“Las empresas que ya reportaban en materia de sostenibilidad deberán adaptarse a los nuevos estándares ESRS”

“Las empresas que ya reportaban en materia de sostenibilidad deberán adaptarse a los nuevos estándares ESRS”

Los nuevos estándares de reporte en materia de sostenibilidad (ESRS) han nacido con el firme propósito de que dicho reporte sea lo más transparente posible. Así lo destaca en esta entrevista con Soziable.es María Ordovás, responsable del Clúster de Transparencia, Buen Gobierno e Integridad de Forética y autora del documento ‘ESRS: Camino hacia los futuros estándares en materia de sostenibilidad’, en el que analiza la incidencia de dichos estándares.
11 març 2023

 El pasado 5 de enero de 2023 entró en vigor la Directiva europea de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD), que venía acompañada, como una de sus principales novedades, de los nuevos estándares de reporte en materia de sostenibilidad (ESRS). Estos propiciarán que existan unas reglas de juego comunes en relación con el reporte de sostenibilidad y proporcionarán la comparabilidad y fiabilidad que se requiere de este tipo de informes.

Esta es una de las principales ideas sobre los nuevos estándares europeos de reporte en materia de sostenibilidad (ESRS) que María Ordovás, responsable del Clúster de Transparencia, Buen Gobierno e Integridad de Forética, transmitió a Soziable.es en esta entrevista. Pero no fue la única. Ordovás, autora del documento ‘ESRS: Camino hacia los futuros estándares en materia de sostenibilidad’, en el que realiza un amplio análisis de los nuevos estándares, también consideró que, gracias a ellos, los informes de sostenibilidad podrían ser tan comparables como los financieros.

Asimismo, durante la conversación, expresó cómo considera que afectarán la nueva Directiva de Informes de Sostenibilidad y los estándares ESRS a las empresas que, previamente, en virtud de la Ley 11/2018 de información no financiera y diversidad, estaban obligadas a reportar; explicó qué es aquello que queda por hacer para contar con un buen reporting no financiero; y, como representante del Clúster de Transparencia, Buen Gobierno e Integridad, incidió en los rasgos que sitúan un modelo de gobierno corporativo del lado de la sostenibilidad.

- ¿Por qué cree que, pocos años después de la entrada en vigor de la Directiva europea 95/2014 y la Ley 11/2018 de información no financiera y diversidad, se ha impulsado desde la Unión Europea la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) que entró en vigor el pasado 5 de enero?

Desde la entrada en vigor de la primera Ley de reporte de información no financiera, se ha venido pidiendo, tanto desde el Parlamento como desde la Unión Europea, una revisión de esta normativa de información no financiera, ya que se consideraba en algunos aspectos insuficiente o poco fiable. De esta manera, de la mano con el compromiso que asume la Comisión Europea con el Pacto Verde Europeo de 2019, uno de los pilares fue esa revisión en materia de transparencia y sostenibilidad.

La entrada en vigor de la Directiva busca, precisamente, cubrir esas insuficiencias que se consideran de la primera normativa. De ahí nace la propuesta de Directiva, que ya entró en vigor el pasado mes de enero y que amplía el alcance de las empresas y establece unos nuevos requisitos en materia de reporte para mejorar la transparencia de las organizaciones.

Esta nueva Directiva contempla la aplicación de determinados estándares de reporte en materia de sostenibilidad, los ESRS. ¿Qué cree que pueden aportar estos al reporte corporativo?

Uno de los principales objetivos de la Directiva es establecer que los informes de sostenibilidad sean lo más transparentes posible. Y esto no es posible sin una homogeneización entre los reportes que permita comparar diferentes estados de empresas, que sea fácil de encontrar la información y que, por supuesto, sea fiable.

El hecho de presentar esta iniciativa por parte de la Comisión, de establecer por primera vez unos estándares obligatorios, los ESRS, permite que exista un paraguas común que aporta esa comparabilidad y esa fiabilidad que se busca en los reportes de información no financiera para que puedan llegar a ser incluso tan comparables como los reportes financieros, en los que no hay duda de lo que se reporta y lo que se puede comparar.

Uno de los principales objetivos de la Directiva es establecer que los informes de sostenibilidad sean lo más transparentes posible. Y esto no es posible sin una comparabilidad entre los reportes

En el caso de las empresas que ya venían reportando en materia de sostenibilidad, ¿cómo les afectará la entrada en vigor de esta normativa?

Las empresas que hasta ahora estaban sujetas a la obligación de informar, según la antigua Directiva, son precisamente las primeras que están obligadas a hacerlo de acuerdo con la nueva Directiva de reporte de información no financiera. A partir de 2025, y sobre la información de 2024, serán las primeras obligadas.

Estas empresas tendrán que incorporar y adaptar los sistemas informáticos, incorporar el talento necesario ante el reto necesario que suponen los requisitos de la nueva Directiva. Las empresas que ya están obligadas por la antigua ley tienen un camino recorrido, pero deberán adaptarse a la principal novedad de la directiva, que son los nuevos estándares.

Desde la Comisión Europea, se apuesta por que la transición a la nueva era de reporte de las empresas que ya vienen reportando, con estos nuevos estándares, sea lo más homogénea y fácil posible para mejorar realmente la transparencia y no ser únicamente una carga extra de trabajo que no aporte el valor que se busca. 

La estructura de los ESRS la conforman, básicamente, una serie de estándares transversales y temáticos. Y los temáticos, en concreto, se centran en cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza, los pilares que conforman la sostenibilidad. ¿A cuál de ellos prestan una mayor atención las empresas?

En esta estructura que presentan los estándares, muy similar a la de los estándares GRI, que se basa en estos tres bloques (ambiental, social y gobernanza), si nos remontamos a años atrás, se ha venido poniendo más foco en la parte ambiental. Si se pensaba en sostenibilidad, pensábamos en la parte ambiental, en el cambio climático. 

Sin embargo, el foco en los temas sociales y de buena gobernanza y transparencia están adquiriendo cada vez más peso y entran ya en la balanza al mismo nivel que los aspectos ambientales. Por ello, que los estándares estén divididos de esta manera cobra sentido porque van de la mano; sin la gobernanza, sin un equipo directivo comprometido y con propósito en incorporar los aspectos de la sostenibilidad de la empresa, no avanzarían los otros dos aspectos.

Los estándares ESRS y el foco en los temas sociales y de buena gobernanza y transparencia están adquiriendo cada vez más peso y entran ya en la balanza al mismo nivel que los aspectos ambientales

El empleo de estándares comunes redundará, como indicaba, en una mayor comparabilidad. Y, como admite en el documento ‘ESRS: Camino hacia los futuros estándares en materia de sostenibilidad’, favorecerá la convergencia en la arquitectura del reporte. ¿Por qué era tan negativa una situación en la que las empresas no estaban obligadas a reportar conforme a estándares comunes?

Era negativa en el sentido de falta de comparabilidad, de fiabilidad e, incluso, de confianza en los reportes de información no financiera, ya que, al no existir este estándar obligatorio, existen diferentes alternativas que hacen que las empresas no se puedan comparar de manera homogénea, bajo las mismas reglas del juego.

Estos estándares tienen el objetivo de aportar esa comparabilidad que se busca, un acceso a información que sea objetiva. Esto es esencial para los inversores, quienes cada vez más quieren identificar actividades y proyectos sostenibles y, así, canalizar los fondos. Creo que es clave que exista esta homogeneización.

La entrada en vigor de la CSRD y los ESRS supone dar un importante paso adelante en materia de reporte de sostenibilidad. Pero ¿qué queda por hacer para que las empresas elaboren sus informes de sostenibilidad de forma, si no ideal, sí más que aceptable?

Ahora, las empresas que estarán obligadas por esta Directiva tienen un reto por delante porque, en muy poco margen de tiempo, a partir de 2025, las que no han estado obligadas anteriormente pasan a estarlo.

Queda por hacer mucho por parte de las organizaciones en el marco de la sostenibilidad, no como mero hecho de reporte, sino en el sentido de incorporar en sus equipos las competencias en sostenibilidad necesarias e integrarlo como parte de la estrategia de la empresa para mejorar realmente su performance y su impacto.

A veces se nos olvida que no es un mero reporte, sino que lo que se busca es que, al verse obligadas a realizar ese tipo de reporte y publicar esa información, se mejore y exista el esfuerzo para que las empresas mejoren el impacto que tienen tanto en materia ambiental como social y de transparencia.

En este sentido, la Directiva ayudará a que estos informes se acerquen a los estándares de fidelidad que cada vez demandan más los grupos de interés y las empresas tienen por delante el reto de poner esfuerzos y recursos para seguir trabajando en esa línea y que lo que publican sea aceptable.

- En los próximos ejercicios, hasta 50.000 empresas europeas se verán obligadas a reportar en materia de sostenibilidad. ¿Cómo calificaría el nivel de preparación de las empresas españolas para cumplir con las obligaciones que recoge la Directiva?

Es importante apuntar que esta Directiva puede resultar menos novedosa para las empresas en España que ya estaban obligadas por la Ley de información no financiera debido a que algunas cuestiones ya se venían exigiendo con la trasposición a la legislación española de esta Directiva. En este sentido, la Directiva se transpuso a la Ley 11/2018 y esa transposición ya incorporaba, a diferencia de lo que ocurría en otros Estados miembro, algunas disposiciones que ahora vienen incorporadas en la nueva Directiva. Así, las empresas españolas tendrían esa experiencia previa, como, por ejemplo, la verificación de información de sostenibilidad por un tercero independiente, que ahora incluye esta nueva directiva.

Los mercados son cada vez más sofisticados y las finanzas sostenibles y la regulación hacen necesario que el gobierno corporativo se fortalezca con competencias ESG

La ley española también amplió el ámbito de aplicación de la primera Directiva. Sin embargo, las empresas españolas, a pesar de tener ese camino recorrido con algo más de ventaja por la ley transpuesta en el año 2018, tienen por delante el reto de adaptarse a los estándares, a la uniformidad de la información, a la recopilación y también a la búsqueda, captación e incorporación de las competencias necesarias en los equipos.

Uno de los objetivos del Clúster de Transparencia, Buen Gobierno e Integridad de Forética, del que usted forma parte, es promover un modelo de gobierno corporativo sostenible. Pero ¿qué debe tener un modelo de gobierno corporativo para que sea, precisamente, sostenible?

Desde el Clúster de Transparencia, Buen Gobierno e Integridad de Forética trabajamos con más de 60 empresas que mantienen el objetivo de situar el gobierno corporativo como ese rol fundamental a la hora de promover una cultura sostenible, de impulsar un modelo de negocio y una estrategia de sostenibilidad. Eso no es posible sin involucrar al gobierno corporativo y a la alta dirección, porque sin el establecimiento de un compromiso no es posible canalizar el resto de iniciativas.

Los mercados son cada vez más sofisticados y las finanzas sostenibles y la regulación hacen necesario que el gobierno corporativo se fortalezca con competencias ESG. No solo a nivel de gestión en el máximo nivel ejecutivo, sino también en el seno del consejo de administración. Este es uno de los pilares que trabajamos en el Clúster como punto de partida para adaptar a la nueva gobernanza a la transparencia, la cultura y el buen gobierno incorporando aspectos de sostenibilidad en las matrices de competencias para que pueda canalizarse a toda la organización.

- Por último, ¿cómo es el actual modelo de gobierno corporativo entre las empresas españolas?

Actualmente, desde el Clúster, vemos que sí existe una clara tendencia a la incorporación de estas competencias de buena gobernanza en las comisiones de sostenibilidad de los consejos de administración.

En esta última década, hemos sido testigos de cómo se ha materializado esa tendencia en la sostenibilidad de las empresas. Lo que se inició como un conjunto de buenas prácticas de ciudadanía corporativa, se ha ido consolidando como uno de los principales factores de las estrategias de las empresas y de la mano con un principal factor de elegibilidad de los mercados.

Los mercados están exigiendo, como consumidores y como inversores, esta buena gobernanza y esta incorporación de la sostenibilidad, pero también lo están haciendo los reguladores, como en el caso de esta nueva Directiva, y las propias compañías. Todo esto va construyendo unos requisitos que ya no son voluntarios y que va elevando la exigencia de este desempeño en materia de sostenibilidad y en materia de los aspectos tanto ambientales como sociales y de gobernanza.

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