencia del accidente, un 72% de los conductores declararon haber cambiado sus hábitos, un 21 % trabajan menos horas actualmente, un 21 % conducen menos horas, y un 43% reposan más entre los periodos de trabajo.

A pesar de que la muestra (650) no puede pretender ser representativa de la totalidad del colectivo de conductores de camión, los trabajos de este tipo permiten identificar las grandes características de la problemática asociada al hecho estudiado. En este sentido, no hay duda que las condiciones de trabajo de los transportistas de carretera producen un estado de fatiga que, en una proporción en absoluto despreciable, se traduce en accidentes con un riesgo asociado muy alto.

La normativa europea sobre el CAP (Certificado de aptitud profesional) para conductores de camión y autocar está siendo un gran avance y seguro que las sesiones iniciales o las de reciclaje cada 5 años, dan sus frutos, pero si hay que tender a la visión cero y evitar accidentes como el de Freginals o como hace unos años en la misma zona y autopista el de Torreblanca, hay que dar un giro más riguroso a la tuerca del control de las condiciones de los conductores. El BBS con controles directos y continuados del estado físico y psíquico de los conductores por parte de un responsable permanente de seguridad, ya urge impklantarlo en Directiva específica.

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