La Seguridad y salud en el trabajo de construcción, para Latinoamérica

La construcción es uno de los más importantes sectores de actividad económica, tanto por su contribución a la riqueza de los países, como por los puestos de trabajos directos e indirectos que genera; y es también uno de los sectores donde el riesgo de accidentes de trabajo es mayor. Pero la pérdida de salud de los trabajadores, en forma de lesiones, incapacidades permanentes o muertes producidas por los accidentes, no es la única consecuencia de unas deficientes condiciones de seguridad en las obras de construcción. La falta de una gestión adecuada de la seguridad y salud en el trabajo en las obras supone también aumentos importantes en los costos de producción, pérdidas de productividad y de calidad, e incumplimientos en los plazos de entrega de la obra terminada; todo lo cual, en definitiva, se traduce en pérdidas de competitividad para las empresas del sector. Interesa asimismo señalar que el tema de la seguridad y salud en la construcción no es solamente importante por ser ésta una actividad especialmente peligrosa sino también, y sobre todo, porque la prevención de los accidentes de trabajo en las obras exige de una gran especificidad, tanto por la naturaleza particular del trabajo de construcción, como por el carácter temporal de los centros de trabajo (las obras) del sector
Palabras Clave: 
riesgos, profesional, seguridad
Autor principal: 
Jesús Fernando
García Arvizu
Coautores: 
Andrea Guadalupe
Zavala Reyna
Israel
Miranda Pasos

Jesús Fernando García Arvizu +0052 6621952222 fergarcia@pitic.uson.mx

Departamento de Ingeniería Civil y Minas, Universidad de SonoraAndrea Gpe. Zavala Reyna Departamento de Ingeniería Civil y Minas, Universidad de Sonora, México+00526621727352 zavala@dicym.uson.mx Israel Miranda Pasos, Departamento de Ingeniería Civil y Minas, Universidad de Sonora, imiranda@dicym.uson.mx 0052 6622592183

ABSTRACT

La construcción es uno de los más importantes sectores de actividad económica, tanto por su contribución a la riqueza de los países, como por los puestos de trabajos directos e indirectos que genera; y es también uno de los sectores donde el riesgo de accidentes de trabajo es mayor.

Pero la pérdida de salud de los trabajadores, en forma de lesiones, incapacidades permanentes o muertes producidas por los accidentes, no es la única consecuencia de unas deficientes condiciones de seguridad en las obras de construcción. La falta de unagestión adecuada de la seguridad y salud en el trabajo en las obras supone también aumentos importantes en los costos de producción, pérdidas de productividad y de calidad, e incumplimientos en los plazos de entrega de la obra terminada; todo lo cual,en definitiva, se traduce en pérdidas de competitividad para las empresas del sector. Interesa asimismo señalar que el tema de la seguridad y salud en la construcción no es solamente importante por ser ésta una actividad especialmente peligrosa sino también, y sobre todo, porque la prevención de los accidentes de trabajo en las obras exige deuna gran especificidad, tanto por la naturaleza particular del trabajo de construcción, como por el carácter temporal de los centros de trabajo (las obras) del sector.

Palabras clave

riesgo profesional, seguridad y salud, prevención

EL SECTOR DE LA CONSTRUCCIÓN

Por ser uno de los principales creadores de empleo en muchas partes del mundo, el sector de la construcción está asociado a un número proporcionalmente elevado de accidentes y enfermedades relacionados con el trabajo. Pese a la mecanización, la industria sigue basándose principalmente en la mano de obra, a la vez que los entornos laborales cambian con mucha frecuencia y se requiere la participación de numerosas y diferentes partes. La industria cuenta también con una larga tradición de empleo de mano de obra extranjera procedente de economías menos desarrolladas, y muchas veces el empleo es precario y de corta duración. Según las estimaciones de la OIT:

· Cada año se producen por lo menos 60.000 accidentes mortales en las obras de construcción de todo el mundo, lo que equivale a un accidente mortal cada diez minutos.

· Uno de cada seis accidentes mortales en el trabajo tiene lugar en una obra de construcción.

  • En los países industrializados, entre el 25 y el 40 por ciento de los accidentes de trabajo mortales se producen en las obras de construcción, a pesar de que el sector emplea solamente entre el 6 y el 10 por ciento de la mano de obra.
  • En algunos países, se estima que el 30 por ciento de los trabajadores de la construcción sufre de dolores de espalda y de trastornos musculoesqueléticos.

Trabajadores jóvenes y trabajadores de edad

El aumento continuo del número de trabajadores jóvenes (de entre 15 y 24 años de edad) en la economía mundial es especialmente preocupante en el ámbito de la seguridad y la salud en el trabajo. Los trabajadores jóvenes corren un riesgo mayor de sufrir accidentes graves no mortales que sus colegas de mayor edad, debido a la falta de experiencia laboral en general y al desconocimiento de los peligros del lugar de trabajo, así como a la falta de formación en materia de seguridad y salud y a su falta general de madurez física y psicológica. En la Unión Europea, por ejemplo, la tasa de incidencia de accidentes no mortales es un 50 por ciento más elevada para los trabajadores jóvenes que para cualquier otra categoría de edad.

En el otro extremo de la escala de edades, debido al número cada vez mayor de trabajadores de edad, numerosas organizaciones encaran de manera diferente los riesgos laborales a los que están expuestos esos trabajadores. Si bien el envejecimiento es un proceso individual unas condiciones de trabajo difíciles, como la manipulación de cargas pesadas, una exposición excesiva al ruido o el cumplimiento de horarios atípicos, pueden acelerarlo. La Unión Europea ha observado que la tasa de incidencia de los accidentes de trabajo mortales para este grupo es más del doble de la correspondiente a los grupos más jóvenes.

Cada año mueren aproximadamente dos millones de hombres y mujeres debido a los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales. Anualmente, en todo el mundo se producen 270 millones de accidentes del trabajo y 160 millones de personas contraen enfermedades profesionales.

La OIT nunca ha aceptado la idea de que los accidentes y las enfermedades sean«gajes del oficio». La prevención funciona. A lo largo del siglo XX, en los países industrializados las lesiones graves han disminuido considerablemente, en parte gracias a los adelantos que han permitido que el lugar de trabajo sea más sano y másseguro. El desafío consiste en hacer llegar los beneficios de esos adelantos a todo el mundo laboral.

La experiencia indica que una sólida cultura de prevención en materia de seguridad es algo positivo, tanto para los trabajadores, como para los empleadores y los gobiernos.

Diversas técnicas de prevención han demostrado su eficacia, ya sea para evitar los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales o para mejorar el rendimiento de las empresas.

El hecho de que algunos países dispongan de normas de seguridad muy adelantadas es el resultado directo de las políticas que han adoptado durante largo tiempo para fomentar el diálogo social tripartito, la negociación colectiva entre los sindicatos y los empleadores y la adopción de una legislación sobre seguridad y salud eficaz apoyada por una inspección del trabajo de calidad.

Estadísticas fundamentales

· Cada día mueren en promedio 6.000 personas a causa de accidentes o enfermedades relacionados con el trabajo, lo que equivale a un total de más de 2,2 millones de muertes en el trabajo por año. De esas muertes, aproximadamente 350.000 se deben a accidentes en el lugar de trabajo y más de 1,7 millones a enfermedades relacionadas con el trabajo. Por otro lado, durante el traslado al lugar de trabajo otras 158.000 personas son victimas de accidentes fatales.

· Cada año los trabajadores son víctimas de aproximadamente 270 millones de accidentes laborales, que causan ausencias del trabajo de tres días o más, y aproximadamente 160 millones de personas sufren de enfermedades relacionadas con el trabajo.

· Con el costo de las lesiones, las muertes y las enfermedades en forma de ausencias al trabajo, tratamientos y prestaciones por incapacidad y porfallecimiento, se pierde alrededor del 4 por ciento del PIB mundial.· Las sustancias peligrosas matan a aproximadamente 438.000 trabajadores por año, y se calcula que un 10 por ciento de los cánceres de piel son atribuibles ala exposición a sustancias peligrosas en el lugar de trabajo.· Sólo el amianto es culpable de unas 100.000 muertes por año, y la cifra sigue creciendo. Si bien la producción mundial de este material se ha reducido desdeel decenio de 1970, un número cada vez mayor de trabajadores en los EE.UU., Canadá, el Reino Unido, Alemania y otros países industrializados mueren porhaber estado expuestos al polvo de amianto.

  • La silicosis – una enfermedad pulmonar mortal causada por la exposición al polvo de sílice – sigue afectando a millones de trabajadores de todo el mundo. En América Latina, la padecen el 37 por ciento de los mineros, porcentaje que asciende al 50 por ciento para los mayores de 50 años. En la India, la padecen más del 50 por ciento de los trabajadores de la industria del pizarrín y más del 36 por ciento de los canteros. El número de accidentes y enfermedades relacionados con el trabajo sigue aumentando
  • Según datos de la OIT, el número de accidentes y enfermedades relacionados con el trabajo, que anualmente se cobra más de 2 millones de vidas, parece estar  aumentando debido a la rápida industrialización de algunos países en desarrollo.
  • Más aún, una nueva evaluación de los accidentes y las enfermedades profesionales indica 1/ que el riesgo de contraer una enfermedad profesional se ha convertido en el peligro más frecuente al que se enfrentan los trabajadores en sus empleos. Estas enfermedades causan anualmente unos 1,7 millones de muertes relacionadas con el trabajo y superan a los accidentes mortales en una proporción de cuatro a uno.
  • En sus últimas estimaciones, la OIT descubrió que además de las muertes relacionadas con el trabajo, cada año los trabajadores son víctima de unos 268 millones de accidentes no mortales que causan ausencias de al menos tres días del   trabajo y unos 160 millones de nuevos casos de enfermedades profesionales. Anteriormente, la OIT había calculado que los accidentes y las enfermedades profesionales son responsables de que alrededor del 4 por ciento del PIB mundial se pierda en concepto de pago de compensaciones y ausencias del trabajo.
  • Desglosadas por regiones, las cifras indican que el número de accidentes del trabajo se ha estabilizado en muchos países industrializados y de reciente industrialización, mientras que aumenta en países que están desarrollándose rápidamente en Asia y América Latina. Por ejemplo, el análisis de la OIT mostró que aunque el número de accidentes mortales y no mortales en el centro de trabajo permaneció estable o disminuyó en la mayoría de las regiones, en China, el número estimado de accidentes mortales aumentó de 73.500 en 1998 a 90.500 en 2001 2/, mientras que los accidentes que provocaron tres días de ausencia del trabajo o más aumentaron de 56 millones a 69 millones. En América Latina, el aumento del número total de personas empleadas y el crecimiento del sector de la construcción, especialmente en Brasil y México, parecen haber provocado un incremento anual de los accidentes mortales de 29.500 a 39.500 durante el mismo período de tiempo.
  • "Esta situación se debe a que en los países de reciente desarrollo los trabajadores a menudo proceden de zonas rurales, y disponen de escasas calificaciones y poca formación en prácticas de trabajo seguras", dijo Jukka Takala [9], Director del Programa Safework de la OIT. "La mayoría de ellos nunca ha trabajado con maquinaria pesada, y algunos tienen poca o ninguna experiencia en peligros industriales como la electricidad, de forma que desconocen lo peligrosos que éstos pueden ser. Sin embargo, son elementos que forman parte de los tipos  de trabajo que  están disponibles  para los trabajadores con escasas calificaciones en los países en vías de rápida industrialización".
  • Takala [9], añadió que "una vez que los países alcanzan un grado más maduro de  desarrollo, se produce una evolución de la construcción a empleos en servicios menos peligrosos y las tasas de accidentes comienzan a descender. Esto es lo que está pasando ahora, por ejemplo, en Corea del Sur".
  • Las enfermedades profesionales más comunes son el cáncer atribuible a la exposición a sustancias peligrosas, las enfermedades musculoesqueléticas, las enfermedades respiratorias, la pérdida de  audición,  las  enfermedades circulatorias  y  las  enfermedades  transmisibles  causadas  por  exposición  a agentes patógenos. En muchos países industrializados, donde el número de muertes por accidentes relacionados con el trabajo ha ido disminuyendo, las muertes por enfermedad profesional, sobre todo la amiantosis, están aumentando. Globalmente, el amianto se cobra unas 100.000 vidas al año. Mientras tanto, en el sector de la agricultura, que emplea a la mitad de la fuerza laboral del mundo y predomina en la mayoría de los países en desarrollo, el uso de plaguicidas provoca unas 70.000 muertes por envenenamiento cada año, y al menos siete millones de casos de enfermedades agudas y de larga duración.
  • La mejora de la salud de los trabajadores ha llevado a la OIT y a la OMS a colaborar estrechamente en cuestiones relacionadas con la seguridad y la salud en el trabajo. La OMS respalda la aplicación de estrategias preventivas en los países con una red de 70 Centros de Colaboración, en el marco de su Estrategia Mundial sobre Salud Ocupacional para Todos.
  • "A pesar de las importantes mejoras registradas en la seguridad y la salud en muchas  partes  del  mundo  en  los  últimos  decenios,  el  reto  global  de proporcionar seguridad y salud a los trabajadores es hoy día mayor que nunca", dijo la doctora Kerstin Leitner, Subdirectora General, Desarrollo Sostenible y Ambientes Saludables de la OMS. "Se podrían obtener mejoras de la salud importantes y duraderas si se hiciera hincapié en la adopción de políticas y programas efectivos de prevención primaria. En muchos lugares, especialmente en países en desarrollo, ese tipo de políticas y programas son débiles o prácticamente inexistentes. Desde el punto de vista de la salud pública, la prevención a través de medidas de seguridad es mejor y menos costosa, no sólo para los trabajadores, sino también para la sociedad".
  • El trabajo de la OMS en el campo de la salud en el trabajo se centra en apoyar el  desarrollo e implementación de políticas de salud ocupacional y planes de acción por parte de los países con el fin de reforzar la vigilancia, estimar la carga que representa la salud ocupacional y desarrollar perfiles nacionales "básicos" en este campo. Por otra parte una red de Centros de Colaboración en Salud  Ocupacional  de  la  OMS  informa  sobre  diversos  factores  de  riesgo (químico, físico, ergonómico, psicosocial, biológico, accidentes). Finalmente, la OMS define una serie de servicios básicos en materia de seguridad ocupacional que deberían ser adoptados por todos los países en el marco de estrategias de prevención.
  • La OIT también ha citado nuevos datos que muestran que en el sector de la construcción, cada año se producen al menos 60.000 accidentes mortales lo que equivale a una muerte cada diez minutos. Casi el 17 por ciento de todos los accidentes mortales en el trabajo se producen en ese sector, pero además los trabajadores de la construcción también deben hacer frente a otros riesgos para la salud, incluida la exposición a polvo cargado de amianto, sílice y productos químicos peligrosos. En consonancia con los convenios, las recomendaciones y orientaciones de la OIT, el informe destaca la necesidad de realizar una mejor planificación y coordinación para abordar las cuestiones de seguridad y salud en las obras de construcción, así como un mayor enfoque para reducir la mala salud y la enfermedad relacionadas con el trabajo. · De forma más general, la OIT también predice aumentos en el número de jóvenes (entre 15 y 24 años) y de personas de edad avanzada (60 años o más) que se incorporarán a la fuerza laboral en los próximos 15 años, y advierte que los trabajadores en estos dos grupos de edad suelen sufrir tasas superiores de accidentes  de  trabajo.  El  informe  insta  a  que  se  elaboren  programas  de prevención de los accidentes y las enfermedades especialmente diseñados para los trabajadores de estos dos grupos de edad.
  • Se han previsto actividades conmemorativas del Día Mundial en más de 100 países. Tanto la OIT como la OMS están comprometidas con la promoción y la cooperación cada vez más estrecha que se produce a nivel nacional entre ministerios del Trabajo y de Salud, así como con organizaciones empresariales, sindicatos y otros representantes de la sociedad civil.

Pérdida de puestos de trabajo y desfase de la tasa de empleo desde el comienzo de la crisis en 68 paíse

Puestos de trabajo perdidos

Máximos a mínimos

Desfase de la tasa de empleo en 2010

Millones de puestos detrabajo

%

Millones de puestos detrabajo

%

Países desarrollados

18

61,4

14,3

63,1

África

1,6

5,3

1,2

5,3

Asia y el Pacífico

2,0

6,7

1,6

7,2

Europa central y oriental yantiguas repúblicas soviéticas

4,

7 16

3,5

15,3

América Latina y el Caribe

3,1

10,6

2,1

9,0

TOTAL

29,4

100

22,7

100

Siniestralidad laboral en la construcción

Toda acción preventiva debe comenzar por el conocimiento del problema a resolver; de ahí la importancia de disponer de datos estadísticos de los accidentes de trabajo y de las enfermedades profesionales.

La industria de la construcción ha sido siempre considerada una actividad peligrosa, debido a la alta incidencia de los accidentes de trabajo y, sobre todo, de los accidentes de trabajo mortales, tal como se muestra en el ejemplo de algunos países, que disponen de información estadística sobre el tema, que se presenta a continuación.

En Francia, en 1996, el sector de la construcción ocupaba a (1.150.000 trabajadores asalariados) el 7,6% del total de los asalariados del país; sin embargo absorbió el 19% del total de los accidentes de trabajo, y el 26% del los accidentes de trabajo mortales [1]

En Estados Unidos, en 1996, el sector de la construcción ocupaba a (5.360.000 trabajadores) el 5,4% del total del empleo privado del país; sin embargo absorbió el 8,2% del total de los accidentes de trabajo, y el 19% de los accidentes de trabajo mortales (OSHA),[2].

En Argentina, en 1997, el sector de la construcción contaba con (272.000 trabajadores cubiertos por el seguro de riesgos de trabajo) el 6,2% del total de los trabajadores cubiertos por el seguro de riesgos de trabajo en el país; sin embargo absorbió el 13,8% de los accidentes de trabajo, y el 16,1% de los accidentes mortales, cubiertos por dicho seguro (SRT), [3].

En España, en 1998, el sector de la construcción contaba con (1.031.000 de trabajadores afiliados al seguro de riesgos del trabajo) el 9,2% del total detrabajadores asegurados en el país; sin embargo absorbió el 23% del total de los accidentes de trabajo, y el 25% de los mortales [4].

En Japón, en 1998, el sector de la construcción contaba con (5.510.000 de trabajadores) el 10,4% de la población activa ocupada; sin embargo absorbía el 28% del total de los accidentes de trabajo, y el 40% de los mortales [5].

Al analizar la información anterior, se pone de manifiesto, en primer lugar, la importancia de la construcción en cuanto a generación de empleo (5,4% en EEUU; 7,6% en Francia; 9,2% en España; y 10,4% en Japón); se trata pues de un sector que no puede ser ignorado al diseñar las políticas nacionales en materia laboral. El segundo aspecto que llama la atención es la alta proporción de los accidentes de trabajo, ocurridos en un determinado país, que recaen en el sector construcción (8% en EEUU, 13% en Argentina, 19% en Francia, y 22% en España), lo cual confiere una especial relevancia al tema de la seguridad en los trabajos de construcción.

En todo caso, lo más destacado de la información anterior es la enorme proporción de los accidentes de trabajo mortales ocurridos en un determinado país que recaen sobre el sector construcción (16,1% en Argentina, 19% en EEUU, 25% en España, 26% en Francia, y 40% en Japón), lo que hace de la construcción uno de los sectores prioritarios (si no el sector prioritario) de las políticas y programas nacionales de seguridad y salud en el trabajo.

La información estadística precedente nos indica también que el riesgo del trabajador de la construcción de sufrir un accidente de trabajo mortal es varias veces mayor al riesgo a sufrir el mismo tipo de accidente a que está expuesto el trabajador promedio del conjunto de los sectores de actividad económica. Y que, en particular, sería 2,6 veces superior en Argentina; 2,8 en España; 3 en Corea del Sur; 3,4 en Francia; 3,5 en Estados Unidos; y 3,8 veces superior en Japón. Los trabajadores de la construcción disponen, por tanto, de un buen argumento para exigir del Estado un mayor énfasis de la acción nacional en materia de prevención de riesgos laborales, sobre su sector.

Pero ¿cuál es, para un trabajador de la construcción, el riesgo concreto de sufrir un accidente de trabajo mortal? El indicador que habitualmen te se utiliza para expresar este riesgo es el índice de incidencia de los accidentes mortales, que indica el número de trabajadores fallecidos por accidente de trabajo, en el transcurso de un determinado año, por cada 100.000 trabajadores expuestos. Dicho índice varía de unos países a otros, como muestran los índices de incidencia de accidentes de trabajo mortales en el sector de la construcción correspondientes a diferentes países, que se presentan a continuación.

Indices de incidencia de accidentes de trabajo mortales en el sector de la construcción

Indice

Pais

Año

17,2

Francia

1996

18,1

Japón

1998

19,4

Estados Unidos

1996

27,4

España

1998

34,6

Corea del Sur

1994

42,5

Brasil

1995

48,5

Argentina

1996

Lo anterior significa que, por ejemplo, el riesgo para un trabajador de la construcción de sufrir un accidente de trabajo mortal es, aproximadamente, un 300% superior en Argentina

que en Francia, o un 40% superior en España que en EEUU. Vemos, por tanto, que las diferencias existentes en cuanto al riesgo ocupacional de los sectores de construcción de diferentes países siguen siendo significativas.

La dimensión global de la siniestralidad laboral de la construcción en el mundo es difícil de cuantificar, pues la mayoría de los países carecen de información sobre este particular.

Sin embargo, no sería aventurado afirmar que en las obras de construcción de todo el mundo se producen cada año, como mínimo, 55.000 accidentes de trabajo mortales1. Es decir, aproximadamente cada diez minutos, se estaría produciendo un accidente mortal en el sector.

Como se sabe, una parte importante de los accidentes mortales en el sector de la construcción son las caídas de altura que, en el caso del Reino Unido, suponen el 50% de los mismos; en Corea del Sur, el 42,0%; en España, el 35%; en Estados Unidos, el 33%; y en Francia, el 30%2. Sin embargo, considerando únicamente el sub-sector de edificación, el porcentaje alcanzado por las caídas de alturas es todavía mayor y puede superar, en el caso de algunos países, el 60% de los accidentes de trabajo mortales del sector. Por el contrario, de considerar únicamente el sub-sector de obras públicas, el porcentaje de estos accidentes disminuye, mientras aumenta el porcentaje de accidentes mortales producidos por máquinas, electrocuciones, y derrumbes en excavaciones.

Tradicionalmente, los programas de seguridad y salud en el trabajo en la construcción han hecho énfasis sobre todo en la prevención de los accidentes. Lo cual se explica por la visibilidad inmediata de los accidentes (lesiones, y daños materiales) en comparación con las enfermedades cuyas consecuencias tardan tiempo en aparecer. El problema es que la salud de los trabajadores puede verse afectada muchos años después de haber estado expuestos a un determinado agente o contaminante en la obra, por lo que la información estadística referente a enfermedades profesionales, especialmente en una fuerza laboral tan móvil y eventual como es la de la construcción, es poco precisa.

Sin embargo, la verdadera dimensión del problema de las enfermedades profesionales en la construcción está empezando, al parecer, a vislumbrarse. Así, por ejemplo, se estima que en el Reino Unido, tan sólo uno de los problemas de salud en el trabajo, la exposición al asbesto, es la causa de la muerte cada año de 500 trabajadores de la construcción; al mismo tiempo, 50.000 trabajadores de la construcción de este país sufrirían, cada año, trastornos musco- esqueléticos (especialmente lumbares) de carácter crónico; por último, se estima también que un trabajador de la construcción del Reino Unido tiene más del doble de probabilidades de sufrir una enfermedad relacionada con el trabajo, que un trabajador de las demás industrias [6].

En Francia, por su parte, el 20% de las enfermedades profesionales reconocidas como tales por la seguridad social ocurren en el sector de la construcción, es decir una de cada cinco; destacando entre ellas, por su frecuencia, el higroma de rodilla, la tendinitis, la dermatitis producida por cemento, y la sordera profesional [8].

En Estados Unidos, sin embargo, el surgimiento de las enfermedades derivadas de riesgos ergonómicos, y en particular los traumas por esfuerzos repetitivos, ha contribuido a que sea la industria y no la construcción la actividad en la que recae la inmensa mayoría de las enfermedades profesionales reportadas. En 1996, el sectorindustria ocupó al doble del número de trabajadores de la construcción, y sin embargo absorbió 35 veces más enfermedades profesionales que éste: 265.000 la industria, frente a 7.600 la construcción.

Algunos comentaristas han señalado, al respecto, que en el sector industria los trabajadores hacen el mismo movimiento cada minuto, es decir, 500 veces al día,125.000 al año, 1.25 millones de veces cada década; y que, mientras el trabajador de la construcción puede, en general, tomar cortos descansos cuando lo necesita, en el caso de los trabajos más mecanizados, como en la industria manufacturera, esto no esposible; si bien esa gran diferencia que se da, en Estados Unidos, entre las enfermedades reportadas en la industria y las reportadas en la construcción también podría explicarse por el simple hecho de que la industria registra las enfermedades profesionales con mayor rigor que la construcción, debido a que en la industria no seobserva la gran rotación de mano de obra que se produce en la construcción.

La planificación y coordinación, dos imperativos para la seguridad en la obra

Planificación

Gran parte de los riesgos que surgen con los trabajos de construcción son el resultado de una mala planificación de los mismos. Por eso puede afirmarse que una obra bien organizada es, en general, una obra segura, y también, y en un sentido más amplio, que una obra bien gestionada (es decir, bien planificada, organizada, dirigida y controlada) es asimismo una obra segura (López-Valcárcel 1996a).

La organización de una obra requiere siempre de una planificación previa. Cada una de las unidades de obra (excavación, estructura, cerramientos, etc.), cada una de las operaciones de los trabajos (almacenamiento de materiales, suministro de los mismos, desescombrado, etc.) debería planificarse con antelación.

Por otra parte, la productividad, la calidad y la seguridad de un trabajador sólo podrán asegurarse si se dispone, en el momento preciso, de suficiente número de trabajadores con las aptitudes necesarias, con las herramientas y el equipo adecuados y en buen estado, y con suficiente cantidad y calidad de material dispuesto para su uso.

Sin embargo, todavía es habitual encontrar a muchos profesionales de la construcción que siguen pensando que la planificación no es posible, y esto hace que sean frecuentes las situaciones de riesgo, a veces irreversible, resultado de improvisaciones injustificadas. Con frecuencia los riesgos en las obras se detectan al inspeccionar físicamente las tareas, y en esta etapa ya no es posible evitar las causas que los producen, por lo que, para su control, se tiene que recurrir a procedimientos improvisados, caros y, lo que es peor, poco seguros. Son muchos los factores que dificultan la planificación en la construcción: diversidad de las tareas, poca uniformidad de las construcciones, escaso tiempo entre la licitación y el inicio de la obra, falta de definición o reformas en el proyecto, cambios climatológicos imprevistos...; sin embargo, es siempre posible planificar mínimamente los trabajos desde el punto de vista de la seguridad, de modo que puedan eliminarse las causas de muchos de los accidentes; es decir, es siempre posible hacer prevención.

En relación a la seguridad en el trabajo, la mejor manera de realizar dicha planificación es estableciendo por escrito las previsiones que, respecto de la prevención de riesgos, se han hecho para una determinada obra; y es en este sentido que se recurre cada vezmás al denominado proyecto de seguridad, como a una forma eficaz de planificar y controlar la seguridad en las obras de construcción.

El proyecto de seguridad establece, define, cuantifica y valora las medidas preventivas (protecciones colectivas, señalización, protecciones personales, formación, primeros auxilios, etc.) y las instalaciones de higiene y bienestar (servicios higiénicos, vestuarios, comedores, etc.) que se han planificado para una determinada obra. En general, el proyecto de seguridad, como cualquier proyecto, se compone de una memoria, un pliego de condiciones, unos planos y un presupuesto.

Coordinación

La coordinación de la prevención entre las distintas empresas que participan en la obra es otro aspecto fundamental de la seguridad y salud en el sector. En la industria de la construcción es habitual encontrarnos con varias empresas ejecutando trabajos simultáneos en una misma obra, de modo que trabajadores pertenecientes a una de estas empresas pueden estar expuestos a riesgos generados por las demás; sucede, del mismo modo, que las medidas de prevención y protección adoptadas por una empresa pueden también afectar a los trabajadores de otras empresas que operan en la misma obra; en otro orden de cosas, a veces aparece también el problema de que ninguna empresa se responsabiliza del control de los riesgos que haya podido dejar un contratista al concluir sus trabajos y abandonar la obra.

Con frecuencia se pretende improvisar la coordinación sin disponer de un plan, programa o proyecto de seguridad previamente asumido por las empresas que participan en la obra, y esto no suele dar buenos resultados, pues la buena coordinación nace, en general, de una buena planificación. Como se comenta más adelante (véase el apartado E) se han venido adoptando recientemente diversos reglamentos relativos a la planificación y coordinación de la seguridad y salud en el trabajo en la obra; sin embargo, en la mayoría de los países se presenta el problema de que no se dispone de normativa específica que contemple sistemas concretos de coordinación preventiva en obra, si bien en general se asume, y en ocasiones también está legislado, que la empresa principal se responsabiliza, solidariamente con los contratistas y subcontratistas, del cumplimiento de las obligaciones de seguridad y salud en el trabajo que estos últimos tienen con sus trabajadores. Así, cuando en una obra existe un contratista principal del que depende directamente la sub-contratación de las distintas unidades de obra, la coordinación presenta menos problemas, ya que la responsabilidad de la obra y también la de la prevención las asume el contratista principal [7].

Un caso diferente se presenta cuando la propiedad contrata la construcción de la obra con distintas empresas, que simultanean sus trabajos de acuerdo con la parte del proyecto de obra a cuya ejecución se hayan comprometido. La experiencia en estos casos suele ser muy negativa si, como es frecuente, la propiedad no ha establecido en sus contratos alguna cláusula que estructure la coordinación preventiva del conjunto.

Debido a lo anterior, hace ya algunos años se inició la tendencia a prever la coordinación de la prevención antes del inicio de la obra. Así nació la figura contractual de la coordinación, en la que una de las empresas contratistas se compromete con la propiedad, como aportación de un servicio más, a organizar la seguridad y salud en el trabajo de todos los participantes en la obra aportando, aparte de determinados medios de producción de uso común, la señalización, las protecciones colectivas, las instalaciones sanitarias, de higiene y bienestar, etc. [7]

Costo de los accidentes de trabajo y costo de su prevención

La escasa importancia que a veces se le asigna a la seguridad y salud en el trabajo en las obras surge de dos ideas bastante arraigadas en el sector: (a) la industria de la construcción es una actividad peligrosa y, por lo tanto, los accidentes son inevitables; y (b) los accidentes de trabajo tienen muy poco impacto en los beneficios de la empresa.

Si bien es verdad que en la industria de la construcción se realizan tareas (como trabajos en altura, excavaciones, izado de materiales, etc.) que son potencialmente peligrosas, ello no significa que los accidentes sean inevitables. Por el contrario, lo cierto es que los accidentes de trabajo pueden siempre evitarse, cuando se eliminan las causas que los producen; y la prueba está en que las empresas que hacen prevención tienen menos accidentes (a veces, muchos menos accidentes) que aquellas empresas que no la hacen.

Ahora bien, el director de una empresa, aun consciente de que los accidentes son evitables, puede subestimar el costo de los mismos, pensar que su impacto sobre los beneficios de la empresa es despreciable y no habilitar, por tanto, los recursos necesarios para su prevención; y esto es así porque la prevención, aun en el marco de las consabidas motivaciones éticas y legales que determinan su actuación, no puede sustraerse a la principal regla de juego que, en una economía de mercado, regula la actividad económica de la empresa: producir bienes y servicios obteniendo beneficio.

Lo anterior da una idea de la importancia que tiene el conocimiento del costo de los accidentes, si se pretende interesar a la dirección de una empresa en los temas de seguridad y salud en el trabajo, y presentar los programas de prevención no como una carga económica sino, por el contrario, como un ahorro importante (el de los costos de los accidentes).

Los costos de los accidentes suelen dividirse en dos categorías: (a) costos asegurados, llamados así porque son pagados, en la mayoría de los casos, a través del seguro de riesgos profesionales; y (b) costos no asegurados4, que son costos indirectos, normalmente no tenidos en cuenta por las empresas constructoras, pero, de hecho, significativos.

En 1931, Heinrich publica su libro “Industrial accident prevention” que muestra por primera vez la importancia de los costos soportados por las empresas, en concepto de lesiones profesionales.

En él destaca la idea de que los costos indirectos, o no asegurados, guardan una cierta proporción con los costos directos, o asegurados, variable con el tipo de actividad y empresa; y que para la industria media norteamericana de aquella época esa proporción era de 4 a 1: es decir, que los costos indirectos de los accidentes eran cuatro veces mayores que los costos directos.

Muchos estudios sobre el costo de los accidentes se han hecho desde entonces.

En un estudio llevado a cabo, en 1990, en el Reino Unido, se calculó que los accidentes y las enfermedades relacionados con el trabajo representaban un costo para la sociedad británica de entre 11.000 y 16.000 millones de libras (aproximadamente, entre 18.000 y 26.000 millones de dólares), cifra que se situaba entre el 2% y el 3% del Producto Interno Bruto (PIB) del país o, visto de otra manera, cifra equivalente al crecimiento de la economía del Reino Unido en un año típico (Davies y Teasdale).

En 1996, en España, se calculó que los costos totales asegurados de las lesiones y las enfermedades  profesionales  habían  alcanzado  los  441.872  millones  de  pesetas(aproximadamente, 3.000 millones de dólares), cifra equivalente al 0,6% del PIB del país. Esto, aplicando el criterio de Heinrich5, permite estimar que las pérdidas totales de la siniestralidad laboral alcanzarían el 3% del PIB.

Por otra parte, un estudio sobre las Condiciones de trabajo, calidad y desempeño económico de la Industria Europea de la Construcción [10], realizado en 1991, por encargo de la Comisión Europea, estimaba que el costo total de los accidentes de trabajo en la construcción equivalía al 3% del valor de la obra construida; cifra que se situaba entre el 7 y el 10 por ciento de la masa salarial total del sector6. Un aspecto particularmente interesante del estudio es el cálculo que se hace del costo de la prevención de los accidentes de trabajo en la construcción que, sobre la base de una estricta aplicación de la reglamentación correspondiente a la protección colectiva, se estima en el 1,5% del volumen de negocio del sector, es decir, la mitad del costo de los accidentes7. Esta cifra concuerda con la experiencia existente en España donde, de acuerdo a una estricta aplicación de la reglamentación vigente, los presupuestos de los proyectos de seguridad en las obras se sitúan aproximadamente entre el 1% y el 2% del valor total de la obra, según sea el tamaño de ésta; es decir, el gasto porcentual necesario para la prevención se reduce al aumentar el tamaño de la obra, de modo que para obras muy grandes estos costos estarían en torno al 1% del valor de la obra; y para obras pequeñas estarían más próximos al 2%.

De la misma manera que las inversiones necesarias para la prevención son proporcionalmente menores para las obras grandes que para las pequeñas, así también los costos indirectos de los accidentes de trabajo son proporcionalmente menores cuanto mayor es la gravedad del accidente. En un estudio clásico realizado en 1981 por la Universidad de Stanford, de Estados Unidos, sobre el costo de los accidentes en el sector de la construcción (Business Roundtable), se observó que la relación entre los costos no asegurados y los costos asegurados variaba de acuerdo con la importancia del accidente; de forma que, por ejemplo, para el grupo de accidentes con prestaciones del seguro inferiores a $ 3.000 la relación entre ambos costos era de 4 a 1; mientras que para el grupo de accidentes con prestaciones del seguro superiores a $ 10.000 la relación era tan sólo de 1 a 1.

Por otra parte, se observa cómo poco a poco se va imponiendo una nueva conciencia acerca de la importancia de la seguridad en el trabajo, impulsada en gran medida por la preocupación de los clientes en relación con la responsabilidad en que pudieran incurrir, y en relación también con el alto costo de una actividad constructiva insegura. La mejora de las condiciones de seguridad y salud en el trabajo se va así visualizando, cada vez más, como un recurso que puede ser aprovechado para la mejora del desempeño y de la productividad. Eso significa que los imperativos económicos y sociales no solamente no son contradictorios, sino que, por el contrario, son convergentes [10].

Especificidad de la seguridad y salud en el trabajo en el sector

La relevancia del tema de la seguridad y salud en el trabajo de construcción no sólo radica en el hecho de ser ésta, como ya se ha visto, una de las actividades con mayores tasas de siniestralidad, sino también, y sobre todo, en el hecho de que la prevención de los accidentes de trabajo en las obras exige de una gran especificidad, tanto por la naturaleza particular de los riesgos del trabajo de construcción, como por el carácter temporal de los centros de trabajo (las obras) del sector.

La naturaleza particular del trabajo de construcción conlleva una serie de riesgos laborales específicos del sector, como por ejemplo el trabajo en altura (utilización de andamios, pasarelas y escaleras de obra; trabajo en cubiertas de materiales frágiles;etc.), el trabajo de excavación (utilización de explosivos, máquinas de movimiento de tierra, desprendimientos de materiales, caídas en la excavación, etc.) y el izado de materiales (utilización de grúas, montacargas de obra, etc.). Pero, lo que verdaderamente determina la especificidad de la seguridad y salud en el trabajo de construcción es el carácter temporal de sus centros de trabajo. Este cambio continuo de centro de trabajo exige que el sistema de gestión de la seguridad y salud en el trabajo en la construcción sea diferente del que se aplica en otros sectores. En él, la planificación, la coordinación y el presupuesto de la prevención de las obras adquieren una enorme significación.

La temporalidad de los trabajos de construcción implica asimismo que las instalaciones de obra sean necesariamente temporales o, lo que es más problemático, provisionales. Y esta provisionalidad de las instalaciones de higiene y bienestar (servicios higiénicos, aseos, comedores, vestuarios, agua potable) y de determinas instalaciones de producción (iluminación, electricidad, montacargas,...) explica asimismo la gran especificidad de la seguridad y salud en el trabajo, en el sector.

Otras características específicas del trabajo de construcción que también cabe mencionar son la de ser un trabajo variado y cambiante, la alta rotación de mano de obra, el trabajo al aire libre, y la dificultad de supervisión.

Los países con mayor tradición preventiva cuentan con políticas y programas de seguridad y salud en el trabajo especiales, dirigidos y diseñados para el sector de la construcción. Esta actuación diferenciada en materia de seguridad y salud en el trabajo en el sector incluye en general reglamentos, normas técnicas, servicios de a sesoramiento e inspección, estudios, publicaciones y oferta de formación específica para el sector de la construcción. Sin embargo, éste no suele ser el caso de la mayoría de los países en desarrollo, donde la actuación a nivel nacional en materia de seguridad y salud en el trabajo suele estar sectorialmente poco diferenciada, y donde se echa normalmente en falta programas de seguridad y salud en el trabajo específicos para este importante sector de actividad.

La OIT ha reconocido siempre esta necesidad de tratamiento diferenciado para el tema de la seguridad y salud en la construcción. Y de hecho, el primer convenio de seguridad y salud en trabajo de la OIT para un determinado sector de actividad económica fue el Convenio sobre prescripciones de seguridad en la industria de edificación (No. 62) de 1937, que sería posteriormente puesto al día con el Convenio sobre seguridad y salud en la construcción (No.167) de 1988, la única norma internacional disponible que se ocupa de la administración de la seguridad y salud en los trabajos de construcción, tanto a nivel nacional como a nivel de empresa.

Criterios de la OIT y legislación reciente sobre el tema

Convenio 167 de la OIT, sobre seguridad y salud en la construcción

La OIT adopta, en 1988, el Convenio 167, sobre seguridad y salud en la construcción, al considerar que el antiguo Convenio 62, de 1937, sobre las prescripciones de seguridad en la industria de edificación ya no era apropiado para reglamentar los riesgos de este importante sector de actividad. Se entendió entonces que el campo de aplicación y el contenido no eran ya suficientes para hacer frente a las nuevas condiciones impuestas por el importante desarrollo tecnológico que se había venido dando en la industria de la construcción a partir de la Segunda Guerra Mundial, y en particular en el sub-sector de la ingeniería civil (OIT, 1987).

Entre otras novedades, el Convenio 167 incorpora el tema de la planificación y de la coordinación de la seguridad y salud en el trabajo en las obras. Especificando que, cuando dos o más empleadores realicen actividades simultáneas en una misma obra:

(a) la coordinación de las medidas prescritas en materia de seguridad y salud en el trabajo, y la responsabilidad de velar por su cumplimiento recaerán sobre el contratistaprincipal de la obra; y (b) cada empleador será responsable de las medidas prescritasa los trabajadores bajo su responsabilidad (Artículo 8). Y estableciendo asimismo que las personas responsables de la concepción y planificación de un proyecto deconstrucción deberán tomar en consideración la seguridad y salud de los trabajadores de la obra (Artículo 9).

El Convenio 167 ha sido ratificado, hasta el momento, por 14 países, entre ellos 3 latinoamericanos (Colombia, Guatemala y México).

Repertorio de recomendaciones prácticas de la OIT, sobre seguridad y salud en la construcción

Este repertorio da pautas para el cumplimiento de las disposiciones establecidas en el Convenio 167; vuelve a incidir en la importancia del tema de la planificación y de la coordinación; y señala asimismo algunas responsabilidades adicionales de empresarios, diseñadores y clientes, entre las que cabe destacar las siguientes:

  • En ausencia de contratista principal, debería atribuirse a una persona u organismo competente la autoridad y los medios necesarios para asegurar la coordinación y la aplicación de las medidas en materia de seguridad y salud en el trabajo (Art. 2.4.3.);
  • Los empleadores y los trabajadores por cuenta propia deberían cooperar de lleno en la aplicación de las medidas de seguridad y salud (Art. 2.4.5.);
  • Los responsables de la elaboración y planificación de un proyecto de construcción deberían integrar la seguridad y salud de los trabajadores de la construcción durante el diseño y la planificación del proyecto (Art. 2.6.1.);
  • Los autores del proyecto deberían procurar que éste no exija la utilización de procedimientos de construcción o de materiales de construcción peligrosos (Art. 2.6.2.);
  • Los diseñadores de edificios, estructuras u otras construcciones deberían tomar en consideración los problemas de seguridad relacionados con su mantenimiento
  • ulterior cuando ello entrañe riesgos particulares (Art. 2.6.3.);
  • En los proyectos de construcción deberían preverse los medios necesarios para asegurar que los trabajos de mantenimiento se realizan con un mínimo de riesgo (Art. 2.6.4.);

Los clientes deberían:

a) coordinar, o designar a una persona competente para que coordine, todas las actividades relacionadas con la seguridad y la salud en la ejecución de sus proyectos de construcción;

b) informar a los contratistas de los riesgos especiales que puedan surgir en materia de seguridad y salud en el trabajo, y de los cuales ellos tengan conocimiento como clientes; y

c) solicitar de los contratistas que presenten ofertas que incluyan los presupuestos necesarios para hacer frente a los gastos que implican la adopción de las medidas de seguridad y salud durante el proceso de construcción (Art. 2.7.1.).

Directiva 92/57/CEE de la Unión Europea, del 24.06.92, relativa a disposiciones mínimas de seguridad y salud que deben aplicarse en las obras de construcción8

En la exposición de motivos y en los considerandos de esta directiva se explica que más de la mitad de los accidentes de trabajo en las obras de construcción, en el ámbito de la Unión Europea, está relacionada con decisiones arquitectónicas y/o de organización inadecuadas

o con una mala planificación de las obras en su fase de proyecto. Otro aspecto sobre el que también hace hincapié el preámbulo de la directiva es la necesidad de reforzar la coordinación entre las distintas partes que intervienen en una construcción (ya desde la fase del proyecto), dado que la falta de coordinación que frecuentemente se presenta en las obras, como resultado sobre todo de la participación simultánea o sucesiva de empresas diferentes en una misma obra, puede dar lugar a un número elevado de accidentes.

Queda claro, entonces, que entre los objetivos principales de la directiva está la mejora de la planificación, y de la coordinación, de la seguridad y salud en el trabajo en las obras. Y por ello se establece la obligación de que: (a) las obras cuenten con un plan de seguridad y salud en el trabajo; y (b) la propiedad o el director de obra designe a uno o varios coordinadores en materia de seguridad y salud en el trabajo, tanto para la elaboración del proyecto de construcción como para la realización de la obra.

Uno de los aspectos más novedosos de esta directiva es, quizás, el haber establecido la obligación de constituir un expediente en el que se indiquen los aspectos de seguridad y salud en el trabajo que deberán tomarse en consideración en caso de realización de trabajos

posteriores. Se trata de un dossier o registro de información dirigido al usuario último de la obra,

sobre las cuestiones de seguridad y salud en el trabajo que deberán tenerse en cuenta durante el uso posterior del edificio, estructura, u obra terminada.

La información del dossier alertará a los responsables de la estructura, la maquinaria, las instalaciones y los equipos propios de la obra terminada, de aquellos riesgos de seguridad y salud en el trabajo que deberán enfrentar durante el uso, limpieza, mantenimiento y eventuales reformas futuras de la obra9.

NR - 18 de Brasil, del 4.07.1995, sobre condiciones y medio ambiente de trabajo en la industria de la construcción10

De acuerdo con la nueva NR - 18, son obligatorios la elaboración y el cumplimiento del Programa de Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo en la Industria de la Construcción

(PCMAT), en las obras de más de 20 (veinte) trabajadores. El documento consta de los siguientes elementos: (a) memoria con los riesgos de accidente de trabajo y de enfermedad profesional, con las correspondientes medidas de prevención; (b) proyecto de ejecución de las protecciones colectivas; (c) especificaciones técnicas de las protecciones colectivas, y de los equipos de protección personal; (d) cronograma de implantación de las medidas preventivas; (e) plano o esquema explicativo del solar de la obra; y (f) programa de entrenamiento de prevención, con la correspondiente carga horaria.

La Norma NR - 18 también establece la creación de los Comités Permanentes sobre las Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo en la Industria de la Construcción, tanto a nivel central, como en las distintas regiones del país, con el fin de estudiar y proponer medidas para la mejora de las condiciones y del medio ambiente de trabajo en la industria de la construcción, implementar la recogida de datos sobre accidentes y enfermedades profesionales, proponer y participar en campañas de seguridad y salud en el trabajo en la construcción, e incentivar estudios y debates para la mejora permanente de las normas técnicas y reglamentarias de la industria de la construcción.

Derecho de los trabajadores a la seguridad y salud en el trabajo

Si bien, como ya se ha comentado, la prevención de los riesgos profesionales se va poco a poco visualizando como un recurso más con el que cuentan las empresas constructoras para mejorar su competitividad, eso no debe ocultar el hecho de que la seguridad y salud en el trabajo debe también, y sobre todo, considerarse como un derecho para el trabajador.

A lo largo de los últimos años, la OIT ha venido adoptando un conjunto de Normas Internacionales del Trabajo11 en materia de seguridad y salud en el trabajo, en las que el tema de los derechos de los trabajadores ha sido objeto de especial atención.

Estos Convenios de la OIT han consolidado algunos de los derechos tradicionales de los trabajadores en este campo, como el derecho a la información y a la capacitación en materia de riesgos profesionales, y al mismo han incorporado otros más novedosos, como por ejemplo el derecho a abandonar el puesto de trabajo ante un riesgo grave e inminente.

Entre estos derechos cabe citar los siguientes (López-Valcárcel, 1997):

• Derecho a la información, instrucción y formación en materia de seguridad y salud en el trabajo. El principio general incorporado a las normas internacionales del trabajo es que todo trabajador debe ser informado de los riesgos a que está expuesto y recibir la instrucción y formación adecuada sobre los medios para prevenirlos.

• Derecho a participar en las actividades de prevención de riesgos profesionales.

  • Las normas reconocen que la cooperación de los trabajadores es un elemento esencial de la actuación a nivel de empresa, y que para favorecer dicha cooperación se debería recurrir al nombramiento de delegados de seguridad de los trabajadores, o de comités de seguridad e higiene. Se reconoce también el derecho de los trabajadores a expresar su opinión sobre los procedimientos de trabajo adoptados que puedan afectar a su seguridad y su salud. Se contempla, asimismo, que los representantes de los trabajadores en las empresas deberían disponer, sin pérdida alguna de remuneración, de las facilidades y del tiempo necesarios para desempeñar un papel activo en la prevención y limitación de los riesgos profesionales.
  • Derecho a ser consultados en materia de prevención. Como principio general se establece que los trabajadores o sus representantes y, llegado el caso, sus organizaciones más representativas en la empresa, deberán ser consultados por el empleador sobre todos los aspectos de la seguridad y la salud relacionados con su trabajo. Se especifica que, en particular, los trabajadores deberán ser consultados cuando se p
  • revean nuevas medidas importantes de seguridad e higiene, o cambios en el proceso productivo que puedan tener repercusiones negativas sobre su seguridad y

salud.

Pero, en todo caso, el paso definitivo hacia la integración de la seguridad y salud en el trabajo en las obras de construcción solamente se habrá dado cuando el sector se convenza de que los imperativos de la seguridad y salud en el trabajo, por un lado, y los de la competitividad, por el otro, no solamente no son contradictorios sino que, por el contrario, son convergentes.

PEA ocupada y accidentes de trabajo (AT) en la construcción (% sobre el conjunto de sectores): Francia y EEUU, 1996; Argentina, 1997; España, 1998.

Indice de Incidencias de Trabajo Mortales (ATM) Numero de ATM por cada 100,000 trabajadores expuestos

CONCLUSIÓN

Una de las funciones encomendadas a la OIT en el Preámbulo mismo de su Constitución es la de la protección de los trabajadores contra los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales.

La construcción es uno de los sectores de actividad económica más importantes, y es también uno de los más peligrosos. De los cerca de 350.000 accidentes mortales que se estima se producen cada año en los centros de trabajo de todo el mundo,aproximadamente 55.000 ocurrirían en las obras de construcción; lo que hace de la construcción uno de los sectores prioritarios de acción en materia de seguridad y salud en el trabajo.

No es por tanto de extrañar que la OIT cuente actualmente con una larga tradición decooperación técnica en el campo de la seguridad y salud en el trabajo en la construcción, disponiendo asimismo de un conjunto importante de publicaciones técnicas sobre el tema (Repertorios de recomendaciones prácticas, estudios, libros de referencia, manuales de formación, etc.) que han sido siempre objeto de especialatención por parte de los gobiernos y de las organizaciones de trabajadores y de empleadores.

Debido a la especificidad de la construcción, la administración de la seguridad y salud en el trabajo en el sector construcción requiere también un enfoque específico. La OITha reconocido siempre dicha especificidad y, de hecho, el primer convenio OIT de seguridad y salud en el trabajo específico para una determinada rama de actividad económica fue el Convenio sobre prescripciones de seguridad (Edificación) (No. 62), del año de 1937, que sería posteriormente puesto al día mediante el Convenio sobreseguridad y salud en la construcción (No. 167), del año de 1988. Interesa mencionar que se trata de las únicas normas internacionales disponibles, en relación a la administración de la seguridad y salud en los trabajos de construcción, tanto a nivel nacional como a nivel de empresa y de obra.

Por otra parte, a las organizaciones de empresarios, y de trabajadores, de la construcción les corresponde un papel determinante en la promoción de la seguridad y salud en el trabajo en la industria de la construcción; y el hecho de ser la OIT unaorganización internacional tripartita supone un activo muy importante para la implementación de un programa internacional OIT para la promoción de la seguridad y salud en el trabajo en el sector.

La OIT puso en marcha un programa mundial en materia de seguridad, salud y medioambiente, denominado Programa InFocus SafeWork; y dentro de las estrategias de este programa se contempla priorizar la protección de los trabajadores en los sectores más peligrosos, como es el caso del sector construcción.

SafeWork contempla asimismo, como una de sus formas de actuación, la cooperación con los países en la puesta en marcha de programas nacionales de acción. Por tanto,todo hace prever la intensificación de la cooperación de la OIT en materia de seguridad y salud en el trabajo en la construcción y, en particular, en programas nacionales deacción para la promoción de la seguridad y salud en el trabajo en el sector.

REFERENCIAS

BEGUERIA LATORRE, 1991, Guía práctica para estudios y planes de seguridad e higiene en la construcción (Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo - INSHT, Madrid)

Business Roundtable, The, 1982. Improving construction safety performance. (The Business Roundtable, New York)

[1] http://www.ice.org.uk/enginfo/ safety_newmil. CNAM, 1998. Les statistiques technologiques 1996 (Travail & Sécurité, Julio-Agosto 1998, No. 574)

[2] OSHA, 1998. WorkPlace Injury and Illness Statistics Information for 1996.

http://www.osha.gov/oshstats/96info/

[3]SRT (Superintendencia de Riesgos del Trabajo). 1999. Informe Siniestralidad Laboral 1997, de Argentina. http://www.srt.gov.ar/ publicaciones/siniestros97/index.

[4] INSHT (Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo). 1999. Estadísticas de accidentes de trabajo y de enfermedad profesional en España http://www.mtas.es/insht/osha/statistics/

[5] JISHA (Japan Industrial Safety and Health Association), 1999. Estadísticas de accidentes de trabajo en Japón. http://www.jisha.or.jp/english/final98e/accdatae .

[6] CALDWELL, Sandra. 1999. Taking construction health & safety into a new millennium.

[7] DAVIES and TEASDALE, D.N.1994 The cost to the British economy of work accidents and work-related ill - health (HSE, Londres) DE LA PORTILLA, Fernando; ROBLEDO, Julián.

[8] PELE, André, 1996. 1512 maladies professionnelles indemnisées en 1994 (Cahiers des Comités de Prévention du BTP, No. 5/96)

[9]TAKALA, Jukka, 1998. Global estimates of fatal occupational accidents. Sixteenth International Conference of Labor Statisticians.

[10] LORENT, Pierre. 1991. From drawing board to building site: Working conditions, quality and economic performance (Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas, Luxemburgo)

[11] (OIT, Ginebra) YOUNG JEONG, B. 1998. Occupational deaths and injuries in the construction industry (Applied Ergonomics, Vol, 29, No. 5. Gran Bretaña)

[12] SEOPAN. Manual técnico de prevención de riesgos profesionales en la construcción. [13] SEOPAN, Comisión de Seguridad y Salud en el Trabajo, Madrid, 1981.