Señ@r Robot pague su IRPF… que hacienda somos todos
Señ@r Robot pague su IRPF… que hacienda somos todos
Si un Robot es mucho más que un útil o una herramienta, es ya inteligencia artificial… que acaba y limita las posibilidades de las personas para trabajar…. ¿No debería anualmente presentar su declaración de renta y pagar sus impuestos como cualquier trabajador?, y si no, ¿quién debe abonar este impuesto que grava la renta obtenida en un año natural por las (personas físicas y no tan físicas –IT-) residentes en España…?
Al decir IRPF1, se incluyen todos los impuestos recabados de un ciudadano. Es inútil discutir si cargando un mayor impuesto sobre la renta se desincentiva la inversión, como inútil es pensar que debe cargarse un mayor impuesto sobre el consumo, ya que estamos hablando de una organización completamente distinta de la economía, derivada de un cambio radical de los mercados, y no sólo nos referimos a la división clásica entre mercados de bienes y servicios, y mercado de los factores de producción; sino al propio concepto de mercado.
Estamos valorando la posibilidad de la desaparición de lo que, hasta ahora, conocemos como trabajo (que sin duda lo acabaremos declarando también Patrimonio Mundial Laboral a Proteger) y por ello estamos debatiendo cómo y cuándo debemos aplicar la renta básica garantizada a todas las personas, eso es obvio y es cuestión de tiempo que llegará esa renta básica si queremos mantener la armonía social. En el ínterin deberemos buscar soluciones de compromiso para reajustar el valor de las rentas… y, si hemos aceptado que alguien que recibe un plus económico por su actividad profesional, ya sea una gran deportista, una actriz, un genio de las finanzas…, y así un largo etcétera de profesiones; aceptamos, y nos parece normal y justo, que estos profesionales abonen unas cantidades desiguales e importantes por su trabajo, para de esta forma realizar una redistribución más justa de la renta...
¿Cómo deberíamos ajustar ese valor en el caso del Robot…? El Robot debería realizar su IRPF. En una aproximación burda al cálculo podríamos utilizar la expresión de, por ejemplo, el número de puestos de trabajo que suprime, más el incremento de la productividad que genera, más el consumo que no ejerce… De momento, así podríamos darle un valor mercado a su impacto en la economía.
La siguiente pregunta es de cajón, esos robots que cercenan millones de puestos de trabajo y devuelven al paro, al ocio y a su hogar a los humanos… ¿No deberían abonar esa cantidad económica a las arcas del estado para que palíe el efecto negativo de los puestos que suprime y la carga impositiva que resta? No se preocupe Señ@r Robot, de momento no les haremos pagar por su propia Seguridad Social, ya que no pensamos darle ni paro, ni jubilación; pero tendrá que pagar la parte de Seguridad Social no incluida en el impuesto sobre la renta y que le corresponda de esquemas no contributivos (lo que hoy en día incluye el desempleo).
Los Robots nos están relegando a velocidad de vértigo de nuestras actividades laborales rutinarias… y no tan rutinarias; pero, para ser justos con ellos, también nos ayudan a mejorar las condiciones de trabajo, asumen puestos críticos y de alto riesgo, recuperando de esta forma las personas salud laboral, al no entrar en hábitats insanos… pero eso no les debe eximir de ser corresponsables y ayudar a cuadrar las cuentas de los estados y, así, favorecer el consumo de esos bienes que están ayudando a producir; porque si no, al final toparemos con la paradoja de generar cantidades ingentes de bienes de alta calidad y bajo precio… para un mercado sin compradores potenciales por falta de recursos. Una economía saneada requiere del aporte de todos y cada uno de los agentes que generan valor (ya sea produciendo o consumiendo)… así que en su justa y proporcional medida no olvide, querido Señ@r Robot, que hacienda somos todos…
[1] En España, IRPF son las siglas del impuesto sobre la renta de las personas físicas. En esta entrada no discutiremos si un robot es o no persona en sentido filosófico, sino como sujeto de derecho.