EL TURISMO RESPONSABLE COMO INSTRUMENTO DE DESARROLLO SOSTENIBLE

EL TURISMO RESPONSABLE COMO INSTRUMENTO DE DESARROLLO SOSTENIBLE

Los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas constituyen un reto insoslayable para alcanzar la estabilidad del mundo globalizado, cuyo futuro depende en gran medida de la seguridad ambiental y del uso inteligente del patrimonio natural. El turismo, explotado con responsabilidad, imaginación y creatividad, constituye un instrumento de gran valor para el desarrollo y el progreso de la humanidad.
3 Septiembre 2018

EL TURISMO COMO INSTRUMENTO DE DESARROLLO

Los recursos naturales no solo se deben considerar según su ubicación dentro del contexto y de la dinámica del medio ambiente, sino también como una valiosa fuente de productividad. Actividades tradicionales como la agricultura, la pesca, la silvicultura y la minería, todas ellas de tipo extractivo, deben ser objeto de gestión racional con el fin de lograr beneficios sostenidos, e incluso crecientes, para satisfacer las necesidades elementales de la sociedad. En cambio, los recursos naturales considerados como fuente indirecta de riqueza se identifican con actividades no extractivas, simbióticas y asociativas con el sustrato. Los beneficios generados por esta vía son percibidos por la sociedad más por su naturaleza cualitativa que por su dimensión cuantitativa, puesto que satisfacen necesidades subjetivas e innatas de esparcimiento y distracción, ajenas a los lazos y las responsabilidades impuestas por el sistema de vida cotidiano. Esta realidad, de índole intangible, se asocia a las actividades de ocio y turismo, y su objetivo es reubicar y movilizar los instintos e inquietudes del ser humano hacia los lugares a los cuales lo atrae su condición innata de explorador, aventurero y soñador. Pero también, constituye una oportunidad indiscutible de generación de valor económico.

Es un hecho que dese tiempos remotos el turismo ha constituido una importante fuente de ingreso y trabajo para naciones bien dotadas de condiciones naturales. Regiones de montaña, lagos, canales, costas privilegiadas, tierras exóticas, y en general, el paisaje rural, ofrecen alternativas altamente competitivas en este sentido. La especial calidad de paisajes y territorios aptos para ciertos deportes, como el esquí, los deportes náuticos y el excursionismo, existentes en numerosos puntos del planeta, así como el clima de ciertos territorios, hacen que muchos sitios sean elegidos por quienes buscan recreo y descanso en un ambiente acogedor.

Las actividades turísticas constituyen una auténtica oportunidad como opción de explotación no tradicional del medio ambiente, y una alternativa innovadora para potenciar el desarrollo socioeconómico en las naciones emergentes. Ante esta posibilidad no cabe hablar exclusivamente de turismo tradicional, sino también de todas aquellas iniciativas ingeniosas que permitan utilizar el medio físico desde puntos de vista creativos. Las iniciativas que hoy hablan de agroturismo, de turismo rural, de turismo cultural y de ecoturismo, constituyen buenos ejemplos en este sentido, además de su significado como opción de recuperación de áreas marginadas del proceso de desarrollo social y económico convencional. Sin embargo, el turismo debe ser enfocado y organizado en equilibrio con el entorno, evitando toda posibilidad de agresión al mismo y a las actividades con las que debe interactuar en sentido recíproco y transversal. Todo lo que afecta negativamente al medio ambiente lo hace en igual medida en relación con las actividades turísticas, y viceversa, lo cual queda drásticamente ejemplificado cuando se observan los efectos de agresiones como la contaminación de ríos, lagos y océanos, la erosión, la desforestación, la masificación y congestión de zonas turísticas y de recreo, o el impacto provocado por la especulación urbanística.

La demanda por turismo va en continuo aumento como consecuencia de la lógica evolución de los gustos, inquietudes y ansiedades de la sociedad por recuperar una dimensión más humanizada de la vida. El verdadero lujo del futuro estará representado por la posibilidad de hacer uso de áreas verdes, espacios naturales, experiencias culturales y lugares de esparcimiento a los cuales el turismo bien planificado facilita el acceso.

El turismo, como fuente de progreso, y como toda actividad económica o manifestación social, requiere de estrategias de gobernanza transversal. Teniendo en cuenta esta realidad, aparece como básica la necesidad de desarrollar políticas de fomento turístico que permitan tanto el desarrollo de infraestructuras, como la creación de condiciones favorables a la atracción, bienestar y seguridad del visitante. Además, no se concibe el turismo sin una adecuada infraestructura de acomodaciones y de transporte realmente eficientes, lo cual requiere de un ordenado programa de inversiones. Paralelamente, es indispensable proteger, mantener, mejorar e incrementar los centros turísticos, y conservar el atractivo del entorno natural que caracteriza a un determinado país, región o localidad. Es aquí donde preservar los recursos naturales y la biodiversidad constituye un requisito esencial que a la vez obliga a asegurar la compatibilidad entre las funciones turísticas y socioeconómicas.

Las inversiones en turismo no han de ser necesariamente cuantiosas, sobre todo si se actúa con imaginación y creatividad. Como toda actividad económica, el turismo tampoco escapa a la necesidad de una rigurosa planificación, requisito que debe contar con el respaldo de campañas publicitarias de promoción que den a conocer de forma atractiva los lugares de interés, sobre todo si éstos son remotos o poco concurridos. Dichas campañas deben describir los aspectos más representativos del paisaje, del tipismo y de la tradición del país o región, atributos singulares que es preciso conservar para mantener el sabor autóctono y el atractivo específico de un determinado lugar. Han de ser también apoyadas por ayudas, incentivos y actuaciones oficiales que estimulen la implementación de la infraestructura física y humana necesaria. A partir de este punto, las puertas se abren a nuevas actividades profesionales, técnicas y especializadas, que paulatinamente habrán de ser perfeccionadas para alcanzar los niveles de eficacia necesarios.

Crear una conciencia turística y consolidar un nivel cultural compatible con la atención acogedora y educada del visitante, son otros dos requisitos llamados a constituir el rasgo más relevante de la excelencia empresarial del sector del turismo y del ocio, indispensable para el éxito de ésta y de cualquier otra clase de actividad social y económica.

EL TURISMO EN LAS NACIONES EMERGENTES

Es un hecho que el turismo mundial tiende a aumentar, y en consonancia con ello, las oportunidades no son escasas. En algunas naciones emergentes, el desarrollo de alternativas turísticas menos tradicionales, tales como el turismo rural y cultural, el ecoturismo y el excursionismo, experimentan gran éxito, contando con la creciente afición y demanda de estas opciones por parte de la sociedad. Los resultados de estas iniciativas son indiscutibles: la cantidad anual de turistas que visitan dichos países, así como la magnitud de ingresos generados, alcanzan cifras considerables.

Pero estas iniciativas pueden verse opacadas, e incluso bloqueadas, si la infraestructura turística y la dotación de recursos naturales no son acompañadas por las mínimas condiciones de estabilidad política y social. El grado de atracción que determinadas regiones y países ejerce sobre los potenciales turistas depende de la habilidad de sus líderes y gobernantes para garantizar un clima sociopolítico estable, que genere confianza, seguridad y tranquilidad a los visitantes, al margen del atractivo físico y cultural propio del territorio. Son conocidos los efectos disuasorios que han ejercido a lo largo de la historia las situaciones de confrontación bélica, terrorismo y conflictividad interna en países turísticamente interesantes, así como las consecuencias negativas que ello ha tenido a corto, medio y largo plazo para su imagen y para su economía.

Además de la promoción turística de cada país en particular, es preciso actuar a la vez en base a enfoques internacionales, y abrir para ello las fronteras. Este requisito está ampliamente avalado por el fenómeno ineludible de la globalización y de la integración mundial, que en el caso del turismo y del ocio adquiere especial relevancia, dadas las crecientes facilidades para viajar de que dispone la sociedad, y el auge del transporte y de las comunicaciones.

El éxito del desarrollo mediante el turismo está condicionado a la adopción de políticas de apoyo abiertas y ágiles, considerando que la expansión sostenida de los mercados turísticos depende directamente de la voluntad política de querer y saber aprovechar los recursos existentes con criterio progresista. Un requisito fundamental para ello es crear los incentivos que atraigan al turista, para lo cual la innovación y la imaginación creativa son esenciales.

Considerando que la demanda mundial de viajes crece a ritmos acelerados, en los países emergentes las oportunidades económicas que despliega la demanda del turismo internacional, sin dejar por ello de lado las ventajas del turismo interior, son de especial interés, pudiendo en ciertos casos superar a las derivadas de fuentes tradicionales. Sin lugar a dudas, el turismo contribuye al desarrollo de las economías emergentes de modo relevante, generando un incremento sustancial de sus ingresos.

Por otro lado, el turismo es una industria intensiva en el uso de mano de obra, razón por la cual ofrece importantes ventajas como fuente de empleo si se la compara con otras actividades económicas tradicionales. El fomento del turismo, además de producir empleos de por sí y de estimular la demanda de artículos de producción local, aporta beneficios indirectos que se proyectan hacia los demás sectores de la economía, al dinamizar múltiples aspectos relacionados con actividades afines y complementarias, tales como servicios variados, transporte, construcción, hostelería y restauración, y profesionales especializados, como intérpretes y guías turísticos.

Al igual que en el caso del resto de actividades que implican la explotación del medio físico, al turismo, considerado como iniciativa económica, es también aplicable el concepto de "balance ecológico". Este término ha sido sugerido como alternativa esencial para expresar objetivamente el valor del patrimonio natural y de los beneficios de su explotación, aspectos que se deben proyectar a futuro de acuerdo con los principios elementales de la sostenibilidad.

EL TURISMO Y LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE DE NACIONES UNIDAS

El turismo y la cultura impulsan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, siguiendo los parámetros establecidos por la Organización Mundial del Turismo y la UNESCO. En línea con ello, en diciembre de 2017 los lideres e interlocutores mundiales de la actividad turística y la cultura se reunieron en Mascate, la capital de la Sultanía de Omán, como continuación de la Primera Conferencia Mundial sobre Turismo y Cultura llevada a cabo en 2015 en Siem Reap, Camboya. Los encuentros sirvieron para fijar alianzas entre los sectores del turismo y la cultura, en el marco de la Agenda 2030 de Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible.

De acuerdo con numerosos expertos en la materia, el turismo cultural está creciendo en popularidad, en importancia y en diversidad, incorporando a su enfoque como actividad a la innovación y al cambio. No obstante, este crecimiento conlleva asumir mayores responsabilidades a la hora de proteger los bienes culturales y naturales del planeta, base fundamental de la estabilidad de la sociedad y de la civilización.

Es necesario reconocer que el turismo es un recurso clave para las comunidades locales y para la conservación del patrimonio. El patrimonio material e inmaterial son cruciales para brindar seguridad e identidad social. Vincular cultura y turismo en el proceso del desarrollo resulta vital si se desea alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El diálogo entre quienes dirigen a nivel mundial las actividades sobre turismo, cultura y desarrollo es vital para establecer las políticas necesarias de fomento de la sostenibilidad. Además, el contacto y el diálogo transversal constituyen un vector de paz y de prosperidad, camino a seguir si se desea avanzar hacia el desarrollo del turismo y la protección del patrimonio natural y cultural de manera sostenible.

Para asegurar el cumplimiento del concepto de Turismo Sostenible, se debe respetar una serie de requisitos, entre los cuales destacan la necesidad de:

  • Optimizar con proyección transversal la gestión de los recursos naturales y ambientales necesarios para el desarrollo sostenible mediante la implementación y el desarrollo de procesos apropiados.
  • Conservar los recursos naturales y la biodiversidad del entorno.
  • Conservar los elementos y valores culturales y tradicionales de cada nación y territorio.
  • Respetar la autenticidad sociocultural local.
  • Fomentar la tolerancia intercultural.
  • Estimular la disminución de la pobreza mediante el fomento de actividades generadoras de empleo estable.
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