EL INCESANTE TRÁFAGO DE LOS ACCIDENTES.

EL INCESANTE TRÁFAGO DE LOS ACCIDENTES.

Los accidentes ocurren porque hay dos factores que permanentemente actúan, individual o conjuntamente en la producción del siniestro...
21 Junio 2014

EL INCESANTE TRÁFAGO DE LOS ACCIDENTES.-

Teóricamente se acepta que la ocurrencia los accidentes es inherente a la actividad productiva. Es decir, toda actividad por pacífica que parezca ser, entraña un peligro asociado a un riesgo. Ello, es efectivo, pero, también debemos decir que esto es, en el plano absolutamente teórico. No lo es en el plano práctico.

Esta advertencia tiene su fundamento en que los accidentes tienen solo dos fuentes de origen, causa o raíz, deteniéndonos un instante para señalar que los  eventos producidos por  fuerza mayor extraña, no pueden ser considerados como siniestros, debido a que por su propia naturaleza son imprevisibles, o si pudieren preverse, se constituyen en hechos insuperables. De modo, que solo quedan en definitiva, dos fuentes claras y precisas que pueden dar origen a los accidentes. En este sentido no nos apartamos de la experiencia al señalar que estas fuentes son:

1.- Situaciones objetivas sub-estándares.

2.- Condiciones personales o subjetivas sub-estándares.

        En el marco de la definición legal Accidente, es toda lesión que sufre una persona, a causa o con ocasión del trabajo, y que produce incapacidad o muerte.

        La condición esencial del evento es, entonces, la relación del resultado dañoso con el trabajo. No hay, ni puede  existir, una lesión calificada de accidente de trabajo, si ella no se encuentra vinculada objetivamente con la faena.

En todo caso, las condiciones objetivas, como se sabe, dicen relación con el estado de las faenas, lugares de trabajo, galpones, piques, obras, etc. Y las segundas, con los aspectos individuales del trabajador. Su estado anímico, experticia, conocimientos, autovaloración y el sentido de responsabilidad personal o frente al grupo, entre otras circunstancias.

En ocasiones, estas concursan para que el evento o siniestro se produzca. Es el caso, del trabajador que debe trasladar de un lugar a otro de la bodega cajas con cuadernos y artículos de escritorio, pero, lo hace llevándolas en sus manos y afirmándolas en su pecho, de tal modo que le dificulta mirar hacia dónde camina.

Es evidente, que en estas circunstancias, parte de sus elementos corporales de sustentación y equilibrio, es decir sus brazos, se encuentra inutilizados, o mejor dicho se les ha dado una función de sostenedores de la carga dejando al individuo expuestos a no poder sujetarse o afirmarse, o al menos  utilizarlos como elementos de equilibrio en caso de resbalarse o tropezarse. Asimismo, otro sentido de la mayor necesidad, la vista,  también se encuentra obstruido por lo que nuestro trabajador se encuentra navegando frente a un peligro, existiendo un riesgo latente. Ahora bien, si por sí mismas, esta situación pudiera acarrear un siniestro, las posibilidades son mucho mayores, al agregar un grado de dificultad, como es el caso en que el piso de la bodega hubiera  desnivel o un hoyo donde pudiera caer.

Si ocurriera el siniestro, como lo fue efectivamente en el caso real, resulta que es claramente notorio el concurso de una situación objetiva como lo es el mal estado del piso de la bodega y de las condiciones personales del trabajador, en cuanto su acción es  definitivamente negligente, descuidada o temeraria, dada la determinación del origen, causa o raíz del accidente.

Todavía no estudiamos la responsabilidad, pero, es necesario decir al pasar, que la negligencia del trabajador no exonera o exime de responsabilidad al empleador. No al menos conforme a la legislación chilena.

        De aceptar el predicamento precedente, es decir que solo hay dos causas de accidentes, debemos, entonces,  aceptar que la primera afirmación, esto es, que los accidentes son inherentes a toda actividad, es solo un sofisma, tal vez, muy conveniente para justificar la desidia en la comprensión de la naturaleza del tema o la falta de compromiso con la solución del mismo. Así, la afirmación es la siguiente, si eliminamos del hecho tanto las condiciones, como las situaciones sub-estándares, se elimina la causa, origen o raíz del siniestro y éste tiende a desaparecer o solo queda atribuirlo a un imponderable cuya superación no es posible.

        De ahí, entonces que podemos formular una respuesta cierta para  la pregunta esencial y que reza del siguiente modo: Los accidentes ocurren porque hay dos factores que permanentemente actúan, individual o conjuntamente en la producción del siniestro y, solo podrá evitarse,  cuando en el proceso se desarrolle a ese mismo nivel una política corporativa que alcance  el vértice más elevado del proceso de Cultura Preventiva.       

         La Cultura Preventiva se entendiendo o definine, para efectos de su mejor comprensión ,como  “el conjunto de normas legales, normas técnicas, costumbres y usos, que la experiencia entrega a lo largo de muchos años de reiterar procedimientos seguros, comprobadamente eficaces en el fin de evitar siniestros, con el propósito u objeto, que la actividad productiva se desarrolle en una ambiente armónico, en que la salud y la seguridad de los trabajadores se encuentra por sobre todo otro fin, teniendo presente, además, el aporte al desarrollo de la empresa, la maximización de utilidades y el bienestar general de las personas involucradas”.

        La Cultura Preventiva como método, requiere la aplicación de Herramientas de Prevención, tanto internas como externas, de orden técnico y legal, de costumbres, experiencias o normativas exigibles y de notoria efectividad.

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