Una persona creativa, ¿nace o se hace?
Una persona creativa, ¿nace o se hace?
Existen una serie de estudios en los que se compara a las personas creativas, seleccionadas en base a sus logros, con personas menos creativas. La diferencia entre las que tienen mucha creatividad y las relativamente no creativas no reside en la inteligencia tal como ésta se mide en las pruebas de inteligencia. La persona creativa puede diferenciarse de las demás en cuanto a los rasgos de su personalidad.
Hay muchas excepciones, pero en general se ha comprobado que la persona creativa tiende a ser introvertida, necesita largos periodos de soledad y parece tener poco tiempo para las relaciones sociales. Además, son intuitivas y disfrutan con la abstracción de problemas y modelos.
¿Qué suelen tener en común las personas creativas?
Confianza en sí mismas, flexibilidad, alta capacidad de asociación, finura de percepción, imaginación, capacidad crítica, curiosidad intelectual, libertad, entusiasmo, profundidad y tenacidad.
La creatividad se describe a menudo en término de tres componentes principales: habilidad, actitud y proceso. Todos tenemos un cierto nivel de habilidad para crear, pero es con la actitud y el proceso adecuados cuando se consigue el producto creativo.
Esta concepción de la creatividad es sinónimo de pensamiento creativo. Todos los demás términos, referidos a destrezas, técnicas y métodos se engloban dentro del proceso en el marco del pensamiento creativo. La creatividad es una mezcla compleja de motivación, personalidad, entorno, suerte e incluso productos, todo contribuye a lograr ideas nuevas y originales.
¿Por qué hay personas que son más creativas que otras?
Está claro que hace falta un cierto nivel de inteligencia; por debajo, es muy complicado que se produzca un resultado creativo valioso. Por otro lado, siendo un factor necesario, no es suficiente. Ciertos estudios científicos sugieren que una persona creativaa tienen una red neuronal más fuerte y practica aficiones que potencian esta faceta.
Son diferentes factores relacionados con el entorno social y ambiental los que afectarán al desarrollo de la creatividad. Por ejemplo, en un entorno escolar, los referentes (como el profesorado) que proporcionan herramientas cognitivas y conductuales innovadoras (a través de la enseñanza o la imitación del comportamiento) influyen en la creatividad de los estudiantes.
Pensemos en el profesor que plantea un problema, dejando tiempo a sus pupilos para encontrar una solución y valorando a aquellos alumnos que son capaces de alcanzar una solución por vías diferentes a las habituales. Pensemos ahora en aquel profesor que se limita a pedir a sus alumnos que memoricen textos.
Creatividad artística y científica
La creatividad artística y la científica no son dos categorías separadas de actividad; al contrario, se solapan de diferentes formas.
Un artista como Picasso se relacionaba con el resto del mundo; Newton lo hacía con la naturaleza. El primero intentaba comunicar su visión al resto del mundo mediante su pintura; el otro, buscar la razón de los sistemas preguntando a la naturaleza. Hoy sabemos, en contra de lo que quizás pueda dictarnos nuestra intuición, que el porcentaje de creativos en el mundo del arte es mayor que en la comunidad científica.
Los artistas son más creativos que los científicos, simplemente, porque no les funcionan bien los inhibidores latentes. En lugar de concentrarse en el objeto de su investigación, sabiendo cada vez más de menos… hasta saberlo todo de nada, los artistas mantienen la mente abierta al vendaval de ideas, coherentes o enloquecidas, que nacen de ellos o llegan del exterior.
“La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”. -Picasso-
Pensamiento convergente y divergente
Muchas investigaciones en torno a las capacidades intelectuales giraban casi exclusivamente en torno a ciertas habilidades cognitivas consideradas importantes, como la capacidad de abstracción, el razonamiento o el pensamiento crítico. Esto ha llevado a centrar las herramientas de medición del intelecto en cierto tipo de problemas con solución única; por ejemplo, qué pieza completaría un rompecabezas. Esto es un acto de pensamiento convergente: se presupone que solo existe una respuesta correcta.
Sin embargo, en nuestras vidas nos enfrentamos de manera cotidiana a problemas que pueden tener varias soluciones aceptables: ¿qué hacer hoy para comer? ¿cómo aprovechar mejor un dinero extra? En la medida en que esta clase de problemas tiene más de una solución, constituye una demanda para el pensamiento divergente.
La creatividad está inclinada hacia el polo del pensamiento divergente, mientras que el razonamiento y la inteligencia convencional se sitúan más bien en el polo del pensamiento convergente.
Diferencias entre pensamiento lateral y el pensamiento vertical
La mayoría de la gente considera el pensamiento vertical o lógico como la única forma posible de pensamiento efectivo. Por consiguiente. hay que establecer la identidad del pensamiento lateral partiendo de las diferencias que le separan del pensamiento vertical. El pensamiento vertical es selectivo, mientras que el pensamiento lateral es creador.
En el pensamiento vertical importa ante todo la corrección lógica del encadenamiento de las ideas. El pensamiento vertical selecciona un camino mediante la exclusión de otros caminos y bifurcaciones. En cambio, en el pensamiento lateral lo esencial es la efectividad en sí de las conclusiones.
El pensamiento lateral no selecciona caminos, sino que trata de seguir todos los caminos y de encontrar nuevos derroteros. En el pensamiento lateral se buscan nuevos enfoques y se exploran las posibilidades de todos ellos.
Educar en creatividad
La educación de la creatividad es un pilar fundamental en la nueva educación, ya que hay que desarrollar la creatividad de los estudiantes para ayudarles a afrontar su futuro. Vivimos en una sociedad cambiante y es vital fomentar la autonomía de los niños y de las niñas a la hora de afrontar diferentes situaciones que se les presentan de forma diferente y original.
Hay que preparar a las nuevas generaciones para ser diferentes y originales, potenciando su capacidad de ser innovadores y creativos en todos los ámbitos de la vida. La creatividad sirve además para reforzar la autoestima, la autonomía y la seguridad, por lo tanto, podemos ver como la creatividad ayuda a incrementar la calidad de vida de las personas.