Prevención, Higiene y Calidad Ambiental en los Edificios

Prevención, Higiene y Calidad Ambiental en los Edificios

Las personas pasan alrededor del 60% de su vida en espacios interiores. Esta realidad plantea la necesidad de garantizar adecuadas condiciones de calidad ambiental, seguridad e higiene en el interior de los inmuebles, lo cual conduce a desplegar actuaciones vinculadas de modo ineludible con la adopción, entre otros, de los principios fundamentales de la Prevención.
7 Diciembre 2016

CONSIDERACIONES GENERALES

Teniendo en cuenta las implicaciones y consecuencias que pueda tener sobre la salud, el confort y la seguridad de los trabajadores y usuarios de edificios en general, la gestión de la calidad ambiental y de la higiene adquiere especial relevancia, tanto desde el punto de vista técnico como social y económico. En todo caso, se trata de un aspecto que debe orientarse con criterios empresariales, es decir, con visión estratégica y enfoques basados en la eficiencia y la eficacia. Además, es preciso integrar de modo transversal los correspondientes procedimientos de prevención y control de calidad, aspectos esenciales que deben asumir, como compromiso vinculado a sus funciones específicas, tanto los responsables de la gestión de las empresas, como los titulares y encargados del mantenimiento y conservación de los activos inmobiliarios, en cualquier sector de actividad.

 
Pero también se han de tener en cuenta los aspectos de naturaleza personal que condicionan hoy en día las actitudes y el comportamiento de la sociedad cuando se trata de utilizar las dependencias de un edificio. La evolución cultural, la creciente preocupación por los temas ambientales, el auge de los medios de información y comunicación, y el imparable proceso de consolidación del estado de bienestar, configuran un perfil de ciudadano cada vez más sensible y exigente en todo lo que atañe a “calidad”, en el sentido más amplio del término. Y este concepto adquiere un alto grado de relevancia tanto si dicho ciudadano es un trabajador, como si se trata de un simple usuario del espacio interior, lo cual se puede apreciar cuando ambos reclaman, con fundamentada autoridad moral, el fortalecimiento de los aspectos asociados a seguridad, higiene y confort. Concretamente, tanto a nivel de los trabajadores de cualquier sector, como de la opinión pública en general, son conocidas las manifestaciones que surgen con especial relieve, cuando éstos intentan reivindicar sus derechos en este ámbito a través de las organizaciones sindicales, los comités de empresa o los medios de comunicación.

 
Conseguir, y luego mantener, niveles óptimos en materia de ambiente interior y de higiene en los edificios, es un objetivo que debe ser planteado como requisito ineludible a nivel de los responsables de todo activo inmobiliario. Por lo tanto, es sobre la base de este postulado que se ha de proyectar cualquier estrategia de gestión, que como tal, ha de abarcar desde el diseño en origen de los inmuebles, la ejecución de Instalaciones, equipamientos y obras de reforma, hasta el mantenimiento integral de todas las infraestructuras y componentes que el caso implica. Este proceso se ha de mantener a lo largo de todo el ciclo de vida del edificio, aplicando los fundamentos de la Prevención como condición prioritaria e inexcusable.

LA CALIDAD AMBIENTAL EN LOS EDIFICIOS

Las personas pasan alrededor del 60% de su vida laboral y doméstica en espacios interiores, lo cual plantea el requisito de garantizar adecuadas condiciones de confort, higiene, calidad ambiental y seguridad en los inmuebles dentro de los cuales desempeñan sus actividades. Dicho requerimiento adquiere especial relevancia en el caso edificios de pública concurrencia y oficinas, en los cuales no solo se ha de asegurar condiciones adecuadas a los usuarios que acuden a ellos, sino, además, con especial atención, a las personas que trabajan en su interior de acuerdo con esquemas de larga permanencia.

 
La calidad del ambiente interior en los edificios depende de múltiples factores, entre los cuales destacan la calidad del aire, las condiciones ergonómicas, la iluminación, la higiene y el aislamiento térmico y acústico. La calidad del aire disponible en el interior de los inmuebles es el aspecto que es preciso cuidar con mayor rigor si se quiere asegurar un ambiente propicio para que los usuarios puedan disfrutar de un entorno cómodo, confortable y seguro a la vez.

Para conseguir y asegurar la óptima calidad ambiental en el interior en los edificios, se ha de proceder al desarrollo sistemático de adecuadas actuaciones preventivas. A partir de intervenciones profesionales de auditoría y diagnóstico de los factores que determinan la calidad ambiental en entornos interiores, incluyendo los sistemas de climatización, se han de definir las disciplinas que conduzcan a la formulación de los correspondientes protocolos de actuación. Sobre esta base se ha de pasar luego a la aplicación práctica de los apropiados métodos y sistemas de prevención y control, asentados en las herramientas y tecnologías actualmente disponibles a tales efectos.

LA HIGIENE EN LOS EDIFICIOS

La higiene constituye un aspecto de importancia crucial para la calidad ambiental de un edificio, hecho que también deriva de las crecientes exigencias que plantea hoy en día una “sociedad del bienestar” cada vez más culta, informada y exigente en este terreno.

Son numerosos los agentes, tales como la presencia de plagas, las infecciones del agua por Legionelosis, o las deficiencias en materia de limpieza y desinfección, que pueden en un momento determinado distorsionar las condiciones de seguridad e higiene deseables en un edificio. También lo son el Síndrome del Edificio Enfermo (SEE) y los episodios de Lipoatrofia Semicircular. La falta de control riguroso de dichos factores de distorsión higiénico-sanitaria afecta inclusive de modo negativo a otros aspectos relevantes para los edificios, oficinas y centros de pública concurrencia de variada naturaleza y condición, como son su imagen, su categoría y su valor económico.

La higiene en los edificios se ha de plantear sobre la base de la aplicación sistemática de protocolos que reafirmen el concepto de calidad ambiental integral. Al igual que cualquier iniciativa profesional, se han de asentar en el riguroso diagnóstico de las condiciones del edificio y de los factores de riesgo que puedan afectarle en este sentido, de cuyo análisis sea posible deducir, diseñar y llevar a la práctica, con criterios de máxima seguridad, los oportunos programas de actuación, utilizando para este fin los métodos, sistemas y herramientas más seguros y apropiados a cada caso.

GESTION DE LA CALIDAD AMBIENTAL Y DE LA HIGIENE EN EDIFICIOS

El simple diagnóstico, así como el planteamiento de las opciones de prevención y control de la calidad ambiental y de la higiene en los edificios, no pueden ser llevados a la práctica si no se cuenta para ello con un adecuado plan de gestión que les imparta un sentido organizado y coherente, con proyección predominantemente estratégica. Este aspecto es de especial importancia si se tiene en cuenta que las actuaciones preventivas y correctoras, en cualquiera de las facetas que integran los servicios generales asociados al edificio, suelen estar en manos de empresas externas, cuyos servicios han de ser controlados con rigor de modo sistemático. Además, el personal que interviene en este tipo de operaciones, sujeto de modo ineludible a asumir los requisitos en materia de prevención de riesgos laborales, ha de contar con suficiente preparación y formación en sus áreas específicas de trabajo, lo cual, en la mayoría de los casos, incluye la necesidad de contar con las correspondientes acreditaciones técnicas, profesionales y legales.

Todo programa de gestión ambiental e higiénico-sanitaria de un edificio se ha de integrar dentro del sistema de gestión general de la empresa responsable del inmueble. Para ello, además de tener en cuenta los principios puramente técnicos que el caso supone, se han de adoptar todos aquellos procedimientos que conduzcan a la sostenibilidad y a la optimización económica de dicha gestión, procurando lograr el equilibrio coste / beneficio de las inversiones, y procurando prolongar al máximo el ciclo vida útil de los activos implicados en el desarrollo de esta iniciativa. Sin lugar a dudas, en ello deben involucrarse de modo solidario todos y cada uno de los actores comprometidos en los procesos de planificación, actuación y toma de decisiones.

El intento inicial de profesionalizar la gestión de la calidad ambiental y de la higiene en los edificios deriva en parte de la adopción de los fundamentos del mantenimiento integral, cuyos protocolos de actuación han sido progresivamente desarrollados de acuerdo con los requisitos y necesidades del sector industrial. Orientados en este sentido, se basan en diferentes modelos, cuyos objetivos comunes son los de asegurar las infraestructuras, garantizar el buen funcionamiento de las instalaciones, y propiciar la inversión preventiva como alternativa al gasto de reparación.

En los edificios, cabe dar un paso más, y complementar el concepto clásico de mantenimiento gestionando los activos inmobiliarios mediante técnicas de Facility Management, herramienta cuyo marco de actuación integra de modo planificado las fases de diseño, construcción y reforma, mantenimiento de instalaciones, contratación de servicios externos y control de calidad mediante procedimientos de auditoria. Este eficaz e innovador instrumento promueve además la inclusión de la gestión de los edificios dentro de las cuentas de explotación general de la empresa titular de los correspondientes patrimonios inmobiliarios. Por otro lado, el Facility Management permite la adopción oportuna y dinámica de los procedimientos de mantenimiento y gestión que aparecen en el mercado como resultado de la evolución y de la innovación tecnológica.

La gestión de los edificios, especialmente en lo que atañe a calidad ambiental, higiene y seguridad, se ha de llevar a cabo de acuerdo con la correspondiente normativa, respetando rigurosamente la legislación aplicable al caso, y priorizando la adopción de los principios y fundamentos de la Prevención, única vía para impartir al proceso las necesarias condiciones de eficiencia en los métodos, y de eficacia en los resultados, requeridas para garantizar la sostenibilidad de todo el sistema.

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