Contaminación en la Ciudad de México y su afección a los trabajadores en el sector educativo

La cuestión de contaminación en la Ciudad de México es un asunto complicado por varias circunstancias, pero la principal es que se trata de una ciudad densamente poblada y que limita con otras áreas incluso más pobladas, que aunado al flujo de gente a sus centros laborales lo complica. La contaminación va al aire, al agua y a la tierra, esto invariablemente afecta la calidad de vida de los trabajadores [1] del sector educativo y se puede decir que también a los demás sectores. En la Ciudad de México constantemente se mide la calidad de aire, para tomar decisiones acerca de las emisiones de la industria y los automotores [2]. Con el fin de entender este problema se tienen que clasificar los problemas y las consecuencias de la contaminación en la Ciudad de México, y de ello puntualizar los efectos en los trabajadores [3] de la educación dado que el trabajo realizado por estos requiere un esfuerzo enfocado a la parte intelectual, pero en la cual no se puede separar el esfuerzo físico el cual se ve aumentado dado los niveles de contaminación. Se ha observado que el principal problema son las afecciones respiratorias, motivo por el cual los empleados suelen faltan a su trabajo. En los momentos críticos de la enfermedad, sobre todo cuando se trata de influenza, o cuando se presenta bacteriosis.
Palabras Clave: 
Absentismo laboral; Concienciación; Empresa; Medio ambiente; Seguridad laboral
Tema secundario: 
Autor principal: 
TONAHTIU ARTURO
RAMÍREZ ROMERO
Instituto Politécnico Nacional ESCOM
México
Coautores: 
Gumersindo David
Fariña López
Instituto Politécnico Nacional Cecyt 7
México
Adrián
Luna Hernández
Instituto Politécnico Nacional Cecyt 7
México
Introducción: 

La contaminación en la Ciudad de México es una incógnita difícil de resolver sobre todo cuando se trata de indagar en cuestiones que comprometen de manera significativa la salud de quienes habitan o laboran tanto en la ciudad, como en los alrededores de esta. Son múltiples los factores que dan origen a la contaminación del aire en la ciudad de México. Dichos factores pueden ser naturales (provocados en su mayoría por desastres naturales) o antropogénicos (producto de las actividades humanas), siendo de mayor importancia los segundos; algunos de ellos son: los procesos industriales, el uso de vehículos automotores y la falta de regulación de desechos. Al hablar de una ciudad densamente poblada y que limita con otras áreas aún más pobladas como es el Estado de México, nos enfrentamos a otro tipo de conflictos. En este artículo se hace hincapié en la influencia que tiene la mala calidad del aire en la calidad de vida de los trabajadores del sector educativo [1].

Debido a la problemática que aqueja tanto a los habitantes como a los trabajadores de todos los sectores laborales de la Ciudad de México a causa de la mala calidad del aire se han tomado medidas preventivas para proteger la salud de la población y evitar enfermedades de las vías respiratorias y del sistema cardiovascular principalmente, ya que son las de mayor incidencia [2].

En la Ciudad de México es la Dirección de Monitoreo Atmosférico, mediante la implementación del Sistema de Monitoreo Atmosférico (SIMAT) [9], la responsable del monitoreo permanente de los principales contaminantes del aire. Lo anterior con el objetivo de evaluar el cumplimiento de las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) en materia de calidad del aire y emisión de contaminantes provenientes tanto de fuentes fijas (industrias) como de fuentes móviles (vehículos).

A fin de entender las afecciones que provoca la mala calidad del aire a los trabajadores del sector educativo, es necesario indagar en las causas y las consecuencias de la contaminación atmosférica. Aunque la docencia es una profesión muy noble, requiere de gran esfuerzo psicológico, siendo imposible separarlo del esfuerzo físico ya que, el ser humano es un ser biopsicosocial, lo que significa que ambos aspectos son dependientes uno de otro [3].

La mayoría de unidades académicas de Educación Media Superior y Superior que forman parte del Instituto Politécnico Nacional (IPN) se ubican en la Ciudad de México, por lo que gran parte de los docentes, ha padecido o padece alguna enfermedad, producto de la mala calidad del aire que se manifiesta en el traslado de casa al trabajo y en el centro de trabajo. Como se mencionaba al principio de este artículo, las enfermedades de mayor incidencia son las que comprometen a los sistemas respiratorio y cardiovascular, siendo este, uno de los principales motivos por el que no solo los docentes, sino también los alumnos han disminuido su rendimiento académico.

Sin embargo, la mala calidad del aire no es el único problema que aqueja a docentes y alumnos, también es de importancia el aumento de la temperatura de la atmósfera; ya que las altas temperaturas favorecen a las reacciones químicas que pueda haber entre los contaminantes del aire. Con respecto a esto, los contaminantes pueden ser de dos tipos: primarios (emitidos directamente de una fuente contaminante al aire) y secundarios (se forman cuando reaccionan los contaminantes primarios con los componentes del medio). No obstante, sea cual sea la clasificación y el origen de los contaminantes, estos causan afecciones a la salud. Algunos de los principales síntomas que se presentan al estar inmerso en un ambiente contaminado como es la Ciudad de México, son: irritación de las vías respiratorias, irritación ocular, mareos, somnolencia, escurrimiento nasal, dolor de cabeza, mal humor, náuseas, etc. Pero es cuando no se le da importancia a la sintomatología, el momento oportuno para la aparición de algunas enfermedades y la complicación de otras.

Con objeto de mejorar la calidad de vida de quienes padecen las consecuencias de la contaminación atmosférica en la Ciudad de México se propondrán, en el presente artículo, medidas alcanzables para la mayoría de los sectores de la población.

Metodología: 

De acuerdo con la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA) aplicable a México, el término “contaminación” se refiere a la presencia en el ambiente de toda materia o energía, en cualquiera de sus estados físicos y formas, que al incorporarse o actuar en la atmósfera, agua, suelo, flora, fauna o cualquier elemento natural, altere o modifique su composición y cause desequilibrio ecológico [10]. Cabe mencionar que la contaminación del aire está directamente relacionada con la contaminación del agua y del suelo. 

Cuando la presencia de contaminantes atmosféricos está por encima de los límites máximos permisibles establecidos en algunas Normas Oficiales Mexicanas, el riesgo de desarrollar enfermedades de las vías respiratorias y del sistema cardiovascular aumenta. Por ello se le recomienda a la población que eviten en la medida de lo posible realizar actividades al aire libre. Ya que los daños a la salud provocados por la contaminación atmosférica se traducen en una baja de productividad; afectando la economía del país, tanto a nivel familiar, como a nivel social [4].

Contaminación del aire en la Ciudad de México

Las actividades que se llevan a cabo de manera cotidiana en la Ciudad de México generan una gran cantidad de sustancias que modifican la composición natural del aire que respiramos. Pero es la quema de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas natural), para el transporte y la generación de energía, una de las actividades que mayor importancia tiene al hablar de contaminación atmosférica.

Figura 1. Polución del aire en el Valle de México.

El deterioro de la calidad del aire perjudica severamente la salud del ser humano y causa desequilibrio ecológico, un fenómeno que repercute negativamente el desarrollo del hombre, causando estragos en todos los aspectos de la vida de este. Se puede apreciar la contaminación, o también llamada polución del aire cuando es muy densa. Se observa como una capa de niebla sobre la ciudad como se muestra en la imagen (Figura 1).

La Dirección de Monitoreo Atmosférico de la Ciudad de México [9] reporta que la contaminación de aire se atribuye en un 46% al transporte, en un 21% a la industria, en un 20% a las actividades del hogar y el 13% restante a otras fuentes. Como se puede observar, los vehículos representan una fuente importante de contaminación del aire. Las emisiones que proceden de los escapes de estos vehículos contienen Monóxido de Carbono (CO), Óxidos de Nitrógeno (NOx) e Hidrocarburos (HC) que son liberados a la atmósfera en cantidades descomunales debido a que el parque vehicular de la Ciudad de México representa casi el 11% del total nacional según la Secretaría de Transportes y Vialidades (SETRAVI) [5].

Cerca del 80% de los trabajadores del sector educativo del Instituto Politécnico Nacional (IPN) cuenta con al menos un vehículo. Aunque cabe mencionar que no todos usan su vehículo para poder trasladarse de su casa al trabajo, como es el caso del profesor Francisco Ramírez que labora en la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería, Ciencias Sociales y Administrativas del IPN; quien al salir de su domicilio a las 5:40 am debe tomar un microbús para llegar a una de las estaciones del Sistema de Transporte Colectivo “Metro” que lo llevará desde el colindante Estado de México hasta la Ciudad de México. Después de viajar “más que apretado” en los caóticos vagones del metro, el profesor debe tomar un último microbús para llegar al trabajo si es posible, antes de las 7:00 am. Él comenta que desde hace ya algunos años ha tomado la iniciativa de dejar su vehículo en casa con el objetivo de disminuir el tránsito. “Si todos colaboramos un poco, podemos disminuir considerablemente el caos” – dijo él. También dijo que es muy normal padecer síntomas como dolor de cabeza, irritación ocular, escurrimiento nasal o ardor de garganta debido a que la calidad del aire es muy mala sobre todo en el verano, cuando la temperatura del planeta aumenta.

En cambio, el Dr. Arturo Díaz, docente de la Escuela Superior de Medicina del IPN, quien todos los días utiliza su automóvil para trasladarse al trabajo, dice que él prefiere hacer uso de su automóvil debido a que el transporte público con frecuencia va a su máxima capacidad, lo que le resulta incómodo y muy estresante. Además, “los robos, sobre todo de dinero y teléfonos móviles, son muy frecuentes” – dice. El Dr. padece de escurrimiento nasal crónico, producto de una estancia prolongada en la Ciudad de México; ya que, al salir de la Escuela Superior de Medicina, debe trasladarse a una clínica de salud para laborar un segundo turno.

Existen casos en los que la dispersión de contaminantes se ve poco favorecida, ya que depende fundamentalmente del estado de la atmósfera y de las condiciones meteorológicas (velocidad y dirección del viento, turbulencias atmosféricas, radiaciones solares, etc.). Si la atmósfera está estable los contaminantes se acumulan cerca de la superficie terrestre. Las inversiones térmicas son el caso más representativo de estabilidad atmosférica. Generalmente la temperatura del aire disminuye con la altitud; pero en condiciones de inversión térmica, la situación cambia, pues las capas de aire más alejadas del suelo son las más calientes, por lo que los contaminantes se quedan aislados cerca de la superficie terrestre bajo una “capa de inversión” que actúa como un tapón térmico. En la siguiente imagen (Figura 2) se ve claramente que hay días en los que las condiciones climáticas no permiten la dispersión de los contaminantes.

Figura 2. Véase como las condiciones climáticas no permiten la dispersión de los contaminantes. Fuente: Regeneración [6].

Figura 2. Véase como las condiciones climáticas no permiten la dispersión de los contaminantes. Fuente: Regeneración [6].

 

Resultados: 

Los contaminantes atmosféricos que representan un mayor riesgo para la salud son: Dióxido de Azufre (SO2), Dióxido de Nitrógeno (NO2), Ozono (O3), Plomo (Pb), Monóxido de Carbono (CO), Dióxido de Carbono (CO2) y partículas suspendidas (PM2.5 y PM10). Estas últimas resultan ser de mayor importancia, ya que al ser las más pequeñas tienden a bioacumularse sobre todo en los tejidos y órganos del aparato respiratorio. La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) y la Secretaría de Salud (SSA) son dos de los organismos gubernamentales encargados de revisar y modificar las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) que establecen los límites máximos permisibles para la concentración de los contaminantes atmosféricos de mayor importancia [11].

 

Dióxido de Azufre (SO2)

Al momento de ser respirado el dióxido de azufre (SO2) se disuelve y se oxida en las mucosas de la nariz y el tracto respiratorio debido a que es soluble en agua y puede disolverse, provocando irritación en esas zonas. Elevadas concentraciones de este contaminante pueden dañar a los pulmones; a concentraciones superiores a 1.5 ppm (partes por millón) existe un alto riesgo de presentar constricción bronquial e infecciones respiratorias. Es importante saber que cada año en la Zona Metropolitana se arrojan a la atmósfera 1696 toneladas de este contaminante, de las cuales el 68% son emitidas por la industria.

Dióxido de Nitrógeno (NO2)

Los ancianos y los niños son las personas más vulnerables ante la presencia de dióxido de nitrógeno (NO2), pues si la concentración excede las 80 ppb (partes por billón), el contaminante es capaz de provocar dolor de garganta y resfriados. El dióxido de nitrógeno puede desencadenar asma y daño pulmonar. Así mismo, el 78% de las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2) son emitidas por el parque vehicular

 

Monóxido de Carbono (CO)

Cabe mencionar que este contaminante contribuye a la producción de ozono troposférico. Una exposición a concentraciones mayores a 300 ppm (partes por millón) provoca dolor de cabeza; sin embargo, una exposición prolongada a este contaminante es capaz de provocar la muerte por asfixia debido a que el monóxido de carbono (CO) es cien veces más afín a la hemoglobina de la sangre que el mismo oxígeno. El pico de concentración de este contaminante se hace presente entre las 6:00 y las 10:00 am, llegando a su máximo esplendor a las 8:00 am, cuando circula la mayor cantidad de automóviles en la Ciudad de México. Sin embargo, muchos trabajadores del sector educativo del IPN argumentan que después de las 6:00am y hasta las 10:00 am se vuelve prácticamente imposible la circulación en calles y avenidas de todos los lugares. Lo mismo sucede entre las 15:00 y 18:00 h del día.

Ozono (O3)

Si el contaminante excede las 150 ppb (partes por billón) puede provocar dolor de cabeza, dolor de pecho, tos y molestias para respirar. Una exposición prolongada a este contaminante a largo plazo puede provocar envejecimiento del tejido pulmonar y posterior daño a los pulmones.

Partículas suspendidas

Las partículas suspendidas en el aire tienen un riesgo de importancia para la salud de la población en general. Dado que las partículas contienen una gran cantidad de sustancias peligrosas tanto orgánicas como inorgánicas, se debe tener especial cuidado con ellas, ya que son bioacumulables y pueden llegar hasta la región alveolar de los pulmones.

Plomo (Pb)

El plomo (Pb) es una sustancia tóxica que se bioacumula en el organismo y causa graves afecciones en el sistema nervioso pudiendo provocar coma, ataques epilépticos e incluso la muerte. En el mejor de los casos solo provoca alteraciones de la conducta humana.

Figura 3. La pirámide representa a los diferentes grupos de la población de acuerdo con los efectos que los contaminantes han causado en su organismo. Véase en la base de la pirámide, que la mayoría de la población de la Ciudad de México solo ha estado expuesta a los contaminantes [7].

 

Si es bien sabido que las personas más vulnerables a los efectos de los contaminantes son los niños y los ancianos, pero es importante mencionar que los demás sectores de la población no están exentos. Para fines prácticos de este artículo, se han acomodado a los diversos sectores de la población en la Figura 3, sin hacer distinción de edad o género; de esta manera se tiene que la población que solo está expuesta a los contaminantes es mucho mayor en comparación con la población que muere a causa de la exposición a los contaminantes.

De acuerdo con las Normas Oficiales Mexicanas que regulan los límites máximos permisibles para la emisión de los contaminantes, los efectos en la salud humana están determinados, tanto por la concentración, como por el tiempo de exposición de los mismos. Se ha observado que, a largo plazo, los contaminantes en el aire coadyuvan a la disminución de la actividad pulmonar, provocando enfermedades crónicas como el asma bronquial, el cáncer de pulmón, la bronquitis obstructiva crónica o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Por otro lado, se ha demostrado que la exposición a los contaminantes atmosféricos, especialmente las partículas suspendidas PM10 y PM2.5 y el monóxido de carbono (CO), tiene relación directa con afecciones del sistema cardiovascular. Un ejemplo de estas afecciones son la aterosclerosis y las arritmias cardiacas [8].

Conclusiones: 

Algunos de los trabajadores del sector educativo del Instituto Politécnico Nacional (IPN) manifiestan en sus testimonios que es muy frecuente presentar afecciones del sistema respiratorio, “es normal” – dicen, debido a la elevada concentración de los contaminantes atmosféricos en el ambiente. La situación es alarmante, sobre todo en los meses más calurosos del año, pues la temperatura del planeta tiende a elevarse de manera considerable generando un ambiente de tensión que repercute tanto en el personal docente, directivos, mandos, como en el personal de apoyo a la educación (PAE) y la comunidad estudiantil. Lo anterior se puede traducir en una baja de productividad y por lo tanto en una disminución del rendimiento académico. Es de vital importancia que tanto docentes, como alumnos tomen medidas para mitigar el problema. Se recomienda en un inicio evitar en la medida de lo posible la realización de actividades al aire libre para prevenir afecciones en las vías respiratorias, hacer uso de bloqueador solar para prevenir cualquier tipo de cáncer de piel, ya que la radiación UV es alta. Tomar suficiente agua durante el día es recomendable para mantenerse hidratado. Es importante sustituir el consumo de comida chatarra por frutas y vegetales, ya que comer comida chatarra aumenta la probabilidad de estar cansado durante el día y provoca somnolencia además de aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Hacer ejercicio también es muy importante para mantenerse en forma y liberar el estrés generado durante largas jornadas de trabajo, o bien, durante el traslado de la casa a la escuela y viceversa. Ante esta situación también es de suma importancia tener un descanso mínimo de 8 horas de sueño al día. 

Agradecimientos: 

Los autores agradecen al Instituto Politécnico Nacional, en especial a la Escuela Superior de Cómputo así como al Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos No. 7 - Cuauhtémoc, por el apoyo brindado.

Referencias bibliográficas: 

[1]        Itaca, Prevención de riesgos profesionales grado superior, Riesgos físicos ambientales, ediciones CEAC, pp. 8, España, 2006.

[2]        http://www.aire.cdmx.gob.mx , [en línea], consultado mayo del 2017.

[3]        Ramón González Muñiz, Manual Básico prevención de riesgos laborales, editorial inter pros, España, 2003, pp. 73.

[4]        Valery Hurtado Torres, Estudio de la contaminación ambiental de la ciudad de México mediante los modelos redes neuronales artificiales y algoritmos genéticos. Tesis de ingeniería mecánica, Escuela superior de ingeniería mecánica y eléctrica, unidad  Culhuacán, Instituto Politécnico Nacional, 2016. México.

[5]        http://www.excelsior.com.mx/comunidad/2016/03/16/1081206 [en línea], consultado 25 de septiembre del 2017.

[6]        http://regeneracion.mx/solo-19-dias-del-2016-han-estado-libres-de-contaminacion-en-cd-de-mexico/ [en línea], consultado: 25 de septiembre del 2017.

[7]        Manuel Oyarzún G., Contaminación aérea y sus efectos en la salud. Revista chilena de enfermedades respiratoria vol.26 no.1 Santiago Mar. 2010, http://dx.doi.org/10.4067/S0717-73482010000100004.

[8]        Peters A., Von Klot S, Heier M, Trentinaglia I, Hörmann A, Wichmann H.E. et al, Exposure to traffic and the onset of myocardial infarction. N. Engl J. med. 2004; 351: 1721-30.

[9]        Dirección de Monitoreo Atmosférico, Sistema de Monitoreo Atmosférico (SIMAT) [en línea] http://www.aire.cdmx.gob.mx/default.php

[10]      Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA). Última reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 24 de enero del 2017. [en línea] http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/148_240117.pdf

[11]      Mancera Espinosa Miguel Ángel, Müller García Tanya, Mediavilla Sahagún Antonio, et al, Calidad del aire en la Ciudad de México. Informe Anual 2015. 2016, 38-64.