Aspectos sociales y culturales del e-learning
Aspectos sociales y culturales del e-learning
En los últimos años, las tecnologías de la información y la comunicación han penetrado profundamente en nuestras vidas, cambiando nuestra manera de hacer las cosas, de trabajar, de comprar y de vender, de relacionarnos, de aprender, etc. Las empresas, inmersas en un entorno altamente competitivo y cambiante, han evolucionado y convertido a las personas (y a su capacidad de gestionar la información y el conocimiento) en su principal capital y fuente de valor. Los límites de las organizaciones se difuminan, el mercado se vuelve global, los sistemas políticos, económicos, sociales y culturales se configuran en forma de red, y se tiñen de propiedades como la flexibilidad, ubicuidad, instantaneidad y globalidad.
En el ámbito educativo, las TIC prometen un abanico de oportunidades. La eliminación de barreras espaciales y temporales es, seguramente, la promesa más conocida y deseada (y también la que más se ha desarrollado en la práctica, por conveniencia tanto organizativa como económica). No obstante, existen otras barreras a derribar, como las limitaciones de acceso a la formación que experimentan las personas con alguna discapacidad o determinados colectivos marginados. ¿Puede el e-learning combatir estas barreras? Es posible, pero también podría contribuir a hacerlas más infranqueables o crear otras de nuevas. Conviene realizar una mirada crítica al e-learning que nos permita identificar sus efectos secundarios, especialmente los relacionados con sus implicaciones sociales y culturales. Para ello debemos prestar atención a los siguientes aspectos:
• El difícil reto de la globalidad
: globalidad implica diversidad cultural, social, lingüística, económica y religiosa. En un mismo contexto socio-cultural, existen diferencias entre los individuos, en sus valores, en sus necesidades de aprendizaje, en el acceso a la tecnología y en sus condiciones físicas. Esta diversidad debe considerarse al diseñar los programas y entornos de formación para evitar discriminaciones, ofensas, confusiones u otras barreras a la eficacia y buen aprovechamiento de las actividades formativas. Aspectos como el concepto del tiempo, las expectativas puestas en los procesos de enseñanza-aprendizaje, la tolerancia a la ambigüedad, la actitud frente a la autoridad, la percepción de los roles del hombre y la mujer, la habilidad de trabajar en grupo, etc. pueden convertirse en factores críticos.
• La incorporeidad de las identidades
: en una sociedad donde el culto al cuerpo es una cuestión cotidiana, Internet propicia una nueva forma de relacionarse que transcurre ajena a las características físicas de las personas que interactúan entre sí. La ‘invisibilidad’ de los cuerpos rompe las barreras físicas y abre la puerta a la invención de identidades. Más allá del cuestionamiento de la autenticación, la repercusión de estas relaciones incorpóreas en los procesos educativos es un campo prácticamente inexplorado.
• La brecha digital
: no todas las personas pueden acceder a la tecnología de la misma forma ni presentan la misma actitud frente a la tecnología. El concepto de brecha digital (digital divide) se utiliza para referirse a la distancia que existe entre las personas que pueden realizar un uso efectivo de las tecnologías de la información y las que no. La aparición de este concepto supuso un punto de partida a la reflexión y el debate sobre las TIC y su participación en la creación de una sociedad más justa, solidaria y democrática. La reflexión y el debate han mostrado les debilidades del término al abordar la realidad de una forma simplificada (capacidad de acceso a la tecnología en lugar de capacidad de acceso + capacidad de mantenimiento + actitud frente a la tecnología + capacidad de uso efectivo) y bipolar (en realidad no existen dos posiciones -capacidad de acceso o no / capacidad de uso efectivo o no– sino tota una gradación de posibilidades).
• La emergencia de un nuevo paradigma educativo
: el cambio paradigmático de la sociedad industrial a la sociedad de la información tiene una repercusión muy importante en la formación: en la sociedad del conocimiento las personas nunca están preparadas definitivamente, deben formar-se a medida que las circunstancias lo requieran (a menudo a un ritmo vertiginoso). La educación escolar se ha convertido en una educación inicial que debe ir complementándose a lo largo de toda la vida (life long learning). Esta necesidad de formación continua juega un papel fundamental en las sociedades y grupos culturales desfavorecidos o en situación de exclusión.
Por otra parte, el e-learning facilita la posibilidad de nuevas formas de relación entre los actores que intervienen en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Alumnos y profesores ven como cambian sus roles y también las competencias que requieren para desarrollarse eficazmente en los nuevos modelos pedagógicos centrados en el fomento de las capacidades de los alumnos y la participación social. Profesores, educadores y docentes ceden poder y control al alumno (empowerment), que se convierte en el protagonista de su formación.
• La misión social del e-learning
: más allá de los usos estrictamente comerciales, van surgiendo iniciativas de e-learning que tienen como objetivo contribuir a mejorar las condiciones de desarrollo y el bienestar de colectivos en situación de marginación. En estos casos, el e-learning es sinónimo de compromiso y solidaridad de las instituciones y organizaciones que a diferentes niveles deciden involucrarse a resolver los problemas de la sociedad. En este sentido cabe destacar la importancia del compromiso de las universidades a implicarse en la transformación de la sociedad.
En una sociedad gobernada por la tecnología, en la que las personas se ven obligadas a adaptar continuamente sus conocimientos, el e-learning tiene sin duda la oportunidad de jugar un papel importante como agente de cambio social. Pero para que esta transformación sea posible, es necesario que organizaciones e instituciones de diferentes ámbitos, públicas y privadas, se comprometan a invertir en este cambio y a trabajar conjuntamente en la misma dirección.