El cuidado de la salud empieza en el trabajo

El cuidado de la salud empieza en el trabajo

Promover el bienestar de los trabajadores no sólo ayuda a reducir los costos derivados de la enfermedad, además, mejora la calidad de vida de las personas y con ello, su productividad, desarrollo individual y profesional.
18 novembre 2019

Se ha demostrado que los programas realizados desde el lugar de trabajo en contra de la inactividad física y los hábitos no saludables, son más eficientes que los promovidos desde otros ámbitos, para reducir el impacto de enfermedades epidemias como la obesidad, la diabetes y los problemas cardiovasculares, especialmente cuando de estos últimos el 90 por ciento de los factores que los generan pueden evitarse.

En este sentido, si consideramos que la actividad laboral ocupa casi dos terceras partes de la vida de una persona, pues cada trabajador normal invierte aproximadamente 10 horas diarias en promedio para laborar (8 horas de trabajo y 2 horas para transportarse), lo que corresponde a un 40% de las 24 horas del día, entenderemos la importancia de promover el cuidado de la salud desde el ámbito laboral, ya que si se logran ofrecer entornos saludables, se podrán impulsar actitudes sanas que adicionalmente sean costo-eficientes para las empresas que los fomentan. 

Para que un programa de estas características pueda tener éxito, requiere de escenarios que permitan e impulsen modificaciones en los comportamientos de los colaboradores, orientándolos hacia el autocuidado y la autogestión del riesgo, buscando que se generen aprendizajes claves y efectivos para adoptar un cambio en su estilo de vida

Ciertas conductas propias de las personas, así como algunos riesgos presentes en las empresas y determinadas características del trabajo, pueden modificar los factores de riesgo del trabajador o potenciar los existentes. Lograr el control de las enfermedades, es una acción indispensable que debe involucrar tanto a los empleados  como a la empresa en su conjunto, para conseguir que el individuo modifique sus costumbres nocivas, reduzca las posibilidades de desarrollar problemas de salud y en su lugar, promueva hábitos protectores. 

Es hora de que las organizaciones y sus colaboradores entiendan la importante relación que existe entre el trabajo y las enfermedades, contemplando las medidas que pueden tomarse en la prevención, manejo y tratamiento de las patologías para el beneficio de los trabajadores; sólo así se evitará que muchas vidas se sigan perdiendo.  

El espacio laboral tiene el potencial de ser generador o protector de situaciones de riesgo que eviten la enfermedad y/o promuevan el bienestar. El trabajo determina en cierto grado la salud del trabajador; puede actuar como factor pernicioso o como promotor de la misma, la cual debe ser entendida como un capital positivo, una inversión y una ventaja competitiva.

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