SOSTENIBILIDAD Y ECONOMIA CIRCULAR EN EL SECTOR DE LA SALUD

SOSTENIBILIDAD Y ECONOMIA CIRCULAR EN EL SECTOR DE LA SALUD

La Sanidad evoluciona con mayor lentitud hacia la adopción de la Circularidad, en comparación con lo que ocurre en otros ámbitos de actividad. No obstante, esta realidad no excluye la necesidad de diseñar estrategias para consolidarla como un sector eficiente y sostenible.
7 Abril 2018

LA ECONOMÍA CIRCULAR, UNA ALTERNATIVA GENERADORA DE VALOR

La Economía Circular constituye la antítesis del modelo de producción y consumo lineal. Es, conceptualmente, un modelo “holístico”, “restaurador” y “regenerativo”. Propicia que productos, componentes y materiales mantengan su valor y su utilidad de modo permanente a lo largo de todo el ciclo de producción, uso y consumo. Genera indiscutibles ventajas ambientales, beneficios sociales y valor añadido para las empresas, aspectos necesarios para garantizar la sostenibilidad de los recursos y la diversidad ecológica en un contexto planetario globalizado, complejo, y a menudo, imprevisible. Se trata de un modelo que tiene en cuenta tanto aspectos económicos como ambientales y sociales, basado en el principio de "cerrar el ciclo de vida" de recursos, productos, servicios, residuos y materiales, potenciando el rendimiento de las cadenas de valor.

Las especiales características y la complejidad del actual escenario económico exigen optimizar el retorno de las inversiones en medios y recursos de todo tipo, y extender al máximo el ciclo de vida de los productos. Los recursos, sobre todo los naturales y de índole limitada, son cada vez más costosos y escasos, lo cual conduce a la necesidad de gestionarlos con rigor, y de utilizarlos de una forma que evite el despilfarro a lo largo de todo el ciclo productivo.

Para conseguir este objetivo, se debe erradicar el esquema lineal extracción – transformación – uso – eliminación, que presta escasa atención a si los productos, sus componentes o los recursos empleados en su fabricación, son utilizados o no de modo racional. Con este proceder, los materiales son empleados con un solo fin específico, para luego ser en parte eliminados bajo la forma de residuos, sin tener en cuenta que éstos pueden también constituir valiosos recursos productivos. Frente a esta situación, cabe sustituir el modelo lineal por opciones del tipo reducción – reciclaje – reutilización – recuperación, los fundamentos esenciales de la circularidad, acompañados de la implantación de nuevos modelos de negocio y consumo basados en los principios de la sostenibilidad.

La economía circular es un modelo susceptible de ser aplicado a cualquier actividad, independientemente de su naturaleza y condición. Además, debe formar parte de estrategias transversales y a largo plazo que comprometan solidariamente a todos los agentes sociales, económicos y políticos implicados en su adopción. Desde luego, si se persigue tal objetivo, un sector tan complejo como el de la Salud no puede permanecer fuera del planteamiento circular, que no solo constituye una valiosa oportunidad, sino también un reto y un requisito insoslayable.

EL SECTOR DE LA SALUD FRENTE AL DESAFÍO DE LA SOSTENIBILIDAD

La Salud es uno de los sectores en los cuales la evolución hacia la circularidad está requiriendo de más tiempo. Esto es en parte debido a que constituye un terreno cuyas connotaciones afectan a una sociedad civil especialmente sensible a aspectos que considera críticos, tales como la seguridad, la higiene y la privacidad. También es importante el efecto inhibidor derivado de variables que entran de lleno en el ámbito de la diversidad y de la complejidad de los agentes multidisciplinares que juegan papeles relevantes en este espacio, tales como profesionales, pacientes, fabricantes de equipamientos, responsables de inmuebles, centros logísticos y proveedores de materiales y servicios.

Sin embargo, desde la sanidad no se debe dejar de afrontar el reto ineludible de asegurar tanto la sostenibilidad del sistema de salud como del planeta, que plantea la necesidad urgente de cambiar los modelos de uso y consumo de los recursos. El incremento de la población y la creciente demanda de servicios de salud por parte de la sociedad, conducen al incremento de la necesidad de servicios de salud no solo en cantidad, sino también en términos cualitativos. Visitas a centros sanitarios, hospitalizaciones e intervenciones quirúrgicas van en aumento permanente en todo el mundo. Son conocidos los efectos de los cambios demográficos sobre el envejecimiento de la población, y sus secuelas sobre los sistemas de salud, que a menudo ven reducida su calidad y su capacidad de actuación por tener que afrontar una demanda de servicios desajustada en relación con los medios disponibles.

La circularidad, aplicada a la gestión de los centros de Salud, puede aportar interesantes ventajas como elemento generador de valor y como fuente de ahorro, sin dejar de lado que ambos aspectos contribuyen también a prevenir errores que pueden comprometer la sostenibilidad y la seguridad ambiental. Son conocidos los casos de sobredimensionamiento de centros e instalaciones hospitalarias, llevados a cabo con el desembolso de inversiones difíciles de amortizar en plazos razonables, y el diseño de centros de salud con equipamientos de elevado coste que luego no son utilizados de acuerdo con su capacidad potencial, transformándose en una fuerza productiva infrautilizada y ociosa.

El sentido común indica que el sector de la Salud no puede mantenerse al margen del enfoque holístico, regenerativo y restaurador que orienta el desempeño de la economía circular, el único camino hacia el logro de un entorno saludable y equilibrado para el planeta y sus habitantes. Para lograrlo, ha de adoptar estrategias de gestión responsables, alineadas con la adopción de las herramientas que hoy en día ponen a disposición la tecnología y los modelos de gobernanza multisectorial.

SALUD, SOSTENIBILIDAD Y MEDIO AMBIENTE

El sector de la Sanidad, considerado en su conjunto, es un importante generador de gases de efecto invernadero causantes del calentamiento global y del cambio climático.

La principal consecuencia del cambio climático sobre los sistemas sanitarios es la mayor demanda de servicios. Las temperaturas extremas agravan las enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Los cambios del clima prolongan las estaciones de transmisión de enfermedades y alteran su distribución geográfica. La contaminación ambiental aumenta, entre otras, las alteraciones respiratorias, la incidencia de asma, las afecciones cardiovasculares y cerebrovasculares y los trastornos alérgicos, y es reconocido el impacto negativo que la contaminación del aire por uso de combustibles fósiles causa en la población. Las altas concentraciones ambientales de partículas (PM10) y los altos niveles de ozono (O3) y óxidos de nitrógeno (NO2) se asocian con el incremento de las hospitalizaciones y muertes, y también son problemáticos los brotes epidémicos y la resistencia micro bacteriana que se manifiestan como consecuencia del cambio climático. Pero el peor de todos los males nace de los fenómenos meteorológicos extremos, causantes de desastres naturales de conocido impacto social y ambiental.

El compromiso del sector de la Salud con el medio ambiente y la sostenibilidad es innegable, y la incorporación de los principios de la circularidad a sus estrategias de gestión es un compromiso insoslayable.

EL SECTOR DE LA SALUD FRENTE A LAS OPORTUNIDADES DE LA CIRCULARIDAD

La cadena de valor del sector de la Salud consume una cantidad significativa de recursos primarios, tales como agua, energía, metales y compuestos químicos. Además, genera un importante volumen de residuos por el empleo generalizado de productos de un solo uso, y por la acumulación de materiales y equipos no utilizados, obsoletos o caducados. En un hospital, los términos “usar y tirar” y el concepto de “un solo uso” constituyen prácticas habituales, y aunque su objetivo sea el de prevenir y reducir la propagación de infecciones, no por ello dejan de ser prácticas poco sostenibles. Como respuesta a esta situación, la Sanidad debe implementar estrategias de economía circular para ganar eficiencia y convertirse en un sector sostenible y resiliente que evite generar externalidades negativas.

La sanidad ofrece oportunidades reales para aplicar con éxito las mismas iniciativas de economía circular que han demostrado su éxito en el entorno industrial y de servicios. Tales iniciativas han sido desarrolladas principalmente en las cuatro áreas críticas que influyen de modo directo en la sostenibilidad a través de la racionalización de su gestión: los Recursos naturales y Materias primas, el Agua, la Energía y los Residuos.

También es importante aludir a otras estrategias de apoyo a la economía circular que en el sector Salud pueden complementar de modo sinérgico el alcance de objetivos de optimización conducentes a la sostenibilidad: el Ecodiseño, la Servitización, la Recuperación y Valorización, la Simbiosis colaborativa y los nuevos modelos de Compra y Contratación.

En una próxima entrada a este Blog, se hará una exposición de cómo la adopción de las herramientas de la Economía Circular puede contribuir a la consolidación de una Sanidad sostenible.

GOBERNANZA Y TRANSVERSALIDAD: ORIENTANDO EL SECTOR DE LA SALUD HACIA LA ADOPCIÓN DE LOS PRINCIPIOS DE LA ECONOMÍA CIRCULAR

La transición hacia la economía circular sólo puede ser real y efectiva con la participación concertada de las empresas y de las autoridades, y con la colaboración comprometida de todos los actores involucrados en el proceso, incluyendo los de proyección internacional, como la Organización mundial de la Salud (OMS). Este planteamiento ha de ir acompañado de un enfoque transversal y estratégico, ya que un mercado sanitario fragmentado y orientado a corto plazo, donde los proveedores de bienes y servicios de salud compiten en diferentes escenarios, puede dificultar el alcance de este objetivo.

“Economía circular” significa mantener recursos en uso durante el mayor tiempo posible a través de su recuperación y reutilización. Aplicar estos principios a la atención médica puede ayudar a aliviar la presión sobre el sector por ahorrar dinero y servir mejor a los pacientes.

En este escenario, el sector dela Salud, fundamental para la sociedad, no debe permanecer al margen, sino que ha de desempeñar un papel responsable para mejorar la eficiencia en el uso de los recursos, minimizar la generación de residuos, y garantizar la sostenibilidad integral del sistema. La circularidad es un planteamiento que no solo se debe enfocar a la sanidad y a la seguridad del paciente, sino que además debe promover un cambio cultural en el que la adopción de nuevos paradigmas, a menudo transgresores y disruptivos, aparezca como un requisito esencial para desterrar de modo definitivo el despilfarro y los malos hábitos de comportamiento y consumo.

El interés por la economía circular y su aplicación en la práctica crece rápidamente en todo el mundo, como también la percepción de sus ventajas y beneficios, y su valor como contribución a la innovación, al crecimiento y a la creación de empleo. La importancia del sector Salud para la sociedad es innegable, y como tal, tampoco debe quedar fuera del debate cuando se plantea el papel que puede desempeñar en relación con la economía circular.

Los beneficios potenciales de la implantación responsable de la economía circular en el sistema sanitario son indiscutibles. A esta realidad se suma la oportunidad sin precedentes de estimular la innovación y conducir al sector hacia un funcionamiento más eficiente y sostenible, basado en los fundamentos de la prevención. Implementar la circularidad constituye también un gran desafío, que hace imprescindible la participación responsable de todos y cada uno de los actores comprometidos con la sanidad, incluyendo en ello la movilización responsable de los profesionales y especialistas del sector, los mejor situados a la hora de provocar cambios de hábitos y de comportamiento, fomentar modelos de vida saludables, sensibilizar a la sociedad, y contribuir a difundir los principios de la sostenibilidad.

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