Liderazgo: ¿Prevención o personas?

Cuando hablamos de liderazgo se presupone que estamos a la cabeza de “algo” y que dirigimos ese “algo”. Y no sólo esto, sino que además lo hacemos con influencia.

En seguridad y salud laboral, ¿lideramos la prevención? o ¿lideramos a las personas, objeto final de la prevención?. ¿Es posible pensar que liderando la prevención estamos liderando también a las personas?

En mi opinión son dos cuestiones que debemos tratarlas por separado. De hecho, normalmente se tratan de esta manera. Hablar de prevención significa aplicar la normativa, y según esto proteger a la persona de los riesgos a los que está expuesto. Pero, ¿se siente la persona protegida?, ¿Existe el sentimiento de protección?, ¿Siente la persona la preocupación de sus responsables por su salud laboral?

Preguntar al trabajador sobre esta cuestión es un tanto arriesgado. Esto mismo hicimos en un pequeño taller. Resultado, la persona no se sentía formar parte de la prevención, no se contaba con ella. Simplemente se aplicaba la normativa y la persona debía cumplir con ella.

En la dinámica grupal surgió la cuestión de los equipos de protección individual, en concreto la utilización de los cascos auditivos. Los trabajadores que no los utilizaban argumentaban que les hacían daño, que eran incómodos. Al preguntarles por la implicación que tenía para su salud la no utilización de estos equipos de protección individual, contestaron que conocían las consecuencias de pérdida paulatina de audición, pero que aún así preferían no ponérselos.

Este concepto “paulatino” nos dio lugar a una reflexión. ¿Tiene importancia el tiempo transcurrido desde que el trabajador emite una conducta insegura y las consecuencias para su salud de este tipo de conducta?. En este caso es bastante evidente que sí. Cuando la inmediatez de las consecuencias negativas se demora en el tiempo, el trabajador realmente no percibe el riesgo con la importancia que merece.

Volviendo a la dinámica grupal, recuerdo como el líder defendía su posición: “es obligatorio el uso de protección auditiva y se debe cumplir”. Y del mismo modo, uno de los participantes recriminaba “nadie me ha preguntado sobre qué modelo de protección auditiva utilizar y la que me han dado (y obligado a utilizar) me provoca molestias y sudor en las orejas”.

Los dos tenían razón, pero estaban argumentando desde dos posiciones diferentes. El líder desde la gestión de la prevención, y el trabajador desde la prevención y ergonomía del equipo de protección.

Esta cuestión nos lleva a determinar si la prevención de los riesgos laborales supone un imperativo para sus beneficiarios. ¿Se utilizan los equipos de protección individual por obligación o por convicción?. En el primer caso las probabilidades de utilización se reducen mientras que en el segundo caso aumentan.

El líder de la seguridad y salud debe gestionar la prevención por y para la persona. Y si queremos que la persona se sienta protagonista de su propia prevención debemos hacerla partícipe en las decisiones. Obviamente, todo ello dentro del marco normativo vigente.