Sobre el significado de las definiciones de expuesto y exposición

El propósito básico del trabajo se relaciona con la necesidad de aclarar, en profundidad, la diferencia de significado de las palabras expuesto y exposición, las que, por experiencia resultante del contacto con muchos higienistas e incluso con personas de áreas de la salud, son utilizadas, ya sea en forma errónea o de manera muy simplificada. Se señala que expuesto es un término cualitativo, en contraposición al término exposición que es cuantitativo. Expuesto se identifica con o sin contacto con lo que puede o no dañar. Exposición se identifica con una serie de condiciones, estados, situaciones que tienen una variación entre 0 y 1, pues son cuestiones relacionadas con la probabilidad de daño. Como forma de racionalizar el uso de estas expresiones se entrega de cada uno de los componentes de la exposición una explicación de su significado y de su importancia, a la hora de evaluar el riesgo. Como resultante del estudio de estos términos se intenta entregar una visión más clara del significado de la palabra evaluación del riesgo, en contraposición a la forma simplista de evaluar, actualmente en uso
Palabras Clave: 
agente, expuesto, exposición
Autor principal: 
Leonardo
Carbone Camps

Leonardo Carbone CampsIng. Civil Químico/Universidad Técnica del Estado Licenciado en Salud Ocupacional/Universidad de ChileProfesional    Destacado    en    Salud    Ocupacional    DistinciónJ. Bloomfield 1986/Consejo Nacional de Seguridad56 32 2920701lcarbone@entelchile.netCasilla 8016, Viña 2, Viña del Mar, Chile

ABSTRACT

El propósito básico del trabajo se relaciona con la necesidad de aclarar, en profundidad, la diferencia de significado de las palabras expuesto y exposición, las que, por experiencia resultante del contacto con muchos higienistas e incluso con personas de áreas de la salud, son utilizadas, ya sea en forma errónea o de manera muy simplificada. Se señala que expuesto es un término cualitativo, en contraposición al término exposición que es cuantitativo. Expuesto se identifica con o sin contacto con lo que puede o no dañar. Exposición se identifica con una serie de condiciones, estados, situaciones que tienen una variación entre 0 y 1, pues son cuestiones relacionadas con la probabilidad de daño. Como forma de racionalizar el uso de estas expresiones se entrega de cada uno de los componentes de la exposición una explicación de su significado y de su importancia, a la hora de evaluar el riesgo. Como resultante del estudio de estos términos se intenta entregar una visión más clara del significado de la palabra evaluación del riesgo, en contraposición a la forma simplista de evaluar, actualmente en uso.

Palabras Clave:

Palabras Clave:

Agente, expuesto, exposición, contacto, condiciones, riesgo, daño, evaluación.

INTRODUCCIÓN

En lo que sigue se hace referencia a una o varias personas que realizan determinadas tareas, trabajos, actividades en determinados lugares, personas que pueden ser de cualquier etnia, sexo, edad, estado de salud, nivel educacional, otros, que desarrollan cualquier actividad o trabajo, tales como trabajadores, estudiantes, amas de casa, pensionados, miembros de cuerpos civiles o armados, desempleados, otros grupos posibles de existir o definir en la sociedad.

Desde luego, lo que sigue se puede hacer extensivo a cualquier ente vivo, ya sea con valor económico, de belleza u otros.

EXPUESTO. AGENTE. CONTACTO

Expuesto es un concepto de tipo cualitativo dicotómico. Se está o no expuesto. Luego su calificación es si/no. Definición:

· una persona está expuesta cuando establece contacto con algo que la puede dañar.

A lo que daña se le denomina agente.

Los agentes se clasifican, para su estudio ordenado, en:

  • sustancias,
  • energías,
  • entes biológicos y/o sus productos,
  • ergonómicos (que generan sobreesfuerzo físico, somático),
  • sicológicos (que generan sobreesfuerzo mental, el denominado estrés),
  • socioeconómicos,
  • normas u otras formas de control de la convivencia social,
  • otras personas.

En lo que sigue sólo se tratará de agentes que son sustancias o energías.

El agente debe provenir de algo, la denominada fuente, la que utiliza o genera al agente.

La fuente se ubica, a su vez, en el medio ambiente de trabajo, de estudio, de ocio, otros, el que es el lugar, sitio, ubicación, otros, en que la persona realiza la actividad, actividad que es de riesgo si hay contacto con agentes dañinos.

La actividad puede ser una tarea, trabajo, deporte, profesión, tiempo de ocio, realizar una obra de arte, cualquier actividad que pueda desarrollar un ser vivo y que lo ponga en contacto con agentes que lo pueden dañar.

Las fuentes pueden ser enseres, útiles, herramientas, equipos, máquinas, instalaciones, edificios, en otras palabras el medio ambiente total que rodea a la persona o personas, en que se utiliza o genera el agente o los agentes.

El contacto, para su correcta conceptuación, exige saber de que forma se hace o realiza.

En primer lugar, para que se genere el contacto, el agente debe generarse y escapar, o simplemente escapar de las fuentes cuando en ellas se le utiliza, mediante tres modos:

  • difusión de sustancias,
  • dispersión de sustancias,
  • transmisión de energías.

El contacto mismo de las sustancias o energías es con las siguientes estructuras del cuerpo humano:

  • piel, mucosas, ojos,
  • sistema respiratorio,
  • sistema digestivo,
  • cuerpo entero.

El daño no solo puede ser eficiente y eficaz en los puntos de contacto sino que además, en razón de las propiedades toxicológicas del agente, éste puede penetrar a través de las paredes de las estructuras antes nombradas, dañando ahora células, tejidos, órganos, sistemas, al cuerpo entero, tanto en forma anatómica, fisiológica o mental (crear alteraciones siquiátricas, sicológicas o conductuales).

Se denomina propiedades toxicológicas a las formas en que el agente genera el daño, provoca los efectos, independiente si el agente sea una sustancia o una energía.

El daño pude variar desde una simple molestia, hasta la muerte.

Si lo que genera el agente va más allá de la molestia, pérdida momentánea de bienestar (irritación pasajera por ejemplo), se le clasifica como enfermedad profesional, la cual puede ser aguda o crónica, reversible o irreversible.

La sola existencia del agente, si no se dispersa, difunde o se trasmite, no permite hablar de expuesto que sufrirá consecuencias, pero si podemos hablar de una persona potencialmente expuesta.

En resumen, generalizando, una persona está expuesta si existe la posibilidad de que establezca contacto con uno o varios agentes, los que se utilizan o son generados en las fuentes.

EXPOSICIÓN

Se habla de exposición cuando lo que se pone en contacto con la persona lo daña, cualquiera sea la magnitud del daño, esto es, cualquiera sean las consecuencias del contacto.

Para que exista exposición se debe poder establecer el contacto entre uno o varios agentes, y una o varias personas, pero en que la exposición puede ser diferente para las diferentes personas, aun cuando el agente y otras condiciones sean iguales.

Se puede hablar de exposición para varias personas desde un punto de vista epidemiológico, pero con el único fin de medir socialmente el daño o programar acciones futuras para impedir el daño.

La exposición se relaciona con el riesgo, luego la exposición es cuantificable. Si es cuantificable, significa que se puede medir.

Luego si se puede medir y es cuantificable, debe existir una escala que señale la magnitud relativa de la exposición.

Daño, dañar, se relaciona con riesgo, pues:

· riesgo es la probabilidad de daño.

Riesgo es un concepto de tipo cuantitativo, que puede variar entre 0 y 1.

Si no hay nada que pueda dañar, no existe el agente y por lo tanto no hay contacto, el riesgo será de magnitud igual a 0, existe certeza que nadie se dañará.

En todos los otros casos, en que existe lo dañino y el contacto, la magnitud irá desde mayor de cero a igual a 1.

Si la magnitud del riesgo es igual a uno, existe certeza de daño, cualquiera que sea la persona expuesta y las condiciones necesarias existentes para hacer una exposición.

Si el fin es hacer prevención del riesgo al que están expuestas las personas, lo correcto es diferenciar la exposición, esto es, explicitar la exposición de cada persona.

Se habla de una persona, pues interesa la salud de cada persona en particular y no la media epidemiológica.

La media epidemiológica es un ente virtual, las personas son entes concretos, con sus propias capacidades, edades, sexos, otros, luego el riesgo asignable es diferente para cada persona. Es posible que en un lugar de trabajo no exista la media epidemiológica a la cual se aplican los valores de parámetros estándares.

No se debe asignar igual riesgo a personas singulares.

El concepto de grupo homogéneo es sólo un término, carente de significado, a menos que se piense que todas las personas son clones, que responden en igual forma al contacto con los agentes.

Sólo es posible hablar de grupo homogéneo si las condiciones ambientales están muy alteradas y las concentraciones o magnitudes de los agentes son muy altas, de manera que cualquier miembro de la especie humana, sea cual sea su condición o naturaleza, sufrirá igual daño, las consecuencias del contacto serán similares.

Se puede hablar de media epidemiológica con fines de programar actividad, pero no para el actuar del especialista en higiene industrial o medicina del trabajo, los que ven personas, no entes estadísticos carentes de corporeidad.

Además las personas son tratadas por la ley como entes separados, únicos.

La ley no castiga, pensiona, indemniza, cura, rehabilita, otros, a la media epidemiológica, luego cualquier evaluación que se haga se debe referir a cada individuo en particular.

Más abajo, al revisar cada uno de los componentes de la exposición, se verá la razón de diferenciar las exposiciones personales.

Pero el solo contacto no permite medir, evaluar la exposición; el contacto es condición necesaria, pero no suficiente, pues se exige un conjunto de condiciones.

La magnitud de la exposición, y por tanto del daño, dependerá, primariamente, de una serie de condiciones básicas:

  • existencia    de   uno   o   varios   agentes   con   determinadas   características toxicológicas,
  • contacto de la o las personas con un uno o varios agentes que se sabe que generan daño,
  • una o varias personas que se ponen en contacto con uno o varios agentes, con

características síquicas, anatómicas, fisiológicas, de salud, socio económicas, otras, específicas.

Estas y otras condiciones necesarias, pero no necesariamente suficientes, que conducen al daño, se explican y entregan más abajo, y en un Capítulo especial se intenta entregar ejemplos.

Finalmente se debe señalar que la magnitud del daño, las consecuencias del contacto se deben medir igualmente, medida que en general se precisa bien mediante el diagnóstico médico, el que es posible escalar mediante los siguientes conceptos: impregnado, intoxicado, enfermo.

CONDICIONES PARA HACER UNA EXPOSICIÓN

Para que exista daño se debe dar una serie de condiciones, variables, otros, en que estas condiciones, necesarias pero no necesariamente suficientes, se entregan en grupos de condiciones o situaciones similares, pero que no significa orden por importancia.

La enumeración de las condiciones es la siguiente, en que las tres primeras condiciones son absolutamente necesarias para hablar de exposición pero las que le siguen determinan con precisión la magnitud del daño, son fundamentales para medir la exposición, evaluar el riesgo:

  • la necesaria existencia de uno o varios agentes,
  • la necesaria existencia de una o varias personas,
  • la necesaria existencia del contacto entre la persona o las personas  y el agente o los agentes,
  • la vía preferente de contacto y/o penetración del agente o los agentes en el organismo de la o las personas,
  • las características toxicológicas del o los agentes:
  • Ø las posibilidades de adición, potenciación o antagonismo de los diferentes agentes,
  • Ø los factores relacionados con las vías metabólicas de transformación o excreción del o los agentes o sus metabolitos, de su vida media biológica, de la compartimentalización, otros,
  • Ø tiempo que dura el contacto entre el agente y/o los agentes y la o las personas,
  • Ø la concentración (sustancias) o magnitud (energías) del agente o los agentes que se ponen en contacto con la o las personas,
  • Ø el sexo de la o las personas,
  • Ø la edad de la o las personas,
  • Ø los factores relacionados con la cronobiología y los ritmos biológicos de la especie humana, referidos a el o los agentes,
  • Ø el estado de salud de la o las personas, referida principalmente a el o los agentes,
  • Ø las características sicológicas, fisiológicas y anatómicas de la o las personas,
  • Ø la variabilidad individual,
  • Ø la susceptibilidad individual, referida a el o los agentes
  • Ø la capacidad de adaptación de la o las personas a el o los agentes,
  • Ø las características del medio ambiente de trabajo relacionadas, principalmente, con temperatura, presión barométrica, humedad relativa, iluminación, ruido, otros,
  • las características de la tarea, faena, ocupación, actividad, otros que desarrolla la o las personas,
  • las características del medio ambiente de trabajo en relación con los tipos y formas de uso de enseres, utensilios, herramientas, máquinas, equipos, instalaciones, edificios,
  • las características socioeconómicas, tanto del medio ambiente exterior como del ambiente de trabajo,
  • las características meteorológicas del medio ambiente que rodea a las instalaciones o edificios en que se ubica la actividad, faena, trabajo que desarrolla la persona o las personas,
  • las características administrativas, jerárquicas, de responsabilidad, mando, supervisión, capacitación, entrenamiento, normas, procedimientos, otros de la faena, tarea o trabajo que desarrolla la persona o las personas.

Luego, para que haya daño, pero principalmente para poder evaluar los efectos del contacto con precisión, para poder evaluar igualmente con precisión la exposición, esto es, la magnitud del daño, es necesario que todas las cuestiones señaladas en cada uno de los ítems arriba dados sea posible medirlas, ya sea objetivamente o mediante el juicio profesional.

Si todo es posible medir, y por tanto evaluar, será posible asignar, con cierta precisión, las probables consecuencias, las que pueden ir desde no daño a certeza de daño, evaluación que debería ser confirmada por el diagnóstico o médico.

Existen algunas relaciones entre las variables que se han señalado más arriba, relaciones que deberían permitir conocer con cierta precisión el daño probable cuando se conoce el valor, magnitud o características de cada variable, pero en éste estudio lo que interesa es que los especialistas conozcan de la existencia de las variables, de su significado y lo que se podría denominar su peso relativo, su real importancia, al momento de evaluar.

Puede que aun cuando necesarias, todas las condiciones y otros arriba dados no sean aun suficientes, cuestión que se debe investigar en cada ocasión.

DESCRIPCIÓN DE LOS FACTORES COMPONENTES DE LA EXPOSICIÓN

La descripción dada más abajo de cada uno de los ítems considerados no es completa, pues lo que importa es que el especialista sepa que existen y que su estudio es de mucha importancia al momento de evaluar la exposición.

La importancia de los ítems es relativa, pues en ciertas circunstancias unos pueden ser más importantes que otros, y en otras circunstancias, a la inversa.

El conocimiento de la existencia de los agentes es un problema que debe ser resulto por el especialista cada vez que realice observaciones e inspecciones en cualquier lugar o ambiente de trabajo, problema que se resuelve si el especialista tiene inteligencia, conocimientos tanto teóricos como adquiridos por la experiencia, además de imaginación, los que deben permitirle encontrar fuentes y agentes ocultos o no, reconocer o detectar expuestos, pero además de las características arriba señalada que debe poseer el especialista, debe tener deseos de cumplir bien su trabajo.

Luego, en primer lugar, el especialista se debe aplicar al conocimiento completo de las fuentes existentes, de la actividad desarrollada por las personas y de las personas mismas, de los agentes visibles y ocultos, en resumen, observar, inspeccionar, medir, evaluar:

  • personas que desarrollan la actividad,
  • medio  ambiente  de  trabajo  completo:  fuentes,  agentes,  objetos,  cosas, condiciones, administración),
  • medio ambiente exterior al lugar donde desarrollan la actividad las personas.

Sólo, si al momento de evaluar la magnitud de la exposición el especialista considera todo los ítems, estará realmente evaluando, realizando a cabalidad su trabajo.

En lo que sigue las variables tiempo de exposición y medición de los agentes se han tratado más extensamente en razón de que los higienistas las usan, prácticamente, como las únicas características que permiten medir y evaluar la exposición, pero que no son, necesariamente, las más importantes.

Existencia de uno o varios agentes: Adición, potenciación, antagonismo, características toxicológicas. Vías de contacto y/o ingreso. Ritmos biológicos

Es condición necesaria, para que haya una exposición, que existan uno o más agentes, los que pueden actuar generando efectos diferentes o similares, los que a su vez pueden ser aditivos, potenciados, antagónicos.

A estos efectos combinados se le suele denominar sinergismo (+ o -), aun cuando esta sinergia puede darse entre los agentes y las otras condiciones que más abajo se explicitan.

Debido a la posibilidad de la acción conjunta de los agentes, se hace necesario, cada vez que el contacto es con uno o más agentes, realizar un estudio minucioso de la toxicología de cada uno de ellos y principalmente, de sus acciones conjuntas.

Aditivos: efectos generados por el contacto simultáneo con varios agentes en que el efecto suma corresponde a la suma de las dosis de cada uno de los agentes.

Potenciación: cuando los efectos no son simplemente aditivos, pues un agente cuando actúa solo produce un efecto de cierta magnitud, pero cuando actúa conjuntamente con otro agente, sus efectos se ven incrementados, incluso aun cuando el agente potenciador, por si solo, no genere daño.

Antagónicos: un determinado agente al actuar conjuntamente con otro reduce el efecto de uno de ellos.

En ciertos casos, algunos agentes generan efectos paradójicos, cuestión que es muy importante cuando las dosis se refieren a fármacos. En estos casos, al ir aumentando la dosis, los efectos no aumentan proporcionalmente sino que incluso, en ciertos casos, los efectos son menores.

La toxicología de cada sustancia, al momento de evaluar la exposición, es factor muy importante, pues permite saber en que forma éste es manejado por el organismo, metabolizado, si se compartimentaliza o no, de que forma se excreta y por que vías, que tipo de células, tejidos órganos o sistemas altera, la duración de su vida media biológica, de que manera los efectos del agente se ven modificados por las condiciones ambientales o por la existencia de otros agentes, cuales son las vías preferentes de contacto y/o ingreso, las contraindicaciones derivadas del sexo, edad, variabilidad y susceptibilidad individuales, otros.

Todos los datos posibles de obtener de la toxicología se deben analizar en conjunto con todos los otros datos obtenidos durante las observaciones e inspecciones (horario, jornada, clima, otros), de manera de conocer las probables influencias que estos otros factores tengan en las características toxicológicas de los agentes y en las personas mismas.

Vías de contacto/penetración del o de los agentes.

Para saber que vía es preponderante y de más alto riesgo, se debe conocer la toxicología de cada agente.

Hace mucho tiempo atrás se tenía a la vía respiratoria como la más importante, lo que conducía a errores al momento de asignar protecciones, como fue el caso del plomo y sus compuestos, pues a pesar de utilizar protección respiratoria los expuestos enfermaban; se había dejado de lado la vía digestiva y la piel, ojos y mucosas. Por estas otras vías el ingreso del agente era masivo, muy superior en dosis, al que se respiraba.

En otros casos, es el contacto mismo el que es de importancia, caso de los cáusticos puros, aun cuando a veces puede haber además penetración, como es el caso de los solventes y metales.

La vía preferente de contacto y/o penetración del agente o los agentes en el organismo de la persona es una cuestión importante, ya que si se trata de sustancias que ingresan igualmente por las tres vías, la evaluación de la exposición que infiere el higienista debe ser resultante no solo de mediciones, normalmente sólo del agente en aire, sino de las observaciones e inspecciones realizadas, pero en que todo lo anterior sólo puede ser avalado por el diagnóstico médico; la sola medición del agente en el aire es absolutamente ineficaz, error que se comete demasiado.

En los casos que las tres vías sean importantes, además de la observación e inspección, se debe sumar a la muestra en aire (aerosoles, gases y vapores), la muestra de polvo sedimentado si se trata de aerosoles, la muestra del líquido que genera los vapores, además de la muestra de los gases que se generan durante los procesos u operaciones, o que se utilizan.

Existencia de una persona que se pone en contacto con uno o varios agentes: Sexo. Edad. Salud. Características sicológicas, fisiológicas y anatómicas.

Estas condiciones, su clara comprensión exige, además de conocer bien el cuerpo humano, sus estructuras y funciones, aspectos toxicológicos de los agentes, como estos agentes alteran en forma diferenciada al ser humano.

El sexo de la persona.

Para muchos agentes el sexo es importante si dichos agentes se compartimentalizan en lípidos o su función depende de ciertas enzimas u hormonas. Ejemplo clásico es el de los productos lipofílicos, pues para igual masa corporal, el sexo femenino tiene una mayor proporción de lípidos que el sexo masculino, luego una persona del sexo femenino compartimentaliza mayor cantidad del agente que una del sexo masculino, sufriendo por tal razón efectos que la persona del sexo masculino no hace.

La edad de la persona.

La edad altera funciones fisiológicas y la anatomía, luego agentes que en jóvenes no producen alteraciones, en un adulto las generarán, o a la inversa.

Es probable que una persona de más edad, frente a una dada exigencia metabólica, necesite aumentar su frecuencia respiratoria con relación una persona más joven, lo que aumenta el volumen inspirado por unidad de tiempo, permitiendo así un mayor ingreso del tóxico al organismo.

Metabolismo.

El metabolismo es diferente según la edad, luego este factor alterará los efectos de los agentes.

Agentes que se eliminan por medio de metabolización rápida, normal en jóvenes, en el caso de personas de edad causarán mas daño.

El metabolismo que permite manejar los agentes puede ser alterado cuando el trabajo es pesado, pues parte de él se debe utilizar para producir trabajo, en desmedro del necesario para manejar los tóxicos.

El estado de salud.

En este caso el estado de salud no se refiere al general sino que al estado de salud relativo a los agentes. Daño previo generado por causas naturales o enfermedades comunes puede ser magnificado si el agente daña iguales células, tejidos, órganos o sistemas.

Variabilidad y Susceptibilidad Individuales. Adaptación

En muchas ocasiones los efectos de los agentes, su magnitud, se conocen luego de generados los efectos, tardíamente en el tiempo. En otros se podría saber de antemano la respuesta humana si se realizan exámenes o pruebas específicas.

En el caso de exposición a polvo, ciertas pruebas de función respiratoria permiten realizar una preevaluación: flujometrías y ventilometrías.

Un persona que normalmente tiene una frecuencia respiratoria alta está más expuesta a los efectos de agentes que inspira que otra con frecuencias normales o bajas.

Personas con ciertas variaciones de sus funciones fisiológicas, en que las variaciones son en relación con lo que se denomina “normal”, podrán no hacer nunca los efectos, o hacerlos prematuramente, cuestión que en general se deja de lado pues se parte del supuesto que todas las personas son iguales.

La susceptibilidad individual puede ser generada por exposiciones anteriores a sustancias o energías que por si mismas no hicieron efectos dañinos, pero predisponen a las personas a hacer efectos con sustancias o energías que anteriormente no generaban efectos.

Con relación a la capacidad de las personas para adaptarse, ella depende fuertemente de la variabilidad individual, aun cuando para ciertas sustancias esta adaptación es común a todas las personas.

Tiempo de duración del contacto. Tiempo de exposición. Horario y jornada       

Horario diario y jornada semanal.

El horario puede tener fuertes influencias en los efectos si la exposición se realiza en períodos en que los ritmos biológicos, que deprimen o exacerban ciertos comportamientos fisiológicos, coinciden con el contacto con los agentes que producen iguales efectos.

La jornada semanal tiene importancias pues los LP para sustancias con efectos crónicos se fijan de manera tal que el tiempo de contacto se ve compensado con el tiempo de no contacto, de manera que si la persona sufre alteraciones durante el contacto, dichas alteraciones desparecen durante el tiempo de no contacto.

Jornadas muy extensas, aun cuando los LP se hayan corregido, pueden impedir desintoxicar el organismo debido a factores propios de la persona o características especiales del agente. Nuevamente la variabilidad individual, el estado de salud y otros, se hacen muy importantes.

Los límites en uso fueron tomados de límites establecidos para jornadas diarias de 8 horas y jornadas semanales de 40 horas.

Nuestros legisladores redujeron los LP para sustancias con efectos crónicos en un 20 % (jornada de 48 horas y no de 40), pues partieron del supuesto (implícito) que la variación entre efectos y duración de la jornada semanal o diaria es lineal, lo que en general no es cierto. Tenemos aquí una fuente de error al calificar el riesgo, instaurada por Decreto.

Luego, para complicar más la cosa, se utilizó la relación dada por Brief y Scala para cualquier tipo de jornada diaria o semanal, sin considerar para nada las limitaciones que señalan estos autores (en Chile se aplican a jornadas de 12 horas diarias, incluso para jornadas semanales de 84 horas).

En la actualidad se ha propuesto la relación dada por Brief y Scala para sustancias con efectos agudo, como relación para calcular el LP corregido para jornadas superiores a las 45 horas semanales, lo que tampoco fue establecido por Brief y Scala cuando entregaron dicha relación.

Luego es posible inferir que hay una aplicación ciega de las relaciones dadas por Brief y Scala.

El tiempo de exposición se refiere al tiempo que el agente está en contacto con la persona expuesta, el que no debe confundirse con la duración u horario de la jornada.

Si es difícil determinar con precisión el tiempo de contacto, y si el agente es altamente dañino (cancerígeno, teratógeno, mutagénico, se compartimentaliza fácilmente, su vida media biológica es larga, genera efectos agudos serios, altera muchos de los sistemas, órganos, tejidos, células del organismo, otros), se debe considerar como tiempo de contacto la jornada diaria, no el tiempo de exposición al aplicar la relación que Brief y Scala dieron para estos casos.

Cualquiera que sea el caso, la aplicación de las relaciones dadas por Brief y Scala no debe ser ciega sino que resultante de un buen estudio de las propiedades toxicológicas de los agentes, tal como lo señalaron estos autores.

Si el agente tiene efectos agudos se debe considerar como tiempo de contacto aquel en que la magnitud del agente que se pone en contacto con la persona es máxima, no considerando, por tanto, la jornada diaria ni la semanal sino que sólo la duración del contacto más peligroso. El tiempo de exposición, así como el de jornada, pierden su sentido habitual.

Si el agente tiene efectos agudos mortales o muy dañinos (la consecuencia del contacto con el agente no depende de la dosis), el tiempo de contacto no tiene sentido y sólo se debe determinar el instante en que el contacto es con valores del agente superiores al valor umbral. El tiempo de exposición pierde el sentido que se le asigna normalmente.

De acuerdo con todo lo anterior, la duración del contacto es relativa a muchos y diferentes factores, luego la duración del contacto depende fuertemente de las formas del contacto (tipos), de la prontitud o no de la consecuencia y de la gravedad de la consecuencia, primordialmente.

Se tiene, además, que la eficiencia del contacto, no importando su magnitud, depende de otra serie de parámetros tales como toxicología del agente, sexo, temperatura, edad, carga metabólica, existencia de otros agentes, otros.

En jornadas no habituales, como son hoy comunes en Chile, el tiempo pierde todo sentido, máxime cuando las sustancias se compartimentalizan, tienen una vida media biológica alta, tienen efectos irreversibles.

El concepto de tiempo de exposición se debe manejar con cuidado, pues aún con un tiempo de exposición corto, si los agentes representan un gran riesgo o ellos tiene elevadas magnitudes en el ambiente de trabajo, el daño siempre se producirá en tiempos cortos, inferiores al tiempo de contacto: en una hora, por ejemplo, se puede adquirir la dosis de una semana, de un mes, de un año, y por tanto el período de no contacto, de no exposición pierde sentido.

Este tiempo de exposición se relaciona, además, con el tiempo de la toma de las muestras o medición.

Para efectos agudos el tiempo es corto.

Para efectos crónicos el tiempo es largo, a menos que los valores de los agentes estén tan alterados que pierde sentido el tiempo.

Concentración o Magnitud del agente o los agentes

La magnitud medida del agente sólo se debe comparar con las características de la persona expuesta, esto es, no todas las personas harán los mismos efectos cuando se exponen al contacto de un agente de igual magnitud, cuando el agente es, principalmente una sustancia, aun cuando para algunas energías, como es el caso de la radiación UV, la etnia o el lugar de nacimiento y vida posterior, además de la capacidad de aclimatarse o adaptarse, pasan a ser importantes.

Se debe, además, considerar la existencia de otros agentes que tienen efectos similares, potencian sus efectos o son antagónicos.

A la existencia de más de una gente se deben sumar las alteraciones que provocan en los efectos y por tanto en la magnitud aceptable del agente o agentes, factores ambientales tales como temperatura, humedad relativa, presión barométrica local, horario y jornada, además de sexo, edad, estado de salud, y otras variables que inciden en la magnitud del los efectos que provoca el agente o los agentes.

Es muy peligroso evaluar, como habitualmente se hace, mediante la realización de una medida que se compara con el máximo permitido, pues el valor de máximo permitido tiene significación epidemiológica, no es aplicable a cualquier individuo, máxime si este individuo está muy separado de la media en salud, edad, sexo, otros.

Lo anterior, su importancia, han llevado a NIOSH a instaurar el denominado nivel de acción, nivel que obliga a realizar acciones de control cuando la concentración o magnitud del o los agentes sobrepasa media dosis. Mediante esta forma de evaluar muchos de los problemas generados por las características del agente, de las personas y del medio ambiente de trabajo, se soslayan, incluso las provenientes de las malas prácticas al tomar muestras, al transportar las muestras.

Los cálculos se deben, incluso, modificar cuando existen varios agentes que no tienen similares efectos, pues en estos casos se debe calcular la dosis global ya que un solo organismo, una sola persona está afectado por todos los agentes.

Luego, cada vez que se debe evaluar, esto es, utilizar valores de mediciones realizadas, el estudio toxicológico de los agentes es importante, para conocer sus efectos singulares, pero también que ocurre cuando actúan en conjunto, y desde luego se debe evaluar a la persona y al medio ambiente de trabajo.

Tarea, Medio Ambiente de Trabajo. Otras características o condiciones

Características de la tarea, faena, ocupación, otros que desarrolla la persona.

Tareas pesadas obligan a alterar muchas funciones fisiológicas, que si son igualmente alteradas por los agentes, magnifican los efectos aun cuando las concentraciones o magnitudes de los agentes estén por bajo el LP.

Características del medio ambiente de trabajo en relación con los tipos y formas de uso de enseres, utensilios, herramientas, máquinas, equipos, instalaciones, edificios.

Los agentes pueden ver alterados sus efectos si dichas características permiten sobreesfuerzos físicos o sicológicos.

Características del medio ambiente de trabajo relacionadas, principalmente con temperatura, presión barométrica, humedad relativa.

El DS 594 toma sólo una de estas características como forma de alterar la capacidad de daño de las sustancias, la presión barométrica local, pues ella obliga a modificar ciertas funciones debido a lo bajo de la presión parcial del oxígeno.

La temperatura alterada altera funciones de tipo fisiológico, que ayudan dichas alteraciones a elevar la magnitud del daño.

Características socioeconómicas, tanto del medio ambiente exterior como del ambiente de trabajo.

Estas características tienen efectos sicosomáticos, que ayudan a incrementar los efectos de los agentes.

Características meteorológicas del medio ambiente en que se ubica la faena o trabajo que desarrolla la persona.

La meteorología significa alteraciones de niveles de iluminación, temperaturas variables durante el día y durante los meses del año, aumento o disminución de la humedad relativa, aumento o disminución de la insolación.

Características administrativas, jerárquicas, de responsabilidad, mando, supervisión, capacitación, entrenamiento, otros de la faena, tarea o trabajo que desarrolla la persona.

Estas características influyen en lo sicosomático (por estrés), a la vez que si algunas de ellas no existen o son de mala calidad, sus deficiencias permiten desconocer las formas en que las personas se pueden proteger: por ejemplo, hábitos de aseo o uso de protecciones personales.

EJEMPLOS

A continuación se entrega una serie de ejemplos en que las exposiciones “normales” se ven alteradas por cambios en muchas y diferentes condiciones, muchas de las cuales, por desgracia, no son bien medidas o comprendidas por muchos de los higienistas al momento de evaluar el riesgo derivado de la exposición.

Hidrocarburos, en que cada uno de ellos genera el mismo efecto, por ejemplo, alteraciones del sistema nervioso central debido a inhalación, o que aun cuando no generen el mismo efecto, actúan sobre el mismo trabajador.

Acción potenciada debido a que las características del medio amiente se alejan de lo que se considera normal.

Acción potenciada del monóxido de carbono cuando la temperatura ambiente es de 12 ºC o 35 ºC (en estos casos, media dosis de monóxido ya conduce a daño).

Efectos del monóxido de carbono, que altera más el estado de salud en la medida que se es más joven.

Efectos disminuidos del plomo cuando existe simultáneamente contacto con cinc, al igual que cuando actúan simultáneamente sales de arsénico y selenio.

Una persona con daño hepático previo, que trabaja expuesta a tetracloretileno. Manejo de los horarios de trabajo que no evitan que el contacto se haga, paraciertos compuestos que alteran enzimas o transmisores a nivel sináptico, cuandolas características del ritmo circadiano señalas que dichas enzimas o transmisores tiene valores deprimidos en forma natural: órganofosforados y ciertas enzimas delcerebro, por ejemplo.

Expuesto a compuestos de arsénico, antimonio o plomo: las tres vías son de importancia, y además ellas se conjugan con cuestiones tales como aspectos culturales, orden y aseo, medios adecuados para comer y bañarse, protección personal total, supervisión de muy buena calidad para evitar descuidos o alteraciones de normas y procedimientos, otros.

En otros casos se trata de una sola vía, pero el contacto o penetración puede generar efectos muy graves, tales como cáncer del sistema respiratorio o sanguíneo, por ejemplo. En tales casos el concepto de dosis pierde sentido.

Algunas vías reconocen a los agentes, se irritan los puntos de contacto o los agentes tiene olor, otras no, como es el caso de los óxidos de nitrógeno, en que los efectos aparecen mucho tiempo después del contacto, sin que sea imposibles detectarlos por olor o irritación primaria. Su existencia, en muchos casos sólo se puede deducir (caso de motores de combustión interna).

En el caso del bromuro de metilo el efecto cáustico es inicialmente muy serio, quemaduras, pero el efecto posterior, debido a la penetración, aparece horas después del contacto inicial, siendo más importante que las quemaduras. Además se compartimentaliza, y luego, tardíamente en el tiempo, meses después, se reinician los efectos.

Un ejemplo de mala evaluación del probable daño se tiene cuando se mide sólo alfa cuarzo en una muestra de tipo personal y el valor hallado está por bajo el LPP: se descarta daño. ¿Qué habría pasado si además se toma una muestra de polvo no clasificado total de tipo personal y el valor es muy superior al LPP?. Como ello no se hace, el efecto normal en estos casos, el asma inducida, no se toma en cuenta, incluso en los exámenes médicos, pues si no hay polvo con cuarzo, no se investiga nada más.

Lo anterior suele ocurrir, y aparentemente ello es así, en razón del desconocimiento de cuál es el daño que genera el polvo no clasificado total, aun cuando sus componentes estén por bajo el LP.

El ejemplo siguiente describe que ocurre cuando el desconocimiento de la toxicología de los agentes es notorio: en cierta ocasión se realizó mediciones con el fin de evaluar monóxido de carbono; como ésta es una sustancia de efectos agudos notorios (además de crónicos), se calculó el LPT, siguiendo lo que señala el DS 594 sobre multiplicar el LPP hasta por 5, cuando no existe el valor explícito del agente en la columna de los LPT. La persona a cargo del problema realizó el cálculo en forma ciega, multiplicando 40 por 5, lo que da un resultado de 200 ppm como máximo durante 15 minutos. De acuerdo con lo que se sabe del CO, es posible, con esa concentración, incluso provocar la muerte de alguien.

En todo caso no se consideró para nada los efectos crónicos del CO al determinar el LPT (cardiopatías y cáncer).

Nota: cuando en forma explícita no se anota el valor del LPT para una dada sustancia, su cálculo debe ser cuidadoso, recomendándose que en general el LPT no sea superior a 3 veces el LPP, a menos que el estudio toxicológico de la sustancia impida calcular el LPT.

Finalmente, otra forma ciega de aplicar ciertas normas se da en las mediciones de polvo en aire, cuando se exige tomar muestras del 75 % de la jornada, lo que obliga, en casos de concentraciones muy variables en el tiempo a tomar sucesivas muestras para no colmatar los filtros.

Si se meditara sobre el asunto, cuando se colmata un filtro luego de poco tiempo es fácil deducir que las concentraciones son muy elevadas, luego la toxicología habitual de la sustancia deje de ser importante y pasa a ser muy importante el cálculo de la dosis para tiempos menores de la jornada o de la exposición.

En estos casos es posible que los mecanismos de clareamiento sean sobrepasados y quede polvo depositado en el sistema respiratorio permanentemente, lo que no se toma en cuenta cuando se toma la media de todos los sucesivos filtros.

Sólo mediante el uso de la inteligencia, los conocimientos y la práctica se puede conocer de estas y otras condiciones adversas no nombradas, condiciones adversas para los individuos, las que son ciegas para las normas mal concebidas que actualmente nos rigen.

Los ejemplos anteriores permiten inferir que en muchos casos, al investigar los efectos del contacto con agentes, se desconoce el denominado efecto tóxico, efecto que toma en cuenta a todos los actores:

  • persona que interactúa con los agentes y con el medio ambiente total en que desarrolla la actividad.
  • agente que interactúa con la persona y el medio amiente total,
  • medio ambiente total que interactúa con la persona y con los agentes.

CONCLUSIONES

La completa evaluación de la exposición exige conocer bien:

  • los agentes presentes y sus características toxicológicas completas, como interactúan estos agentes con las personas y con el medio ambiente general del lugar en que la persona desarrolla la actividad bajo estudio, de qué forma los agentes modifican a las personas o al medio ambiente, o los agentes son modificados por las personas o el medio ambiente,
  • las personas expuestas y todas sus características, las que pueden ser modificadas por los agentes o por el medio ambiente,
  • las características o condiciones del medio ambiente de trabajo, las que pueden ser modificadas por las personas o por los agentes.

Si el especialista no reconoce, detecta, observa, mira, mide todas las características antes enumeradas, mal podrá evaluar la exposición.

Se debe modificar la errónea costumbre de evaluar la exposición basándose únicamente en el denominado tiempo de exposición y resultados de mediciones, las que muchas veces son esporádicas, no toman en cuenta variaciones de todos los actores en juego, considerando además que las condiciones o las personas son grupos homogéneos, lo que empeora aun más la evaluación.

No considerar todas las características puestas en juego, considerar que las personas son todas iguales o que las condiciones del trabajo y la difusión, dispersión o y transmisión de los agentes son constantes en el tiempo, puede llevar a evaluaciones que subestiman el riesgo, lo que es muy, pero muy peligroso.

En resumen, además de observar, inspeccionar, medir, evaluar personas, agentes y medio ambiente de trabajo, se debe ser específico, pues la evaluación es distintiva:

  • cada persona responde en diferente forma a los agentes y al medio ambiente en que desarrolla su actividad, además de comportarse en forma diferente según sean las ubicaciones espaciales y temporales, específicas en cada ocasión,
  • cada ambiente en que se desarrolla la actividad, sus características, tiene diferencias temporales y espaciales,
  • cada agente responde en diferente forma a las condiciones del ambiente en que se desarrolla la actividad, a la existencia de otros agentes, a la forma en que lo manejan las personas, a las diferentes ubicaciones espaciales y temporales.

Mucho de las malas prácticas al momento de observar, inspeccionar, medir, evaluar proviene del desconociendo que los higienistas tienen del espíritu de la Ley 16744 o de las bases toxicológicas en que se fundamente el DS 594.

En resumen, la evaluación de la exposición debe encarase con seriedad, con conocimientos, avalados por la experiencia, con espíritu social, con solidaridad.

Todas las actividades que desarrollan los higienistas deben estar dirigidas a evaluar pare evitar el daño, para prever el daño, para que el médico, más que controlar enfermos, controle sanos.

Luego la actividad de los higienistas debe ser oportuna, cotidiana, permanente, y ante cualquier signo de riesgo, decidir que hacer con las personas expuestas, que hacer con los agentes, que hacer con el medio ambiente en que se desarrolla la actividad, de manera de evitar que próximos expuestos enfermen.