Ergonomía, empresas competitivas y compromiso social
Ergonomía, empresas competitivas y compromiso social
En la actualidad, y quizás por una mala interpretación de la ley de PRL en España, la actividad preventiva se ha centrado en valorar los riesgos y establecer medidas preventivas en el área de producción. Por lo tanto, se está actuando desde una perspectiva de corrección “se identifican los riesgos, y cuando estos no se pueden eliminar, se evalúan con el fin de disminuirlos”. Y como es el área de producción donde “en teoría” están estos riesgos, ésta es objeto de estudio y valoración. Dicho de otra manera, se aplica la ergonomía correctiva (de mayor costo, en relación a la ergonomía de concepción) sólo sobre el área de producción, dejando de lado otras áreas de la empresa, en donde es muy probable que se estén generando los riesgos que se encuentran en producción (diseño de ingeniería, compras, ventas, distribución, etc.)
Desde una perspectiva “ergonómica industrial”, este modelo de actuación no hace más que centrarse en un problema, que se retroalimenta de otros, del cual es muy difícil salir; sobre todo en la medida que no se vinculen las otras áreas de la empresay se plantee una intervención con claras miras a hacia la ergonomía de concepción, implementando los procedimientos que permitan comprometer a los diferentes departamentos de la empresa, aunque este trabajo sea a medio a largo plazo.
En una empresa, todas las áreas son responsables de velar directa e indirectamente por la productividad, es decir, por la producción y los insumos–ya que la productividad es el objetivo de toda empresa - por lo tanto, cualquier variable que afecte al objetivo de la empresa, es la empresa la que debe reaccionar y cada área tomas las mediadas correspondientes.
En la industria, los directivos o supervisores tienen la responsabilidad de entregar un producto o servicio al consumidor en un tiempo predeterminado y una calidad estándar. Cualquier obstáculo en este proceso compite con la habilidad de la compañía para permanecer competitiva. Por esto, siguiendo esta filosofía, dentro de todo planteamiento de mejoras y de reducción de costes que afecten a la productividad, hay que hacer un planteamiento en términos de política ergonómica de empresa, a todos los niveles. Hay que lograr por una parte, el compromiso de toda la empresa, vinculando a todas las áreas de la empresa, ya que todas, de manera directa o indirecta, tiene una relación con el puesto de trabajo, los trabajadores y el producto.
Por otro lado, hoy existen múltiple regulaciones y preocupaciones que compiten con el hacer negocios competitivos y rentables. Por ejemplo, las regulaciones de personal y seguridad protegen la salud del trabajador pero interfiere con las ganancias a corto plazo de la empresa. Esto es ciertoen la medida que no se entienda que existe una relación entre productos de calidad y trabajadores sanos. De forma “clara”, se piensa que el objetivo de la salud y los negocios son diferentes, ya que en los negocios el objetivo es la producción y el producto, y en la salud, es el trabajador. Sin embargo, un producto desarrollado en un tiempo determinado y con una calidad dada, sólo se logra con trabajadores sanos.
De esta manera, un análisis de costos real, no solo debería contabilizar los costos asociados a las bajas e indemnizaciones a los trabajadores, como se suele hacer, sino que también debe incluir los costos a asociados a perdidas de productividad, (productividad por una parte e insumos por otra) y también perdidas de calidad de los productos o servicios. No nos olvidemos que las empresas se ven inmensas en un mundo muy competitivo, donde los parámetros mencionados anteriormente juegan un rol preponderante en la vida a largo plazo de las empresas.
La exigencias cambiantes de las características que deben tener los productos y servicios que se ofrecen, en un mercado en continuo desarrollo, y por otro lado, los planteamientos éticos de las organizaciones cada vez más preocupadas por someterse a un balance social positivo, favorecen sin lugar a dudas este planteamiento integral de la ergonomía, al cual se suman cada día más empresas. Sin embargo, este enfoque en España no he hecho más que empezar y, como dice Machado, “ caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Todos los actores implicados (empresas, sindicatos y trabajadores e instituciones de formación e investigación) debemos entender que nos queda mucho camino por andar y que sólo un planteamiento organizado e integral nos permitirá llegar a ese fin último, “la salud y seguridad de los trabajadores”.