Nuevas herramientas para la mejora del control del ruido en el puesto de trabajo: higiene y ergonomía

Nuevas herramientas para la mejora del control del ruido en el puesto de trabajo: higiene y ergonomía

divendres, 30 desembre 2011

El ruido forma parte de la sociedad actual por lo que, como no podía ser de otra forma, es también uno de los agentes contaminantes más frecuente en los puestos de trabajo. El Real Decreto 286/2006, de 10 de marzo (BOE nº 60 de 11 de marzo de 2006), sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a ruido, traspone al ordenamiento jurídico español la Directiva 2003/10/CE del Parlamento Europeo y del Consejo y adecua la prevención de riesgos derivados de la exposición laboral al ruido a los requisitos exigidos en el actual marco normativo establecido por la Ley 31/1995 y su desarrollo reglamentario.

Sin embargo, la problemática asociada al ruido no en todas las ocasiones debe vincularse al riesgo de pérdida de capacidad auditiva, ya que no es menos cierto que el ruido, aun a niveles alejados de los que producen daños auditivos, puede dar lugar a otros efectos aún más extensamente percibidos como son: alteraciones fisiológicas, distracciones, interferencias en la comunicación o alteraciones psicológicas. Estos pueden tener implicaciones sobre la seguridad (por ejemplo, en el caso de un conductor en el que la fatiga disminuye su capacidad de reacción ante una situación de emergencia) y la ergonomía, por la reducción del confort y la pérdida de rendimiento. Estos efectos son difíciles de valorar y, en la práctica, cualquier evaluación de la exposición a ruido debería empezar por conocer el grado de molestia expresado por los trabajadores.

Tanto en un caso como el otro, si se recurre a un método de evaluación y la medición correspondiente, la introducción del sistema de medida puede condicionar la normal actividad en el entorno de estudio: se hace más ruido del habitual para que se tomen medidas o menos para suavizar la situación. Además debe recurrirse a un muestreo que debería ser representativo de la exposición personal o del confort acústico.

El avance tecnológico nos ofrece nuevas posibilidades, mediante la creación de una red de evaluación del ambiente sonoro en el centro de trabajo. Esta red emplea como soporte un sistema de medida del ruido donde se puede hacer una lectura directa del nivel sonoro existente en ese ambiente, pero que al mismo tiempo se informa sobre el confort del mismo, haciendo una clasificación: confortable (luz verde), ambiente ruidoso (luz naranja) y muy ruidoso (luz roja). De esta manera se relacionan los valores numéricos del nivel de ruido con la percepción cualitativa del confort, siendo un elemento con el que se puede interaccionar y que puede actuar de manera tanto formativa/informativa como disuasoria cuando se instala en entornos que se pretendan proteger: zona hospitalaria, sala de control, biblioteca, aulas, etc.

El registro se puede realizar de forma continua, pudiendo elaborar mapas de situación acústica de los puestos o centros de trabajo, los cuales pueden ser incluso difundidos vía web (internet, intranet). La experiencia nos muestra las ventajas y su utilidad tanto para la gestión de fuentes específicas como no específicas, la consistencia del muestreo continuo obtenido (el entorno de estudio actúa en un corto periodo de tiempo de forma habitual) y la importancia de la función informativa y disuasoria para lograr finalmente entornos de confort acústico.

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