Prevención de riesgos laborales: Hagamos algo mañana mismo
Prevención de riesgos laborales: Hagamos algo mañana mismo
Nuestro sistema de prevención de riesgos de laborales, entendiendo por "el sistema" desde el modo de conceptuarlos hasta la forma de intentar prevenirlos, adolece de múltiples errores, carencias y distorsiones. Lo peor es que "el sistema" dificulta la aplicación de la propia Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Sin embargo es probable que la mencionada Ley (o tal vez lo que de ella se esperaba) nos esté obligando a plantearnos, con mayor seriedad que la acostumbrada, en qué estamos errando.
Nada más lejos de la intención del firmante que proponer "recetas mágicas" que mejoren o adapten el sistema. El problema es tan sumamente complejo -poliédrico es la expresión utilizada en ciertos círculos-, que excede con mucho de sus capacidades. Sin embargo sí que es posible, en virtud de cierta percepción y análisis de algunos hechos comprobables, poner sobre el papel un fenómeno extendido e indeseable: La "documentalización" de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Es decir, el simple acopio de documentos relativos al tema, tales como evaluaciones de riesgos, diplomas formativos, multitud de fichas, etc., sin que ello suponga necesariamente la actitud positiva de la empresa para enfrentar sus riesgos laborales. Estaremos de acuerdo en que constituye uno de los fenómenos más negativos que podían producirse en el nuevo panorama pretendido por la Ley que nos ocupa, puesto que puede conducir al desaliento y a la nulidad de resultados.
Seguramente la "documentalización", o si se prefiere, el cumplimiento exclusivamente formal de la Ley, es el efecto de varias causas concurrentes, entre ellas las dos siguientes: un servicio, en ocasiones carente de elementos motivadores y de conexión, ofrecido al empresario por los Servicios de Prevención Ajenos y, también en ocasiones, la ignorancia (¿les hemos enseñado?) de los pequeños empresarios sobre el tema. Como quiera que un 98% de nuestras empresas son Pymes y un 75% microempresas, hemos de concluir que el problema es vasto.
Expresando el problema de otro modo, es un hecho que se está generando el mercado de la prevención de riesgos laborales, tal como quería la Ley PRL. Ahora bien: habiéndose generado un mercado en torno a la prevención de riesgos laborales, en el que el cliente es el pequeño empresario, ¿sabe el cliente cuáles deben ser las características del producto "prevención" para que éste sea de calidad?. Seguramente no. ¿Alguna vez se ofrece un producto bien terminado cuando el cliente no sabe qué debe esperar?. Seguramente tampoco. La siguiente cuestión es crítica: ¿cuándo el pequeño empresario estará en condiciones de percibir (exigir) una prevención de calidad?…. Permítanme plantearlo en términos positivos: qué debemos hacer, cada uno desde su puesto y desde su responsabilidad, para conseguir que el pequeño empresario comprenda en qué debe consistir el producto.
Es posible, pues, que nuestro objetivo prioritario deba ser incitar-convencer al empresario para iniciar una andadura (la prevención efectiva) que, dicho sea de paso, es sencillísima en sus primeros pasos. Si usted se encuentra cercano al tema, ¿podría hacer algo, mañana mismo, en esta dirección?…