Un día en la vida de un Compliance Officer

Trabajo en una pequeña empresa de planificación financiera como Compliance Manager. Mi objetivo es asegurarme de que todas las actividades se llevan a cabo dentro del marco regulatorio vigente. Debo asegurarme de que mis consejos para con el negocio tienen en cuenta los objetivos intrínsecos de éste y demostrar percepción y apreciación sobre los negocios e intereses de la empresa. Con esto me refiero a que debo aportar soluciones que sea compatibles y amigables con la operativa, recursos e intereses de la empresa. En el mejor de los casos esto significa asesorar sobre oportunidades de negocio que resulten de un cambio regulatorio y en el peor, evitar que la empresa se embarque en actividades que la expondrían a serios niveles de riesgo que serían dificiles de manejar.

Es importante que entienda el negocio y me involucre con él, incluyendo la asistencia regular al comité de inversión y reportándome de manera habitual con gerencia. Como somos una empresa pequeña, puedo dialogar regularmente con los directores de la firma sobre asuntos regulatorios y de cumplimiento. Mis compañeros saben que pueden acudir a mi cuando tengan un problema o asunto relacionado con el cumplimiento legislativo ya sea para pedir consejo o para revisar su trabajo.

Creo que es importante notar que no conozco todo lo que hay que saber sobre cumplimiento, después de todos la percepción de los que son las buenas prácticas son un concepto en contínua evolución, pero sí sé dónde encontrar respuestas y tengo el soporte externo necesario para obtener una segunda opinión experta cuando la situación lo amerita.

Una buena parte de mi tiempo lo ocupo monitorizando los mecanismos de control que he implementado para mitigar los riesgos de cumplimiento. Asesoro a dirección sobre intervenciones necesarias para asegurar el cumplimiento, o acciones reactivas para remedir una situación de riesgo. Esto puede materializarse mediante la modificación de procesos y normas y/o formación a los empleados de la empresa.

También debo asegurarme de estar al día de todos los cambios en el marco normativo; después de todo, esto es lo que le da forma a la manera en que hacemos negocios. Dando seguimiento a los que los organismos reguladores están haciendo es un buen comienzo, así que leo publicaciones y documentación corporativa para poder predecir qué acciones puede que debamos tomar en un futuro. Es también importante dar seguimiento a sentencias y acciones punitivas en otras empresas del sector, para conocer cómo no deben hacerse las cosas. Esto no solo nos ayuda a garantizar el cumplimiento actual, sino que convierte mi actividad en un proceso sostenible y preparado para el futuro.

Una de las cosas que he aprendido en tiempo trabajando como Compliance Officer es que es muy fácil perderse en el detalle. Habiendo recibido formación específica para prepararme como Compliance Officer me ha permitido "salir del armario" y entender realmente el entorno en que me desarrollo y cuales eran de manera efectiva mis responsabilidad más importantes. Es decir, nadie me dijo que yo era un gestor del riesgo - aunque eso era lo que había estado haciendo. Esto también me permitió pensar de manera más estartégica y ahora gestiono mejor mi tiempo al priorizar la estrategia de negocio y los objetivos más primordiales.