Encuentran sinergias en acciones del virus de la hepatitis B con la aflatoxina B1 en el desarrollo del carcinoma hepatocelular

Encuentran sinergias en acciones del virus de la hepatitis B con la aflatoxina B1 en el desarrollo del carcinoma hepatocelular

Se recomienda tratar ambos agentes de forma simultánea para reducir el riesgo de manifestación de este tipo de cáncer
3 novembre 2023

Redacción

Tanto la aflatoxina B1 (AFB1) como el virus de la hepatitis B (VHB) tienen muchas cualidades cancerígenas y ambos son factores de riesgo importantes para el carcinoma hepatocelular (CHC). Ambos tienen mecanismos sinérgicos que podrían arrojar luz sobre cómo funciona la colaboración cancerígena. Según concluyen los autores de una investigación recientemente publicada en la revista 'Toxicology', estas sinergias podrían aumentar colectivamente los niveles de la proteína ALKBH5 para promover la desmetilación de N6-metiladenosina (m6A) en la proteína HBx, en un circuito de retroalimentación positiva. Esto permite que el ARNm de HBx recupere la estabilidad y promueva aún más el desarrollo del CHC.

La revisión propone algunos mecanismos moleculares colaborativos que subyacen a la interacción entre AFB1 y VHB para acelerar o amplificar los efectos del carcinoma hepatocelular. Destacan que la proteína HBx es uno de los principales componentes virales del VHB y posee muchas cualidades relacionadas con el CHC. La AFB1, cuando se metaboliza por el complejo enzimático CYP450, se convierte en AFB1-exo-8,9-epóxido (AFBO), un compuesto extremadamente tóxico que puede formar aductos en secuencias de ADN e inducir mutaciones. Dadas las posibles sinergias existentes entre el VHB y la AFB1, los investigadores recomiendan el tratamiento simultáneo de ambos agentes para reducir el riesgo de CHC.

Tumor maligno primario frecuente

El carcinoma hepatocelular (CHC) es uno de los tumores malignos primarios más comunes en el hígado. Por lo general, se presenta alrededor de los 60 años y tiene una incidencia mayor en hombres que en mujeres. La exposición a toxinas ambientales, como la aflatoxina B1 producida por Aspergillus flavus y A. parasiticus, se ha identificado como un factor de riesgo importante para el CHC.

Se ha observado un aumento en los casos de CHC en los últimos años, y las previsiones para 2022 (Rumgay et al., 2022) sugieren un aumento de más del 55% hasta 2040. El CHC puede ser asintomático o presentar síntomas como dolor abdominal, una masa palpable en el abdomen superior, ictericia, formación de absceso hepático piogénico o un cuadro de abdomen agudo debido a sangrado intraperitoneal secundario a la ruptura tumoral. Además, pueden surgir síntomas secundarios a síndromes paraneoplásicos, como diarrea, hipercalcemia, eritrocitosis, alteraciones cutáneas e hipoglucemia. Las ubicaciones más frecuentes de metástasis son los pulmones, los ganglios linfáticos abdominales, el peritoneo y los huesos.

Aflatoxinas

Las aflatoxinas son toxinas producidas principalmente por Aspergillus flavus y Aspergillus parasiticus y suelen encontrarse en cultivos de maíz, cacahuetes, semillas de algodón, nueces y otros frutos secos de cáscara dura. Estos hongos son comunes en zonas cálidas y húmedas del planeta y pueden contaminar los cultivos tanto en el campo como durante el almacenamiento. La aflatoxina B1 (AFB1) es una de las aflatoxinas más tóxicas y se clasifica como un carcinógeno del Grupo 1.

Enfermedad profesional

Es importante destacar que la hepatitis B (VHB) es reconocida como una enfermedad profesional en el ámbito de la salud, y el riesgo de infección se reconoció en la década de 1950. Para los profesionales de la salud, el riesgo de infección por el VHB es de 3 a 10 veces mayor que para el resto de la población. Esta infección es la causa más común de enfermedades hepáticas, como la cirrosis y el hepatocarcinoma primario.

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