



Las carreras de caballos pura sangre constituyen una industria floreciente en todo el mundo que mueve enormes cantidades de dinero y puestos de trabajo en las diversas actividades asociadas, desde la crianza de caballos a la gestión de centros de entrenamientos e hipódromos y por supuestos las apuestas.
[1] De acuerdo con cifras de la Asociación Colombiana de Criadores de Caballos de Pura Sangre Inglesa (Asocriadores), un solo caballo pura sangre puede generar siete empleos, entre directos e indirectos. [2]Los jinetes se encuentran entre los deportistas que satisfacen primas de mayor riesgo, según las estadísticas de la Mutuelle Nationale des Sports de Francia [3], pues montar a caballo es un “ deporte de alto riesgo" [4] y cualquier interacción con los caballos es peligrosa, pueden generar lesiones irreparables en las personas. [5] Los accidentes ocasionados por caballos nos remontan a los períodos primitivos de la humanidad, relacionándolos con su uso en traslados y, fundamentalmente, en batallas [6]. En cambio, en la época actual, más de 80% de los accidentes ecuestres ocurren durante actividades recreacionales. [7] La mayoría de los jinetes son conscientes del riesgo de los deportes ecuestres y conscientes de su propia seguridad [8], sin embargo en los países latinoamericanos las investigaciones asociadas a deportes ecuestres son escasas [9]. No existen estudios a gran escala en cuanto a los tipos, gravedad o incidencia de lesiones, contraídas por los jinetes profesionales. Ninguna organización nacional tiene los datos necesarios para proveer un enfoque adecuado sobre los accidentes en las carreras y lesiones de los jinetes. [10] A diferencia de Europa que ha desarrollado diferentes estudios que han tratado de analizar el patrón de lesiones y definir los factores que afectan las lesiones relacionadas con el jinete y el caballo [11]
LA HÍPICA EN CHILE
El espectáculo de la hípica en Chile se remonta en la década de 1860, cuando un grupo de entusiastas jóvenes de la alta burguesía de Santiago, admiradores de las “carreras a la inglesa”, organizaron la Sociedad Hípica con el objetivo de difundir este deporte. [12] Los inicios de las carreras de caballos a la inglesa en Chile tuvo su origen en Valparaíso, cuya colonia británica organizó en el mes de septiembre de 1864 la primera reunión hípica de que hay recuerdo en el país. Los promotores de la iniciativa fueron algunas destacadas personalidades del comercio ingles radicados en el puerto. [12] Posteriormente, en 1869 se crea el “Valparaíso Spring Meeting”, organización destinada a los deportes ecuestres, que más tarde en 1882 pasa a llamarse oficialmente Valparaíso Sporting Club con la aprobación de los estatutos sociales por parte del gobierno de la época. [13]
EL JINETE
Los jinetes se encuentran entre los deportistas que satisfacen primas de mayor riesgo, según las estadísticas de la Mutuelle Nationale des Sports de Francia (en sexto lugar después de motorismo, alpinismo, rugby, automovilismo y esquí)[3]. Son profesionales independientes y están ligados, generalmente, a la hípica desde niños. Los que deciden continuar y ser un jinete profesional deben ingresar a la Escuela de Jinetes donde aprenden las distintas técnicas de manejo del caballo, junto con educarse en temas de conocimiento general.[14] La mayoría, sino todos los jinetes son conscientes del riesgo de los deportes ecuestres y conscientes de su propia seguridad [4], los jinetes que se caen, se enferman o se lesionan en un hipódromo están obligados a informar a un oficial médico del hipódromo para su examen. [15] en el contexto internacional, la Asociación de jinetes INC (The Jockeys´ Guild) representa a casi todos los jinetes de los Estados Unidos, y se estima que desde 1950 más de 100 jinetes han muerto en las carreras [16] y la Corporación de cifras de accidentes del trabajo (ACC) de Nueva Zelanda 1983-84 en una encuesta de la participación en actividades deportivas, estima que 5 muertes por cada 100.000 habitantes por año es ocurrido en jinetes que caen del caballo.[17]
ELEMENTOS DE PROTECCIÓN PERSONAL
El jinete usa implementos de protección personal que lo ayudan en su desempeño profesional en cada competición. Los más conocidos son: casco, antiparras botas, chaleco de seguridad y guantes. [14]. Como profesionales en una alta ocupación de riesgo, es razonable usar equipo de protección, para minimizar tanto las lesiones y el tiempo de baja laboral.[18] Aunque ningún equipo de protección impide absolutamente la lesión, el uso del casco reduce el número y la severidad de trauma en la cabeza en las caídas.[19] Actualmente, no hay ningún equipo de protección recomendado para la extremidad superior y más específicamente la muñeca. [20] En la actualidad, el uso de cascos y protectores de cuerpo es obligatoria. [18]. Los Jinetes que llevaban un casco puesto tenían un riesgo 50% menor de sufrir lesiones, que de los que no lo usaban.[21] Más investigación respalda la prevención de atrapamiento de rienda con guantes antideslizantes, protección a la muñeca con la estabilización rígida y equipos adecuadamente apropiados, botas y estribos de liberación de seguridad para evitar arrastre.[22] La principal razón de la reducción de las heridas en la cabeza ha sido dada por el mejoramiento del diseño del casco protector de 1963, en 1971 un casco protector mejorado fue introducido a la asociación de jinetes, notando una reducción en las lesiones de la cabeza, pasando de ser 46 heridas en la cabeza a 27 el año siguiente. [23]. La mayoría de los jinetes con heridas en la cabeza hacen uso de cascos aprobados y sufren lesiones de menor importancia.[20] En el 1988 se hizo una investigación relacionada a laprotección efectiva del casco y en 1996 se introdujo un corregido y mejorado casco para los jinetes.[23] Los protectores de espalda fueron recomendados por primera vez en 1994 para ciertas competiciones y chalecos protectores. Actualmente los elementos de protección son obligatorios para un profesional de carrera. [22]
EL CABALLO
El caballo fina sangre de carrera se formó a partir del cruzamiento, el mestizaje y la selección. En una raza artificial originada por diversos métodos y procedimientos técnicos, muy distintos a los que en condiciones normales se darían. [12] Los accidentes y lesiones relacionadas con el caballo, son bien conocidos y ampliamente aceptados. El riesgo se atribuye con frecuencia a la "naturaleza" de los caballos como irrevocablemente impredecibles, temerosos y de vuelo –cableado.[24] Lo impredecible de los caballos sugiere que los riesgos pueden ser mayores entre las personas con bajos niveles de conocimiento de la etiología del caballo y el comportamiento, ya que esto puede ayudar a anticipar conductas y respuestas equino- naturales indeseables.[25] Los jinetes pueden ser transportados a velocidades de hasta 70 km/hr, con sus cabezas levantadas tres metros sobre el sueño. Al caer, pueden ser aplastados por su media tonelada o pisoteados por otros caballos (como es común en jinetes). Además los caballos pueden lesionar a los humanos a través de morder, patear y aplastar. [26]
ENTRENAMIENTOS O FORMA FÍSICA
Los jinetes se concentran en ejercitar las piernas, la parte inferior del cuerpo y el torso. Tener fuerza en la parte superior del cuerpo es esencial para controlar al caballo. Las pruebas de condición física tales como: las rutinas de sentadillas, series de abdominales contrarreloj, ejercicios con bandas elásticas y la temida “tabla”. [28
PREPARACIÓN PSICOLÓGICA
El entrenamiento psicológico sirve en ocasiones para conseguir mayor autocontrol, favoreciendo la comunicación con el caballo y un mayor dominio de la situación [29]. Cuando no existe una buena comunicación entre el jinete y el caballo, el caballo puede responder con resistencia, conducta de huida. [25 El jinete debe poseer un alto grado de concentración, memoria, manejo del estrés, autocontrol y tolerancia a la frustración. Además, debe tener un alto grado de motivación para los entrenamientos ya que las competiciones importantes son una vez al año. [30]
El trabajo fue realizado en tres etapas, la primera etapa consistión en preparar el diseño de experimentos, considerando el estado del arte realizado por un grupo de estudiantes. La segunda etapa consistió en aplicar el cuestionario a los jinetes (31) que fueron elegidos en forma no aleatoria (universo=34), basado en la disponibilidad de cada uno de ellos para cooperar con responder el cuestionario, se utilizó el cuestionario nórdico modificado. La confiabilidad del instrumento es de 95% y un nivel de error del 5 %. La muestra se compone de un 65% de jinetes provenientes de Chile, luego 13% Argentina y 13% Paraguay, finalmente Peru, Uruguay y Brasil con 3% cada uno. La tercera etapa consistió en la digestión de lo datos obtenidos del trabajo de campo en el Hipodromo.
A la luz de los resultados obtenidos, no se registran lesiones en jinetes provocadas por no utilizar elementos de protección personal en competencias, debido a que los elementos de protección personal son obligatorios en competencias.(botas, guates, chaleco de seguridad, antiparras y casco) Sin embargo, si existen jinetes lesionados por no utilizar: protector testicular y/o protector bucal con 21 lesionados (67,74%) y 12 lesionados (38,7%) respectivamente.
En el caso de los golpes en la cabeza en la categoría de los 5 años de experiencia fue donde se estuvo la moda con 6 jinetes lesionados, pero aun así los golpes en la cabeza son frecuentes en todas las categorías de años de experiencia. Las contusiones al igual que los golpes en la cabeza, también son recurrentes en todas las categorías, aunque la moda se encuentra en los jinetes con 3 años de experiencia. Las lesiones tronco-lumbares presentan la misma cantidad de lesionados entre los 3 y 5 años de experiencia. Los jinetes con 2 y 3 años de experiencia son los que menos lesiones experentan en general, y mientras que a más años de experiencia van en aumento las lesiones.
Los jinetes con 5 y 6 años de experiencia son los que más fracturas en la extremidad inferior han tenido. En cuanto a las laceraciones no hay una tendencia clara de esta lesión, ya que es muy variable la ocurrencia de esta lesión en jinetes con diferentes años de experiencia, esta falta de tendencia se da también en otro tipo de lesión, como es la dislocación del hombro y fractura de hombro.
Con respecto a los riesgos psicosociales hay dos grandes categorías que fueron las más coincidentes entre los jinetes, la primera de ellas es la mala toma de decisiones durante la competición y la segunda es la preocupación por no ser solicitados para futuras competencias. Ninguno de los jinetes se muestra con brechas respecto a aprender nuevas cosas con esta profesión.
Los jinetes que compiten en el hipódromo, que a pesar de no encontrar un patrón de lesiones con respecto al no uso del equipo de protección personal, si hay una cantidad significativa de lesiones respecto a la cantidad de años que llevan en el arriesgado oficio. Los golpes en la cabeza son los más frecuentes dentro de todas las categorías de clasificación, incluyendo también las contusiones, eso sí se pudo encontrar un patrón respecto a la cantidad de años que lleva un jinete y las lesiones que este ha sufrido, a mayor tiempo que estos compiten mayores son las lesiones, en general golpes a la cabeza, contusiones y lesiones tronco-lumbar, se encontró también que los jinetes primerizos, es decir, los que llevan poco tiempo en competencia profesional, tienen un bajo rango de lesiones, principalmente dolencias en extremidades superiores o inferiores (muñecas, tobillos).El factor psicosocial, es otro factor determinente, respecto a la toma de decisiones que hacen los jinetes durante la competición, debido a las presiones que tiene sobre su desempeño y la posibilidad de ser elegido para una nueva competición. Las laceraciones no cuentan con un patrón definido y se encuentra determinada de la manera en que el jinete realiza las maniobras. Estudios realizados en otros países, donde la cantidad de jinetes lesionados es mucho mayor, se debe principalmente a la poca preparación que se tienen estos al momento de subirse al caballo. Se ha demostrado que hacer un calentamiento previo de acercamiento o apego puede generar un lazo afectivo con el animal, lo cual puede ayudar a que este no se sienta amenazado y estresado para que tenga un mejor desempeño en la carrera y no ponga en riesgo la condición física del jinete.
Se observa en general, una buena disposición por parte de los jinetes al uso correcto de los Elementos de protección personal, debido a que son de uso obligatorio en las competiciones, y se penaliza su no cumplimiento. Se logró determinar las lesiones más frecuentes a las que están expuestos los jinetes profesionales que compiten en el hipódromo, a través de la aplicación de un cuestionario, en el que se obtuvo información sobre: los años de experiencia y las lesiones experimentadas, la relación entre las lesiones generadas por las diferentes condiciones climáticas y los años de experiencia de los jinetes. Las claves del exito, luego del estudio realizado son: información sobre los riesgos a los que se exponen los jinetes, cursos de capacitación y entrenamiento, observación del comportamiento del caballo, acercamiento o apego con el caballo antes de la carrera. Todo lo anterior contribuye a un mejor desempeño en la carrera de competición y el cuidado de la salud física y psicológica tanto del jinete como la del caballo.
Se agradece la disposición de los jinetes del hipódromo Valparaíso Sporting Club de Viña del Mar por responder el cuestionario, ya que, sin el desarrollo de este, nuestro estudio no tendría una base sólida para concluir con propiedad. Se agradece tambien el compromiso de los estudiantes de la asignatura de Metodologia de la investiagación de la Carrera de Ingeniería en Prevenciòn de Riesgos Laborales y Ambientales, de la Universidad Técnica Federico Santa María, Sede Viña del Mar, en especial la participación activa de: Felipe Roman, Fernanda Rodriguez, Jorge Chaffe y Luz Henriquez.
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