No somos máquinas!
No somos máquinas!
Aún es posible escuchar que en nuestro mundo industrializado el trabajo físico penoso ya no constituye un problema importante; sin embargo, no son pocas las actividades laborales donde el trabajo físico peligrosamente penoso se esconde detrás de malas posturas, carga, trasporte y elevación de mercancías que provocan un gran esfuerzo por su peso o dimensiones o un diseño inapropiado de los embalajes, etc.. También existen los trabajos que obligan a desplazamientos cortos pero rápidos y frecuentes, como ocurre con camareros, o tareas en la construcción, en industrias metalúrgicas, la minería, la pesca, la agricultura... Las situaciones se agravan notablemente en ambientes severos y hasta críticos, como la sobrecarga calórica, el ruido y las vibraciones, los espacios reducidos, la iluminación inadecuada, el trabajo nocturno, etcétera. Estudiar el comportamiento del ser humano y sus reacciones ante el trabajo obviando el ambiente donde éste se desarrolla, es tan absurdo como intentar estudiar el comportamiento de los peces fuera del agua.
Porque los humanos, como todos los seres vivos, vivimos siguiendo unas reglas prefijadas por la naturaleza, dentro de estrictos intervalos de velocidades, esfuerzos, tiempos y condiciones ambientales, etc; fuera de estos intervalos nos afectamos y hasta podemos enfermar y perecer. Si los esfuerzos físicos que debemos realizar están por encima de determinados límites se convierten en actividades perjudiciales, y más si se desarrollan en ambientes agresivos; y si se realizan habitualmente durante la noche sin un régimen adecuado, se produce la desincronosis, con la alteración de los ritmos circadianos; el sueño se hace insuficiente y aparece la fatiga crónica, que es una muy peligrosa consecuencia.
Descansar (des-cansar) es aquella actividad que nos ayuda a recuperarnos de la fatiga (la fatiga no es mala, nos ayuda a desarrollarnos, pero la fatiga crónica es muy mala) contraída en una actividad anterior; es decir, que nos devuelve nuestras capacidades disminuidas temporalmente, independientemente de que pasemos a realizar otro trabajo o nos sentemos a no hacer nada. La recuperación física y nerviosa se basa fundamentalmente en el descanso (activo, pasivo y sueño) y en la alimentación. El descanso permite restablecer, mediante procesos metabólicos, las capacidades humanas físicas y mentales, y la alimentación restituye las fuentes de energía consumidas durante el trabajo.
Por todo ello, el diseño de regímenes de trabajo y descanso debe ser abordado considerando los distintos factores que están presentes en el trabajo y repercuten en el trabajador, como son: gasto energético, microclima, ruido, iluminación, monotonía, grado de atención y concentración, tomas de decisiones, tiempos, responsabilidad, entrenamiento, capacidad física y mental, etcétera..., que determinan la fatiga del mismo.
El régimen de trabajo y descanso es siempre necesario y antes de diseñarlo es necesario analizar el puesto de trabajo incluyendo las condiciones ambientales y su organización y, si fuese necesario, adecuarlos con medidas como pueden ser: mecanización, estudio de recorridos, estudio de los envases y peso de las cargas, organización de la producción, modificaciones en los puestos de trabajo, ventilación adecuada, supresión o apantallamiento de fuentes de calor radiante, ropas adecuadas, suministro de agua, etcétera. El descanso y la pausa deben ser proporcionales a la fatiga existente. Además, en el trabajo físico severo, se deben dividir las pausas en varios períodos, es decir hacer numerosas y pequeñas pausas, lo cual tiene un efecto mucho más positivo sobre el hombre para impedir la aparición temprana de la fatiga que si se tomaran pausas largas y pocas.
Respecto a la alimentación, no es suficiente garantizar que sea la adecuada desde el punto de vista cualitativo; es necesario organizar el suministro de los alimentos durante el día y distribuirlos adecuadamente.
No somos máquinas; el buen diseño del trabajo físico no es un lujo, es una necesidad personal, de la empresa y de la sociedad, que beneficia humana y económicamente al obrero, a la empresa y a la sociedad.