Agentes biológicos y prevención de riesgos laborales

Agentes biológicos y prevención de riesgos laborales

Algunos agentes biológicos son patógenos, es decir, pueden causar enfermedades en las personas, y éste es el aspecto que tiene interés desde el punto de vista de la prevención de riesgos laborales.
4 desembre 2020

Redacción

Una mayoría de los microorganismos patógenos son parásitos, aunque lo contrario no es cierto, es decir, un parásito no tiene necesariamente que ser patógeno.

Como con cualquier otro factor de riesgo laboral los aspectos a tratar se refieren a la identificación de los agentes que presentan algún riesgo, a la determinación del mecanismo de la exposición, a concretar los posibles efectos perjudiciales y a los procedimientos o técnicas de evaluación y de control de las exposiciones.

El RD 664/1997, de 12 de mayo, sobre la protección de los trabajadores contra riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos durante el trabajo, contiene las siguientes definiciones:

• Agentes biológicos: Microorganismos, con inclusión de los genéticamente manipulados, los cultivos celulares y los endoparásitos humanos, susceptibles de producir cualquier tipo de infección, alergia o toxicidad

• Microorganismo: Toda entidad microbiológica, celular o no, capaz de reproducirse o de transferir material genético.

• Cultivo celular: El resultado del crecimiento in vitro de células obtenidas de organismos multicelulares.

Estas definiciones, excepción hecha de los cultivos celulares, comprenden a los siguientes tipos de agentes biológicos: virus, bacterias, hongos y endoparásitos (protozoos y helmintos) y los productos o estructuras elaborados por ellos que pueden causar alergias o toxicidad.

Según estas definiciones, algunos agentes biológicos quedarían fuera del ámbito de este RD, por ejemplo, los ácaros, los insectos y otras estructuras y substancias de origen vegetal, como el polen, el polvo de madera o los aceites vegetales.

Los priones, que no son seres vivos ya que no se ha demostrado que contengan material genético, sí se consideran agentes biológicos en este RD, puesto que son sustancias elaboradas por seres vivos que pueden ocasionar enfermedades. Reglamentariamente están incluidos en la categoría de “agentes no clasificados”.

Priones

No son seres vivos sino sustancias químicas, aunque su incidencia en el metabolismo de un animal superior o del hombre se parece más a la de un microorganismo que a la de un agente químico. En esencia consiste en una molécula de proteína cuya configuración es anómala y que, por ello, no puede ser eliminada del organismo por los mecanismos de hidrólisis enzimática habituales; además, tiene la propiedad de inducir la modificación de las moléculas de proteína normales convirtiéndolas en moléculas anómalas; de forma incorrecta, pero simple, se puede decir que “se reproduce”. La conjunción de ambos factores, formación y no-eliminación, produce una acumulación de la proteína anómala en ciertos tejidos provocando su destrucción.

Las enfermedades causadas por priones son muy específicas de cada especie animal y no es fácil el contagio entre individuos de especies diferentes. La vía principal de contagio es la digestiva por ingestión de alimentos contaminados. También se ha demostrado en laboratorio la transmisión mediante la inoculación en los tejidos de material contaminado; por otra parte, no existen evidencias de su transmisión por vía aérea, no obstante,  debe evitarse la formación de aerosoles debido al riesgo de transmisión indirecta por vía digestiva.

Algunos ejemplos de enfermedades causadas por priones son la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, la encefalopatía espongiforme bovina y otras encefalopatías espongiformes transmisibles de origen animal.

Por tratarse de moléculas, los mecanismos habituales de prevención, protección y tratamiento de enfermedades infecciosas (desinfección, vacunación, tratamiento con antibióticos, etc.) son ineficaces. En particular, los productos normalmente utilizados en la desinfección, por ejemplo: formaldehído, alcohol, glutaraldehído, peróxido de hidrógeno, radiaciones ultravioletas o radiaciones ionizantes, entre otros, son ineficaces

Los métodos de destrucción recomendados consisten en la utilización de hipoclorito sódico al 2% o el hidróxido de sodio 2M (2 moles / litro).

Virus

Son las formas de vida más pequeñas que se conocen (de 20 a 300 nm) y también las que tienen una constitución más simple. Las características que los distinguen son las siguientes: contienen un único tipo de ácido nucleico ADN o ARN, son parásitos obligados y dependen completamente de sus huéspedes para su reproducción, los virus proporcionan las instrucciones para crear nuevos virus, pero son las células del huésped quien los fabrica. La molécula de ácido nucleico del virus está encerrada por una cubierta o cápside que consiste en una capa simple de proteínas.

Los virus se dividen en tres clases principales: virus de los animales, de las plantas y de las bacterias (bacteriofagos). En esas tres clases lo habitual es que un virus particular sea capaz de infectar una única especie de células; esta capacidad está determinada por las propiedades de la cubierta del virus y de los receptores de la superficie de la célula. Algunos virus son capaces de infectar varias especies de células pero esto no es la norma general.

Los virus, parásitos obligados, establecen dos tipos de interacciones con sus huéspedes; en algunos casos, tras la penetración y la formación de nuevos virus, ocurre la rotura o lisis celular; en otros, los nuevos virus formados se van liberando sin destruir la célula o bien insertan su ácido nucleico en el material genético de la célula, pudiendo así causar infecciones recurrentes o inducir la formación de tumores.

Los daños causados por virus pueden ser: indetectables, leves, severos, fatales, teratogénicos o resultar en la formación de un tumor. Existen medicamentos que pueden bloquear el ciclo de replicación del virus pero tienen efectos tóxicos secundarios. Los antibióticos no afectan a los virus. Las medidas más eficaces son las gammaglobulinas y la vacunación.

Algunos ejemplos de infecciones causadas por virus son: las Hepatitis B, A, C, las fiebres hemorrágicas o el Herpes, entre otras.

Bacterias

Son organismos procariotas, es decir, constituidos por una célula que contiene los dos tipos de ácido nucleico; su ADN se encuentra organizado en cromosomas dispersos en el citoplasma. Las bacterias tienen una membrana que encierra y protege la célula y pocas estructuras citoplasmáticas u orgánulos útiles para su desarrollo.

Según su forma se pueden distinguir diferentes tipos de bacterias: pequeñas esferas (cocos), bastoncillos rectos (bacilos), bastoncillos en forma de espiral (espirilos) o filamentos ramificados (actinomicetos). Su tamaño también varía, se encuentran en un rango de 1 a 5 µm. Muchas son formas unicelulares, algunas se presentan en pares, otras en tétradas y algunas formando cadenas.

Algunas bacterias tienen la capacidad de formar esporas, formas capaces de resistir, durante períodos de tiempo largos, condiciones ambientales adversas (los actinomicetos y algunas especies de Bacillus). Las esporas son las formas de vida más resistentes que se conocen, esta característica hace que se utilicen como indicadores para el control de calidad del proceso de esterilización en autoclave. Desde el punto de vista preventivo es importante reseñar que, dada esta resistencia, no todos los productos desinfectantes son capaces de eliminar las esporas, creándose así la sensación de falsa seguridad. Las esporas conservan toda su capacidad infectiva de manera que, cuando las condiciones vuelven a ser favorables, restablecen su actividad vegetativa, es decir, su capacidad de multiplicación.

Endotoxinas

Las endotoxinas forman parte de la pared celular de las bacterias Gram negativo. Se trata de sustancias químicas de tipo liposacáridos, cuya inhalación se ha relacionado con la aparición de problemas respiratorios y generales.

Las bacterias Gram negativo se encuentran de forma natural en el medio ambiente, en particular en los vegetales y especialmente en la planta de algodón. Otro hábitat habitual son las aguas estancadas en las que se multiplican rápidamente. Estas bacterias tienen pocos requisitos nutricionales y les basta con trazas de sales minerales. Algunos ejemplos son: Pseudomonas sp., Enterobacter sp., Salmonella sp. o Escherichia coli.

Se ha comprobado que los efectos de las endotoxinas varían de unas especies bacterianas a otras, aunque todas ellas son muy solubles en agua y que la temperatura potencia su efecto tóxico.

Dependiendo de la dosis, se han demostrado efectos que van desde síndromes pseudogripales (fiebre, escalofríos, dolor, tos seca, presión torácica, etc.) hasta hipertensión, coagulación intravascular y shock letal.

Hongos

Los hongos son organismos cuyas células tienen un núcleo que encierra los cromosomas. La célula de los hongos es similar a las de las plantas y las de los animales, con todos los orgánulos necesarios para su desarrollo. La célula está rodeada de una pared celular rígida, que está compuesta mayoritariamente por polisacáridos. Muchos hongos contienen sustancias denominadas glucanos que resultan tóxicas para las células animales. Los efectos asociados son inflamación no específica de las vías aéreas, fatiga y dolor de cabeza.

Los hongos pueden ser organismos unicelulares (levaduras) o estar formados por largas cadenas de células denominadas “hifas”. La masa de hifas se denomina “micelio”. Los hongos tienen ciclos de vida complejos que incluyen tanto la reproducción sexual como la asexual. Los elementos reproductores (“esporas”) se producen en ambas situaciones. Las esporas son fácilmente transportables por el aire.

Los hongos forman parte de los microorganismos responsables de degradar la materia orgánica. Para ello, el micelio, que es esencialmente el órgano digestivo del hongo, segrega desde las diferentes ramas o hifas unos enzimas que digerirán los substratos donde crecen. En este punto son críticos: la disponibilidad de niveles adecuados de humedad, los compuestos de nitrógeno y algunos elementos tales como el azufre, el fósforo y el manganeso.

Durante el proceso de digestión, los hongos producen metabolitos secundarios que son los responsables de sus efectos sobre el hombre; se trata de los antibióticos y de las micotoxinas. Los antibióticos, como la penicilina o la ciclosporina (utilizada como inmunosupresor en los transplantes), tienen en general efectos beneficiosos salvo para algunas personas que pueden desarrollar alergias a estos productos.

Los hongos también producen compuestos orgánicos volátiles responsables del clásico olor a húmedo de sótanos o locales mal ventilados. Entre los compuestos más representativos de este tipo están: los aldehídos, alcoholes como el etanol o el isopropanol, la acetona o el acetato de etilo.

Micotoxinas

Las micotoxinas son compuestos orgánicos tóxicos producidos por numerosos hongos. Se conocen al menos 50 compuestos fúngicos de los que se cree que pueden causar micotoxicosis en los humanos y en los animales. Diez de esos compuestos se han revelado como cancerígenos en animales de experimentación o en estudios epidemiológicos. Desde hace años se han descrito enfermedades que han sido atribuidas al consumo de cereales o arroz contaminado por hongos y por ello con un contenido elevado de micotoxinas.

Protozoos

Son organismos unicelulares con una organización compleja y variada y también son complejos su morfología y su ciclo de vida. Los protozoos de interés clínico se dividen en grupos de acuerdo con el lugar en el que causan la infección.

Cuadro

Helmintos

Los helmintos o gusanos que tienen interés en prevención de riesgos son los que se conocen como macroparásitos. Son organismos pluricelulares con reproducción sexual por huevos y ciclos vitales complejos que a menudo implican varios huéspedes.

Algunos representantes de este grupo son Ancylostoma duodenalis, Necator americanus (Nematodos o gusanos cilíndricos). La enfermedad que causan es la anquilostomiasis que se caracteriza por ser una enfermedad debilitante que produce desnutrición y anemia.

Las profesiones con mayor riesgo son aquellas en las que se dan las condiciones necesarias para el desarrollo de estos gusanos como son: los trabajadores de minería y excavaciones; agricultores (arroz, café, plátanos, algodón, azúcar, tabaco); fabricantes de ladrillos; alfareros; horticultores, jardineros, etc.

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