Morirse de sueño

Morirse de sueño

El 65,8% del personal de enfermería tiene una mala calidad del sueño. El impacto de los turnos de trabajo en la calidad del sueño del personal de enfermería ha sido objeto de investigación en dos hospitales de tercer nivel de Canarias. 275 enfermeros y técnicos en cuidados auxiliares de enfermería han participado.
5 octubre 2023

RESUMEN DEL ESTUDIO

Fundamentos:

Se sabe que las características de la actividad laboral influyen en la calidad del sueño de los trabajadores. Un elemento de la actividad laboral es la turnicidad. El objetivo de este estudio fue analizar la calidad del sueño del personal de enfermería de dos hospitales de tercer nivel en Canarias y su correlación con el turno de trabajo.

Métodos:

Estudio observacional, analítico y transversal, de una muestra no aleatoria de 275 enfermeros y técnicos en cuidados auxiliares de enfermería (TCAEs). Se midió calidad de sueño mediante el test de Pittsburgh Sleep Quality Index (PSQI) y características sociodemográficas y laborales con un cuestionario creado ad hoc.

Resultados:

El 65,8% del personal de enfermería tiene una mala calidad del sueño. Se observó que la turnicidad laboral afecta a la calidad del sueño. Los trabajadores con turno antiestrés (D/N) tienen mejor calidad de sueño (M=7,31; ±DE=4,0) comparado con el turno rotatorio (M/T/N) (M= 9,06; ± DE=4,3); p=0,01.

Conclusiones:

Las alteraciones del sueño son frecuentes entre el personal de enfermería, siendo el turno antiestrés (D/N) el que menos afecta a la calidad del sueño.

Palabras clave: calidad del sueño; salud laboral; turnicidad laboral

INTRODUCCIÓN

A mediados del S.XX se produjo un gran salto tecnológico de la sociedad, con la automatización de una gran cantidad de procesos, la aparición de la robótica y las exigencias sociales y económicas han conducido en algunos colectivos profesionales a trabajar las 24h del día los 7 días de la semana, para ofrecer una continuidad en los servicios prestados, con la consiguiente disminución de las horas destinadas al sueño nocturno. En los países desarrollados, el trabajo nocturno aumenta un 3% cada año. En los próximos años, se espera que el 50% de la población activa mundial realice trabajos nocturnos, siendo las jornadas irregulares cada vez más frecuentes.

Según el Real Decreto Ley 1/1995 del 24 de marzo, donde se aprueba el estatuto de los trabajadores, el trabajo por turnos es toda forma de organización del trabajo en equipo según la cual los trabajadores ocupan sucesivamente los mismos puestos de trabajo según un cierto ritmo, continuo o discontinuo, implicando la necesidad de prestar servicios en horas diferentes en un periodo determinado de días o semanas.

La jornada de trabajo irregular se define en el Estatuto de los trabajadores como aquella en la que el trabajador realiza su prestación laboral de manera no regular todas las semanas del año, durante un determinado número de horas al día, a la semana, al mes, con el límite anual de la jornada que en cada momento se establezca en Convenio Colectivo de los trabajadores a tiempo completo.

Según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, en España, entre los años 2007 y 2011, dos de cada diez trabajadores señalaban que tenían un trabajo por turnos, siendo más frecuente en la población joven y en mujeres, el 7% realiza trabajo nocturno. Datos similares ofrece la VI Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, según la cual el 22,4% de la población tiene un trabajo por turnos y el 8,5% tiene horario nocturno. Las cláusulas de distribución irregular aparecen con bastante frecuencia en los contratos llegando incluso al 25% de los convenios, afectando a más del 44% de los trabajadores.

El tiempo de trabajo es uno de los aspectos de las condiciones de trabajo que tiene una repercusión más directa sobre la vida diaria, la salud y el bienestar de los trabajadores. Una de las principales causas es la falta de adaptación debida a la alteración de los ritmos circadianos y sociales, así como una deficiente organización de los turnos. Por ello, es importante tener en consideración las repercusiones del trabajo nocturno y del trabajo a turnos sobre la salud de los trabajadores, con el fin de organizar los turnos convenientemente y de prever unas condiciones de trabajo adecuadas.

Recientemente se ha añadido una nueva etiqueta en el CIE-10, el trastorno del sueño por trabajo a turnos (SWD; Código de diagnóstico ICD-10-CM 2018 G47.26), la cual se ha definido como “un trastorno del sueño y del ritmo circadiano caracterizado por insomnio y somnolencia excesiva, que afecta a las personas cuyas horas de trabajo se superponen con el período de sueño típico”.

El sueño es una necesidad humana básica que desempeña un papel integral en la salud y el bienestar del individuo. Se considera un estado de alteración de la conciencia en el que la percepción y la reacción al ambiente están disminuidas. Se caracteriza por una actividad física mínima, niveles variables de conciencia, cambios en los procesos fisiológicos orgánicos y disminución de la respuesta ante estímulos externos8. Además, comprende un conjunto de procesos fisiológicos complejos que están controlados por el núcleo supraquiasmático (NSC) del hipotálamo y que resultan de la interacción de una gran cantidad de sistemas neuroquímicos del sistema nervioso central. Es un fenómeno cíclico o también conocido como ritmo circadiano (ciclo vigilia-sueño).

En el sector sanitario, la mayor parte de los trabajadores realizan trabajos a turnos, afectando a sus hábitos de sueño. El trabajo nocturno y el trabajo a turnos provocan alteraciones en todos los sistemas del organismo, afectando a la salud de los trabajadores:

  • Trastornos de sueño: mayor prevalencia de ronquidos, pesadillas, apneas, insomnios, parasomnias y somnolencia excesiva, dificultad de concentración, de reacción y memoria, así como menor capacidad para adaptarse a nuevas situaciones debido al estado de fatiga crónica.
  • Riesgo cardiovascular: aumento de riesgo de hipertensión, procesos inflamatorios y enfermedades cardiovasculares (aumenta el riesgo de cardiopatía isquémica en un 51% y un aumento de la presión sistólica (PAS) y diastólica (PAD) en 3.0 mm Hg y 1,5 mmHg, respectivamente).
  • Trastornos digestivos y alteraciones en el estado nutricional: incrementa el riesgo de aumento de peso, con mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad; alteraciones metabólicas, con aumento de los niveles de glucosa, leptina o insulina, incrementando el riesgo de diabetes. También se asocia con dispepsia, digestiones pesadas, gastritis, colitis, pirosis, flatulencias y úlceras de estómago.
  • Trastornos psicológicos: irritabilidad, ansiedad, depresión, estrés laboral y aumenta el riesgo de padecer síndrome de burnout.
  • Trastornos oncológicos: existen indicios de que este tipo de trabajadores presentan niveles de melatonina más bajos, lo que podría conllevar a desarrollar cáncer de mama, colon o endometrio entre otros.
  • Trastornos relacionados con la reproducción: la alteración del ritmo circadiano puede influir negativamente en el sistema reproductivo y/o en el desarrollo del recién nacido a consecuencia del estrés y las alteraciones hormonales producidas.

DISCUSIÓN

El presente estudio muestra una prevalencia del 65,8% en cuanto a la mala calidad del sueño de los profesionales sanitarios, dato similar a otro estudio reciente en el que el 57% de las enfermeras obtuvieron una puntuación deficiente en cuanto a calidad de sueño7).

Los resultados obtenidos tras el análisis de los datos sociodemográficos muestran que el sexo, edad, el estado civil, la categoría profesional, la paternidad, la antigüedad en el servicio, y el compartir cama y/o habitación no influyen en la calidad del sueño. En concreto con el género y la edad, la ausencia de diferencias demuestran que se trata de un hecho universal y multifactorial, que influye indistintamente en la calidad del sueño de los trabajadores que trabajan a turnos, en consonancia con los resultados obtenidos en algunos estudios12.

En cambio existe significación en cuanto a la satisfacción del turno y el deseo de cambiar de turno. Se observa que el 85,87% de la muestra del estudio refieren estar satisfechos con su turno. Sin embargo, un 8,9% de estos señalan que cambiarían de turno, no habiéndose estudiado los factores que pudiesen estar relacionados con este resultado que a priori resulta contradictorio. Cabe destacar que un 57% de esa muestra que manifiesta estar satisfecho con su turno tiene turno antiestrés, con turnos de 12 horas. Lo mismo ocurre en otro artículo que recoge que el 98% de los profesionales con turnos de 12 horas refieren estar satisfechos con el turno7.

En la muestra del estudio, un 7,3% utiliza alguna medicación o producto natural de forma habitual para dormir, siendo este dato inferior a otro estudio similar que analiza este mismo componente, en el que un 21,3% de su muestra de estudio refiere consumir medicación para dormir13.

En cuanto a la turnicidad, los resultados sugieren que el tipo de turno de trabajo está relacionado con la calidad del sueño tal como se demuestra en otros estudios7.

La edad es estadísticamente significativa en relación a la turnicidad. Debe tenerse en cuenta la edad de los trabajadores a la hora de asignar los turnos de trabajo, ya que existe evidencia de que los efectos negativos para la salud asociados a la turnicidad aumentan con la edad5,13.

La calidad del sueño de los sanitarios que trabajan en turnos rotatorios depende del nivel de adaptación/desadaptación al trabajo a turnos. La capacidad de sobreponerse a la somnolencia hace que se cronifiquen los efectos nocivos de la mala calidad del sueño, de forma que no se aprecie una afectación directa en sus tareas diarias12. Esto se observa en el componente de calidad del sueño percibida resultante del cuestionario autoadministrado, en el que se muestra que un 49,3% identifica como buena su calidad del sueño, mientras que los cuestionarios PSQI muestran que el 65,8% tiene una mala calidad del sueño. Lo mismo ocurre en un estudio similar en el que el 70,4% percibe como buena su calidad del sueño, mientras que los cuestionarios PSQI percibe que un 44,3% tienen una mala calidad del sueño13.

En el presente estudio no se valoró la afectación de la mala calidad del sueño sobre el desempeño del puesto de trabajo, siendo este un dato importante a tener en cuenta. Algunos de los artículos consultados muestran que esto depende de los diferentes umbrales de agotamiento por estrés que poseen los trabajadores. En ellos se observa que existe preocupación por parte de los trabajadores a turnos por cometer errores, y se recogen altos niveles de accidentes de trabajo, absentismo laboral e incluso abandonos de puesto de trabajo, factores que no se incluyeron en este estudio7,14,15.

La atención continuada que tiene lugar en el medio hospitalario, desde el punto de vista asistencial por parte de los sanitarios, conlleva una interrupción del ciclo sueño-vigilia5,6. Un patrón de sueño inadecuado implica una afectación biopsicosocial en los trabajadores con trabajo a turnos5,12. Entre los efectos descritos en algunos estudios se observa un abuso de medicación para dormir en el personal sanitario que trabaja a turnos5; un 25% de los trabajadores pertenecientes a la muestra del estudio respondieron haber utilizado medicación para dormir en el último mes, además de su medicación habitual. Además, un alto porcentaje refiere despertares nocturnos y dificultad para conciliar el sueño, que son otros de los efectos a consecuencia de la turnicidad que han sido descritos por otros estudios7,13.

Entre las funciones que le son propias a los profesionales competentes de los servicios de prevención de riesgos laborales (enfermeras especialistas en enfermería del trabajo, médicos especialistas en medicina del trabajo y técnicos de prevención de riesgos laborales) se encuentra “informar y formar a la población trabajadora, planificando, ejecutando y evaluando programas educativos según las necesidades detectadas” a fin de establecer medidas terapéuticas o preventivas16.

Los exámenes de salud son el principal recurso para identificar dichas necesidades, mediante los cuales se podría identificar la intolerancia a turnos de trabajo nocturnos y determinar la periodicidad de los mismos en función de las características del puesto y de la persona13.

La OMS establece sugerencias para disminuir estos trastornos mediante el diseño de sistemas organizativos que garanticen una rotación saludable, hacer participativo al trabajador en la elección de su turno dentro de lo posible, proporcionar guías de sueño efectivo y reparador, y realizar exámenes de salud previos al inicio de prestar servicios en la empresa. También recomienda “siestas nocturnas” por sus efectos reparadores que ayudan a mantener buenas conductas, así como realizar las tareas más exigentes antes de las 4 de la madrugada. Queda desaconsejado que los menores de 25 y mayores de 50 años sean expuestos a los turnos nocturnos15.

En otros estudios relacionados aconsejan al personal sanitario sometido a turnicidad mantener un patrón de sueño estable los días anteriores y posteriores a los turnos de noche, y hacer una siesta durante el día del turno de noche, y otra “siesta nocturna” durante el turno. De este modo se evita el aumento de fatiga de forma acumulativa para prevenir la fatiga crónica17.

Es recomendable realizar una exhaustiva vigilancia de la salud de los trabajadores sometidos a trabajos a turnos. Desde el ámbito preventivo, se debería realizar una evaluación de riesgos que incluya determinación de aptitud laboral, detección de patologías del sueño, cuestionarios de somnolencia, y derivación temprana al especialista y posterior seguimiento17. Desde el ámbito de promoción de la salud sería adecuado llevar a cabo un programa educativo15 mediante la realización de una intervención colectiva con talleres de higiene del sueño para dotar a los trabajadores de las herramientas necesarias para obtener un sueño reparador y evitar el desarrollo de trastornos del sueño en los mismos con el fin de conseguir mejorar las condiciones de trabajo y la calidad de vida de los trabajadores.

CONCLUSIONES

La calidad del sueño de los trabajadores de enfermería en nuestros hospitales no es buena. El 65,8% no tienen una buena calidad de sueño, siendo la turnicidad un factor importante. Las variables sociodemográficas que influyen en la calidad del sueño fueron satisfacción con el turno, cambiaría de turno, antecedentes personales de trastorno del sueño y toma de medicación para dormir.

Adoptar medidas desde las direcciones de los hospitales, para mejorar la calidad del sueño debe ser una prioridad para mitigar el impacto que la turnicidad tiene en los trabajadores, garantizando una correcta rotación de la plantilla expuesta a la turnicidad, o adaptando el puesto de trabajo a las personas más vulnerables.

Tomar conciencia de estos problemas y abordarlos con intervenciones a nivel individual y colectivo debe ser un objetivo de los especialistas en enfermería del trabajo.

AGRADECIMIENTOS

Este trabajo se ha desarrollado dentro del Programa Científico de la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo del Instituto de Salud Carlos III en convenio con la Unidad Docente de Canarias.

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