PREVENCIÓN: ¿INVERSIÓN RENTABLE?

PREVENCIÓN: ¿INVERSIÓN RENTABLE?

En Chile, hay alrededor de 300.000 accidentes laborales y 8.000 enfermedades profesionales en rangos aproximados, lo que significa un orden de 4.500.000 días perdidos. (1)
9 Diciembre 2014

INTRODUCCIÓN

Al iniciar este trabajo, es necesario reflexionar sobre temas que representan, de una u otra forma, el hábitat de la prevención de riesgos o, como malamente se denomina en nuestro país “La Ley sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales”. En éstas, que evidentemente no alcanzan a completar en su globalidad toda la extensión que se quisiera, al menos son indicativas que hay ciertos aspectos que conviene tener presente para la mejor ubicación en la esencia del problema. 

2.-El Quantum o Monto del Incumplimiento de las Medidas de Seguridad.

Un autor que ha puesto énfasis en materia del monto ocasionado por accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales. Este autor, Guerrero Currieco, en su libro sobre la Ley sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales y en diversos artículos editados, como el que aparece en la Revista Jurídica denominada “La Semana Jurídica”, que ha sido actualizado recientemente, el 8 de julio del presente año (2002) por el autor, nos presenta un cuadro apocalíptico sobre la incidencia de los costos en el producto interno bruto.

Así, por ejemplo, señala que conforme a la Organización Mundial de la Salud, (OMS) se ha cuantificado en unos 120.000.000 anuales, los accidentes del trabajo y en una extensión que va entre los 68.000.000 y unos 157.000.000, los nuevos casos de enfermedades profesionales.

Agrega, este mismo autor, que la Organización Internacional del Trabajo (OIT), expresa que conforme a sus estadísticas y antecedentes, los accidentes y enfermedades relacionados con el trabajo, cuestan la vida de 2.000.000 cada año, cifras equivalentes casi al doble de muertes causadas por las guerras. Asimismo, agrega que los accidentes fatales apenas constituyen la punta visible o el extremo de un iceberg, toda vez, que depende del tipo de trabajo que se analice, o en el cual se busquen las estadísticas, representando unas 500 a 2.000 lesiones las que ocurren por cada fatalidad.

En Chile, hay alrededor de 300.000 accidentes laborales y 8.000 enfermedades profesionales en rangos aproximados, lo que significa un orden de 4.500.000 días perdidos. (1)

Establecidas dichas cifras a nivel mundial y local, no puede menos que concluirse que la siniestralidad que se produce debido, o que tienen su origen en accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, produce un alto costo económico para el trabajador, en primer lugar, que es la víctima inmediata; para la propia empresa, que aumenta sus costos; y para el país y la sociedad.

Es el sujeto trabajador, más que un mero recurso humano, una persona que en su vida laboral se encuentra llena de talentos, conocimientos y aptitudes que permitiría, si se les diera la oportunidad de expresarlos, dar una contribución evidente a la sociedad.

En nuestro país, se ha calculado que la taza de siniestralidad produce un costo que fluctuaría entre el 4 y el 6% del Producto Interno Bruto, es decir, de un costo que varía de $US 5.600.000 a $US 7.000.000 anuales, afectando el proceso económico en sus niveles de utilidades a través de los costos directos y también en los costos de las reparaciones de la siniestralidad, determinados como costos indirectos.(2)

3.- PREVENCIÓN: ¿INVERSIÓN RENTABLE?

De lo expuesto en el punto precedente, surge la pregunta sobre ¿si los costos y gastos destinados a la prevención de accidentes y enfermedades profesionales producen o no rentabilidad?

Dicho de otro modo, la prevención de riesgos y enfermedades profesionales son: ¿un gasto o una inversión?.

Para dar una respuesta convincente, debemos conocer cuál o cuáles aspectos debe atender la orgánica de la empresa moderna.

En general, luego de la Gerencia General, donde un Director omnipotente decide, en algunos casos, hasta los más pequeños detalles, surge un organigrama en el que se encuentra al segundo en el mando y así sucesivamente.  Vgr.: se estima prudente  designar un ejecutivo encargado de la materia prima; al encargado de la producción; al encargado de las inversiones; al encargado de establecer las relaciones con los proveedores y con aquellas personas que adquieren el producto.

Sin embargo, en este organigrama no se vislumbra de modo alguno, el ejecutivo encargado de establecer las políticas empresariales sobre la prevención de riesgo y enfermedades profesionales.

Ello ha sido, hasta ahora, no solamente en las empresas tradicionales de nuestro país, sino en las empresas tradicionales de todo el mundo. Es posible que esto ocurra por cuanto se estima, o se estimaría, que todas las medidas y los costos que significa la prevención de riesgos no son sino una pérdida de dinero para las empresas y, a su vez, un obstáculo para el desarrollo de una gestión de producción rápida y expedita.

4.- ¿Cuál ha sido la razón de esta concepción?.

                  Fundamentalmente que el empresario no ve en forma inmediata y directa la cuantificación de las utilidades que produciría la prevención de riesgos.

                En efecto, la desesperación inmediatista por optimizar las utilidades y ganancias no permite observar que los gastos en prevención constituyen el aporte a una nueva cultura en hacer y construir bienes y servicios para la comunidad, lo que implica ciertamente un cambio de hábitos, costumbres, métodos de trabajo, de dirección y fiscalización; entender que el proyecto va más allá de los  deslindes de la empresa y son, decididamente, una proposición de país; un proyecto que no sólo involucra a la Empresa, sino también, a los Trabajadores y al Estado.  

             Ahora bien, el cumplimiento de las normas de prevención hasta la fecha, se llevan a cabo no por el convencimiento que ello constituya una parte importante de la gestión empresarial, sino, que apenas es el cumplimiento de una obligación de carácter legal.

         Se ha olvidado en gran medida, que el proyecto de prevención de riesgos no sólo busca maximizar las utilidades y disminuir los costos en la producción y sino que, además, involucra el reconocimiento que los trabajadores constituyen el capital más importante de la empresa y por esas circunstancias debe prevalecer la concepción humanista y social  demostrada cotidianamente en el resguardo de la vida y la salud de los trabajadores, frente a los riesgos que enfrentan en sus funciones.

               Resulta impropio del mundo actual, en una civilización que se orienta a la protección del individuo como principio fundamental y  en donde no puede negociarse con la salud y la vida de los trabajadores, bienes jurídicos a los que el Estado se ha comprometido a garantizar.

   Entonces, atendiendo a la forma en que se plantea el problema acerca de, si constituye una inversión o un gasto, la prevención de los riesgos laborales, debe concluirse que proteger el principal recurso de la empresa, evita que los trabajadores sean marginados del proceso productivo por accidentes o enfermedades profesionales, que no se han sabido detectar oportunamente y, en consecuencia, evita que la empresa deba restar en forma temporal la participación o colaboración de estos trabajadores, lo que, evidentemente, no colabora a optimizar el proceso productivo, al contrario, lo obstaculiza, disminuyendo la productividad y aumentando los costos de producción.

               Más aún, la empresa moderna frente a la competencia nacional e internacional, debe estar atenta a que los aumentos de siniestralidad le impida cumplir con los requisitos internacionales, para hacerse acreedores de certificaciones ISO 9.000 a 14.000.

 4.1.- Lo barato cuesta caro.

              Indudablemente esta falencia producirá malestar o inhibición de la participación en el concierto competitivo. Dañará, además, la imagen de la empresa y traerá una desconfianza generalizada en su personal. A mayor abundamiento, nos quedaría por considerar los costos en que incurriría la empresa en “cotización adicional” por aumento, precisamente, de la taza de siniestralidad y el aumento en el pago de las indemnizaciones que les corresponde a los trabajadores víctimas y a terceros a quienes el daño afecte.

              De tal modo que sólo cabe concluir que la preocupación del empresario en atender la prevención de riesgos y enfermedades profesionales, claramente es una inversión a futuro;  digamos a mediano y largo plazo.

En un nivel de gestión de seguridad, la participación de los propios trabajadores de todo orden; los nuevos conceptos de responsabilidad laboral y la concepción del trabajo en equipo, es decir, niveles óptimos de gestión empresarial en esta materia, constituyen una fórmula indispensable para eliminar la fracasada idea que la prevención de los riesgos es un gasto y no una inversión. (Corte de Apelaciones de Concepción. Causa rol N° 161-2002 - de Agosto de 2002

El artículo 69 de la ley 16.744, sobre accidentes personales y enfermedades profesionales, consagra la plena compatibilidad entre las prestaciones que ella establece y las indemnizaciones que puedan reclamarse del empleador culpable del accidente de trabajo, por lo que si se ha pagado una indemnización en virtud de una póliza de seguro en relación a un accidente del trabajo ocurrido, es perfectamente posible demandar al empleador. )

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