TOM HANKS: “Forrest gum” paradigma del peatón
TOM HANKS: “Forrest gum” paradigma del peatón
“Caminar es la primera cosa que un niño quiere hacer y la última a la que una persona mayor desea renunciar. Caminar es el ejercicio que no necesita tener gimnasio. Es la prescripción sin medicina, el control de peso sin dieta, y el cosmético que no se compra en una farmacia. Es el tranquilizante sin pastillas, la terapia sin un psicoanalista, y el ocio que no cuesta un céntimo. Y además no contamina, consume pocos recursos naturales y es altamente eficiente. Caminar es conveniente, no necesita equipamiento especial, es auto-regulable e intrínsecamente seguro. Caminar es tan natural como respirar”. Estas palabras pronunció John Butcher, Presidente de la Asociación Mundial de Peatones en el I Congreso sobre “Caminar” en 1999.
Estamos de acuerdo en todo, pero destacamos el empleo del calificativo de “intrínsecamente seguro” que con gran objetividad, Butcher se refiere al caminar, porque es verdad que andar en si mismo no tiene riesgo de caída en condiciones normales, pero en el fondo, se esconde en esas palabras, a “sensu contrario” que caminar puede ser extrínsecamente inseguro. Las causas externas que rodean a las personas andando, tanto del escenario como del tráfico rodado (motorizado o no), hacen que la persona física pase de ser un caminador a ser un peatón. Y ahí aparecen todos los riesgos de atropello que envuelven y amenazan a las personas viandantes en sus desplazamientos. No hay más que ir a las estadísticas para comprobar que en los países occidentales el 20% de la mortalidad de tráfico son peatones y que en los países superpoblados y poco motorizados este porcentaje rebasa el 50%, especialmente en zonas urbanas (aunque la lesividad peatonal en carretera cuando se produce el accidente es muy superior).
Aunque el espacio que necesita el peatón para moverse sobre las vías públicas es reducido (0,80 metros por persona) en comparación con la anchura de los carriles de circulación (entre 2,10 metros mínimo en zona urbana y 3,65 metros máximo en autopista), los peatones tienen la gran desventaja de su reducido peso (70 Kgs de promedio) en relación con las motocicletas (100 Kgs), los turismos (1000 Kgs), los furgones (hasta 10.000 Kgs) y los camiones (del orden de 35.000 Kgs).
Pero aun tienen otro inconveniente grave en el contacto con los móviles del tráfico que es la velocidad porque entre los 33 y los 14 m/seg que suponen los limites máximos de velocidad de 120 y 50 Kms/h de los vehículos a motor en vías interurbanas y urbanas) los peatones pueden desarrollar solo las velocidades que se han estimado como medias en un estudio realizado por el Ayuntamiento de Barcelona
Sexo
Mujer 1,41 m/seg
Hombre 1,48 m/seg
Edad
De 0 a 15 años 1,58 m/seg
De 16 a 30 años 1,57 m/seg
De 31 a 60 años 1,40 m/seg
Más de 60 años 1,16 m/seg
Tipología
Con patines 3,13 m/seg
En bicicleta 3,05 m/seg
En monopatín 2,60 m/seg
En patinete 2,20 m/seg
Peatón solo 1,45 m/seg
Peatón con perro 1,42 m/seg
Acompañado 1,38 m/sg
Con carga 1,34 m/seg
Con niños 1,30 m/seg
Embarazada 1,29 m/seg
Con cochecillo 1,22 m/seg
En silla de ruedas 1,21 m/seg
Con bastón,muletas 1,05 m/seg
Ciego 0,50 m/seg
Dejando aparte estas diferencias de volumen, peso, tamaño y velocidad, los peatones tienen un conjunto de aspectos de emotividad que influyen especialmente en los factores de atención con mayor carga de riesgo que los conductores, debido al grado de libertad de movimientos que el escenario les ofrece, pueden dar pié a movimientos erráticos e imprevisibles.
Tom Hanks interpreta a un Forrest peatón cargado en todo momento de un paquete de circunstancias que lo envuelven: sus limitaciones, su infancia, sus estudios, su deporte, su noviazgo, su hijo,….que tanto le llevan a una carrera desenfrenada e interminable por la rutas norteamericanas como le relegan al fondo de su historia. Un peatón es siempre una persona en un momento de su vida que deambula pensando sin carril asignado y también es una historia que va marcando en cada instante el rumbo de su destino. Un destino que a veces se trunca súbita e inesperadamente por un atropello.