Actitudes sobre Protección Civil y Perspectiva de Género. Instituto Politécnico Nacional

El objetivo de este trabajo fue la identificación, entre los docentes del Nivel Medio Superior del IPN, de las actitudes que sobre protección civil poseen bajo la mirada de la perspectiva de género. La muestra se integró con 184 docentes a quienes se les aplicó un cuestionario diseñado para este estudio, el cuál fue piloteado para comprobar validez y confiabilidad. El instrumento muestra en primera instancia el nivel de conocimientos que se tienen sobre la protección civil para luego situarse en la exploración de actitudes relacionadas a los comportamientos femeninos y masculinos en caso de desastres naturales y/o humanos. Los resultados indican que los conocimientos manifestados son mínimos contrario al autoreporte, que revela una calificación superior. En relación a las actitudes, se encontró una posición claramente discriminante que marca la carencia de habilidades femeninas para el afrontamiento de los desastres naturales basado en una interpretación esencialista y contradictoria.
Palabras Clave: 
Actitudes; Protección Civil; Género; ORP Conference
Autor principal: 
SILVIA
OCHOA AYALA
INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL
México
Coautores: 
GUMERSINDO DAVID
FARIÑA LÓPEZ
México
JUAN DANIEL
VERA OLIVARES
INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL
México

Introducción

En primera instancia es importante definir la distancia entre un desastre y un fenómeno natural. Como se sabe los movimientos en la capa terrestre, los deslaves, cambios en el torrente de ríos, huracanes y tornados entre otros fenómenos, tienen causas naturales en su origen, han aparecido de manera intermitente a lo largo de la historia de la tierra por lo que son eventos “normales”, es distinto cuando estos eventos se encuentran asociados a daños severos en comunidades humanas en donde se puede hablar de un desastre, estos desastres no sólo se asocian a eventos “normales” sino también a aquellos en donde la construcción humana tiene lugar, es decir, estallamiento de gasoductos, plantas nucleares, derrame de sustancias tóxicas e incendios entre otros. Esta distinción cobra sentido si se considera el sufrimiento de las comunidades afectadas, las pérdidas y el tiempo de recuperación para funcionar al menos mínimamente de nuevo, en la dinámica social de la comunidad y la localidad inmediata.

El territorio de nuestro país se encuentra sujeto a una gran variedad de fenómenos que pueden causar desastres. Por ser parte del llamado Cinturón de Fuego del Pacífico, México es afectado por una fuerte actividad sísmica y volcánica. Dos terceras partes del país tienen un riesgo sísmico significativo, que se debe principalmente a los terremotos que se generan en la Costa del Océano Pacífico, en la conjunción de las placas tectónicas de Cocos y de Norteamérica. Del gran número de volcanes que han existido en las distintas épocas geológicas en el territorio, catorce de ellos han hecho erupción en tiempos históricos y se consideran activos o representan zonas activas.

La ubicación del país en una región intertropical, lo hace sujeto a los embates de huracanes que se generan tanto en el océano Pacífico como en el Atlántico. Los efectos de estos fenómenos, en términos de marejadas y vientos, se resienten principalmente en las zonas costeras del Pacífico, del Golfo y del Caribe; las lluvias intensas que estos fenómenos originan pueden causar inundaciones y deslaves no sólo en las costas sino también en el interior del territorio. De los 25 ciclones que en promedio llegan cada año a los mares cercanos al país, cuatro o cinco suelen penetrar en el territorio y causar daños severos.

También se presentan lluvias intensas, con las consecuentes inundaciones y deslaves importantes, y con mucha frecuencia de manera independiente de la actividad ciclónica, debido a las tormentas que se generan en la temporada de lluvias. Por otra parte, la escasez de lluvia es evidente en diversas regiones que, cuando se mantiene por periodos prolongados, da lugar a sequías que afectan la agricultura, la ganadería y la economía en general. Asociados a la escasez de lluvia están los incendios forestales que se presentan cada año en la temporada de secas y que en determinados años alcanzan proporciones extremas, ocasionando pérdidas de zonas boscosas y daños diversos.

Estos datos nos previenen sobre la necesidad de considerar a la Protección Civil como una herramienta de cuidado en sentido macro en nuestro país.

La importancia de la protección civil radica principalmente en considerar el cuidado de la vida humana, el entorno y los bienes materiales con que cuenta la comunidad.

Por otra parte, se debe considerar que los programas desarrollados para la atención hacia la protección civil, han focalizado su construcción en el punto de vista masculino exclusivamente dejando de lado la postura que las mujeres de la comunidad tienen en este rubro. El impacto de un desastre es un proceso, no es un evento aislado en un continuo de tiempo, es una serie de condiciones que han propiciado que el desastre irrumpa sobre determinada comunidad causando daños en muchas ocasiones irreparables, finalmente la reconstrucción y habilitación de los recursos tanto externos como los que han quedado en la reconstrucción. Es en este punto tanto de la prevención como el rescate que las mujeres juegan un papel esencial, ellas en muchos casos, son las que se han dedicado a reestablecer las condiciones más adecuadas, las que trabajan en la calidad de vida de la comunidad y las que atienden incluso los aspectos emocionales de los integrantes de la comunidad posteriormente al evento disruptivo.

Género y Protección Civil

Desigualdades en cuanto a Género

La perspectiva de género permite observar con un lente más equitativo el lugar que hombres y mujeres tienen en el mundo, no sólo con la visión antropocéntrica existente. Es por esto que otros puntos de vista consideran que las diferencias son naturales y deben aceptarse de esta manera, por lo que no tienen relación con el desarrollo social ni con el poder de los hombres sobre las mujeres ya que ésta relación es “como debe ser”. Sin embargo, existen desigualdades inocultables que muestran las relaciones sesgadas:

La preferencia que se tiene por los hijos varones en las sociedades dominadas por el patriarcado autoritario, como sucede en varias culturas orientales como China y Corea en donde el deseo de tener únicamente hijos varones se ha convertido en un hecho, a través de la práctica del aborto sexoselectivo para promover sólo el nacimiento de hombres, por lo tanto se observa un sexismo de alta tecnología.

La desigualdad en las oportunidades básicas educativas, en algunos países como Afganistán en donde se impidió abiertamente el ingreso de las niñas a las escuelas, también el Latinoamérica se observa la desigualdad de oportunidades dado que es más probable que un niño tenga mejores alternativas educativas que las niñas. La falta de estímulos para que las niñas continúen una carrera superior. Esta asimetría se ha fundamentado en que los terrenos de los hombres y las mujeres es distinto por lo que el ámbito público es terreno de hombres y el ámbito privado el de mujeres. Esta consideración ha prevalecido durante siglos gozando de fuerte aprobación implícita y explícitamente.

Favoritismo profesional. Las oportunidades laborales y ocupacionales son con frecuencia mucho más limitadas para las mujeres que para los varones, el ascender hacia puestos de mando se encuentra colmado de más obstáculos para las mujeres aun cuando tengan un perfil adecuado y pertinente.

Desigualdad en las posesiones y la economía, la distribución de las propiedades en que una mujer sea la dueña es muy desigual, la herencia patriarcal que favorece al varón y la falta de reclamos femeninos, recrudece esta asimetría, propiciando la falta de participación en actividades comerciales, económicas e incluso sociales.

Desigualdad en el hogar, las actividades están desigualmente divididas y aunado a la incorporación de las mujeres al campo laboral, la doble jornada es evidente, y sin embargo las labores del varón tienen mayor reconocimiento externo.

Se observa que en el plano de la educación, estas desigualdades limitan el desarrollo de las niñas y mujeres en diferentes planos del contexto de México. En el plano específico de las instituciones educativas, se encuentran relaciones de género que manifiestan su influencia en diversos ámbitos.

En diversos estudios y en experiencias diversas en nuestro país, el actuar diferenciado entre hombres y mujeres se ha visibilizado( Contreras, 1999) mostrando que la actitud de las mujeres ante la posibilidad de un desastre es mucho más prudente y atenta, las mujeres muestran mayor disposición a la prevención de riesgos y a la precaución ante signos que pueden anunciar un desastre o bien algún tipo de peligro en la vida cotidiana, en tanto que los varones parecen no dar importancia a estas manifestaciones mostrando una evocación del arquetipo “Juan sin miedo”, es decir muestran descuido y poca atención ante los riesgos, ya que la cultura que signa a la masculinidad, demanda de los hombres valor, poder y resolución ante los problemas, sin importar la prevención o los comportamientos de cuidado. Contreras (1999) en su trabajo realizado en Morelos, indica que la comunicación entre pareja es muy importante para llegar a acuerdos y hacer valer los puntos de vista de las mujeres, por otra parte muestra que las mujeres rara vez participan en los comités de protección, a pesar de que son las que permanecen la mayor parte del tiempo en el hogar y por lo tanto, advierten con mayor rapidez algún evento peligroso.

La participación femenina aportaría valiosos elementos en las acciones emprendidas tanto para la prevención como para las acciones mismas de rescate y de reconstrucción. Una participación activa de la población también enriquecería los programas ya existentes, pero carentes de acciones concretas por la carencia de recursos y por la no consideración de las problemáticas propias de la población y por lo tanto de las mujeres (Toscana et. al. 2010)

Metodología

En este trabajo de investigación, se contó con la participación de 500 docentes adscritos al NMS del IPN del turno matutino, los participantes provinieron de los CECyTs No 7,13, 6, 4 y 14, y quienes representan a las 3 áreas de conocimiento del Instituto, su selección no tuvo carácter probabilístico en el sentido de que se entrevistó a los docentes que poseían el suficiente tiempo y disposición para contestar el instrumento aplicado cuando se visitó el plantel para tal efecto. La muestra contó con 44.5 años promedio, 15.4 años de servicio y se conformó con 240 mujeres y 260 hombres.

Instrumentos:

El instrumento que se aplicó en este trabajo, fue construido específicamente para la población estudiada (Anexo 1), éste consiste en un cuestionario de 13 preguntas, en donde a primera parte (primeras 8 preguntas) buscó identificar el nivel de conocimiento general que la muestra tenía sobre el tema, la segunda parte (pregunta 9 a 13), buscó la identificación de los factores de protección civil relacionados a la perspectiva de género correspondiente e incluyó la posibilidad de respuestas abiertas para varios ítems. En las respuestas abiertas los participantes explicaron con mayor detalle los argumentos que acompañaban su punto de vista. A partir de esta información, fue posible realizar una interpretación más profunda. El instrumento fue piloteado para ratificar su validez y confiabilidad.

Resultados

Los resultados en general muestran ciertos aspectos contradictorios en la postura para ambos géneros que denota un punto de quiebre en los roles de género que hasta hace poco tiempo se consideraba por la población como algo ya establecido, no obstante al indagar sobre otros aspectos se manifiesta una posición mayormente equilibrada en cuanto a habilidades de ambos géneros. Por otra parte es relevante hacer notar que los conceptos básicos relacionados a la Protección Civil, requieren atención y formación concreta para los docentes.

Figura 1 El peligro como concepto

La figura 1 muestra los resultados obtenidos de la muestra en donde se observa que este concepto es erróneo pero el 78% de los entrevistados indica que es correcto, la confusión en el concepto nos permite observar que en este aspecto hace falta incidir en capacitación básica y correcta. La pregunta 2, indica la comprensión y conocimiento del concepto amenaza, en este caso el 65% de la muestra identifica correctamente el concepto y la aplicación en el sentido de la vulnerabilidad de las poblaciones

Es importante observar que existe la afirmación de necesitar mayor conocimiento, lo que indica toma de consciencia en ese sentido, sin embargo sólo es el 65 % quien conoce esta relación.

Figura 2 Perjuicio de los Desastres naturales por grupos

En la figura 2 que corresponde a la pregunta 3, se observa la tendencia a considerar de manera homogénea los daños en una población, en tanto que el 10% indica que existen daños a todos, el 44% afirma que es relativo sin considerar el factor vulnerabilidad en una población, es decir su análisis es superficial y unidireccional, evita identificar la especificidad de cada población y dentro de ello la vulnerabilidad de cada núcleo de la población (pensando en cada hogar).

Figura 3 Concepto Vulnerabilidad

En la figura 3 que corresponde a la pregunta 4, indica que la muestra si tiene presente el concepto vulnerabilidad, aun cuando le falta relacionarlo con otros elementos, al menos este si es identificado en un 75%

Figura 4 Características de la Vulnerabilidad

En la figura 4, se puede observar la falta de precisión que la muestra ha mostrado frente al concepto de vulnerabilidad social ya que sólo un 52% ha contestado de manera adecuada. Nuevamente se muestra la falta de relación con otras variables.

Figura 5 Capacitación para los docentes

En la figura 5, correspondiente a la pregunta 7, se observa una disposición positiva ante la importancia de esta información, 89% indica que es muy importante para un docente saber qué hacer, en tanto que un 9% considera que son las brigadas de protección civil escolares u otras instancias las que deben tener esta capacitación, lo que muestra en este rango de docentes la creencia de que ellos no tienen responsabilidad alguna ante un siniestro.

La figura 6, nos indica que el 92% de los docentes está dispuesto a capacitarse para tener claro el afrontamiento de la problemática ante un desastre, este porcentaje coincide con la gráfica anterior en que se muestra esta disposición positiva; no obstante, es importante observar a este 8% que no está dispuesto ya que ellos mismos pueden ser un riesgo.

                         

Figura 6 Disposición para la capacitación

Figura 7 Afectabilidad etaria y genérica

La figura 7, correspondiente a la pregunta 9, incorpora los resultados con desagregación de género y de edad, por lo que nos muestra de acuerdo a la opinión de la muestra que la afectabilidad mayor está depositada en el grupo de niños y ancianos 66%, seguido de las mujeres 11%, hombres 1% y un dato interesante pero ambiguo es que el 22% de la muestra considera que se afecta a los 3 grupos de personas.

Figura 8 Recursos de hombres y de mujeres

La figura 8 correspondiente a la pregunta 10, muestra la otra cara de la moneda, el dato relevante de esta gráfica es la consideración de que tanto hombres como mujeres poseen recursos para enfrentar un desastre 72%, contradictorio a la gráfica anterior donde indican que el 11% son las más afectadas, por otra parte coincide con el 24% que considera que los varones poseen más recursos.

Figura 9 Recursos de los varones para enfrentar un desastre

La figura 9 muestra los recursos que los varones poseen para enfrentar un desastre, se observa el factor fuerza como el más relevante en este caso, seguido del apoyo social que recibe.

Figura 10 Recursos de las mujeres para enfrentar un desastre

La figura 10 por otra parte, muestra los recursos que las mujeres poseen, nótese la enorme diferencia en cuento a la cantidad de personas que hablan sobre estos recursos que curiosamente son las mismas y que suman un total de 5, en tanto que en la gráfica anterior respondieron 180 personas.

Figura 11 Conducta de los varones en los desastres

En esta figura No. 11, se indica el comportamiento que tienen los hombres en caso de un desastre, en primera instancia demuestran fuerza física, también miedo seguido de ayuda a los demás y protección como cuarto comportamiento relevante, nótese que estas respuestas surgen de manera espontánea en el discurso escrito de los participantes

Figura 12 Conducta de las mujeres en los desastres

La siguiente figura 12, indica los comportamientos que indican nuestros participantes como propios de las mujeres en caso de un desastre. En primera instancia encontramos los componentes emocionales de miedo y angustia como los principales seguidos de una actitud “maternalista y/o protectora” para finalmente observar el comportamiento organizador en estos casos. Importante señalización que nos habla de la ruptura de modelos hegemónicos de comportamiento para hombres y mujeres.

Figura 13 Reacción proactiva ante un desastre por género

La figura 13 que corresponde a la pregunta 12 muestra la tendencia a evaluar el comportamiento proactivo para ambos géneros en donde los varones son evaluados con un 59%, superior a las mujeres con un 34%, resultado curiosamente contradictorio a las gráficas anteriores.

Figura 14 Recuperación ante un desastre por género

La figura 14, también de manera particularmente específica, indica una apreciación en ambos géneros de restablecerse y recuperarse después de un desastre por igual 46% para ambos, esto también indica la posibilidad femenina de recuperarse por sí misma sin la dependencia hacia los varones.

Discusión de resultados

En este trabajo se identificaron varios aspectos relacionados a la diferencia en cuanto a la perspectiva de hombres y mujeres relacionada a la Protección Civil:

1. En primera instancia, se observa la necesidad de capacitar a los docentes sobre aspectos de Protección Civil, ya que a pesar de que muestran algunos conocimientos, en realidad son de características vagas que no permiten una lectura eficaz de la simbología y las repercusiones de los desastres y por lo tanto quizá, aun cuando tienen buena voluntad, esta no alcanza para actuar en un momento determinado.

2. Los docentes manifiestan tener interés de formarse en este rubro, puede aprovecharse esta disposición positiva para incorporar estos contenidos en programas intersemestrales.

3. Se encuentran ciertas tendencias contradictorias en las preguntas, específicamente la consideración de que las mujeres son las más afectadas y tienen menores recursos para responder posteriormente que se recuperan igual o que tienen habilidades bastante poderosas para enfrentar y sobrevivir los desastres.

4. En el ámbito de las respuestas de hombres y mujeres ante un desastre, llama de inmediato la atención la ruptura con los modelos hegemónicos propuestos para hombres y mujeres en donde los varones son mayormente poderosos, resolutivos, firmes y emocionalmente controlados y las mujeres son débiles, histéricas, poco proactivas y sentimentales.

5. Lejos de este modelo cristalizado y rígido, encontramos hombres fuertes, con miedo, protectores y que apoyan a los demás, esto último muy identificado con los comportamientos femeninos. Por otra parte las mujeres han sido identificadas con comportamientos emotivos como el miedo y la angustia, pero ahora incorporamos los comportamientos también de protección y de organización, este último relacionado por mucho tiempo con los comportamientos derivados de la masculinidad.

6. La postura de los docentes del NMS ante la Protección Civil requiere una amplia revisión y apoyo formativo ya que existen muchos espacios de oportunidad para el mismo, no se ha reconocido en la institución la relevancia de incluir esta formación en los docentes, se ha olvidado que este sector de nuestra institución podría dar un cause muy adecuado a las acciones de protección a los alumnos.

7. Las posturas relacionadas al género se han transformado de manera evidente, las características femeninas y masculinas en un desastre se han imbricado lo que posibilita una acción más colaborativa y por tanto más democrática, la posibilidad de ver a las mujeres como organizadoras y a los varones en espacios de protección, permite empoderar a ambos géneros de potencialidades basadas en su capacidad y no en su ser mujer o ser hombre, posibilita pensar a las mujeres en acción y no como simples víctimas y por otra parte, pensar a los varones con mujeres que apoyen las acciones, como compañeras, no como una carga, considerando también que ellos son capaces de dar continente emocional a las personas que lo requieran.

8. Finalmente el impacto de esta investigación lleva a repensar la postura que el instituto puede tener sobre la Protección Civil y la participación de los docentes en la misma, elaborar un planteamiento desde la perspectiva de género que favorezca acciones democráticas que consideren el potencial femenino y masculino no separado sino complementario, eliminando posturas cristalizadas y naturalizadoras que en poco ayudan a la conformación de comités funcionales que además incluyan la postura de la y del docente.

Conclusiones

El presente trabajo, muestra que entre los docentes, existen imaginarios respecto a las actividades y funciones que las mujeres pueden lograr en el ámbito de la protección civil, que no favorecen la imagen de una mujer independiente, sin embargo, se observa por otra parte, que en el rubro de los comportamientos la imagen de las mujeres ha adquirido características muy interesantes como son la organización, elemento considerado anteriormente como masculino.

Otro factor a resaltar es la posible igualdad general que esta muestra proporciona a los hombres y a las mujeres en la proactividad y a la recuperación después de un desastre.

La capacitación es muy importante, se observa que una generosa parte de los docentes aceptaría capacitarse, sin embargo no existen instancias pertinentes que se ocupen de esta necesidad, únicamente las brigadas que en raras ocasiones se ocupan de atender el aspecto prevención en los planteles y considerando que en el ramo de la educación el género femenino es mayoritario, es imprescindible que ellas reciban capacitación específica para actuar en un desastre.

Agradecimientos

Agradecemos a los docentes participantes por su colaboración, así mismo agradecemos al comité del congreso ORPconference 2014 la oportunidad de difundir nuestro trabajo.

Referencias bibliográficas

Barbieri, Teresita de. “Certezas y malos entendidos sobre la categoría de género”, en Eli Bartra (compiladora) Debates en torno a la metodología feminista, UAM-X, México, 1998, pp. 63-102.

Barios David. (2003) Resignificar lo Masculino, Vila Editores, Primera Edición, México, Colección Autoayuda Aldia. Pag. 19-36.

Barra, (2002) Construcción de un Inventario de Rol Sexual en Universitarios Chilenos. Revista Intercontinental de Psicología y Educación (2ª Época), 4, 11-19.

Careaga Gloria, Cruz Sierra Salvador (2006). “Debates Sobre Masculinidades”. Editorial Universidad Nacional Autónoma De México. Primera Edición México.

CENAPRED (2001) Diagnóstico de Peligros e Identificación de Riesgos Secretaría de Gobernación. Centro Nacional de Prevención de Desastres. México

COMFORT, L., (1989)"The San Salvador earthquake". En: Rosenthal V, M. Charles y P t'Hart (Ed.), Coping with Crisis: The management of Disasters: Riots and Terrorism, Springfield Il, Charles C. Thomas,.

Contreras, J. M. Z.(1999) Protección Civil. El caso de TEMOAC, MORELOS.

Disponible en: http://cidbimena.desastres.hn/pdf/spa/doc12784/doc12784-contenido.pdf

Macias J.M. (1999). Desastres y Protección Civil: Problemas Sociales, Políticos y Organizacionales. Dirección General de Protección Civil del Gobierno del Distrito Federal. CIESAS. México.

Toscana A, A, Campos V, M M, y Monroy G, J. F. (2010). Inundaciones, protección civil y habitantes de San Mateo Atenco, Estado de México. Investigaciones geográficas, (72), 68-81. Recuperado en 09 de febrero de 2014, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-4611201.... .

Tesis de maestría “Plan Estratégico de Protección Civil para la Educación Media Superior en México; Caso de Estudio CECyT NO. 7 “Cuauhtémoc” postulada por el M. en C. David Fariña López UPIICSA, 2010.

Papers relacionados

ORP 2015
Raúl
García Bercedo
Universidad del País Vasco
España
ORP 2015
SILVIA
OCHOA AYALA
Instituto Politécnico Nacional y DIE CINVESTAV
México
ORP 2015
Raluca
Iordache
The National Research and Development Institute for Occupational Safety and Health
Rumania