Isaac Asimov lo tuvo claro: un robot no puede ni debe lesionar.

Isaac Asimov lo tuvo claro: un robot no puede ni debe lesionar.

Con su libro "Yo robot" Isaac Asimov tuvo claro que nunca un robot podía ser diseñado generando riesgos a las personas cercanas a su ámbito de actuación. Por ello cada vez que se produce un accidente con los movimientos de un robot ,surge el dilema de si aquel artilugio es un robot o si realmente es imposible la seguridad total por muy perfecto que sea el robot.
20 juliol 2022

En su libro "Yo robot", Isaac Asimov exploraba la relación que tendríamos los humanos con los robots en la evolución del Siglo XXI en el que ya en sus primeras dos décadas nos están invadiendo los avances tecnológicos con una rapidez que supera ampliamente a la capacidad del hombre, sus instituciones, sus organizaciones y sus Administraciones para digerirlo y para gestionarlo. Unos robots que casi siempre sustituyen a los trabajadores y conductores para evitar que sufran riesgos y accidentes, pero que, cuidado, no garantizan al 100% la seguridad y la prevención de los riesgos.

Pronunciaba Asimov sus tres leyes de la robótica:

1.- Un robot no puede hacer daño a un ser humano o por inacción, no puede permitir que un humano se haga daño durante su acción.

2.- Un robot tiene que obedecer las órdenes de los seres humanos, siempre que no entren en conflicto con la primera ley.

3.- Un robot tiene que proteger su propia existencia siempre que eso no entre en conflcito con las primera o la segunda ley.

Ante casos de accidentes reales como los que se produjeron  en muy poco tiempo en USA  cuando dos robots lesionaron a un joven en prácticas en uina empresa y a un manifestante sindical en otro entorno laboral, los periodistas se mostraban escépticos pues ante los dos accidentes humanos con robots en USA no creían que ninguno de los dos robots lesionadores violara ninguna de las tres leyes de la robótica de Asimov más de las que viola un coche que atropella a un peatón aun disponiendo el coche automatismos como sensores, cámaras, chips, inteligencia artificial y también está guiado por personas, aun reconociendo que los vehículos circulantes convencionales no pueden entrar en la consideración de robots. Pero todo le hace pensar al periodista que esto está a punto de cambiar y que los dos millones de kilómetros de los vehículos sin conductor de Google respetando escrupulosamente la primera ley de Asimov  son un  buen aval como para creer que pronto tendremos vehículos que, aunque lo quisiera su conductor, no podrán poner en peligro vidas humanas. Un objetivo coincidente con la famosa "Visión Cero" europea que prevé los cero muertos en accidente de tráfico para el 2050 y que muchos están de acuerdo en que la robótica nos permitirá hablar de ello para el 2030 extendiendo la "Visión Cero" a los accidentes laborales.

Las dificultades o facilidadespara alcanzar los objetivos de cero muertos están en los costes de los robots y en las posibilidades de asumir y extender la tecnificación asimoviana de la economía de mercado. Ya se habla de períodos de transición, que quiere decir que se tardará en la tecnificación infinita que garantice la seguridad total,... cuántos años'.... cuántas lesiones? .... cuántas vidas?...... 

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