SGRC19: Sistema de Gestión de Riesgo de Contagio COVID-19

SGRC19: Sistema de Gestión de Riesgo de Contagio COVID-19

El Procedimiento de actuación para los servicios de prevención de riesgos laborales frente al SARS-CoV-2 del Ministerio de Sanidad establece la necesidad de evaluar los riesgos de contagio en las empresas indicando que “cualquier toma de decisión sobre las medidas preventivas a adoptar en cada empresa deberá basarse en información recabada mediante la evaluación de riesgo de exposición específica que se realizará siempre en consonancia con la información aportada por las autoridades sanitarias”, por ello hemos trabajado en el diseño de una metodología de evaluación cuantitativa de riesgo de contagio.
27 Mayo 2020

La crisis de la COVID-19 nos ha desconcertado, hemos pasado de la despreocupación total, a estar encerrados en casa y con el miedo generalizado. Si nos centramos en el aspecto sanitario, la solución es relativamente fácil, todos aislados. Pero si conjugamos la economía, las necesidades sociales, etc. las decisiones son mucho más complejas. Por ello, el desescalamiento nos plantea una serie de retos que, con el confinamiento, no teníamos.

¿Qué riesgo de contagio podemos asumir en las empresas?

¿Hasta dónde puedo considerar las medidas suficientes y adecuadas?

¿Tenemos que ponernos mascarillas en el trabajo?, ¿en cualquier momento del trabajo?

¿Qué hacemos con los paquetes que nos llegan?

¿Cómo recibidos a un cliente o a un proveedor?

Es cierto que, muchas organizaciones, administraciones, asociaciones han establecido guías y protocolos de actuación para diferentes actividades o sectores productivos. En ellas se establecen una serie de medidas posibles a implantar, pero se dejan a criterio de quien implanta qué o cuál medida elegir.

A los técnicos nos cuesta tomar decisiones cuando no tenemos información, por ello, nos gusta basar nuestras decisiones en la evaluación de riesgos, que cuanto más cuantitativa sea mejor.

En los últimos días, vemos en los medios de comunicación y prensa reportajes y artículos en los que restaurantes, peluquerías, fabricas, centros comerciales, etc. diseñan para protegerse: mamparas, señalización, etc. basadas en la lógica, pero no en la evaluación previa.

Por otra parte, el Procedimiento de actuación para los servicios de prevención de riesgos laborales frente al SARS-CoV-2 del Ministerio de Sanidad establece la necesidad de evaluar los riesgos de contagio en las empresas https://bit.ly/3biGGGS, establece que:

“Dado que el contacto con el virus puede afectar a entornos sanitarios y no sanitarios, corresponde a las empresas evaluar el riesgo de exposición en que se pueden encontrar las personas trabajadoras en cada una de las tareas diferenciadas que realizan y seguir las recomendaciones que sobre el particular emita el servicio de prevención, siguiendo las pautas y recomendaciones formuladas por las autoridades sanitarias”.

indicando en la nota aclaratoria del 8 de abril,

“cualquier toma de decisión sobre las medidas preventivas a adoptar en cada empresa deberá basarse en información recabada mediante la evaluación de riesgo de exposición específica que se realizará siempre en consonancia con la información aportada por las autoridades sanitarias”.

Por ello, hemos trabajado en un Sistema de Gestión de Riesgos Contagio COVID-19, que hemos denominado SGRC19, que nos permite valorar cuantitativamente el riesgo de contagio, así como, la robustez y eficacia de las medidas definidas en función del nivel de riesgo, basándonos en las siguientes premisas:

  • El contagio se produce por contacto directo con las gotas respiratorias que se emiten con la tos o estornudo de una persona contagiada. Estas gotas infectan a otra persona penetrando a través de la nariz, los ojos o la boca. También podemos infectarnos, al tocarnos la nariz, los ojos o la boca con las manos que han tocado superficies contaminadas por estas gotas.
  • La tasa de descomposición del virus sobre una superficie varía en función del material de la superficie. La supervivencia más larga del virus se ha localizado en el acero inoxidable y el plástico, materiales de uso común en nuestro entorno.
  • No se ha definido en que momentos el infectado puede contagiar a terceros, pudiendo contagiar incluso en situaciones asintomáticas.
  • Los resultados de la evaluación deben proporcionar información para la toma de decisiones.
  • El método no propone medidas específicas, las medidas utilizadas pueden ir desde el uso de una mascarilla a eliminar el contacto usando un dron, por lo que debe ser capaz de valorar cualquiera de ellas. El método valora la robustez de la medida (valorada en función de la mayor o menor facilidad en sobrepasarla voluntaria o involuntariamente) y su eficacia esperada (nivel de control del cumplimiento de la medida) con el fin de conocer si hemos alcanzado un nivel de riesgo aceptable.

y las siguientes hipótesis:

  • La probabilidad de contagio dentro y fuera de la empresa varía de forma continua según evoluciona la pandemia y su desescalada. Por ello, tiene que ligarse a una variable de incidencia que se actualice por parte de organismos oficiales de forma continua.
  • La probabilidad de contagio dentro de la empresa será tanto menor cuanto mayor sea el control, para evitar el acceso al centro de personas contagiadas o en contacto ellas.
  • La exposición varía con el porcentaje de tiempo de la jornada que el trabajador está en contacto o en una cierta proximidad con terceros y la posibilidad de contactar con objetos y superficies contaminadas.
  • Las consecuencias, partiendo de la base de que pueden ser letales, las debemos relacionar con el índice de letalidad.

 

Puedes descargarte el método en el enlace.

¿Qué opinas de este artículo?