Taxonomías en la gestión de la seguridad y prevención de riesgos

Esta editorial indagará en temas relacionados con la teoría, la lógica y la fiabilidad con respecto al uso de las taxonomías en la gestión, clasificación y prevención de los riesgos laborales.

Se sostendrá aquí que todas las probabilidades de accidentes y sucesos se apuntalan en algún sistema elemental de clasificación. Las probabilidades vienen del uso de categorías discretas que hemos de determinar. La utilidad de un sistema se limita a la fiabilidad de nuestras valoraciones probabilísticas. Hay amplia evidencia en la psicología que las valoraciones de probabilidad pueden ser sesgadas de maneras previsibles. Por lo tanto incluso las distinciones básicas entre sucesos pueden ser problemáticas.

Cuanto más compleja una taxonomía, más margen existe para la incertidumbre de tipo valorativo. Muchas taxonomías de seguridad tienen numerosas categorías que se solapan en la mente del usuario, dejando amplio margen para el desacuerdo sobre la asignación de taxonomías a eventos discretos. Se ofrecerán en este artículo unos ejemplos de confusión (datos recogidos del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido y varias industrias).

Las taxonomías tienen características de demanda que pueden cambiar con el tiempo, y que son importantes por la evidencia estadística que generan.

Sostiene que la creación y uso de sistemas clasificatorios de seguridad es una actividad social. En otras palabras, que la decisión “correcta” es siempre la que las personas consensuan entre sí. El aspecto importante entonces son las definiciones de la inclusión y la exclusión, y el conjunto de las normas sociales en las que las decisiones se basan, y no el conjunto de categorías por sí mismo.

Finalmente, solamente se pueden evaluar las taxonomías a través de las pruebas formales de fiabilidad. Las probabilidades de accidentes y riesgos son “científicas” sólo en la medida en que las categorías que sostengan o “enmarquen” las probabilidades son fiables sobre el transcurso del tiempo.