Muerte de un paracaidista: el Ministerio de Defensa investiga
Muerte de un paracaidista: el Ministerio de Defensa investiga
El Ejército de Tierra ha abierto una investigación para determinar las circunstancias que provocaron el fatal accidente que le ha costado la vida a un soldado de la Brigada Paracaidista VI (Bripac-VI) con base en Paracuellos del Jarama (Madrid). El joven, Antonio García Sierra, de 24 años, pereció tras impactar contra el suelo cuando participaba en unas maniobras de salto nocturno que su unidad llevaba a cabo en el campo militar de San Gregorio (Zaragoza). Ocurrió el jueves, cuando acababa de caer la noche.
El soldado fue de los primeros en saltar. Pertenecía a la Compañía de Reconocimiento Avanzado de la Bripac-VI y era uno de los militares que se habían asignado a la primera rotación de lanzamientos desde el avión.
El ejercicio consistía en salto nocturno con apertura manual del paracaídas. Hay dos modalidades, o bien activación automática en el momento de saltar desde el avión, o bien salto libre y activación por el propio paracaidista a una altitud determinada que controla con su altímetro. La técnica aplicada en este ejercicio era esta última.
El paracaídas no se activó o no funcionó correctamente —Defensa no ha facilitado detalle alguno, a la espera de concluir el informe sobre lo ocurrido—, y el joven impactó fatalmente contra el suelo. Especialistas del Ejército investigan qué ocurrió exactamente, según informaron ayer fuentes de Defensa.
El soldado —natural de la localidad toledana de Quintanar de la Orden, cuyo Ayuntamiento declaró ayer dos días de luto oficial— fue atendido de inmediato sobre el terreno por los servicios médicos militares que seguían las maniobras y fue trasladado de urgencia al Hospital de la Mutua de Accidentes de Zaragoza (MAZ), donde se certificó su muerte.
Se da la fatal circunstancia de que el pasado verano este mismo soldado había sufrido otro grave accidente en un salto con paracaídas. Antonio García Sierra sa punto estuvo de perder la vida en esa ocasión. En aquella ocasión, su paracaídas y el de otro compañero se engancharon en el aire, aunque lograron liberarse a tiempo. Pero, mientras su compañero pudo tomar tierra sin dañarse, Antonio García Sierra impactó contra un árbol y se fracturó ambos pies al caer al suelo. Sin embargo, este serio percance no le amilanó y, tras permanecer varios meses de baja —llegó a estar durante semanas silla de ruedas—, volvió a su destino en la base de Paracuellos de Jarama.
Este joven se había marcado como objetivo inminente participar en un contingente de pacificación de la UE en Mali. Sus allegados destacan de él su carácter alegre y activo. Además de su pasión por el Ejército, era un amante del deporte y también participaba desde pequeño en el grupo parroquial «Pandillas», donde ejercía de monitor cuando su trabajo se lo permitía.
«Seguro que ha muerto contento, con una sonrisa, porque ha perdido la vida haciendo lo que más le apasionaba», afirmó Isidora Fernández, familiar del joven soldado fallecido.
El alcalde de Quintanar de la Orden, Carlos Madero, declaró ayer a este diario que el «pueblo está consternado, ya que se trataba de un joven deportista y honrado, muy querido en el municipio». «La familia está destrozada y los vecinos de Quintanar no damos crédito de que puedan ocurrir estos accidentes en pleno siglo XXI».
Fuente: ABC