Liderar con compasión tiene beneficios respaldados por la investigación

Si bien la compensación y las prestaciones son una parte importante de la retención de los empleados, la fuente de una lealtad duradera a una organización suele ser algo más profundo.

Piense en alguien que fue un mentor en su vida, tal vez cuando era joven o al principio de su carrera. Lo vieron tal como es y, desinteresadamente, le dieron la ayuda que necesitaba. Si esa persona le enviara un mensaje de texto con una petición urgente de ayuda, ¿dejaría todo por ella? Por supuesto que lo haría. Eso es lealtad. La lealtad no es algo que pueda comprar; es una conexión profunda en la que se siente valorado y apoyado. Le respaldan. Tiene sus raíces en la conexión humana y no tiene precio.

Las pruebas recientes lo respaldan. Contrario según lo que muchos empleadores creen actualmente, la reciente ola de deserción de empleados tiene menos que ver con la economía y más con las relaciones (o la falta de ellas). Los datos respaldan que las decisiones de los empleados de permanecer en un trabajo provienen en gran medida de un sentido de pertenencia, de sentirse valorados por sus líderes y de tener colegas cariñosos y de confianza. Por el contrario, es más probable que los empleados dejen de fumar cuando sus relaciones laborales son meramente transaccionales. Entonces, ¿cómo fomentan los líderes relaciones más significativas en las organizaciones e inspiran lealtad? En una palabra: compasión.

La ciencia de la compasión y el servicio a los demás

Investigadores definir la compasión como respuesta emocional a las dificultades de otra persona que implica un deseo auténtico de ayudar. Es muy diferente de una palabra muy relacionada: empatía. La empatía es el componente de sentir, detectar y comprender, pero la compasión va más allá de la empatía al tomar también medidas de respuesta. Piénselo así: empatía + acción = compasión. Cuando un colega está pasando por un momento difícil, reunirse con él en su momento de necesidad con compasión puede ser algo que nunca olvidará y profundiza las relaciones.

En nuestra investigación, seleccionamos pruebas empíricas sobre temas que la gente suele relegar al dominio de las «habilidades blandas». Examinamos los conceptos morales/éticos o emocionales/sentimentales, como la compasión, desde la perspectiva de ciencia. En la industria de la salud, por ejemplo, nuestro resultado demuestre que la compasión no solo importa de manera significativa, sino también en mensurable formas. Un hallazgo fue especialmente llamativo: entre los trabajadores de la salud, mostrar más compasión se asocia con menos agotamiento. Es decir, la compasión puede tener efectos beneficiosos poderosos no solo para quien la recibe, sino también para quien la da.

Nuestras últimas investigaciones ampliaron estos hallazgos más allá de la industria de la salud y llegaron a todo el mundo, en todas partes. En nuestro libro, examinamos el impacto de la amabilidad en la propia salud. Una investigación rigurosa apoya que ser una persona generosa y centrada en los demás es vinculado con una vida más larga y puede amortiguar los efectos de los eventos estresantes en riesgo de mortalidad. En concreto, la amabilidad puede reducir los factores de riesgo para enfermedad cardiovascular, incluida la contrarresta presión arterial alta. La amabilidad y la compasión también pueden ayudarnos a mantener vitalidad y función cognitiva a medida que envejecemos. Incluso se ha demostrado que centrarse en actos desinteresados tiene efectos analgésicos. Numerosos estudios muestran que dar desinteresadamente a los demás se asocia con felicidad, bienestar, resiliencia y resistencia al agotamiento, menos síntomas de depresión y mejores relaciones.

Pero, ¿qué pasa con el éxito profesional? La teoría de la vieja escuela de que «buscar el número uno» lo llevará a la oficina de la esquina no está respaldada realmente por las pruebas. En forma longitudinal estudio de la Escuela de Negocios Haas de la Universidad de California-Berkeley, los autores utilizaron escalas de investigación validadas para evaluar los rasgos de personalidad de las personas que ingresan al mercado laboral. Después de 14 años, y teniendo en cuenta los factores demográficos y corporativos, los que eran egoístas, agresivos y manipuladores tenían menos probabilidades de ascender en las filas. En cambio, los que eran generosos y agradables tenían más probabilidades de ser ascendidos a un puesto de poder. Una Universidad de Carolina del Sur estudio que encuestó a muestras representativas de la población general de EE. UU. y países europeos en una amplia gama de niveles de ingresos, descubrió que las personas con «motivación prosocial», es decir, las que son más amables y generosas, tienden a tener ingresos más altos en comparación con las personas egoístas. Un canadiense estudio evaluó los rasgos de personalidad de casi 3000 niños de jardín de infantes y los siguió durante unos 30 años. Descubrieron que entre los hombres, independientemente del IQ y el origen familiar, los que mostraban más amabilidad con los demás en el jardín de infantes tenían ingresos anuales significativamente más altos en comparación con los que eran agresivos o de la oposición.

Ahora mismo puede estar pensando: Como la amabilidad es una buena manera de salir adelante, voy a buscar un café y escribiré tarjetas de cumpleaños para todos en el trabajo, ¡y veré cómo mi estrella se alza! No tan rápido. Las investigaciones también muestran que motivos hacer asunto. Si muestra amabilidad o compasión con los demás por estratégico o egoísta motivos, también podría olvidarlo. Investigación demuestra que tiene que ser auténtico altruista — no estratégicamente ayudar a los demás o forzado en eso — o eso no funcionará. En lugar de pensar «dar para recibir», los datos apoyan una mentalidad de «vivir para dar».

Liderar con compasión

Entonces, si servir a los demás puede ser un «medicamento maravilloso» para su salud, bienestar y carrera, ¿puede funcionar también para su organización? Claro, el liderazgo compasivo suena como el correcto qué hacer, pero también es el inteligente ¿qué hacer? Según las investigaciones, sí.

La compasión es vital componente de liderazgo efectivo. El cerebro de las personas responde de manera más positiva a los líderes que muestran compasión, como lo demuestra investigación de neuroimagen. Crear una cultura compasiva ha sido vinculado con un menor agotamiento emocional de los empleados (uno de los elementos del agotamiento) y un menor ausentismo laboral de los empleados.

El autor Simon Sinek describe que cuando los líderes se centran menos en estar «al mando» y más en cuidar a quienes están a su cargo, es una señal segura de un líder compasivo. Numerosos estudios muestran que cuando los líderes se centran principalmente en el bienestar de sus empleados, se trata de un buen indicador del empleado satisfacción laboral, apoyo organizacional percibido, lealtad y confianza en la organización y retención. También se ha relacionado con mejorado desempeño laboral de los empleados (al impulsar a los empleados) motivación), y mejor equipo actuación.

Maneras basadas en la evidencia en las que los gerentes pueden mejorar sus habilidades de compasión

Hasta ahora, hemos compartido el «por qué» de la compasión, pero ¿qué pasa con el «cómo»? A continuación, ofrecemos una «receta» de siete partes y basada en pruebas sobre cómo los líderes y los directivos pueden desarrollar de forma eficaz sus habilidades de compasión en el trabajo (y en cualquier otro lugar):

Empiece de a poco.

Las investigaciones respaldan que ser más compasivo no es un compromiso de tiempo importante, por lo que estar «demasiado ocupado» no debería ser excusa. De hecho, un estudio de la Johns Hopkins descubrió que dar 40 segundos de compasión puede reducir la ansiedad de otra persona de forma mensurable. Además, un estudio de la Universidad de Pensilvania descubrió que dedicar tiempo a servir a los demás aumenta la sensación subjetiva del tiempo». afluencia» — la sensación de que tenemos tiempo de sobra y no tenemos prisa.

Esté agradecido.

Puede que haya oído que una «actitud de gratitud» es buena para usted, pero ¿por qué? Investigación metaanalítica demuestra que la gratitud hace que nos centremos más en los demás y nos motiva a servir a los demás. Un estudio de la Universidad de Toronto descubrió que en la vida cotidiana (por ejemplo, en el lugar de trabajo) tenemos, de media, nueve oportunidades únicas de compasión todos los días. Estar agradecido nos mantiene los ojos abiertos a estas oportunidades.

Tenga un propósito.

Tenemos que hacer las preguntas correctas y evitar hacer las incorrectas. Cuando un colega tenga dificultades a nivel personal, pregunte cómo puede apoyarlos. En lugar de preguntas de sí o no, como «¿Necesita ayuda?» o «¿Hay algo que pueda hacer?» (que a menudo suena como una invitación a decir «no»), intente preguntar: «¿Qué puedo hacer para ayudarlo hoy?» , «¿Qué puedo hacer para que su día sea un poco mejor?» , o «¿Qué puedo quitar de su plato hoy?» Se sorprenderá de la frecuencia con la que hacer las preguntas correctas de la manera correcta le dará algo práctico. Una persona con la que uno de nosotros habló nos habló del CEO de la gran empresa de tecnología de Silicon Valley en la que trabajaban. Ese CEO tenía una práctica muy intencionada: cada vez que descubría que un empleado se enfrentaba a un momento difícil, como la pérdida de un familiar o un diagnóstico aterrador, lo dejaba todo y llamaba inmediatamente a ese empleado para preguntarle cómo podía apoyarlo. De nuevo, no pregunte «si» sino «cómo».

Encuentre puntos en común.

La «empatía parroquial», es decir, ser muy amable y compasivo con «nuestras propias» personas que son similares a nosotros, puede reducir nuestro comportamiento compasivo en general, porque a veces terminamos tratando a los demás (lo que los investigadores llaman el «grupo externo») un poco peor. También cierra a las personas a muchas oportunidades de ayudar y servir (piense en sus nueve oportunidades de empatía al día). Intente hacer todo lo posible para mostrar compasión a sus colegas ajenos a su círculo social inmediato y amplíe su «grupo» en la medida de lo posible. En el trabajo, estamos todos en el mismo equipo. ­­­­­­­­­­­­

Vea.

 Celebre la compasión en su organización. Cuando un empleado hace «todo lo posible» para ayudar a otra persona, hágaselo saber a la gente. Investigación demuestra que tener una visión clara de la bondad de los demás nos ayuda a darnos cuenta de que las personas en general son mucho más compasivas de lo que nos damos cuenta a veces y nos inspira a seguir su ejemplo.

Elevarse.

 Elevación es el estado de elevación emocional que sentimos cuando somos testigos de la compasión, la excelencia moral o el heroísmo de otra persona. Elevación motiva para que seamos más compasivos y altruistas nosotros mismos. Pero va en ambos sentidos; solo se necesita una persona tóxica de «todo gira en torno a mí» en la habitación para arrastrar a los demás. La investigación confirma que ambos compasión y grosería son contagioso. Por lo tanto, tenga en cuenta que su comportamiento, y específicamente su compasión (o falta de ella), tiene un impacto directo en los demás.

Conozca su poder.

 Tal vez haya preguntado (o le hayan preguntado) en una entrevista: «¿Cuál es su superpoder?» Imagínese si la compasión fuera su superpoder. ¿Cómo podría ser su carrera? ¿Cómo podría ser su vida? Si cree que no es posible para usted, no se deprima ni descarte la idea. Sepa esto: contrariamente a lo que se cree, una investigación sólida demuestra que cambiar es posible. Afortunadamente, todos tenemos el poder de mejorar en la compasión por los demás si mantenemos una mentalidad de crecimiento y son muy intencionados al respecto. Todos somos obras en progreso, pero si creemos que podemos mejorar en empatía y compasión, lo hará.

Para retener mejor el talento y el desempeño organizacional, especialmente en tiempos difíciles, los gerentes deben reconocer que la compasión no es solo algo «agradable de tener». Más bien, es una habilidad basada en la evidencia que es fundamental para liderar de forma eficaz y mantener unidos a los equipos. La compasión no solo pertenece al arte del liderazgo, sino que una investigación sólida demuestra que la compasión también pertenece a la ciencia de liderazgo.