Localizan el punto 'je' de la felicidad en el cerebro

Localizan el punto 'je' de la felicidad en el cerebro

Una investigación reciente ha descubierto que estimular el haz del cíngulo provoca risas y un bienestar inmediato. El hallazgo de este botón cerebral de la felicidad puede ayudar a combatir la depresión o el dolor crónico. Pero no es tan fácil. Hablan los expertos.
9 juliol 2022

Lleva una especie de casco blanco y está semiincorporada en una cama de hospital. De pronto se ríe con entusiasmo. «No puedo evitar reír», dice entre carcajadas. «¿Qué sientes?», le preguntan. «Una sensación buenísima. Increíble», contesta. Es una chica de 23 años que padece epilepsia desde los 14 y que ha accedido a participar en unas pruebas organizadas por neurocientíficos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Emory, en Atlanta (Estados Unidos).

Así actúa la llave del bienestar y las risas. Reacción de una paciente al ser estimulado eléctricamente el haz del cíngulo de su cerebro. «No puedo evitar reír», decía durante el experimento en la Universidad de Emory. Aunque recordase experiencias tristes, la dicha permanecía: la tristeza se topaba con la puerta cerrada.

«Piensa en algo triste», le piden. La chica sigue sonriente. «¿Has pensado algo triste?», le insisten. «He recordado la muerte de mi perro. Me he concentrado en malos recuerdos, pero no los puedo sentir como tristes, aunque sé que lo son», cuenta con una amplia sonrisa.

La investigación, en la que participaron otros pacientes con epilepsia, demostró que, cuando se estimulaba eléctricamente el haz del cíngulo–manojo de fibras que discurre en la materia blanca del giro cingular del cerebro–, los pacientes sentían alegría y bienestar, incluso al recordar momentos tristes.

Los investigadores no buscaban el punto cerebral que dispara la felicidad, sino que estudiaban la epilepsia; buscaban la fuente neuronal de sus convulsiones. Lo que hallaron de manera casual es que la estimulación eléctrica del haz del cíngulo hacía reír y sentirse felices a quienes recibían esos estímulos. La chica de 23 años incluso contó chistes de carrerilla tronchada de risa.

Los tres pacientes que se sometieron a esta prueba, además, percibían todo con espíritu jubiloso. Les mostraron distintas caras, felices, tristes y neutrales, para que las calificaran y a ellos –siempre sonrientes y relajados– les parecían todas ufanas. Veían la vida con mejores ojos.

Los investigadores de Emory decidieron comprobar entonces hasta qué punto esos pacientes repentinamente alegres con electrodos conectados en el haz del cíngulo conservaban su nivel de cognición. Les hicieron pruebas de memoria, atención y lenguaje y comprobaron que la estimulación que les hacía sentir tan bien no interfería en su capacidad de análisis.

Los resultados de este 'feliz' descubrimiento se han publicado en la revista Journal of Clinical Investigation, en un artículo donde se reflexiona sobre la utilidad del hallazgo de un 'punto de la felicidad en el cerebro'. Ellos lo han titulado Probing the happy place. Los expertos de Emory creen que puede servir para tratar la depresión, los trastornos de ansiedad, la epilepsia, la cirugía de tumores cerebrales y el dolor crónico.

Ya lo han probado. El conejillo de Indias fue de nuevo la chica de 23 años. Le practicaron una cirugía relacionada con su epilepsia mientras ella estaba consciente. Los resultados fueron positivos: la chica estuvo sonriente y permaneció relajada y tranquila durante la intervención.

«Se puede combatir la depresión trabajando la formación de nuevas neuronas en el hipocampo», dice el neurocientífico Jonathan Benito

Dar sosiego a los que deben ser operados despiertos es una importante ayuda. «Incluso los pacientes bien preparados pueden entrar en pánico durante la cirugía en vigilia», dice Kelly Bijanki, profesora de Neurocirugía de Emory y participante en la investigación. Una utilidad –tranquilizar en cirugías sin sedación– ya está probada. Las demás no son tan sencillas de certificar. No es tan fácil como decir «este es el botón del cerebro que nos hace feliz», lo pulsamos y todos contentos. Tendemos a simplificar demasiado, alertan los científicos.

Más que zonas corporales concretas, Francisco Mora –catedrático de Fisiología Humana y autor de Cómo funciona el cerebro (Alianza Editorial)– cree que son cruciales «las interconexiones de las redes neuronales con distintas partes del cerebro». Sobre todo, cuando se producen en áreas como el hipocampo, el núcleo accumbens o el giro cingular, que forman parte del sistema límbico del cerebro, involucrado en nuestra vida afectiva y en nuestras emociones.

El hipocampo es fundamental, dice Jonathan Benito –profesor de Neurociencia de la Universidad Autónoma de Madrid y autor de Redefine imposible. Tu cerebro es la herramienta (Planeta)–: «Se puede combatir la depresión trabajando la formación de nuevas neuronas en él», cuenta.

Ya se usa en cirugías que se deben practicar sin sedación. Pese a estar consciente, el paciente permanece relajado

De hecho, ha habido varias expediciones en busca de la guarida cerebral de la felicidad y existen otros experimentos que han provocado risas en los pacientes. Pero el estudio de Emory con el haz del cíngulo «es diferente porque también se observan efectos contra la ansiedad», explica Jon T. Willie, profesor de Neurocirugía. Además de alegría, proporcionó un bienestar inmediato.

¿Por qué enchufaron los electrodos en el giro cingular? «Porque tiene muchas conexiones con regiones cerebrales que coordinan respuestas complejas. El haz del cíngulo es una encrucijada para la materia blanca, así que puede afectar a redes extensas en todo el cerebro», responde el profesor Willie. La felicidad tiene su parte química. «Es un proceso neuroquímico que consiste en la liberación de dopamina en el sistema límbico». Es la definición que hace Eduardo Calixto, jefe de Neurobiología del Instituto Nacional de Psiquiatría de México. El giro cingular, una estructura del sistema límbico, quizá sea el guardián de la llave de la felicidad.

El mapa del placer en el cerebro

1. NÚCLEO ACCUMBENS


«Es el centro del placer. Se activa con todo lo que nos genera disfrute, como beber cuando tenemos sed o ver un bonito atardecer. Es un centro de recompensa cerebral», dice el profesor Benito.

2. HIPOCAMPO


«Es como una estación que se necesita para la felicidad; si se daña el hipocampo, afecta a la memoria y la felicidad. Aparece dañado en pacientes depresivos. Cuando se elimina ese daño –bien con antidepresivos o bien con estímulos naturales como practicar deporte–, entonces revierte la depresión y aumenta el bienestar emocional», explica Jonathan Benito.

3. GIRO CINGULAR


Cuando se activa, se experimenta felicidad e hilaridad, se dispara la risa. También proporciona una sensación de bienestar relajado cuando se estimula eléctricamente.

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